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Y no solo fué negocio (II)

en Hetero: Infidelidad

A la mañana siguiente como a las 10, hora en que habíamos terminado de desayunar le pregunté

-¿Crees que me hable?

-Si eso te dijo, de seguro lo va a hacer

-Sí… Eso dijo…. Como te platique, incluso me pidió que no te dejara responder al teléfono

-¿Estás decidida?

-Aja__ Respondí con un gesto de decisión y al mirar a Pedro agregué__ Es solo sexo amor y la verdad nos conviene… Además tú quieres que lo haga con otro

Terminamos de desayunar en silencio y cuando me levanté para llevar los platos al fregadero él fijo su vista en mis piernas que dejaban desnudas mi corto camisón y me dijo

-Estás muy rica amor… La va a pasar de maravilla el desgraciado

-¡Ya amor!... Es un negocio en el que nosotros no perdemos nada…. La vagina no se desgasta Pedro

-Afortunadamente__ Respondió riendo

Después de desayunar, nos metimos a bañar y bajo la regadera nos besábamos y acariciábamos en silencio, era un silencio especial como si pretendiéramos demostrarnos que lo que pensábamos hacer no tenía la menor importancia para ninguno de los dos. Yo rompí con toda la ternura del momento al arrodillarme frente a él y comenzar a disfrutar su sexo, besé y lamí su pene, sus testículos, metiendo y sacando su pene de mi boca, con mi mano lo recorría del glande a la base hasta que sentí que se endurecía y lo metí a mi boca para recibir sobre mi paladar los cálidos chorros de su semen, al terminar de venirse me levanté y frente a su cara le enseñé como tragaba toda su descarga para después decirle

-Te amo, pase lo que pase, no te olvides de que te amo

-Y yo a ti mujer…. Pero lo mejor es que lo tomemos como un buen negocio y nada más

-De acuerdo amor

Y buscando relajar mis nervios agregué

-Pero negocio o no, me vas a ver bien cogida y enlechada

-Eres una caliente de lo peor

-Tú me enseñaste a disfrutar la verga… ¿Llegaste a pensar que me volvería tan puta?

-No, pero me encanta que lo seas… No tienes idea de lo que te he disfrutado en la cama

-En la cama, en la regadera, en la mesa del comedor, en la sala, en el auto…..

Nos reímos y salimos de bañarnos y mientras nos vestíamos sonó el teléfono, nos quedamos viendo fijamente en silencio y a la tercera vez que timbró Pedro me indicó que atendiera acercándose a mí para escuchar, levanté el auricular y dije

-¿Diga?

-Buenos días Carmen, ¿sabes quién habla?

-Jorge

-¿Ya te decidiste?

-Sí__ Respondí viendo de reojo a Pedro quien sonrió nervioso

-¿Dónde nos vemos?

Pedro me hizo señas indicándome que le dijera que en la casa y yo dije

-Aquí en mi casa, ¿Puedes venir?

-Tú dime cuando

-¿Puedes hoy?, voy a estar sola, Pedro fue a Cuernavaca con sus hermanos para ver unos asuntos familiares y regresa como a las 9 o 10 de la noche

-Te veo ahí a las 6 de la tarde

-Aquí te espero

Cortó la llamada, Pedro y yo nos quedamos viendo, él que había permanecido junto a mi cara escuchando todo tomó el auricular y lo puso sobre su base preguntando

-¿Quieres que salgamos a comer?

-No, mejor… Bueno vamos a comer algo de pasta.

Sentados en un restaurante Italiano muy cerca de nuestro departamento comíamos en silencio y después de beber de mi copa de vino mirando a Pedro comer dije

-Quiero hacerlo

El levantó la vista para mirarme a los ojos y afirmando con la cabeza balbuceó

-Lo suponía

Por la cercanía del restaurante habíamos ido a pie y al regresar caminando tomados de la mano le dije

-Tanto me has insistido que de verdad quiero experimentar… Nunca te lo había dicho pero desde nuestra luna de miel… ¡No sé Pedro!...  Pienso que además de convenirnos podemos quitarnos esa “comezón” por saber…

Solté un chasquido y Pedro me dijo

-Te entiendo amor, tienes razón, ya no le demos más vueltas

Ya como a las 5 de la tarde me metí nuevamente a bañar, al salir me maquillé, Pedro me untó crema en todo el cuerpo y eligió mi vestuario, unas pequeñas bragas de encaje, no usaría sostén y un vestido corto, a medio muslo y abotonado al frente, vestido que suelo usar con leggins, pero en esta ocasión no usaría las mallas y para rematar me pidió que me quedara descalza. Yo le dije

-No puedo ser más obvia, vestida así me siento como si esperara a mi cliente

No miramos y sonreímos ante la verdad… Nos pusimos de acuerdo en que Pedro iría a visitar a un vecino en uno de los edificios de enfrente y que cuando todo terminara yo le marcaría a su celular sin que él respondiera la llamada, así sabría que ya estaba sola… Como a las cinco treinta de la tarde, él se dispuso a salir y antes de hacerlo me dio un beso diciendo_ “Me esperas en la cama”__ Y yo nerviosa respondí bromeando__ “Y escurriendo semen amor”__  “Que rico”__ Respondió y  se fue

Pasadas las seis tocaron el timbre y pregunté por el interfono quien era, al escuchar__ Soy yo__  Abrí la puerta eléctrica de la entrada de la calle y antes de abrir la del departamento desabotoné el escote del vestido ya que mi idea era excitarlo para tener el control de la situación. Cuando tocó a la puerta y le abrí él me recorrió con la mirada, desde mis pies descalzos hasta mi cara mirándome de tal forma que me hizo sentir un poster de alguna modelo, pero antes de que la vergüenza me hiciera decir algo, le indiqué con la mano que entrara y al cerrar la puerta me miró a los ojos diciendo

-Que bella eres niña__ Yo con un movimiento de mi mano le indiqué que pasara a la sala preguntando__ ¿Quieres tomar algo?__ El afirmó con la cabeza y yo serví dos whiskeys, al darle su copa me preguntó__ ¿Entonces, ya te decidiste a apoyar a tu marido?__ Yo me senté a su lado y lo vi fijar su mirada en mis piernas, las crucé haciendo que mi vestido se subiera más y dije

-Solo una pregunta ¿Por qué Jorge?

 El sonrió sin separar la vista de mis piernas y no dudó en decir

-Lo sabes muy bien Carmen…. Te deseo y quiero acostarme contigo

Yo sonreí, me senté de lado doblando mis pantorrillas arriba del sofá, apoyé mi codo sobre el respaldo con mi mano sobre mi sien y lo miré, noté que tenía la vista observando hacia mi regazo ya que al sentarme el vestido se había subido enseñando todos mis muslos, incluso mis bragas, al notar en él esa mirada de deseo me armé de valor para decirle

-Por favor Jorge, ambos sabemos que retirándose Ricardo solo cuentas con Pedro para la gerencia, es el hombre de tu confianza y creo que se lo ha ganado con esfuerzo, trabajo y honradez. No tienes a otro, así que no me trates de comprar con ese cuento, no voy a aceptar que me trates como prostituta

-No es mi intención hacerlo Carmen__ Me respondió avergonzado y yo respondí con firmeza

-Pues deberías de aprender a medir tus palabras, pedirle a una mujer que se acueste contigo a cambio de dinero para mí es tratarla como tal…. Acabas de decir que a Pedro le va a ir muy bien en tu empresa si me acuesto contigo ¿Eso no es ofrecer dinero a cambio?

El intentó decir algo pero no lo dejé hacerlo, la verdad es que al ver como se avergonzaba decidí dar el golpe de gracia diciendo

-Nunca lo imaginé de ti Jorge y te diré algo, maneja tu empresa como mejor convenga a tus intereses pero a mí no me quieras comprar, a Pedro lo vas a nombrar gerente porque se lo ha ganado ¿Sí o no?

El francamente avergonzado me ofreció una disculpa y me dijo

-Tienes razón Carmen, quise sacar provecho de la situación, pero entiende que ardo en deseos de tenerte, me traes loco, tú cara, tus ojos, tú cabello, tu piel__ Y posando su mano sobre mi muslo agregó__ Y estas piernas, suaves, bien torneadas, ¡deliciosas!, las quiero ver temblando y después sentir como se “enrollan” apretándose sobre mi espalda mientras gritas de placer

Bajé la vista hacia la mano que Jorge tenía sobre mi muslo, él la quitó y sentí temor de que diera todo por terminado, así que decidida a realizar mi deseo, cambié mi tono y le dije

-Soy una mujer Jorge, no una mercancía, ni un objeto de negociación, así que trátame como tal

Y comencé a desabotonar mi vestido diciendo

-En lugar de pensar en comprarme ¿No sé te ocurrió pensar en que también me gustas y que podríamos complacernos como amigos?

El acercó su mano para abrir el vestido que había yo desabotonado y al observar mis pechos los besó y lamió mis pezones para después besarme en la boca, yo respondí a su beso separando mis labios y disfrutando de su lengua, al separarnos me dijo

-Que ganas tengo de tenerte desnuda en mis brazos, no tienes idea de lo mucho que me gustas, te deseo Carmen

Yo me puse de pie frente a él, terminé de desabotonar el vestido y me lo quité para quedar solo en bragas y pregunté

-¿De verdad te gusto?

-¡Qué cuerpo tienes, me encantas!

Exclamó para después abrazarme por la cadera, besó mi vientre, mi pubis y pechos, después se arrodilló en el piso para besar mis piernas, me quitó las bragas, me hizo subir un pie sobre el sofá y lamió mi sexo apasionadamente, después de hacerlo un buen rato yo bajé mi pie del sofá le di la mano para que se pusiera de pie y lo llevé a la recámara

De pie junto a la cama nos besamos varias veces juntando nuestras lenguas, él besó y chupó nuevamente mis pechos, me volteó para besar mi espalda y mis nalgas diciéndome “Eres preciosa niña, una mujercita de ensueño”. Después de muchos besos y caricias yo me subí a la cama observando como él se desnudaba y al terminar de hacerlo quedé encantada por lo que veía, su pecho, su vientre, sus nalgas, sus muslos y su erección era un verdadero antojo, un gran deseo para cualquier mujer

El al notar como miraba su miembro me lo presumió, más bien me lo dio a desear sujetándolo con su mano sobre su vientre para que viera que llegaba hasta su ombligo, se subió a la cama, me besó los pies, las piernas lamió por un rato mi sexo para después subir a besos por mi vientre hasta llegar a mis pechos los que disfrutó hasta hacerme sentir que mis pezones explotarían. Para ese momento yo ya estaba fuera de mí, en mi mente ya no existía nada que no fuera el deseo y la búsqueda del placer, así que lo obligué a tenderse boca arriba y me agasajé con su pene, besando, lamiendo y chupando, él gemía y me repetía “Mamás rico”, “Eres increíble”, “Que hembra Dios mío”…. Pero no estaba dispuesta a quedarme con las ganas de tener esa delicia dentro de mí, así que me tendí boca arriba sobre las almohadas, él se arrodilló en medio de mis piernas subió una de ellas a su hombro y comenzó a penetrarme muy despacio

Yo tenía mi cabeza y mis hombros sobre todas las almohadas de nuestra cama, así que pude observar llena de excitación como su pene se iba perdiendo dentro de mi cuerpo ¡Que delicia!, nunca imaginé que mi vagina fuera capaz de devorar por completo esa enormidad, lo sentía oprimir mi recto y se dibujaba sobre la piel de mi pubis cada vez que entraba con unos movimientos lentos pero muy placenteros. Mientras lo hacía yo lo miraba a los ojos y jadeaba con la boca abierta tocando con mis manos su varonil pecho, varias veces se inclinó para besarme en la boca metiéndome la lengua y yo respondía jadeante a sus húmedos besos, me hacía gemir, quejarme, cerraba mis ojos y los volvía a abrir cada vez que sentía su lengua sobre mis labios, además él aumentaba mi excitación diciéndome cosas como “Que buena estas mujercita” “Que lindo coges” “Eres fabulosa en la cama” “Eres hembra para cualquier verga niñita”

Mi rostro estaba ardiendo por el rubor y sentía mi piel humedecerse por la excitación, mi vagina perfectamente lubricada se dilataba como ajustada funda sobre su delicioso pene cada vez que la recorría en toda su longitud, mientras que la mezcla de nuestros ardientes fluidos ya mojaban todo mi perineo, el tono rosa de mis aureolas se había tornado a un rojo encendido y mis pezones estaban endurecidos y extremadamente sensibles, tanto que el simple calor de su boca era una delicia que me hacía suspirar… Ya estaba yo inmersa en lo que he llamado la desesperación del placer, ese punto en el que una no quiere que se termine pero al mismo tiempo se hace indispensable el relajante orgasmo.

Quería que siguiera por horas, no quería que se terminara sin embargo no lo pude detener más y lo dejé fluir, mis músculos se comenzaron a tensar, mis piernas temblaban, mis ojos se desorbitaron, solté un fuerte gemido, y deforma involuntaria, cual si fuese un resorte, mi cintura se dobló levantando mi tronco como si tratara de sentarme mientras que mis manos buscaban inútilmente sujetarse de algo para después dejarme caer nuevamente de espalda y comenzar a temblar, apretaba las sábanas y arqueaba mi cuerpo por el placer del que supuse el más delicioso y prolongado orgasmo que hubiese tenido en mi vida,  al terminar sudaba y me sentía agotada por el placer .

Jorge sonrió y me dijo  “Además de lo bien que coges, te vienes como una diosa, sentí tus contracciones en mi verga mamita, ¡eres divina!, ¡toda una hembra!”  Yo sonreí  “coquetamente avergonzada” de sus palabras y él continuó en lo suyo, cuando sintió que ya no lo soportaría subió mi otra pierna a su hombro, más bien las sujeto en sus brazos, doblando mi cintura hasta levantar mis nalgas de la cama y aceleró sus movimientos: Cada vez que se dejaba caer penetrándome con fuerza yo gritaba en una rara mezcla de dolor y placer indescriptible, sentía molestia cuando su pene empujaba el fondo de mi vagina pero no quería que lo dejara de hacer, nuevamente tuve un orgasmo, no como el primero, pero mientras lo tenía él empujó su pene hasta el fondo, quedó inmóvil unos segundos gimió con fuerza y tal vez nuestras mutuas contracciones confundieron lo que sentía dentro de mí, pero puedo asegurar haber sentido el calor de su semen quemando mis entrañas

Bajé mis piernas apoyando las plantas de mis pies sobre la sábana y él se recostó sobre de mí, me besó en la boca y puso su cabeza a un lado de la mía diciendo

-Eres una maravilla de hembra Carmen…Coges delicioso mujer, de verdad que envido a tu marido

- No te salgas Jorge

Respondí y quedamos en silencio por un rato en el que yo le besaba el hombro y le acariciaba la espalda tal vez buscando con ello no sentirme tan puta o tal vez agradeciendo el placer recibido. Después de estar así un rato, tal vez dos minutos yo le dije__ Te tienes que ir Jorge, ya no tarda en venir Pedro__ El se levantó al baño y yo me cubrí con el edredón que usamos de cubrecama, cuando salió del baño se vistió y antes de irse me destapó, me besó en los muslos, el vientre, los pechos y la boca para decirme

-Te juro que eres única, coges como una diosa, me encantas chiquita, deberías de convencer a Pedro de hacer un trío o un intercambio, Claudia y yo somos muy liberales y ahora que va a ser gerente y nos tenemos que ver más seguido podríamos tener una bonita amistad los cuatro ¿No crees?

-Yo sonreí satisfecha ante su declaración de que Pedro sería gerente y respondí

-Lo intentaré.

Me dio un beso en los labios y salió de la recámara, cuando escuché como cerraba la puerta del departamento tomé mi celular del buró de la cama y le marque a Pedro, tal como habíamos quedado dejé que sonara dos veces, corté la llamada y me volví a cubrir con el edredón esperando a que él llegara y me encontrara desnuda, despeinada, sudada, bien cogida y escurriendo semen. No dejaba de pensar en lo absurdo, masoquista, absolutamente perverso y estúpido que era esto de “disfrutar los cuernos”, pero si a él le iba a gustar tenerlos a mí me había encantado ponérselos, ya que Jorge me había cogido delicioso.

No esperé mucho, escuché cuando se abrió la puerta del depa pero Pedro tardó varios segundos en entrar a la recámara trayendo en sus manos el vestido y las bragas que había dejado en la sala, me miró sonriendo, dejó mi ropa sobre la silla del tocador y al quitarme de encima el edredón yo doble mis piernas poniendo mis pies sobre la cama y las separé para que viera lo que tanto deseaba, a su esposa llena del semen de otro.

Se sentó en la cama y me besó en la boca mientras acariciaba mis piernas, después, recargó su boca sobre mi rodilla para besarla varias veces observando incrédulo y excitado lo que mojaba mi sexo, se decidió a tocarlo con su dedo para después acercarlo a mi cara y mojar mis labios, yo lamí su dedo y él lo volvió a hacer, pero esa vez metió su dedo en mi vagina y al acercarlo a mi cara yo abrí la boca para chupar su dedo y después me besó con pasión, al juntar nuestras lenguas sin duda saboreó también el semen y eso me encendió nuevamente…..Yo le decía “Más amor, dame más”, y él lo repetía, hasta que una de esas veces al terminar de besarnos me dijo con voz jadeante

-Te voy a complacer.

-No, no lo hagas amor

Pero para mí fortuna él también estaba fuera de control y no me escuchó, así que antes de poder decirle otra cosa, levantó mis piernas y metió su lengua en mi vagina para después besarme en la boca y juro que me vine, él lo repitió varias veces hasta que ya no lo soporté más y jadeante le pedí que se bajara el pantalón, cuando lo hizo tomé con mi mano su pene y desesperada metí el glande en mi vagina, él empujó hasta el fondo y comenzó a moverse de forma frenética  ¡Qué manera de gozar!, si yo suponía que con Jorge había tenido el mejor orgasmo de mi vida esto era una locura de lujuria y placer, pienso que mis gemidos y gritos los escucharon los vecinos… Terminé con el semen de dos hombres dentro de mí y fue el placer más grande que he sentido en mi vida

Al terminar Pedro quedó un rato sobre de mí y al perder la erección se recostó boca arriba a mi lado, me pidió que subiera una pierna sobre su vientre y mientras la acariciaba tiernamente me preguntó

-¿Cómo la pasaron amor?

-Bien…

-¿Te cogió rico?

-No como lo acabas de hacer tu amor… Te juro que estoy agotada, no quiero hablar

Permanecimos así tendidos en la cama donde el agotamiento y las dulces caricias de Pedro sobre mi pantorrilla y muslo hicieron que perdiera la consciencia y ya no supe de mí.

Fue hasta el día siguiente durante el desayuno cuando Pedro me cuestionó nuevamente al preguntar

-¿No piensas platicarme?

-¿Que te puedo decir Pedro?.... Es muy guapo, está muy bien dotado y me supo llevar, me dio mi tiempo, no iba a quedarme como muñeca inflable tirada en la cama… Me gustó y terminé viniéndome dos veces… Soy mujer Pedro y pienso que me comporto como tal en la cama  ¿O no?

Pedro quedó un instante en silencio, nos mirábamos a los ojos y supongo que al decirle que había actuado como mujer imaginó que hice todo lo que con él he hecho para complacerlo.. Me tomó las manos y sin quitarnos la vista de los ojos dijo

-¡Claro que eres mujer!, una ardiente mujer y me encanta que lo seas y si a idea era coger con él, sin duda que debiste actuar como la mujer apasionada que eres, yo solo quería que me platicaras

-¿Qué quieres saber?... ¿Si lo besé?, ¿Si se la mamé?. No te pienso decir nada Pedro, mejor imagina lo que quieras y así no me reprochas nada

-Habíamos quedado en que no habría reproches amor, así que no entiendo tu actitud

Realmente me sentí mal por mi actitud y bajé la cabeza avergonzada, Pedro se levantó para ir a terminar de arreglarse y cuando comenzó a caminar le dije

-Terminamos juntos

El se detuvo un instante y yo agregué

-Se siente bonito

-Le tocó estrenarte en eso…. Ya algún día lo harás conmigo

-Me encantaría

Regresó para besarme en la boca y decirme

-Desde hoy en la noche trabajaremos en eso… ¿Te parece?

-Me encanta la idea de intentarlo muchas veces

Pedro salió de la cocina y minutos después regresó a despedirse, como todos los días, me besó en la boca, acarició mis piernas, puso su mano sobre su boca y nariz para repetir lo de siempre

-Me encanta el olor de tus piernas, mantenlo hasta que regrese

-Te amo

Le dije como siempre y salió a trabajar

Cuando me metí a bañar mientras enjabonaba mi sexo y mi pubis imaginé el semen de los dos dentro de mí, por un momento sentí terror solo al suponerme embarazada y confieso haber sido presa del arrepentimiento. Pensé en la forma en que había convenido con Pedro fingiendo que me vendería para nuestro beneficio, cuando en realidad ardía en deseos de hacerlo y sin duda sentí vergüenza de mi misma.

Al salir del baño observé con gusto mi cuerpo desnudo frente al espejo de la recámara y ayudada por la idea de que lo había hecho por nuestro bien logré alejar de mí el arrepentimiento y pasé el resto del día normalmente, sin embargo no podía dejar de pensar que no solo fue negocio   

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