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INFIDELIDAD POR AMBICION ( Parte 3)

en Amor filial

El viernes por la mañana Bárbara se bañó, se maquilló y se vistió con unos shorts ajustados y una blusa, cuando llegó Daniel la saludó con un beso en la mejilla y mientras le sujetaba la mano dio un paso hacia atrás y la observó comentando

-Qué guapa cuñada tengo, con razón mi hermanito está perdido por ti

-¡Dany!... Si sigues con eso, subo a ponerme unos jeans

-No, no, no… Así estás perfecta

Ella rió y entró a la sala seguida por Daniel quien no le quitaba la mirada de las nalgas, entraron a la biblioteca donde estaba Alejandro y después de los saludos de rigor Daniel les dijo

-Te espero en el auto Barbie… Nos vemos el martes hermano

-Nos vemos allá, manejas con cuidado

-Cuenta con ello 

Al salir Daniel Bárbara miró a su esposo quien le entregó un sobre para Filiberto diciendo

-Solo se lo das, él ya sabe de qué se trata, hablé con él anoche por teléfono

Ella poniendo sus manos sobre el pecho de su marido agregó

-¡Ay Alex!... Creo que tienes razón sobre Dany

-¿De qué?

-¿De qué va a ser?... De que me mira con cara de “Te quiero coger”

-Me lo dices como si no lo supieras amor... Bueno, ya no discutamos por eso

-Tienes razón y lo acepto, lo acepto todo amor… Mejor deséale suerte a tu mujercita, te hablo llegando

Metió el sobre que debía llevar a Filiberto dentro del bolso de playa que siempre llevaba a Acapulco, se dieron un beso en la boca y ella salió para subirse en el auto a un lado de Daniel.

Ya en la autopista él volteó a verle las piernas y ella le reclamó

-No te distraigas Dany

-¿Y qué puedo hacer? Con las piernas que tienes cualquiera voltea

Tal vez en otro momento Bárbara no se hubiera puesto esos shorts y si Daniel le hubiese dicho que sus piernas eran bonitas de seguro le hubiera contestado como lo había hecho en anteriores ocasiones, con la debida “amable frialdad” de la mujer casada a la que no le interesa entrar en un juego de seducción, pero ésta vez era diferente, tan diferente que sobraba el cortejo en busca de la conquista, no cabía la clásica actitud femenina de “No soy fácil, así que convénceme”. Esta vez tenía que ser “Pídemelo y te lo doy”. Si como le dijo Alejandro la iba a medir para saber hasta dónde estaba dispuesta a llegar le haría saber que hasta el final, nunca lo había hecho pero lo intentaría, así que sonrió con cierta coquetería y respondió

-¿Tú crees?

-¡Te lo aseguro! Tienes unas piernas preciosas, largas, bien torneadas y me encanta como se juntan ahí

Respondió Daniel señalando la entrepierna de Bárbara, quien se sonrojó respondiendo

-Pues te gusta lo bueno

-¡Me encanta mujer!

-¿Cómo me dices esas cosas?,¡Que loco Dany!

-¿Te molesta?

-No, pero me avergüenzas

-No veo por qué si es la verdad. Son preciosas, además se ven muy suaves, muy tersas, muy bien cuidadas

Daniel siempre la había “Chuleado” diciéndole que era muy guapa, que le gustaba esto u otro de ella, cosa que ella siempre había pretendido suponer como un gesto de amabilidad por parte de su cuñado, pero esta vez no estaba dispuesta a verlo como cuñado, ésta vez era su presa, su conquista necesaria, así que “soltó el primer disparo” diciendo

-¡Y así están!… Tócalas y compruébalo por ti mismo, pero no te distraigas del camino

Bárbara doblo su rodilla hacia la consola del auto ofreciéndole la parte interna de su muslo y su pantorrilla, Daniel aprovechó no solo para tocar la ansiada piel de su cuñada, sino que también pretendió demostrar sus intenciones, quitó su mano del volante del auto y fingiendo no ver donde ponía su mano la posó sobre el short de Bárbara muy cerca de su entrepierna para desde ahí recorrerle la pierna por la parte interna del muslo y la pantorrilla, después la miró a los ojos un segundo y cuando regresó la vista al camino mantuvo su mano sobre el femenino y firme muslo diciendo

-Tienes razón, están muy ricas

Bárbara sonrió pensando “Agasájate un buen rato corazón” y fingiendo admiración le preguntó

-¿Ricas?

Daniel se turbó ante la pregunta y nervioso respondió

-Perdón… Quiero decir… O sea que me refiero a que tienes muy lindas piernas… A que eres muy guapa

Bárbara rió para decir

-No te pongas nervioso cariño…Qué bueno que te gusto, ya que tú a mí también

-¿Qué yo te gusto?... Vaya, no lo imaginaba

-Siempre lo has sabido Dany, así que no finjas asombro

Respondió Bárbara y sonrió, por un momento le pesó la relación familiar, no era fácil de aceptar lo que ambos buscaban así que comenzó a justificarse y a justificar a Daniel pensando que si bien en ella y Alejandro la excusa a su perversidad era la ambición, en Daniel era el deseo por la mujer, el deseo prohibido e incestuoso...Y si para ellos era algo necesario, sin duda para él también lo era, ya que si como decía Alejandro ella había sido la primera “imagen sexual” de su hermano en su pubertad, tal vez se había convertido en su mayor deseo, un capricho que necesitaba cumplir.

Bárbara decidió averiguar que tanto le afectaba a él su relación y sin quitarle la vista del rostro le dijo

-Te pareces mucho a Alex

-Lo imagino… Somos hermanos

-Tienen la misma nariz y los mismos labios

-Si lo quieres comprobar yo estoy dispuesto a demostrártelo

Respondió Daniel y ella le sonrió con picardía pensando “Somos tal para cual, un par de cínicos”, no se acomodó en el asiento permitiendo que él siguiera acariciándola en el muslo, volteó a ver por la ventanilla del auto y  preguntó

-¿Ya tienes novia?

-No, solo amigas…. Tú sabes

Bárbara pensó “Lo clásico, soy  libre pero con suficiente experiencia” y preguntó

-¿Y el “Tu sabes” se refiere a besos, caricias y cama?

-Más o menos

-¿Y hay alguna en especial?

-Varias, así no me meto en problemas

Bárbara hizo un gesto con los labios levantando la ceja y pensó, pasamos al “Les encanto a las mujeres, así que no pierdas tu oportunidad”… Lo volteó a ver y le “soltó la metralla” diciendo

-También existen las que lo hacemos por amor o por el gusto de acostarnos con un chico guapo…. Pero haces bien Dany, cuando las mujeres nos acostamos con alguien solemos convertirnos en una molestia, al menos que seamos casadas ya que las casadas no buscamos obtener nada que no sea placer

Daniel insistió en su decir

-Lo digo en serio Barbie, a las chicas les encanta que se los haga pero yo no quiero compromisos

-Sí claro, si eres todo un Don Juan

Respondió Bárbara en tono de burla y él se defendió diciendo

-Si no me crees….

No terminó lo que iba a decir y ella preguntó

-¿Qué?

-No, nada olvídalo

-Dilo Dany…. Si no te creo ¿Qué?... ¿También me lo piensas demostrar?

Preguntó ella sonriendo, pero Daniel no respondió, ella se le quedó mirando y pensó “Te asustas al primer ruido Dany” y ante el silencio de su cuñado ella insistió

-¿No me piensas contestar?

-No te quiero ofender Barbie

Respondió él quitando su mano del muslo de Bárbara quien se enderezó en su asiento y mirando hacia el frente dijo

-No me ofendes Dany… Créeme que no lo haces

Daniel la miró sonriendo tal vez pensando en que ella también lo deseaba y la acarició nuevamente en el muslo diciendo

-No hablemos de eso preciosa, cambiemos de tema

Bárbara sonriendo le respondió

-Como quieras guapote

Pero no hubo tema, simplemente quedaron en silencio, ella reclinó su asiento y él cada vez que podía  volteaba a verla sin poder ocultar el deseo en su rostro, Bárbara se sonrió pensando “La verdad es que no tienes experiencia corazón, pero vas a tener buena maestra, que no te quepa la menor duda, hoy en la noche duermes conmigo o dejo de llamarme Bárbara” y pensando en lo que iba a hacer sin darse cuenta se quedó dormida, despertó al sentir la mano de Daniel apretando suavemente su muslo y decirle

-Ya llegamos a Acapulco Barbie

Al llegar a la casa Daniel subió a su habitación mientras que ella se quedó un buen rato platicando con Filiberto a quien conocía desde los 15 años, le entregó el sobre que le mandaba Alejandro, después subió a su recámara tomó su teléfono y le marcó a su esposo, cuando él respondió le dijo

-Ya estamos en la casa amor

-¿Y cómo vas?

-Acabamos de llegar Alex

Respondió ella mirando por el cancel del balcón que daba a la alberca teniendo como fondo la hermosa bahía de Acapulco, bajó la mirada hacia la alberca donde vio a Daniel acostado en un camastro, notó que contra su costumbre él estaba usando un pequeño y ajustado traje de baño tipo trusa

-Pero como se portó en el camino, ¿Cómo lo viste?

Preguntó al teléfono Alejandro y ella respondió

-Normal, cariñoso como siempre pero nada en especial.

-¿Y qué piensas hacer?

-¡Lo voy a intentar Alejandro, te lo prometí ¿No?!... A ver qué pasa

-¿Intentar?, Tienes que Hacerlo Barb ¿Le has coqueteado?, ¿Qué bikini te vas a poner?, ponte el tejido de malla, el que usaste en….

-¿En qué quedamos Alex? Además todos esos bikinis, los “Wicked Weasel” se quedaron allá, te dije que aquí no me los iba a poner ya que no me voy a arriesgar a que los vea tu hermanita que es una metiche, ya me ha dicho la güera que cuando ellos vienen solos Silvia revisa todos los cuartos seguramente buscando con que poder chantajearnos….Yo creo que no respeta ni la recámara de tus papás

-Ya no hables de eso ¿Ok?....Te llamo en la noche

-Pero si no te contesto, es que estoy ocupada

Le dijo ella con voz sensual a lo que Alejandro respondió

-Pues ojalá la tengas bien ocupada

-Lo estará en todo lo que cabe__ Le respondió Bárbara riendo y terminó la llamada diciendo__ Voy a cortar amor

Cortó la llamada, le había mentido a su marido para evitar que la presionara ya que en su bolso de playa había metido el pequeño bikini azul confeccionado en una tela que se trasparentaba al mojarse, lo sacó del bolso y levantando la ceja en un gesto de resignación por mentirle a su esposo puso el bikini sobre la cama, se quitó lo zapatos tenis, el short y la blusa, se quitó el sostén, se puso nuevamente la blusa sin abotonarla y se miró al espejo “No hay nada más sensual que una mujer en panty y una blusa desabotonada” se dijo y salió a la terraza, puso sus manos sobre la herrería del balcón y miró a Daniel segura de que bajo sus lentes oscuros la observaba. Fijó su mirada en el atractivo cuerpo de Daniel pensando  “Que tontos son los chicos a su edad, solo piensan en enseñarnos que la tienen muy grande”…  

En ese momento una fresca brisa marina no solo jugó con su cabello sino que también abrió su blusa dejando al descubierto sus firmes pechos, reprimió el instinto pudoroso de cubrirse y subió sus manos para acomodar su cabello. Durante unos eternos segundos para ella, pero fugaces para Daniel, permaneció ahí con la mirada perdida en el horizonte marino sintiendo la suave brisa sobre su torso, después se dio media vuelta y se metió a la recámara donde se desnudó.

Necesitaba justificarse sobre lo que pensaba hacer… Era indispensable seducir a Daniel y para lograrlo era libre de hacer lo que le diera la gana, no había nada de que sentir temor ya que Daniel no la contagiaría de nada y el posible embarazo, freno en muchas mujeres, era la finalidad de todo esto, además no solo contaba con la complacencia de su esposo sino con su total complicidad… Cuando se fuera Filiberto quedarían ellos dos solos en ese paradisiaco lugar dispuestos a la seducción, a la lujuria, a la excitante locura de unir sus ardientes cuerpos hasta culminar en el éxtasis del placer, “El gran final”, “Le petit morte”. Sin duda muchas mujeres casadas querrían estar en su lugar tan solo por la curiosidad, la libertad y el placer de entrar nuevamente en el maravilloso juego de la seducción

En el otro lado de la habitación el espejo reflejaba su desnudo cuerpo, su pequeña cintura delineada por las bien marcadas curvas de su cadera, sus nalgas levantadas, redondas y firmes, su vientre plano, sus bellas piernas, sus pechos de pequeñas aureolas. Observó la firmeza de sus pechos, los acarició y los juntó con sus manos recordando la vez en que Alejandro le había pedido “Déjame cogerte en las tetas amor” y lo mucho que a ella le había gustado hacerlo. Observó su bello rostro y sonrió al recordar sus gestos al momento del orgasmo, se rió pensando… “Pinche Alejandro, se pasa de cabrón, me cogió frente a la cámara que había puesto junto a la cama, como me dio vergüenza ver mi cara cuando me venía en el video… ¿Dónde se habrá quedado esa grabación?”…. Y así mientras se complacía en su sensual desnudez continuó justificando sus actos ahora haciendo uso de sus recuerdos buscando inútilmente llegar al clásico “¿Por qué no, si lo merezco?”

Se había casado a los 16 años y durante los ocho años de matrimonio sus relaciones eran continuas, casi diarias y muy placenteras ya que su hombre siempre se había preocupado y ocupado por satisfacerla al máximo… Sin embargo extrañaba el tiempo en que lo hicieron siendo novios, primero de forma esporádica y después casi todos los sábados. Observó la habitación, ahí en esa misma habitación había perdido la virginidad a los 15 años cuando Alejandro la llevó a pasar un fin de semana en secreto, ella con la complicidad de una amiga que no dejó de sorprenderse expresando emocionada el clásico “Después me cuentas que se siente” mientras que Alejandro seguramente lo había planeado con la lógica complicidad de Filiberto y su esposa, ¿Qué les habría dicho “Sean muy discretos ya que voy a traer a una vieja bien buena que me quiero coger”?... Pero al final su aventura salió a la luz y tuvieron que sortear un gran lío

Recordaba que Alejandro le había dicho “Quiero hacerte el amor” y ¡Vaya que se lo había hecho!, frente a su virginidad él había sido todo delicadeza, todo ternura, ¡todo amor!.... Qué importante es para una mujer perder la virginidad con un hombre que la sabe comprender ante sus temores de sentirse ultrajada, de sentirse invadida por otro cuerpo en lo más profundo de sus entrañas… Alejandro la supo llevar al punto de su máxima excitación, el punto en que una presa de sus instintos ansía sentir lo que en ese momento es desconocido, el punto en que la mujer está rendida al hombre esperando gozar o sufrir la penetración y Alejandro la había hecho gozarla ya que la penetró con delicadeza, sin prisas, tierna y amorosamente….

Conforme se repitieron sus relaciones, sus orgasmos se comenzaron a volver largos e intensos repitiéndose más de una vez en una relación, muchas veces siendo novios y ya casados él la había llevado al cielo del placer, del placer que agota, el que la deja a una al borde del desmayo suplicando “No más, por piedad”

Bárbara soltó un chasquido mezcla de tristeza y añoranza mientras acomodaba la ropa que se había quitado en un cajón sin dejar de recordar que en el tiempo de noviazgo cada visita al hotel había sido una nueva experiencia, ahí hubo más pasión, menos costumbre, más necesidad del otro, ahí hubo más, mucha más lujuria, ahí existió el placer de lo prohibido, el éxtasis del pecado, la rebeldía hacia lo socialmente correcto… ¿Qué mujer después de 8 años de matrimonio y por más satisfactorias que sean sus relaciones, no sueña con volver a sentir esas “mariposas volando en su estómago” mientras espera con ansiedad caricias nuevas?... ¡Esas!, las que al romper con el tedio de la costumbre y con el paradigma de lo correcto hacen que una olvide su estatus de “Señora” a cambio de sentirse nuevamente deseada con la pasión prohibida, con la pasión adolescente, la que no sabe medir consecuencias pero que seguramente es capaz de llenar hasta desbordar los enormes vacíos acumulados por la costumbre, el tedio y a veces el hartazgo.

Tal vez por eso los matrimonios hacen uso de los juegos de imaginar, “Alcánzame en un bar y ahí déjame seducirte y llevarte a un hotel como si fuéramos dos desconocidos” para después llegar cada quien por separado a casa y mentirse sobre su ficticia aventura o contarla abiertamente como si hubiese sido una realidad, ¿O que tal cuando juegan a imaginar que lo hacen con otro u otra? ¿O cuando se usa un juguete para imaginar la doble penetración haciendo un trío?.... Muchas veces estando “de perrito” ella había chupado apasionadamente un juguete, una réplica muy real en su forma y su textura a la de un enorme pene negro, mientras que arrodillado detrás de ella su marido la penetraba con fuerza… Y el máximo de su locura había sido cuando pasaron esos días en un hotel nudista, ¡Vaya que habían disfrutado imaginando!, sintiéndose atrevidos y excitantes por el simple hecho de estar desnudos en un lugar donde todos lo estaban… Juegos de la imaginación que buscan inútilmente romper con la costumbre

Una vez que platicaba con a Alejandro sobre la idea de estar desnuda atada en la cama con los ojos vendados y no saber quién se lo hacía, ella le había dicho “Tú me la tendrías que meter sin tocarme, ya que hasta con los ojos vendados y a oscuras a la primera caricia sabría que se trata de ti, hay cosas que no puedes evitar hacer al tenerme desnuda”…. ¡Claro que en su matrimonio había pasión!, pero era diferente, ya no era la pasión espontanea, la desconocida, sino una pasión que seguía un libreto conocido “Nos besamos, nos lamemos, nos chupamos, ya es hora de que me penetres, ya llegué a mi orgasmo, ahora tu eyacula”… ¡Todo se vuelve tan predecible con la costumbre!

Qué difícil es no caer en la rutina…En lo de siempre… Tal vez sea imposible, y no es el sexo en sí mismo, ese siempre es placentero cuando se tiene un buen amante por marido… Es toda la emoción de la seducción, el escalofrío que eriza la piel al conseguir la primera caricia,  tal vez por eso había disfrutado tanto de la mano de Dany sobre su muslo mientras viajaban en el auto… Extrañaba la seducción del noviazgo con sus clásicas frases “No estoy lista amor” “Otra vez no” “Quiero verte desnuda” “Nada más la puntita”… ¡Mentiras!, mentiras seductivas que solo buscan aumentar la excitación negando lo que tanto se desea

Recordó que una semana después de su aventura en Acapulco, estando solos en la sala de su casa, ella le había dosificado coquetamente las caricias a Alejandro quien le suplicó que fueran a un hotel, ella se había negado diciéndole que estaba arrepentida de haber perdido la virginidad y que no lo haría otra vez hasta el día de su boda, él fingió aceptarlo y cambió su tono por las clásicas súplicas de “Has algo para desahogarme” “No me dejes así amor” “Aunque sea dale unos besitos, una chupadita”, ella le había dicho “Está bien, Te la voy a mamar, pero solo eso Alejandro, no me pidas nada más”.

Movió la cabeza riendo al recordar cómo había terminado con la falda levantada, empinada y parada de puntas mientras que detrás de ella Alejandro la bombeaba una y otra vez hasta hacerla gritar de placer. En voz baja dijo “De no haberme cogido ese día, te hubiera matado amorcito”…  Bárbara se puso el calzón del bikini, tomó el sostén y por un instante se quedó inmóvil “mirándolo sin ver” y pensó “Y al fin de cuentas, solteras, casadas, viudas, divorciadas, santas o pecadoras, a todas nos encanta ¿Quién no se siente nerviosa y al mismo tiempo halagada ante la mirada insistente de un amigo, un conocido o de un extraño en un restaurante? Y a pesar de que por convencimiento u obligación nos comportemos como señoras casadas y rechacemos esas miradas, siempre nos dejan la emoción de sentirnos deseadas por más que nos hagamos las ofendidas”...  Se puso el sostén, untó crema bronceadora en su piel y se puso un holgado vestido playero de manta a medio muslo, en ese momento tocaron a la puerta

-¡Voy!

Respondió y al abrir se encontró con Filiberto y la güera

-Ya nos vamos Bárbara, te doy las llaves de la casa

-Los acompaño a la puerta

Respondió mientras tomaba las llaves, caminó con ellos hacia la puerta de la calle y después de pedirles que saludaran a su hija de su parte los vio subirse al auto de Filiberto y marcharse. Por un momento quedó recargada en la puerta de la calle diciéndose a sí misma “Nunca he sabido cómo se llama la güera, le preguntaré ahora que regresen” … Cerró la puerta con llave y regresó a su habitación, metió la crema bronceadora y su teléfono a su bolso, se miró al espejo nuevamente moviendo su cadera y doblando su rodilla….Sonrió complacida de sus movimientos seductores imaginando que excitarían a su cuñado, soltó nuevamente un chasquido al recordar que en su matrimonio no había mucho por hacer en ese tema… La emocionante y sensual coquetería femenina hacia su marido se limitaba a untarse en las piernas la crema con el aroma que a él lo excita simplemente acercarle sus piernas para terminar cogiendo…. Seducir a Daniel, hacer que él se lo pidiera y ella aceptar como quien le hace un enorme favor a un amigo era el reto, algo nuevo, algo emocionante, excitante, ardiente… No tenía la menor duda en que le había mentido a su esposo al afirmar “Lo tengo que hacer” ya que debió haber dicho “Lo quiero hacer, muero por hacerlo”.

Bárbara dejó de buscar una justificación a sus actos y concluyó reconociendo “Tiene razón Alex, es solo un negocio… un simple negocio”,  tomó sus lentes oscuros, su sombrero y salió hacia la alberca, al llegar acomodó sus cosas sobre la mesa junto a un camastro al otro lado de la alberca donde Daniel fingía dormir, se quitó la camisola pasó su manos sobre la piel de sus piernas y siguiendo el juego de Daniel se sentó en la orilla de la alberca para meterse al agua haciendo el menor ruido posible, nadó despacio hasta la orilla donde se podía observar la bahía y se quedó contemplando el cielo sin nubes, el mar azul y la fila interminable de hoteles sobre la playa circundando la bahía.

Miró hacia su sostén, la tela ya se había trasparentado pegándose a su piel mostrando sus aureolas y sus pezones, miró hacia dentro del agua para observar cómo se transparentaba su vulva bajo el pequeño calzón del bikini  Le encantaba el silencio, el total y absoluto silencio, recordó que su papá escuchaba una canción de su juventud llamada “Los sonidos del silencio”…Mientras mojaba su mano para dejar gotear el agua sobre la orilla de la alberca disfrutaba de ese silencio, el que sentimos llenar con el vacío de la nada nuestros oídos, el que nos llena de paz, la paz de la absoluta soledad, la paz de la que siempre huimos, la que nos asusta… ¡Qué enorme paradoja¡. Vivimos la soledad en un mundo lleno de gente, pero nos espanta estar solos. ¿Habremos perdido la capacidad de hablar con nuestro yo interno, de analizarnos, de comprendernos, de amarnos y perdonarnos a nosotros mismos o será que ya nos volvimos autómatas acostumbrados a sufrir nuestras congestionadas ciudades para terminar el día llegando a casa a quitarnos los zapatos y tirarnos frente al televisor para sentirnos acompañados? 

Lentamente y mojando nuevamente su sostén caminó hacia la escalera de acero inoxidable, subió lentamente por ella de espaldas hacia Daniel, hizo sus nalgas hacia atrás y terminó de subir, sabía que él la observaba y al salir se sentó en la orilla, apoyó sus manos en el piso, dobló sus piernas apoyando las plantas de sus pies en el suelo e hizo su cabeza hacia atrás sacando su pecho, permaneció así disfrutando del silencio y del espectáculo que le daba a su cuñado 

La voz de Daniel rompió ese silencio

-¿Qué te dijo Filiberto?

-Pensé que estabas dormido

-No__ Respondió Daniel poniéndose de pie y agregó__ Te estaba admirando, tienes un cuerpo perfecto, de verdad que eres muy guapa… Al menos a mí me encantas

Bárbara le sonrió y mientras él se acercaba a ella dijo

-Ya se fueron a Chilpancingo… Estabas enterado, ¿no?

-Sí, le habló a mi papá desde la semana pasada para pedirle permiso… ¿Pero te dijo algo?

-Nada… Bueno, que ya se iban y que en la alacena y el refrigerador hay suficiente comida… O sea que nos quedamos solos, pero no importa, yo me encargo del desayuno y salimos a comer, tú lavas los platos… O mejor dicho, los metes al lava vajillas, ¿Te parece?... Y que cada quien tienda su cama

-¿Tender la cama?

Bárbara sonrió agregando

-¿No puedes?... Además hay que barrer y trapear

-Invítame a dormir a tu cuarto, yo no sé trapear

-Si quieres

-Pero no te dejaría dormir

Bárbara lo miró pero no respondió, solo le sonrió y se acostó boca arriba para tomar el sol, Daniel se puso de pie junto a ella, Bárbara abrió los ojos y lo observó, la ajustada trusa mostraba lo bien dotado que estaba y lo bien formadas que tenía las nalgas, atributos que él sin recato alguno presumía.

-Me gusta tu trusa

El tono de coquetería en que lo decía le hizo notar a Daniel que se refería a lo que había debajo de la trusa y en ese mismo tono le respondió

-Y a mí tu bikini, es muy sexy, se trasparenta como si no usaras nada

Ante el silencio de Bárbara él temeroso desvió la charla diciendo

-La compré en Los Angeles… Me refiero a la trusa

La aclaración hizo que ella riera y él agregó

Y “midiendo el terreno” se animó a aclararle

-La compré porque les gusta a las chamacas, dicen que se me ve muy buen trasero, ¿Qué piensas?

Preguntó poniéndose de perfil, Bárbara abrió nuevamente los ojos cubriéndose del sol con su mano para mirar hacia Daniel y respondió

-Tienen razón y no solo se te ve muy bien el trasero… También el delantero

Bárbara cerró nuevamente los ojos, bajo su mano nuevamente a un costado de su cuerpo como indicando que se acababa la charla y Daniel preguntó

-¿Te enojaste?

-¿Cómo crees?, solo que el sol me molesta, si me quieres presumir el buen cuerpo que tienes, mejor siéntate a mi lado

-¿Crees que tengo buen cuerpo?

Preguntó él sin poder ocultar su emoción y ella sin abrir los ojos respondió

-Ajá… Bastante bueno Dany

Bárbara mantuvo los ojos cerrados segura de que Daniel observaba lo que su bikini trasparentaba, lo sintió caminar y nuevamente se hizo el silencio, silencio que fue roto por varios “clics” del teléfono móvil de Daniel quien seguramente le estaba tomando fotos, ella giró la cabeza para verlo pensando “Ni creas que te vas a masturbar viendo mi foto mientras que nosotros necesitamos tu semen papito” se puso de pie y preguntó

-¿Me estás tomando fotos?

-Una

Respondió él avergonzado

-¿Me piensas desnudar con el photoshop?

-No creo necesitar del photoshop

Respondió Daniel haciendo alusión a su bikini

-¿Entonces, para que la foto si ya viste lo que querías ver?

-Será que quiero más

Ella le sonrió con picardía pensando “Vas bien corazón” y mientras caminaba hacia el bar le preguntó

-¿Te sirvo algo?

-¿Qué vas a tomar?

-Yo agua, ¿Qué quieres?

-Yo voy

Dijo Daniel poniéndose de pie y al llegar a la cantina sirvió dos copas de whisky diciendo

-Tómate un whisky, te va a quitar el calor

Ambos se sentaron en las sillas frente a la barra y ella  rió al notar como discretamente Daniel acomodaba su erección bajo la trusa

-¿De qué te ríes?

-De nada…. ¡Salud!

Daniel levantó su copa, ella chocó su vaso con el de su cuñado y después de beber dijo

-Solo me tomaré ésta, yo no aguanto mucho

Daniel rió y ella observó en su risa la intención que realmente tenía el ofrecerle alcohol, terminaron sus copas y Daniel se adelantó a servir la segunda preguntando con malicia

-¿No te gusta tomar?

-Se me sube muy rápido y Alex dice que hago locuras

-¿Qué clase de locuras?

Bárbara rió pensando “Solo proponlas” y respondió

-De todo tipo, como querer nadar desnuda o cosas de ese tipo

-¿Mas desnuda?

-No es lo mismo, con el bikini se siente la tela y sin nada encima, te sientes libre y muy sexy

-Sexy eres vestida o desnuda y pienso que ya te vi de las dos formas

-¿Tú crees?

Daniel puso su mano sobre el muslo de ella, quien se puso de pie y le dijo

-Me voy a asolear un rato, ¿Me pones bloqueador?

Bárbara se tiró boca abajo sobre una toalla y Daniel se acercó con el bloqueador, recorrió sus piernas untando la crema, ella le indicó que desatara el sostén del bikini, él lo hiso y le untó la crema en la espalda y metió la mano bajo el calzón del bikini para acariciarle las nalgas, ella le dijo

-No es necesario que me untes bajo el bikini

-No te estaba untando

Ella rió y él sacó su mano, cerró el frasco de crema y se tiró al sol junto a su cuñada. Después de un buen rato ella se enderezó deteniendo el sostén sobre sus pechos, le pidió a Daniel que lo atara nuevamente en su espalda y cuando se iba a untar la crema bloqueadora él se la quitó de las manos diciendo

-Acuéstate yo te la pongo

Bárbara se acostó boca arriba, la tela del bikini ya se había secado y dejó de transparentarse, él comenzó a untarle la crema desde los pies, Bárbara separo sus piernas y él untó la crema en la parte interna de sus muslos, Daniel observó los labios vaginales delineándose sobre el calzón y siguió untando en el vientre. Observó cómo los huesos de su cadera levantaban el bikini separándolo un poco de la piel del pubis y buscando medir la reacción de Bárbara metió ahí sus dedos tocándola en la vulva, ella cerró los ojos y él subió a sus pechos observando la erección de los pezones sobre la tela y en lo que se decidía a acariciarle las tetas ella como si nada pasara dijo

-Ya con eso… Gracias Dany

Dar y quitar, permitir y prohibir hasta desesperar, ese es el juego y su regla de oro es “Ruégame para que te dé lo que muero por darte” y no hay hombre que no la obedezca al pie de la letra, cuantas veces se lo había hecho a Alejandro tanto de novios como en los primeros meses de matrimonio… “Nada como un hombre desesperado por tocar, besar, lamer, chupar y penetrar, cuanta pasión hay en ellos” se dijo tristemente al recordar que con Alejandro eso se había terminado para dar paso a la costumbre, costumbre que indiscutiblemente era placentera, muy, muy placentera pero al fin de cuentas ¡Costumbre!. La que incontables veces los había llevado a tener relaciones sin siquiera desnudarse, a veces quitándose las bragas o a veces solo haciéndolas a un lado.

No podía negar que le encantaba cuando usando vestido él la tiraba en la cama y haciendo a un lado sus bragas se la metía bombeándola hasta el orgasmo, pero extrañaba la pasión desesperada por verla desnuda, por tocarla y acariciarla, por besarla, esa desesperación por pegar su boca a sus pechos y mamarlos como si fuese un bebé hambriento, buscando avivar el fuego de su deseo y su pasión de mujer, fuego que estimula y aumenta la humedad de su sexo, fuego que solo puede consumir el placer del orgasmo

Pero sobre todas las cosas extrañaba la cara de asombro e incredulidad que al principio ponía al mirarla desnuda… “Me veía como una diosa, como una obra de arte, como si yo fuera una visión angelical, en su cara se notaba la incredulidad de que penetraría mi cuerpo, de que eyacularía en el fondo de mis entrañas, que me disfrutaría mientras a mí me enloquecía de placer, ¡Y vaya que lo hacía, que manera de coger la de Alejandro!”  Perdida en sus pensamientos sintió la Cabeza de Daniel apoyarse sobre sus muslos, ella lo dejó y así permanecieron un buen rato, incluso ella se durmió, despertó cuando sintió que él besaba su muslo y fingiendo no haberlo sentido preguntó

-¿Qué hora es?.. Tengo hambre

-Ya son las cinco Barbie

-Invítame a comer

-Vamos

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Me enamore jugando (5)

Me enamore jugando (4)

Me enamore jugando (3)

Me enamore jugando (2)

Me enamore jugando (1)

Y nos volvimos a sentir jóvenes (3a parte)

Y nos volvimos a sentir jóvenes (2a parte)

Y nos volvimos a sentir jóvenes

Recuerdos de mi amor por dos hermanas (Fin)

Recuerdos de mi amor por dos hermanas (3a Parte)

Recuerdos de mi amor por dos hermanas (2a Parte)

Recuerdos de mi amor por dos hermanas

Mi historia con Lucía (Fin)

Mi historia con Lucía (Parte 3)

Mi historia con Lucía (Parte 2)

Mi historia con Lucía (Parte 1)

Mi Primera Vez (II)

Mi Primera Vez (I)

Miradas

Una verdad oculta (Primera parte)

Una verdad oculta (Final)

Una verdad oculta (Segunda parte)

Una historia de Amor (Tercera parte)

Una historia de Amor (Final)

Una historia de Amor (Primera parte)

Una historia de Amor (Segunda parte)

Un amor prohibido

Confesiones a una esposa

La infidelidad de Vianey (fin)

La infidelidad de Vianey (2)

La infidelidad de Vianey (1)

Una loca aventura

El precio de la Infidelidad

Un amor entre primos

La historia de Sandra (Final)

La historia de Sandra (Parte 4)

La historia de Sandra (Parte 2)

La historia de Sandra (Parte 3)

La historia de Sandra (Parte 1)

Amor y soledad (4)

Amor y soledad (2)

Amor y soledad

Juego de infidelidades (14)

Juego de infidelidades (13)

Juego de infidelidades (12)

Juego de infidelidades (11)

Juego de infidelidades (10)

Juego de infidelidades (9)

Juego de infidelidades (8)

Juego de infidelidades (7)

Juego de infidelidades (6)

Juego de infidelidades (5)

Juego de infidelidades (4)

Juego de infidelidades (3)

Juegos de infidelidad

Juego de infidelidades (1)

Alejandra (4)

Alejandra (3)

Alejandra (2)

Alejandra

Miradas

Amor destruido

Un intercambio muy especial (11) Final

Un intercambio muy especial (10)

Un intercambio muy especial (9)

Un intercambio muy especial (8)

Un intercambio muy especial (7)

Un intercambio muy especial (6)

Un intercambio muy especial (5)

Un intercambio muy especial (4)

Un intercambio muy especial (3)

Un intercambio muy especial (2)

Un intercambio muy especial (1)

Fué con mis dos hermanos (4)

Fué con mis dos hermanos (3)

Fué con mis dos hermanos (2)

Fué con mis dos hermanos (1)

Me compartió con... su novia

Conmigo le fué infiel a su esposa

Almudena... mi hermana

Mi esposa a cambio de poder (Fin)

Mi esposa a cambio de poder (9)

Mi esposa a cambio de poder (8)

Mi esposa a cambio de poder (6)

Mi esposa a cambio de poder (5)

Mi esposa a cambio de poder (4)

Mi esposa a cambio de poder (3)

Mi esposa a cambio de poder (2)

Mi esposa a cambio del poder

Chantaje por amor

Infidelidad obligada (Fin)

Infidelidad obligada (8)

Infidelidad obligada (7)

Infidelidad obligada (6)

Infidelidad obligada (5)

Infidelidad obligada (4)

Infidelidad obligada (3)

Infidelidad obligada (2)

Infidelidad Obligada (1)

Y me convertí en mamá (1)

Amor entre hermanos (16)

Amor entre hermanos (15)

Sexo entre hermanos (14)

Sexo entre hermanos (13)

Sexo entre hermanos (12)

Sexo entre hermanos (11)

Sexo entre hermanos (10)

Sexo entre hermanos (9)

Sexo entre hermanos (8)

Sexo entre hermanos (7)

Sexo entre hermanos (6)

Sexo entre hermanos (5)

Sexo entre hermanos (4)

Sexo entre hermanos (3)

Sexo entre hermanos (2)

Sexo entre hermanos

Amor entre generaciones (5)

Amor entre generaciones(4)

Amor entre generaciones (3)

Amor entre generaciones

¿Es erótico el amor de pareja?

¿Bisexual mi esposa? (fin)

¿Bisexual mi esposa? (2)

¿Bisexual mi esposa?

¿Quieres hacer un trío?

La mamá de Valeria (fin)

La mamá de Valeria (2)

La mamá de Valeria

Si quieres que te sea infiel... Lo puedo ser

La Historia de Susana (Fin)

La Historia de Susana (24)

La Historia de Susana (23)

Te fuí infiel, ¿Me perdonas?

La Historia de Susana (22)

La Historia de Susana (21)

La Historia de Susana (20)

La Historia de Susana (19)

La Historia de Susana (18)

La Historia de Susana (17)

La Historia de Susana (16)

La Historia de Susana (15)

La Historia de Susana (14)

La Historia de Susana (12)

La Historia de Susana (13)

La Historia de Susana (11)

La Historia de Susana (10)

La historia de Susana (9)

La historia de Susana (8)

La Historia de Susana (7)

La Historia de Susana (6)

La Historia se Susana (5)

La Historia de Susana (4)

La Historia de Susana (3)

La Historia de Susana (1)

La Historia de Susana (2)

Amantes (fin)

Amantes (8)

Amantes (7)

Amantes (6)

Amantes (5)

Amantes (4)

Amantes (3)

Amantes (2)

Amantes (1)

Romance con la adolescente equivocada (fin)

Romance con la adolescente equivocada (6)

Romance con la adolescente equivocada (5)

Romance con la adolescente equivocada (4)

Romance con la adolescente equivocada (3)

Romance con la adolescente equivocada (2)

Romance con la adolescente equivocada (1)

Lo que siento

Fernanda y Raúl (2)

Fernanda y Raúl

Le Cumplí un deseo

Confesiones de mi marido

Primera confesión de mi marido

Costumbre (Fin)

Costumbre (cuatro)

Costumbre (tres)

Costumbre (dos)

Costumbre

Mis primeras experiencias (5)

Mis primeras experiencias (4)

Mis primeras experiencias (3)

Mis primeras experiencias (2)

Mis primeras experiencias