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Mi Primera Vez (I)

en Erotismo y Amor

Cuando él se acercó a mí y me abrazó yo miré nerviosa hacia la cama y en mi mente se formó la imagen de nuestros cuerpos desnudos sobre de ella, por un momento quise dar marcha atrás pero al intentar decir algo sus labios se juntaron a los míos evitando mis palabras, entre mis labios cerrados entró su lengua y recorrió con suavidad mis dientes, Miguel Hernández se refirió a los dientes como la “frontera de los besos”, frontera que quité al abrir mi boca y dar paso a su lengua que buscó la mía haciéndome sentir ese fuego al que el mismo Hernández se refería, fuego que no es otra cosa que el maravilloso y ardiente inicio de la pasión, bocas y lenguas unidas intercambiando salivas como preámbulo a la desnudez de los cuerpos y a la total entrega mutua de sus más íntimos fluidos  

Habían sido muchas las veces las que habíamos iniciado el mismo juego del amor y yo siempre me había entregado segura de que al verme vencida y en ocasiones suplicante porque lo hiciera él nunca daría el “golpe final” y así consciente o inconscientemente siempre le dejé la responsabilidad de mantener la cordura poniendo freno al juego para evitar llegar al punto sin retorno donde la pasión domina la razón. Pero ésta vez ya no había motivos para mantener la cordura, ésta vez no habría freno alguno, ésta vez saldría victorioso o mejor debería decir que saldríamos triunfantes de nuestra loca aventura. Una loca aventura donde esa entrega apasionada de nuestros cuerpos sería un final y a la vez un principio en nuestras vidas, entrega dos veces frustrada, una por la moral de la sociedad y la otra por la inmoralidad del whisky que provocó estragos en mi razón, en mi cordura e incluso en mi equilibrio y estómago….

Al separar nuestras bocas sus manos acariciaron mi cabello y mi cara, bajaron por mi costado recorriendo mi cintura y mi cadera hasta tocar la piel de mis muslos un poco arriba de la mitad de ellos que era justo donde terminaba la tela de mi camisón, él se separó de mí tomando la tela con sus manos y cuando pretendió subirlo para desnudarme yo sujeté sus manos y tontamente como si hubiese otra alternativa a lo inevitable le dije

-Espera, tengo miedo

-¿De qué?

Di un paso hacia atrás, levanté mis brazos hacia el frente señalando la habitación y mientras me giraba le dije

-De esto, de cómo llegamos aquí, de ti, de mí, del futuro, de volver a sentir que no soy lo suficiente mujer para ti… Ya no quiero seguir viviendo error tras error

-¿Crees que fue un error?

Me senté en la silla que estaba frente al espejo del tocador y le dije en voz baja

-Creo que por amarte he perdido la capacidad de diferenciar entre acierto y error…

-Ven levántate, acércate para decirte un secreto importante

Me puse de pie frente a él y ese “secreto importante” fue el beso más ardiente y amoroso que hubiera sentido, beso que reavivó mi fuego para rendirme a sus deseos. Me sentí avergonzada al quedar solo en bragas, sus manos acariciaron mis pechos adolescentes y su boca se apoderó de mis endurecidos pezones que fueron su deleite haciendo que todo mi cuerpo se erizara cuando sus labios los apretaron dulcemente, él bajó lentamente besándome hasta quedar de rodillas, al verlo ahí arrodillado frente a mi vientre desnudo mi alma de mujer se llenó con su ternura y acaricié sus cabellos cuando su boca besó la piel de mi pubis y sus manos bajaron mis bragas última defensa de mi desnudez, sus besos recorrieron mis muslos y sus manos levantaron alternada y delicadamente mis pies para dejar mis bragas abandonadas sobre el piso.

Se puso de pie frente a mi e instintivamente crucé un pie delante del otro y bajé mis manos posándolas sobre mi pubis intentando ocultar con mis manos mi sexo, pero sus manos tomaron las mías y abrieron mis brazos en cruz para fijar su vista en mi cuerpo, sin duda su sonrisa fue causada por mi rubor y confieso haberme sentido incómoda cuando me hizo girar para ver mi espalda y mis nalgas ya que al estar desnuda no podía evitar sentirme indefensa y vulnerable… Pero de cuerpos desnudos se trata el juego del amor, así que él se quitó la camisa y de un solo movimiento los pantalones junto con los calzones para que yo observara su cuerpo, mi vista lo recorrió y se fijó en su erección, nerviosa por sentir que era algo muy grande para darle cabida en mi cuerpo me atreví a tocarlo pero en ese momento él me abrazó para besarme, al juntarse nuestros cuerpos y sentir por vez primera su desnuda erección sobre mi piel, más que excitarme me hizo sentir protegida de su mirada sobre mi cuerpo

Los besos se comenzaron a acompañar de caricias, sus manos recorrían mi espalda, mis nalgas, mis muslos y mis costados, sentía mi humedad mojar mi entrepierna y sentía la suya mojar la piel de mi pubis, nos separamos y me tomó de la mano para guiarme a la cama, mi enorme deseo se mezclaba con el miedo a lo desconocido razón por la cual muy nerviosa le dije.

-Se bueno conmigo amor.

Quedé en silencio avergonzada de mis palabras y él como respuesta me besó dulcemente en la boca para seguir besando mi cara, mis ojos y mi pelo… Besos, caricias y más caricias derrochó sobre mi piel como si quisiera que sus labios, su lengua y sus manos se aprendieran cada poro de ella, me tenía tendida boca abajo  y a fuerza de repetirme lo hermosa que era, yo terminé por creerle y sentirme única, en mi cara sentía el calor de mi rubor y mis ojos se cerraban cada vez que su boca y su lengua se posaban sobre mi piel.

Nuevamente me recostó boca arriba para besar y acariciar mi piel, recostó su cabeza sobre mi vientre abrazando mi cadera y me sentí conmovida al sentir nuevamente toda su ternura, ternura que mantuvo en todos sus empeños por hacerme disfrutar el momento en que dejaría de ser virgen para convertirme en su mujer, separó mis piernas, tomó alternadamente mis pies para besarlos y después de saborear uno a uno mis dedos metiéndolos a su boca apoyó las plantas de mis pies sobre la cama

Levanté mi cabeza para mirar mi cuerpo desnudo, mis pechos subían y bajaban al ritmo de mi agitada respiración, observé mi abdomen y como la piel de mi pubis se hundía haciendo resaltar a sus lados los huesos de mi cadera elevándose al centro donde había estado mi vello púbico ahora ausente por haberlo afeitado, mi vista recorrió mis muslos que se elevaban hacia mis rodillas. Lo miré a él arrodillado en medio de ellos y cuando nuestras miradas se encontraron los dos sonreímos, él gustoso mientras que yo lo hacía nerviosa esperando ser penetrada por vez primera y así permitirle satisfacer sus deseos dentro de mí, pero él no lo hizo en ese momento sino que levantó alternadamente mis piernas para besar mis pantorrillas y cuando las apoyó sobre su mejilla por varios segundos sentí derretirme con su dulzura, besó mis rodillas y bajó besando la parte interna de mis muslos hasta llegar a mi ingle donde besó repetidamente la piel entre mi muslos y mis labios vaginales.

Con mucha delicadeza separó mis labios para observar detenidamente mi sexo, levantó la vista para mirarme  y se sonrió para después perder su rostro entre mis muslos, al sentir que besaba mi sexo se erizaron todos los poros de mi piel y cuando su lengua comenzó a llenarme de placer inspiré profundamente y mis manos se cerraron apretando entre ellas las sábanas, levanté mi cuerpo y él metió sus manos debajo de mis nalgas para facilitarse el placentero trabajo de hacerme gozar, hice hacia atrás mi cabeza apoyándola sobre mi nuca cerré mis ojos y sin razón alguna abrí mi boca expirando por ella la agitación de mi placer. El calor de su aliento y la humedad de su lengua sobre mi sexo me tenían al borde de la locura, subí mis manos para apretar mi cabeza haciendo que mis cabellos cubrieran mi cara, mis piernas comenzaron a temblar, aprisioné su cabeza con mis muslos en un movimiento inconsciente que buscaba evitar que su boca se separara de mi sexo y todos los músculos de mi pelvis comenzaron a contraerse rítmicamente en un delicioso orgasmo

Al terminar, mis piernas se relajaron dejando en libertad su cabeza y las dejé caer hacia los lados, un último y amoroso beso sobre mi sexo me indicó que era su turno para disfrutar, se hincó entre mis piernas y se acercó a besarme en la boca, aspiré su aliento y probé el sabor de su lengua impregnados del olor y el sabor de mi sexo, él se enderezó tomó con su mano su miembro y al saber que era el momento a mi mente regresaron las palabras escuchadas y las letras leídas sobre la pérdida de la virginidad, pensar en dolor, sangre y demás mitos hicieron que el temor me convirtiera en un “manojo de nervios” que me hacía respirar agitadamente haciéndome sentir que el aire no llegaba a mis pulmones.

Mientras él sostenía su miembro con su mano frotando el glande sobre mi clítoris yo vanamente pretendía observar si cabría dentro de mí, lo puso en la entrada de mi vagina y comenzó a empujar, cerré mis ojos al sentir una ligera molestia que no puedo describir como dolor y él al notar mi gesto se detuvo pero yo abrí mis ojos para mirarlo, afirmé con mi cabeza y él continuó entrando en mi muy lentamente hasta que sentí su pubis apoyarse sobre el mío.

Al saberme totalmente penetrada balbuce “Me siento llena de ti, me lo metiste todo”, por fortuna él no logró entender mis tontas palabras ya que me preguntó

-¿Cómo?

-Que me siento feliz de ser tuya

Le respondí y él se recostó sobre de mí para besarme. No sé cuánto tiempo me habrá tenido penetrada acariciando con su pene mis entrañas y besándome amorosamente en la cara, la boca, los ojos, el cabello y el cuello, no, no había en mí el placer que ahora siento al hacer el amor pero me sentía llena física y emocionalmente ya que sin dejar de aceptar que sus caricias sobre mi clítoris eran placenteras no era algo que me pudiera llevar al orgasmo, sin embargo era tan hermoso tenerlo dentro de mí, me sentía suya y lo sentía mío. Al no poder retener más tiempo su orgasmo él apoyó sus manos sobre la cama a un lado de mi cuerpo levantando su tronco, su cara quedó justo arriba de la mía yo cerré los ojos mientras él aceleró desesperadamente sus movimientos, cuando empujó su miembro con fuerza hasta el fondo de mi vagina sentí dolor y puse mis manos sobre su pelvis para evitar que lo hiciera con más fuerza y lo escuché decirme con voz casi desesperada

-Abre tus ojos… ¡Mírame a los ojos!

Yo los abrí mirándolo fijamente a los ojos y por unos segundos quedó inmóvil con su mirada fija en la mía, después su mirada se perdió, sus ojos se subieron en sus órbitas y se cerraron, hizo su cabeza hacia arriba, arqueó su tronco mientras apretaba sus nalgas para empujar su miembro, nuevamente sentí molestia al sentirlo empujar el fondo de mi vagina pero la soporté al apreciar en su cara un gesto que ahora ya reconozco como su placer, su inmenso placer, sentí en mi vagina varios movimientos de su pene y al terminar todo su cuerpo se relajó, bajó su cabeza hasta juntar su mentón a su cuello y después de decir “Eres increíble, una mujer maravillosa, me encantas amor” terminó recostándose sobre de mí. Complacida en lo más profundo de mi ego y vanidad femenina por lo que había dicho acaricie su espalda en silencio y así permanecimos un rato, el hecho de sentir su cuerpo desnudo sobre el mío y su pene ocupando mi vagina me hizo soltar unas lágrimas de emoción al pensar que a pesar de todo habíamos logrado unir nuestros cuerpos al igual que lo habíamos hecho ya con nuestras almas

Si, sé que soy una estúpida romántica irredenta y como no me avergüenzo de serlo confesaré mi gran estupidez. Cuando él perdió su erección y se dejó caer acostado boca arriba a mi lado yo me enderecé con la tonta idea de encontrar sangre en mi sexo o sobre las sábanas pero me llené de felicidad al ver que lo único que había en mi sexo era su blanco semen desbordándose de mi vagina, un enorme sentimiento de posesión se apoderó de mí, me giré, lo besé y le dije emocionada

-¡Eres mío!, tu semen me lo grita en las entrañas y eso me hace muy feliz

Y después como se dice en México “Regresó la burra al trigo” y pregunté lo que tanto había leído y escuchado que no se debe preguntar en esos momentos, dije

-¿Te gusté?

El no respondió, solo se sonrió, me hizo recostar la cabeza sobre su pecho y comenzó a acariciar dulcemente mis cabellos, yo pregunté

-¿Por qué me pediste que abriera los ojos?

-Quería perderme en tu mirada en el momento de…… Quise convencerme de que no estaba soñando

-¿Yo era tu sueño?

-Lo eras, hoy eres mi maravillosa realidad

-Te adoro

Le respondí conmovida por sus palabras y quedamos en silencio mientras sentía que su respiración se hacía cada vez más pausada, su mano cayó sobre las sábanas y al notar que se había dormido apagué las luces con el interruptor que había sobre la cabecera de la cama me recosté nuevamente sobre su pecho pasando mi pierna sobre su cadera y poco a poco me comenzó a vencer el sueño hasta quedarme profundamente dormida…

No sé qué hora sería cuando desperté agitada, me enderecé y de un brinco me bajé de la cama diciendo angustiada

-¡Nos quedamos dormidos, levántate que mi papá me va a matar!

-¡Cálmate amor, estabas soñando!

Al escuchar su voz firme y despreocupada yo lo miré desconcertada e incrédula ante su indiferencia sobre lo que me pudieran decir mis padres, pero cuando él encendió la luz mi mente se situó en mi realidad y ya no hicieron falta sus palabras al decirme

-Cálmate amor… No tienes que regresar a tu casa, ya estamos casados… ¿Ya despertaste?

Lo miré sentado en la cama, me estiró su mano, yo la tomé y afirmé con la cabeza, me senté en la orilla de la cama bajé mi vista hacia mis desnudos muslos, pasé mi mano sobre mis cabellos para acomodarlos y respondí

-Perdón por despertarte así, es que aún no me hago a la idea de estar casada y pensé que tú y yo habíamos……

-Es normal amor, la primera noche de casados dormiste en la casa de tus papás, anoche “te tiró” el whisky así que hoy fue nuestra noche de bodas, ven, súbete a la cama

Me subí a la cama me acosté de lado y él me abrazó, ya no sentía vergüenza de estar desnuda con él, me sentía segura de que le gustaba como mujer y me amaba como esposa, juntó su cuerpo al mío y mientras besaba mi espalda y mi hombro me dijo

-No hubiera estado mal adelantar las cosas en un hotel… ¿Digamos dos añitos?

-Tú no quisiste

Respondí casi dormida y ya no supe si dijo algo más ya que perdí el conocimiento cayendo en uno de los sueños más profundos que haya tenido

Al despertar de mi sueño me senté en la cama de un golpe y tardé unos segundos con los ojos abiertos mirando al frente hasta que mi mente nuevamente se conectó a mi realidad y reconocí el camarote del barco, voltee mi cabeza hacia el lado en que debería de estar mi esposo, él no estaba en la cama pero sobre su almohada había una rosa roja, no necesitaba explicaciones, ni tarjetas, ni palabras, sabía su significado y la abracé contra mi pecho llorando de emoción, me levanté y lo encontré de pie en el balcón mirando hacia el mar, lo abracé por la espalda y le dije

-Te amo…

El pasó su mano para tocarme y al sentir mi piel desnuda, se giró y me hizo entrar diciendo

-¿Cómo sales desnuda al balcón amor?... Te pueden ver los pasajeros de al lado

Le hice un gesto de enojo fingido y entré al baño, al salir le pregunté

-¿Dónde conseguiste la rosa?

-Si vieras lo que venden en el barco, al rato te llevo para que veas la zona comercial, para ti que te encanta comer pizza tienen una pizzería, hay una capilla donde celebran bodas, ha de ser interesante casarte en un crucero… Supongo que las flores serán congeladas o tratadas

-¿Fue por…?

-¿Por qué más amor?

-¿Me darás una por cada vez que hagamos el amor?

-Tal vez

-Tendrás que sembrar de ellas algunas hectáreas

-¿Tú crees?

Yo sonreí de forma sugestiva y le dije

-Ven vamos a bañarnos juntos

(Ya son seis años en que dos días después de que festejamos nuestro aniversario de bodas recibo un gran ramo de rosas, sin tarjetas, ni mensajes, él las manda para recordarme ese día y yo las recibo emocionándome hasta las lágrimas al saber lo que significó para él… En nuestro segundo aniversario al recibir las flores mi mamá estaba conmigo en casa y al preguntar quién me mandaba las flores le respondí con toda honestidad “Mi amante má”… pero no me lo quiso creer)

Dentro del reducido gabinete para la regadera en el baño del camarote nos bañamos uno al otro entre besos y caricias, él tomó una de mis piernas y la sostuvo levantada a la altura de su cadera, tomé su miembro con mi mano y lo acerque a mi sexo indicándole la entrada hacia mi vagina, después de un rato en el que él se dedicó a “lo suyo” mi boca abierta se apretó sobre su hombro y al relajarme solté un  suspiro diciendo

-Me hiciste sentir muy rico amor

Cando él terminó quedamos abrazados unos instantes y después mientras yo limpiaba de mis entrañas los restos de su pasión le dije sonriendo

-Si nos hubieran visto las que se mofaban de mi estatura de seguro se morirían de envidia

-Eso supongo.

Después de secarnos él se quedó dentro del baño afeitándose y yo de pie bajo el marco de la puerta que comunica el baño con la suite le dije

-Me gusta amor

-¿Qué?

-Que al terminar dejes eso dentro de mí… Nunca imaginé que se sintiera tan bonito y no físicamente ya que no lo siento, pero es algo tan especial….

El me indicó que lo dejara afeitarse, le hice un gesto de molestia y cerré la puerta del baño

Cuando él terminó de afeitarse y salió del baño yo estaba sentada frente al espejo cubierta tan solo por la bata de baño, terminé de delinear mis pestañas y comencé a untar crema en mis piernas, él fijó su vista sobre de ellas y preguntó

-Sobre lo que decías anoche.... ¿En dónde piensas que está el error?

Cerré el frasco de la crema y mientras limpiaba la que había quedado en mis manos untándola sobre mis mejillas respondí

-En tres meses tú cumples 24 años y yo acabo de cumplí 16 amor.

El estaba cubierto solo por una toalla anudada en la cintura y así se acercó para sentarse en el piso abrazando mis pantorrillas, abrió mi bata para descubrir mis muslos y apoyó sobre de ellos su cabeza diciendo

-En eso no veo el error, nos amamos y eso es lo único que cuenta

-Pero como me dijo mi tía Helga “Amarse no basta, se debe enfrentar la realidad de la vida” y la nuestra es difícil en todos sentidos

-Te repito que yo no lo veo así, a mí me haces mucha falta… Será que tu no sientes lo mismo

-¡No amor!... Desde los 14 me enamoré de ti y te necesito más que nunca

-¿Entonces qué es lo que te preocupa tanto?

-Que tú eres un profesionista y vas a regresar a tu trabajo diario… ¿Y yo?... Quedamos en que regresaría a la escuela a terminar al menos la preparatoria.

-Y no he cambiado de opinión

Lo sentí apretar con su brazo mis pantorrillas y mientras yo explicaba mis tontas razones él besaba repetidamente mis muslos, le dije

-¿No lo puedes ver? Vestiré el uniforme escolar y tú tendrás que llevarme por las mañanas al colegio, tendrás que ir por mí a la hora de salida, tendrás que ayudarme a estudiar, iré por las tardes a la casa de alguna compañera de clase o las habrá en casa haciendo trabajos escolares, tendrás que pagar mi colegiatura, irás a las juntas de padres de familia….Y por las noches harás el amor con la niña a quien le pagas la colegiatura…

-¿Eso es lo que te preocupa?... Le daré el dinero de la colegiatura a tu mamá para que ella la pague y les pediremos a tus papás que vayan a las juntas para que no te supongan “Anita la huerfanita”

-¿Cómo crees? Al casarme contigo me convertí en tu responsabilidad

-No es así… Yo solo asumí la responsabilidad de amarte y hacer todo lo que esté a mi alcance por hacerte feliz, pero a ti el matrimonio te convirtió en mayor de edad y eres libre de hacer absolutamente todo lo que no te prohíba la ley sin tener que pedirle permiso a nadie… Cuando tus papás firmaron el permiso para que te casaras no me endosaron la factura, simplemente te dieron la libertad y la responsabilidad sobre tus actos a partir de ese momento

-¿No te quieres hacer responsable de mí?... ¡Qué triste!

Soltó una carcajada ante mi “puchero” me besó nuevamente los muslos y me dijo

-No dejes de ser niña, por más ricas que tengas las piernas, el “patio trasero” y todo lo demás….

Con voz sensual le pregunté

-¿De verdad me deseas tanto?... Pensé que tu amor era más platónico que carnal

El se puso de pie me miró a los ojos y señalándome con su dedo índice dudó unos instantes de sus palabras y terminó diciendo

-Otra vez no amor, mejor vístete y vamos a desayunar o regresarás sin haberte bronceado y ya deja de pensar en lo que puede pasar, cada quien hace su futuro y yo veo que el mío a tu lado será maravilloso

-¡Qué lindo eres amor!

Respondí mientras lo observaba pensando en que yo me había ofrecido nuevamente y él se había negado falsamente ya que lo que se levantaba bajo la toalla que lo cubría traicionaba sus palabras, me gustó ver su deseo por mí y sonreí al pensar “Ellos no lo pueden ocultar”. Después de ponerse un calzón y sus bermudas me miró y yo le dije

-Pero no dejo de tener miedo de lo que va a pasar y aunque no me creas cuando pienso que lo nuestro puede fracasar siento un raro frío recorrer mi cuerpo

-¿Por qué fracasaríamos?

Mientras me ponía mis bragas y unos shorts le respondí

-Te puedes aburrir de tu niña y buscar una mujer de tu edad… ¡Te juro que eso me da frío!

-¡Por favor!... Ortega dijo que el deseo muere al consumarse pero el amor es el eterno insatisfecho,

Se acercó a mí para acariciar mis pechos y agregó

-Acabas de satisfacer mi deseo y ya quiero más de ti

Me puse una playera y antes de que me calzara mis sandalias el preguntó

-¿Sin sostén?

-No hay mucho que sostener amor… Y con respecto a tus deseos, te amo y nunca te podré negar mi cuerpo, así que si lo quieres con pedirlo basta y sobra… ¿Ya recorriste el barco?

-Sí, me desperté temprano y como te vi profundamente dormida salí a conocerlo

-Que malo, me dejaste desnuda en la cama… ¿Qué tal que hubiera entrado alguien y se comía tu pastel?

Me miró con seriedad a los ojos, después se rió y me dijo    

-Vamos a desayunar

Mientras desayunábamos recordaba lo que había pasado desde nuestra boda y le comenté.

-Qué feo estuvo eso de negarnos la habitación en el hotel

El hizo un gesto de que no le importaba y me respondió

-Era lógico, vestidos muy casual y sin equipaje, el hombre al ver en tu pasaporte que eres extranjera y tienes 16 años…. ¿Cómo nos creería que estábamos casados?, ha de haber pensado “Este tipo se ligó a la turista y reservó habitación para cogérsela muy a gusto” máxime que yo había reservado por la mañana, no podían pensar otra cosa, lo bueno es que se consiguieron las copias certificadas y apostilladas de las actas de matrimonio

-Pero ya nadie nos las pidió

-Pero las tenemos

-Gracias a los amigos de tu papá… Bueno, de mi suegro

El no respondió, solo hizo un gesto afirmando mis palabras y yo le dije

-Lo hubieras podido hacer la noche que zarpamos... Me refiero a lo de cogerte a la niña turista

-¿Borracha? ¿Y qué crees que sentirías?... Además ya deja de flagelarte con lo de niña, eres una mujer “hecha y derecha” y te diré algo

Se acercó a mi oído, dudó unos instantes en cómo decirlo y al decidirse me dijo en secreto

-Estás buenísima y coges de maravilla…. ¿Eso te aclara las cosas?

Yo me sonrojé por sus palabras y en voz baja pregunté

-¿Qué cosas?

Me tomó del brazo y nos levantamos de la mesa, al llegar al camarote ya no me refugié en el baño para cambiar de ropa, me desnudé frente a él para ponerme mi bikini, en eso estaba cuando me dijo

-Te diré que cosas…. Cuando estabas ahogada en whisky me decías muy molesta y llorando que muchos se casaban para coger con su mujer pero que yo era el único que se había casado para no cogerse a su mujer, que sabias muy bien que no me gustabas, que no te deseaba, que para cualquier mujer es importante saberse y más sentirse deseada, que lo nuestro era un fracaso, que me buscara una mujer a la que me quisiera coger y que te dejara en paz…. Hasta me pediste el divorcio

-¿Todo eso?... Dios mío… Perdón amor, me hubieras callado a besos, me hubieras desnudado y me hubieras cogido a fuerza, se dice que las mujeres borrachas siempre “aflojan las nalgas” por eso hay quienes las embriagan o drogan.

-Yo también conozco muchos estúpidos que se arriesgan a que les vomite encima la mujer

-¿Por qué lo dices?... Yo vomité en el baño, de eso si me acuerdo muy bien

-No es por eso…. Mira amor, para mí el sexo es algo que se debe hacer en tus cinco sentidos y es cosa de dos ¿para qué quiero una mujer desnuda y borracha en mi cama?

Abrió sus brazos y dejó caer su cabeza hacia un lado sacando su lengua como imitando a alguien sobre una cama en estado de ebriedad y agrego

-Cogerte a una mujer así en calidad de muñeca de trapo es como masturbarte en ella 

-¿Me viste como un trapo amor?

-Para hacerte el amor… Sí…. ¿Qué sexo puede disfrutarse así?, por otro lado me dio mucha risa verte ebria

-¡No lo volveré a tomar en mi vida, lo juro!

-Si nunca habías tomado no debiste haber bebido de esa manera y menos en la cena de bienvenida que ofreció el capitán a los pasajeros, insultaste a los holandeses que estaban en nuestra mesa, los pobres nunca se imaginaron que hablaras alemán

-Ellos comenzaron al decir que yo era un ejemplo de las adolescentes calientes que cogen a lo tonto y ya embarazadas se vuelven alcohólicas para huir de sus responsabilidades y eso me hizo enojar… Además del whisky que bebí

-Caliente sí que eres amor

-Pero solo contigo y más ahora que ya me enseñaste para que se pone una caliente

Le respondí en un tono muy sensual tratando de cambiar la charla que me avergonzaba pero él respondió

-Estuvo mal amor y no lo puedes negar

-Prometo buscarlos y disculparme, no creo que se hayan bajado del barco a medio océano ¿Conforme?

Se arrepintió de lo que me pensaba decir y me abrazó por la cintura para subir a la alberca.

 

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La Historia de Susana (Fin)

La Historia de Susana (24)

La Historia de Susana (23)

Te fuí infiel, ¿Me perdonas?

La Historia de Susana (22)

La Historia de Susana (21)

La Historia de Susana (20)

La Historia de Susana (19)

La Historia de Susana (17)

La Historia de Susana (18)

La Historia de Susana (16)

La Historia de Susana (15)

La Historia de Susana (14)

La Historia de Susana (12)

La Historia de Susana (13)

La Historia de Susana (11)

La Historia de Susana (10)

La historia de Susana (9)

La historia de Susana (8)

La Historia de Susana (7)

La Historia de Susana (6)

La Historia se Susana (5)

La Historia de Susana (4)

La Historia de Susana (3)

La Historia de Susana (1)

La Historia de Susana (2)

Amantes (fin)

Amantes (8)

Amantes (7)

Amantes (6)

Amantes (5)

Amantes (4)

Amantes (3)

Amantes (2)

Amantes (1)

Romance con la adolescente equivocada (fin)

Romance con la adolescente equivocada (6)

Romance con la adolescente equivocada (5)

Romance con la adolescente equivocada (4)

Romance con la adolescente equivocada (3)

Romance con la adolescente equivocada (2)

Romance con la adolescente equivocada (1)

Lo que siento

Fernanda y Raúl (2)

Fernanda y Raúl

Le Cumplí un deseo

Confesiones de mi marido

Primera confesión de mi marido

Costumbre (Fin)

Costumbre (cuatro)

Costumbre (tres)

Costumbre (dos)

Costumbre

Mis primeras experiencias (5)

Mis primeras experiencias (4)

Mis primeras experiencias (3)

Mis primeras experiencias (2)

Mis primeras experiencias