Cuando Lourdes llegó a su casa subió a la recámara de sus papás que miraban la TV acostados en la cama, saludó y dijo

-¿Podemos hablar má?

-Si hija

Respondió la mamá levantándose, juntas bajaron a la cocina se sentaron a la mesa y le platicó lo que había pasado, su mamá la escuchó atentamente y preguntó

-¿Cuál es tu duda hija?

-Que no lo quiero lastimar

-Hija, llevas varios años tratando a Julio como amigo entonces habla con él y cuéntale todo, que sepa que existe la posibilidad de que Enrique recapacite y regrese a tu lado.

-¿También le digo que me acosté con él?

Se atrevió a preguntar Lourdes sonrojada por la vergüenza, su madre le apretó la mano y le respondió

-Dile la verdad hija, toda la verdad por muy difícil que sea y si él quiere seguir con sus planes acerca de ti, creo que merece esa oportunidad pero sin engaños.

-¿Sabes má?.. Cuando me hablaba su mirada era especial, profunda, penetrante pero llena de ternura no pude soportarla y bajé la vista, incluso sentí un enorme deseo de llorar ya que me hizo sentir muy conmovida como si todo dentro de mí se revolviera, me dio miedo… ¿Qué piensas que haya sido?

-No lo sé hijita, tendría que verlo a los ojos, pero se dice que las miradas que trasmiten una profunda tranquilidad mantienen una cualidad propia del ser humano, una más de las cualidades que la sociedad, la moral, las doctrinas, la injusticia y los intereses mezquinos se han esforzado en destruir, se llama “Honestidad”

Lourdes bajó la cabeza hacia la mesa y balbuceó “Gracias má”, su mamá se puso de pie y antes de retirarse le dijo.

-Una sola cosa más hija, como dice el poema “Amarse no da vergüenza” aún frente a tu propia madre…. Creo que es momento de que analices bien tus sentimientos mi amor

-Si má… Te quiero

Dijo Lourdes en voz tan baja que su madre ya no respondió, cuando su mamá se retiró a su recámara ella pasó un buen rato sentada ahí pensativa, soltó un suspiro, puso sus manos sobre la mesa y se levantó, cuando subía a su recámara se detuvo frente a la puerta de la de su hermana tocó y entró, abrazó a su hermana, le dio un gran beso en la mejilla y ante la sorpresa de ella solo le dijo “No te enojes Dulce, solo quería decirte que te quiero”…Pasó la semana con el carácter “muy apagado” por más que quería no podía ocultar su tristeza, pasaba los tiempos libres entre clases caminando por los jardines de campus de la Universidad donde tantas veces había caminado con Enrique, el viernes por la mañana mientras caminaba sonó su celular, era Julio, temerosa lo dejó sonar pero la llamada se repitió, así que nerviosa respondió

-¿Si?

-Lulú, ¿Nos podemos ver en la tarde?

-No tengo ánimos para salir Julio

-No tenía pensado eso, quería verte en tu casa para platicar, saludar a tu familia y…y nada más

-Julio, yo….

No terminó la frase y se hizo un silencio por lo que él preguntó

-¿Estás ahí?

-Sí, solo que

-Estás muy triste… Eso ya lo sé por eso te quiero ver, así que te veo en tu casa a las cinco

Julio cortó la llamada y ella hizo lo propio guardó el celular en su bolso y siguió caminando por los jardines llena de tristeza pensaba en su relación con Julio, no solo era el hermano mayor de su mejor amiga, habían jugado de niños y en su pubertad él mismo se había autonombrado “El damo de compañía de dos pubertas” en la adolescencia habían cambiado las cosas ya que se había dado cuenta que le gustaba a Julio y a pesar de que a ella le agradaba la idea él nunca había intentado algo más que ser buenos amigos. Caminó hacia el salón de clases pensando que lo mejor era lo que decía su mamá… “Desilusionarlo desde un principio y que me deje en paz” dijo en voz baja y entró al salón donde comenzaría su clase

Por la tarde cuando llegó Julio le dio una rosa diciendo

-Es del jardín de mi mamá, siempre te quitaban la tristeza…. y a mí me regañaban por cortarla

-¿La pongo en mi corazón?

-Jajaja… Todavía te acuerdas de lo que te decía

-Sí… Pero esta vez creo que solo te tocó regaño

-¿Tanto así?

Ella afirmó con la cabeza sin decir nada ya que vio a su mamá bajar para sentarse a platicar con ellos, él saludó a la mamá de Lourdes y después de platicar un rato los tres sentados en la sala la mamá se levantó y se retiró a su recámara, Lourdes miró a Julio a los ojos y le dijo

-Quiero decirte algo importante, espero que me entiendas y no me juzgues mal

-¡A caray! Tanta seriedad de abruma…. adelante soy todo oídos

Lourdes se rió bajó la mirada y comenzó a platicarle sobre Enrique, de vez en vez hacía un paréntesis para voltear a ver a Julio a los ojos y continuaba bajando la mirada, al terminar de contarle todo agregó

-Solo espero que sigamos siendo amigos

-¿Por qué me platicaste esto Lulú?

-Porque siempre has sido muy lindo conmigo y como yo… mejor dicho como tú quieres que yo… No lo sé Julio, no sé por qué te lo platique… Pienso que lo hice para que no insistieras en tu afán de….

-¿De pretenderte?

Lourdes afirmó bajando la mirada hacia sus manos apoyadas en sus rodillas Julio le pidió que lo mirara y se acercó a su cara para decirle

-Mira Lulú, como se trata de ser muy honestos debo confesar lo que ya sabes, me gustas, te quiero y me interesas como mujer, de por sí ya es difícil que dos buenos amigos como nosotros terminen juntos y ahora ¿Cómo te lo diré?...siendo honesto si siento cierta molestia, digamos celos que no decepción por saber que te acostabas con él… Sin embargo nadie tiene derecho a exigir lo que no puede dar y si me permites pecar de soberbio te diré que no estarías en esta situación si yo no hubiera sido tan cobarde y te hubiera buscado hace dos años como me lo decía Claudia, sé que te gustaba y me querías pero no me atreví a declararte mis sentimientos hacia ti y terminé siendo el imbécil de la película,… Ya te puedes reír de lo que dije

Siempre que había hablado seriamente con ella Lourdes se reía más de su seriedad que de lo dicho, pero ésta vez y al contrario de lo que Julio esperaba Lourdes no se rió ni dijo nada permanecía seria mirándolo a los ojos, sentía la cercanía de la cara de Julio a la suya, había respirado cada una de sus palabras y ahora lo hacía con su aliento ya que solo unos centímetros separaban sus rostros, reaccionó al sentir temor de que él se atreviera a besarla así que se alejó de él diciendo

-¿Te soy honesta?... Amo a Enrique y creo que pierdes tu tiempo, pero es tu tiempo y tienes derecho a hacer con él lo que te venga en gana

-Solo lo perderé si tú no abres tu mente y tu corazón

-Trataré de abrirlos pero dudo mucho que alguien pueda tener el valer y el valor para sacar de ellos a quien los ocupa

-Siendo así… Tendré que usar la artillería

-¡Julio!...

Le gritó Lourdes golpeando sus muslos con las palmas de sus manos para ponerse de pie y decirle

-¿No puedes tomar nada en serio?... Contigo es cierto lo de “genio y figura hasta la sepultura”

-¡Dio en el blanco mi primer obús!… ¡Te reíste!.. Ven siéntate a mi lado

-Siempre me haces reír pero…..

Dijo Lourdes mientras se sentaba interrumpiendo sus palabras al escuchar bajar a su mamá para recibir a su esposo que llegaba, Julio se levantó para saludar y después de platicar un rato con los papás de Lourdes se retiró diciéndole a ella en la puerta.

-Te voy a amenazar… Vengo mañana a verte

-No Julio es mejor dejar las cosas como están

-No las pienso cambiar…. Digamos que solo modificar y como amigos que somos y pase lo que pase entre nosotros no pienso dejarte hundida en tu tristeza.

-¿Y si te enamoras?

-Creo hace tiempo que lo estoy y que tanto es un poco más

Lourdes negó con la cabeza más sin embargo las visitas de Julio se repitieron y un día ella aceptó salir con él al cine y a cenar. Por más de tres meses continuaron viéndose, poco a poco la alegría de vivir regresaba a Lourdes, muchas veces Julio le mandó flores a su casa al principio las recibía más con tristeza que emoción, después comenzó a sonreír al recibirlas y en una ocasión la encontró su mamá abrazando las flores contra su pecho, su mamá sonrió y ella al verla le dijo “Huelen rico” su mamá respondió haciendo mofa de sus palabras “¿Eres de las que huelen con los pechos hija?” sin dejarle más remedio que reír abiertamente. Las visitas a Claudia volvieron a ser más frecuentes y un día Claudia le enseñó que ya en su dedo llevaba el anhelado anillo de compromiso diciéndole

-Empieza la época de las bodas Lulú, Ana, Carmen, Laura y yo ya estamos comprometidas, solo faltas tú amiga.

-Y creo que seguiré faltando, tu hermano es muy lindo no tienes idea de lo mucho que lo quiero solo que Enrique sigue siendo el amor de mi vida y sería muy injusto que Julio tuviera que compartir a una mujer con el fantasma de otro hombre… ¿Cómo podría “estar” con él sin pensar que es Enrique el que “está” conmigo?

-¿No será que estás enamorada de una fantasía?

-¿Cómo?

-El hombre guapo, atractivo, el primero que te tuvo en la cama, tu príncipe azul en el cuerpo de Enrique evitando que los hombres reales te llamen la atención… No sé Lulú, solo sé que no puedes seguir aferrada a un sueño

-Tal vez… ¿Pero qué puedo hacer?, creo que lo sigo amando

-¿Crees?... No me hagas mucho caso Lulú, la psiquiatra es tu mamá y no yo, pero yo pienso que estás muy mal o tal vez yo soy la que no te entiende por este enorme deseo de tenerte por cuñada

-Que linda amiga, te quiero

Lourdes le dio un beso en la mejilla y se despidió, cuando salían de la casa caminando por el jardín hacia la puerta de la calle vieron entrar a Julio quien dijo

-Las dos mujeres más bellas del mundo otra vez juntas… ¡Gracias Dios, por darme tanta suerte!

Besó a su hermana en la mejilla y al saludar a Lourdes ella volteó la cara para ver al perro que corría hacia ellos y el beso de Julio ocupó la mitad de sus labios, se miraron a los ojos por unos instantes, Claudia que había visto el “accidente” giró su cuerpo y se alejó unos pasos, Julio sin dejar de ver a Lourdes a los ojos le dijo

-¿Ya ves que si soy un hombre con suerte?

Ella se agachó para acariciar al perro y cuando se enderezó miró a Julio a los ojos y él le dio un dulce beso en los labios, Lourdes abrió los ojos que había cerrado cuando él la besó y le dijo

-No abuses de la suerte que a veces nos traiciona

-El que no está dispuesto a perderlo todo, no merece tener nada Lulú

-Así debe ser Julio, ya me voy

Claudia le guiñó el ojo a su hermano y tomó a Lourdes por el brazo acompañándola hacia la puerta sonriendo, al notarlo Lourdes preguntó

-¿Qué?

-Nada amiga, nada

-Sabes bien que me molesta ser tratada como idiota

-¿Idiota es el que teniéndolo todo no se da cuenta de que lo tiene?, entonces sí eres idiota

-No saques deducciones a la ligera…

-Tú mi querida amiga ya estás enamoradita

-Eres una…. Vete al carajo niña… Yo ya me voy

-Pase usted señora

Respondió Claudia respondiendo a la broma de ser llamada “niña”, las dos se rieron se dieron un beso y Lourdes se fue a su casa

Se habían cumplido ya cinco meses de salir con Julio, el semestre escolar llegaba a su fin y sus encuentros se hicieron más espaciados a causa de los exámenes que presentaba Lourdes. Un viernes en que salieron al cine al subirse al auto en el estacionamiento del centro comercial Julio la abrazó y la besó en la boca, ella juntó su lengua con la de él y al repetirse el beso Julio acarició su muslo sobre su pantalón tratando de subir a su sexo, ella lo detuvo con su mano diciendo

-No Julio, por favor… Sé que diré la clásica tontería que decimos las mujeres pero créeme que aún no estoy lista para esto

-Está bien Lulú

-¿No te importa?

-Lulú esa pregunta más que tontería es una estupidez…. ¿Cómo no me va a importar? ¿Piensas que no te deseo?...Te amo como mujer, te deseo como mujer y es lógico que quiera tenerte como mujer… Además eres preciosa… Pero si así lo decides yo lo acepto y seguiré esperando

-No te enojes conmigo, es que yo…. Yo ya no sé qué pensar de mi misma

Regresaron en silencio hasta llegar a su casa, bajaron del auto y cuando Lourdes abrió la puerta Julio le dijo

-Ya me voy Lulú

Ella sintió temor se abrazó de él y sin pensarlo le dijo

-No me dejes Julio

Sintió una gran vergüenza de lo que se escuchó decir y al sentir la erección de Julio apoyarse sobre su pubis lo miró a los ojos y le dijo en tono triste

-Te entiendo Julio, solo te pido un poco más de tiempo

-Por Dios Lulú, te he demostrado lo que eres para mí y tú….

-¿Yo que Julio?

-Nada Lulú… No tiene caso

-Dímelo Julio ¿Yo que?

-Necesitas ayuda profesional

-¿Por qué? ¿Por no tener sexo contigo?

-No por eso, más bien por no permitir que te amen

La besó en la boca y se retiró