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Confesiones de mi marido

en Confesiones

El me había confesado como había sido esa "su primera vez", su relato me había hecho sentir algo especial, saber de sus emociones en esos momentos, la forma de describir a la mujer desnuda por primera vez ante él, lo que sintió al tocar la piel femenina, lo que sintió al estar dentro de ella, todo eso que narraba de su experiencia me había llenado de deseos y habíamos hecho el amor mas con ternura que con pasión, para después quedarnos dormidos desnudos como tantas veces lo hemos hecho durante poco mas de un año que tenemos de casados, en la madrugada comencé a sentir esa "presión", esa molestia tan conocida por las mujeres, fué para mi una sorpresa, por primera vez en mi corta vida como "mujer fértil" no había sentido los avisos tan molestos de su llegada, ¡demonios! Tan fácil que es marcar en un calendario y una siempre esperando a esos "avisos" (inflamación, cólico, etc.).

Me levanté al baño a asearme y a ponerme mi protección, y sobre de ella una panty, regresé a la recámara y encendí la luz, Pedro se despertó y preguntó.

¿Qué pasa amor?

Nada, que otra vez estoy de "sangrona" y manché la sábana ¡Demonios y mil veces demonios!

No te preocupes amor.

¡Como no me voy a preocupar!, ¡soy una estúpida!, ¡ni porque el paquete de pastillas se terminó puedo llevar mis cuentas!, ¡estúpida, estúpida y mil veces estúpida!

Pedro sabe que mi humor cambia en esos días de la furia al llanto depresivo en cuestión de segundos, se levantó, quitó las sábanas de la cama, me tomó del brazo y así, él desnudo y yo solo vestida con una panty me llevó a otro cuarto donde tenemos una cama tamaño individual, nos metimos a la cama me abrazó muy pegada a su cuerpo y me dijo

Que linda eres amor, una de dos, o cambiamos de cama o cambiamos de cuarto, que en ésta cama se está muy rico contigo

A ver si piensas lo mismo por la mañana

Le respondí yo, pero él ya no dijo nada, me abrazó y dándome besos en la espalda, nos quedamos dormidos. Desperté boca arriba, él dormía de lado y con una mano puesta sobre la parte interna de mi muslo, justo en mi entrepierna tocando con su dedo mi panty, yo retiré despacio su mano y mientras me levantaba para bajar a la cocina pensé que realmente a él no le importa tocarme aún en esos días, no le causo ningún asco, que sin problema alguno pone su mano sobre mi muslo sin importar que cerca de ese lugar y debajo de la panty tenga la toalla sanitaria, por supuesto que no tenemos sexo en esos días ni me gusta meterme a bañar con él, pero no por eso deja de acariciar mi cuerpo, de abrazarme y besarme, tal vez la que está mal en esos días sea yo pero la verdad me siento sucia y evito en lo posible que mi marido me toque y no me refiero a mi sexo, sino a todo mi cuerpo, pero siempre se sale con la suya sin importar mi enojo.

Al no tener a la mano mi bata bajé así, solo en panty, a la cocina y preparé café que llevé para los dos, lo desperté, nos sentamos en la cama, él con la espalda recargada en la cabecera de la cama y yo recargada con mi espalda en su pecho, solo que esta vez cuando él pasó su brazo sobre mi estómago yo lo dejé hacerlo sin reclamo alguno, así tomamos el café dando con este "ritual" inicio a nuestro primer día de semana laboral, me vestí con mis pants y descalza como siempre bajé a preparar el desayuno, al despedirlo para irse a trabajar le dije

Tienes que terminar de platicarme de tu vida amorosa antes de mi

Como ha sido tan larga, escribirás varios volúmenes, imagínate, si ya tengo 26 años

Pero varias mujeres

Ay Schumi, Schumi.

¡Promételo!

¡Prometido!

Me quedé un buen rato mirando la TV de la cocina, tomando otra taza de café y pensando en que tendría que tomar la terrible decisión con la que me toca lidiar todos los días desde que terminé la escuela, respira profundo Andrea, apaga la TV, pon un CD mujer que siempre la música es buena, los Beatles, me gustan los Beatles tanto como a la Mafalda de Quino, "She was just seventeen you know what I mean" se escucha en el equipo de sonido mientras yo me quedo parada a media sala observando lo que tengo que hacer, mientras mi mente vaga en la letra de la canción, "ella solo tenía 17 años", yo le gané, yo solo tenía 15, bueno 15 y medio, y cuando cumplí los 16 me pidió que fuera su novia, ¡qué bárbara soy!, pero él tenía 24, un auténtico "asalta cunas" pero ¡decídete ya mujer!, Y a comenzar con la rutina, primero la cocina, levanto lo que está sucio que hay que lavar y ¡a la máquina!, las sábanas, hoy hay que lavar sábanas por accidente femenino, ¡a la otra máquina!, quitar el polvo de la casa, ¡la otra máquina!, sacudir, ¡diablos!, ¿cuando inventarán una máquina de sacudir que mueva las cosas que están sobre los muebles, las levante sacuda y las deje otra vez en su lugar?, bueno por lo pronto en esta casa se llama Andrea.

La verdad que son muy solitarias las mañanas de las mujeres en casa, y mas de las recién casadas o sin hijos, yo estudiaba la preparatoria y me iba a la escuela pero ya la terminé y estoy esperando entrar a la universidad, bueno por lo pronto trataré de aprender a ser ama de casa. ¡Terminé! son la 11 de la mañana, ¿será un record?, ¿Qué falta, que falta?, secar las sábanas, si, tienen razón, ¡a la otra máquina!, la señora necesita un baño, ¡a la regadera!.

Terminé de bañarme, me vestí con mis jeans, mis zapatos tenis y una playera, la cara limpia, sin maquillaje, me veo en el espejo, y si, si me veo muy niña, como de unos 15 o 16 años, claro que tengo 18, la diferencia no es enorme, voy a escribir algo en mi diario electrónico, la PC, no tengo otro, me siento frente a ésta máquina y suena el timbre de la puerta, me asomo por la ventana y veo una camioneta de la compañía de mi esposo, han de venir por algo que dejó olvidado, le abro la puerta a un hombre ya mayor tal vez unos 40 años que está parado con un gran ramo de rosas, la costumbre de mi esposo cuando estoy en "mis días" es regalarme rosas rojas, solo que esta vez no las trajo él, las mandó, tal vez me vió muy enojada en la noche.

¿Dígame?

¿La señora Andrea?

Si, yo soy

¿Usted?

Si, y ¿usted es?

Alberto señora, el chofer de su esposo, bueno chofer de la oficina, le manda estas flores el ingeniero, su esposo

Gracias Alberto

Me habían dicho que era muy joven, pero no tanto.

¿Estoy chiquita verdad?

No, bueno si, ya dije una tontería, mejor me retiro señora, ¿se le ofrece algo?

No Alberto, gracias

Cierro la puerta, pongo el arreglo de rosas sobre la mesa y abro el sobre que las acompaña, saco la tarjeta y leo, "Felicidades por ser mujer" y me pongo a llorar, ya que pasa mi llanto me siento nuevamente frente a la PC y me pongo a escribir mis tonterías, ¿Qué gano con ello?, no lo sé, tal vez nada, pero me gusta poder expresarme y mas ahora que personas que no conozco leen lo que escribo gracias a Internet, siempre me pregunto ¿Cómo imaginarán a Andrea? y deseo tanto poder escribir algún día mis sentimientos mas profundos, pero aún no se saben expresar adecuadamente.

Por lo pronto me interesa escribir sobre mi intimidad de pareja ya que es apasionante tratar de describir esos momentos tan maravillosos, y me gusta narrar las experiencias que como ser humano, como mujer, vivo cotidianamente ya que las considero parte importante en la relación hombre-mujer que termina en la unión apasionada o amorosa a través del sexo. Será por ser recién casada y tal vez el tiempo me quite el deseo de narrar mis experiencias, o tal vez aprenda a narrar lo que siento.

Pedro vino a comer a casa, regresó a la oficina y en la noche que llegó de regreso a casa apunté mis "baterías", después de cenar le serví una copa y pregunté

¿Lo que me prometiste?

No se te olvida amor, ¿Qué quieres saber?

¿Quién le siguió a Diana?

Necesitaría revisar mi lista que es muy grande, a ver, tengo a Diana, a Raquel, Ana y Andrea, bueno la americana del crucero, pero esa tú lo viviste o sea que no cuenta.

¿Solo tres? Ya que Andrea soy yo ¿o no?, ¡No te creo!

Si no me vas a creer, ¿para que me preguntas amor?, tú dime las que quieres que sean y yo les inventaré una historia.

¿De verdad solo tres?

¿Que quieres?, soy una persona muy tímida, además entiende que me casé de 25 años, tal vez a esa edad existan quienes se han acostado con decenas o dirán que con miles, pero de que me sirve engañarte, si lo que quieres es la verdad ¿o no?

De Ana, que yo la conocí siendo tu novia, hablaremos después ya que tengo mucho que reprocharte en lo que a ella se refiere, por lo pronto platícame de Raquel.

Ana no era mi novia, y no veo que me puedas reprochar.

Ya veremos, pero comienza a platicarme.

El comenzó a platicar.

Raquel era una compañera de la escuela, la preparatoria, éramos jovencitos, en aquella época mi papá me había regalado un cochecito usado, de esos originarios de tu país, "bochito" le decimos en México, ella y yo comenzamos a salir y para los amigos éramos novios, en los recesos entre clase y clase en el patio de la escuela nos tomábamos de las manos nos abrazábamos y todo lo que hacen los novios de esa edad, claro que a veces los besos dentro del auto o en la sala de su casa pasaban a las caricias en sus piernas o de plano de sus pechos por encima de la ropa o su mano sobre mi miembro erecto sobre el pantalón, pero no llegábamos a mas.

En una ocasión por la tarde, las caricias dentro del auto, se hicieron muy candentes, mi mano subió por su muslo y llegó hasta su panty, ella al sentir mi mano cerró los ojos, yo aproveché para besarla en la boca y ella separó sus labios para dar paso a mi lengua que saboreó la suya profundamente, mi lengua acariciaba el interior de su boca mientras mi mano lo hacía en su sexo sobre su panty que estaba muy húmeda, bajé besando su cuello, desabotoné su blusa para meter mi mano y tocar sus pechos sobre el sostén.

Ella pretendió subirse sobre mi, pero mi tamaño y lo pequeño del auto hacían de esto una "misión imposible", nos enredamos entre volante, palanca de velocidades, ropa y parabrisas de una forma tan torpe que casi no nos podíamos mover, yo pensé que si porfiábamos en el intento tendríamos que llamar a los bomberos para sacarnos del auto, a ella se le había levantado la minifalda hasta la cintura, se le había salido un zapato, con la rodilla movió la palanca de velocidades y el auto se movió, yo no tenía forma de pisar el freno, así que levanté el freno de mano y con ésta palanca estuve a punto de hacerle a ella lo que pretendía hacer con otra cosa, en fin, fué algo tan cómico que reímos de nuestra aventura fallida.

Regresamos a la postura normal, ella en su asiento y yo en el mío, para esto su falda quedó levantada y sus piernas eran un espectáculo precioso y excitante, sus calcetas en sus pantorrillas hasta las rodillas, sus muslos desnudos que terminaban uniéndose en un triángulo de tela de color azul como su falda, puse mi mano sobre sus muslos acariciando hasta tocar su sexo sobre la panty, la miré a los ojos, su pelo suelto enmarcaba su cara excitada, que bella es la cara de una mujer cuando está excitada, es algo indescriptible, maravilloso, a mi me llena de pasión, deseo, ternura, hace que afloren todos mis sentimientos en especial cuando uno la besa y ella responde a esos besos húmedos con la calidez de su aliento, de sus labios, de su lengua, con la mirada perdida por el deseo, nos besamos apasionadamente mojándonos los labios y las barbillas con nuestras salivas en ese tipo de besos ardientes en que pretende uno comerse al otro.

Yo metí un dedo entre la piel de su vientre y la panty con la idea de bajarlo recorriendo su pubis hasta tocar su sexo y acariciarlo, quería acariciar sus labios y sentir en mi dedo su humedad, ¿Pero sabes lo que hice? Claro que sin intención alguna.. (Yo negué con la cabeza y él rió con ganas) Le jalé los vellos del pubis haciendo que diera un brinco que aún no me explico la razón por la que no me dió un golpe y se bajó del auto insultándome. Claro que la pasión murió por un jalón de vello púbico.

Los dos reímos con ganas y el continuó su relato

Había quitado mi mano de ahí y después de pedirle disculpas, agaché la cabeza y besé sus muslos y le dí un beso sobre la panty, ella se bajó la falda y yo supe que esto significaba el final y una noche con dolor de testículos, me enderecé en mi asiento y poniendo mi mano sobre su muslo le dije viéndola a la cara.

Raquel quiero hacerte el amor, me gustas, te deseo como loco, no lo puedo resistir mas

No Pedro, no está bien, no te enojes conmigo, pero no puedo.

No, no me enojo amor y si me atrevo a pedirlo es por desearlo profundamente, sería lo mejor que me podría pasar en mi vida, pero si crees que no vale la pena o que no es el momento no hay problema.

Mira Pedro, no es que no valga la pena, pero como bien dices no es el momento, yo no estoy preparada, no sabemos que pase con nosotros y mejor sigamos como estamos ¿Me quieres todavía?

Si Raquel, mucho, te quiero mucho y todo está bien, aquí no ha pasado nada, pero ¿Cómo voy a saber cuando estés preparada?, ¿me vas a decir que lo quieres hacer conmigo, que me deseas?

Ella no respondió, solo bajó la cabeza abrochando los botones de su blusa y la acomodó para que no se viera toda enredada sobre su cuerpo y no me quedó mas remedio que encender el auto y ponernos en marcha hacia su casa.

Yo interrumpí para decirle "Espera amor, ¿como era Raquel?, descríbela"

Ella era como de 1.60 de estatura, de unos 55 kilos de peso, de piel morena clara, cabello negro debajo de los hombros, ojos cafés y una cara muy bonita, tenía muy buenas piernas y una cintura si bien no pequeña, si bien delineada, sus pechos eran pequeños pero bonitos, creo que era una chica que se podía clasificar como bonita, a muchos les gustaba, así era físicamente, pero además era muy alegre y simpática, estaba así medio loquita como la mujer con la que me casé. Pero déjame seguir contando que ya me emocioné.

Camino a su casa los dos veníamos callados, ella con la vista fija en el camino sin voltear la cara para verme, yo volteaba a verla pero ella no se daba por enterada, tenía los labios apretados y con su mano trataba de "planchar" su falda, cuando le pregunté si estaba enojada conmigo no respondió tan solo movió la cabeza hacia los lados indicando con su movimiento que no, que no lo estaba. Yo insistí preguntando

¿Si no estás enojada por qué no me hablas?, ¿te molestó que te diga que me gustas mucho, que te deseo?. Perdón pero esa es la verdad.

Ella no respondió, tan solo se volteo al asiento de atrás y de su bolso sacó su teléfono, marcó y la escuché decir.

¿Mamá?, estoy con Pedro, él me pasó a recoger a la escuela ¿me das permiso de ir al cine?, gracias ma., como a las 9 después de la película.

Colgó su teléfono y yo pregunté

¿Qué quieres ir a ver?

Compra unos condones y vamos a un hotel, ya no digas nada o me arrepiento.

Ante tal respuesta, me quedé callado, pasé a una farmacia a comprar condones y entré a un hotel, al entrar ella se agachó en el asiento, un tipo nos indicó a que cuarto entrar, era la primera vez que yo entraba a un hotel pero pretendía demostrar lo contrario, bajé del auto, me acerque al tipo que estaba parado junto a la cortina del estacionamiento, me dijo la cantidad a pagar, se la dí y corrió la cortina, yo me acerqué al auto, le abrí la puerta a Raquel y entramos a la habitación, cerré la puerta con seguro y vi a Raquel parada frente a la cama viendo hacia ésta fijamente, yo también sentí nervios al ver la cama, pero tenía que demostrar lo contrario, me acerqué a Raquel abrazándola por la espalda, ella se volteó frente a mi, nos dimos un beso húmedo y largo en la boca, al separarnos ella me dijo.

Sé muy dulce y tierno conmigo, soy virgen Pedro

¿De que otra forma podría tratarte amor? Bien sabes lo mucho que significas para mi.

Fué mi respuesta, ¿qué idiota no?, le pude haber dicho que yo también era virgen que mi primera vez no había sido gran cosa, que no tenía la mas remota idea de que hacer para que una mujer disfrutara del sexo pero me ganó el machismo y las ínfulas de ser un experimentado amante, claro que la verdad en estos casos no se oculta por mucho tiempo.

Comenzamos con besos y caricias le quité la blusa, ya sabes desabotonas y la quitas, al igual que la falda que cayó al piso, ella se quitó los zapatos y quedó frente a mi en sostén panty y calcetas, yo me desnudé quedando en calzones y así la abracé para pasar mis manos a su espalda y quitar su sostén pero ahí comenzó a salir la verdad ya que el don Juan no encontraba donde desabrochar el sostén, ella me hizo hacia delante y con sus manos lo desabrochó de en medio de sus pechos y lo dejó caer al piso yo la abracé nuevamente besando su cara, su cuello, sus pechos, su vientre, le bajé la panty y vi su vello púbico, que linda era, que increíbles se veían sus nalgas levantadas y esos hoyuelos a los lados de su columna hundida donde inician las nalgas, así como los tuyos que me ponen de lo mas caliente, yo me quité los calzones y ella vió mi pene erecto, acercó su mano y lo tocó y con asombró preguntó

¿Lo metes todo?

Si amor, pero ven acuéstate en la cama

Se acostó en la cama, yo la besé apasionadamente en la boca y todo el cuerpo, me detuve en sus pechos mirándolos y acariciándolos para después meterlos en mi boca apretando con mis labios sus pezones, ¡que increíble sensación!, su aureola pequeña mas obscura que el resto de su piel y sus pezones endurecidos dentro de mi boca que chupaba y sorbía como pretendiendo comer de ella, mi saliva humedecía sus pechos y ella solo gemía levemente y giraba su cabeza hacía los lados por el placer que esto le causaba, me puse de rodillas sobre la cama en medio de sus piernas, primero levanté una y le quité la calceta para llenar su pantorrilla de besos y después hice lo mismo con la otra, ella respiraba agitadamente sin quitar su mirada de mi, bajé sus piernas apoyando sus pies sobre la cama, vi su sexo y me agaché a lamerlo yo no sabía de clítoris ni de lugares erógenos ni nada de eso, solo separé sus labios y metí mi lengua en todo su sexo y al poco tiempo de estar lamiendo sentí su sexo contraerse y aflojarse varias veces ¿qué podía yo saber de orgasmos femeninos?, ella puso sus manos en mi cabeza yo me levanté y me vió con una cara que denotaba satisfacción diciéndome

Eso me gustó, sentí rico, mejor que si me masturbara

Que bueno amor, ¿me pongo el condón?

Hazme un favor

Dime

Quiero que primero me lastimes sin condón.

A caray, ¿Qué era eso?, me quedé con cara de idiota, ella se dio cuenta y me dijo

Que te metas en mi una vez sin condón, ya que hayas roto mi himen te lo pones y hacemos el amor, quiero que el dolor me lo causes sin condón.

Si, si, como quieras

Pero prométeme que solo una vez, no quiero que me embaraces

Lo prometo, solo estaré dentro de ti un momento

Por Dios Andrea, ¿Qué le rompa, que la lastime?, yo sabía que existía el himen, pero ¿Dónde estaba?, yo no lo había visto, mi lengua había entrado en su vagina y no lo había sentido ¿O lo había roto con ella? ¿Qué debo de romper y como le hago?, ¿Dolor?, ¿La voy a lastimar? ¿De que estaba hablando?¿Les duele mucho en su primera vez? ¿Es masoquismo? ¿Algo así como lastimar para disfrutar?¿Se les dice que les va a doler para que no lo hagan?. Sabes Schumi, como falta educación sexual en los jóvenes.

Yo escuchaba a mi esposo y no podía mas que darle la razón, cuantos problemas de todo tipo, embarazos, enfermedades, traumas y demás se evitarían educando abiertamente a chicas y chicos, ¿o acaso el silencio y las mentiras evitarán que tengan relaciones?, yo en mi primera vez no disfruté plenamente y pienso que mucho fué por estar esperando dolor mas que placer. Acepto que sentí molestia, pero no el dolor terrible, ni corrió la sangre ni nada de eso, claro que todas somos diferentes.

Pedro siguió con su relato diciendo:

Pero la calentura siempre domina a los demás sentidos, le separé las piernas, ella tomó mi pene con su mano, lo puso en la entrada de su vagina, me dijo "por ahí, métemelo despacio" y yo recostándome sobre de ella le fui metiendo mi miembro despacio, realmente estaba apretada, solo respiraba agitada mas por los nervios que por dolor, alguna molestia la hizo inspirar mas fuerte y hacer su cadera hacia abajo, pero se lo metí todo y me quedé un momento dentro de ella sin moverme y besándola en la boca, ella me abrazaba y sonreía al verme a los ojos y ya tranquila me decía con un tono amoroso.

Me siento llena de ti amor, esto es muy bonito, me gusta tenerte ahí, quédate así un rato

El tiempo que quieras amor

Te siento hasta el fondo de mi, estoy llena de ti, totalmente llena

Así estuvimos un rato y después me salí, me puse el condón que me costó trabajo por el lubricante, no sabía como ponerlo y la volví a penetrar esta vez y gracias al lubricante fué mas fácil y me puse a moverme hacia dentro y fuera de ella, me gustaba, era algo especial sentir ese placer y verla a ella debajo de mi, estaba entrando y saliendo de ella y era ella la causante de mi placer, me sentía feliz, sus piernas se apretaban a los lados de mi cadera y sentía su suavidad, la belleza de su cuerpo desnudo debajo del mío me encantaba, me apoyaba en una sola mano o detenía mis movimientos para acariciar sus pechos pero ella me pedía que no me detuviera.

Ella apretó su cuerpo y de su boca salió un "mmm, ahhh" que ahogó apretando sus labios y contrajo su cuerpo haciendo su cabeza hacia delante para después quedar relajada, yo seguí mis movimientos hasta que llegó mi orgasmo y quedé recostado sobre su cuerpo, me salí de ella y vi el condón lleno de mi semen, me lo quité y ella me pidió verlo y yo se lo enseñé, lo tocó con sus dedos en la parte donde queda el semen y dijo

Con esto te embarazan, ¿que increíble verdad?

Si es increíble, pero tu eres mas, que rico, que delicia fué hacértelo amor, gracias

Dime una cosa ¿Era también tu primera vez?

Si Raquel, también fué mi primera vez

¿Qué podía decir? Y platicarle lo de Diana estaba como muy fuera de lugar, nos vestimos y regresamos a su casa, en el camino mientras se peinaba dentro del auto se volteó a decirme.

Me gustó mucho Pedro, no sentí dolor y lo disfruté mucho, física y sentimentalmente, me siento tan tuya y te siento tan mío, que no lo puedo explicar

¿No te lastimé?

No amor, sentí un dolorcito al penetrarme pero ya que te pusiste el condón comencé a sentir mas placer que molestia y terminó en algo muy rico como si me masturbara pero muy adentro

Después de esa vez, hicimos el amor varias veces, ella comenzó a tener orgasmos mas intensos y yo aprendí mas sobre las mujeres y todo lo maravillosamente complejo que es la reacción de su cuerpo al tener relaciones, además que disfruté mucho todas las veces que hicimos el amor. Si, ya sé tu pregunta ¿qué pasó entre nosotros?, la verdad ella terminó conmigo, me dolió mucho, nunca entendí la razón, simplemente me dijo que ya no quería estar conmigo y se terminó el asunto.

Pedro se quedó pensativo con la vista en la nada, no solo lo había hecho recordar una aventura sexual, sino a una mujer de la que realmente estuvo enamorado, nos fuimos a dormir, y en la cama él puso su mano entre mis piernas cerca de mi panty, yo pretendí quitarla de ahí, pero al poner mi mano en la suya, solo le dije ."Gracias por las rosas amor".

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