Valeria era una chica de 18 años nacida de un amorío de su mamá con un argentino que había radicado en México por dos años, ella sabia la verdad sobre su origen y se negaba a ser llamada "hija de madre soltera" ya que conocía a su papá y llevaba su apellido, además de existir una buena relación entre ella y la familia de su padre con la que convivía todos los años durante sus vacaciones escolares allá en la Argentina. Sin embargo la madre la cuidaba al extremo con el pretexto clásico que se da en estos casos.. "no quiero que resultes embarazada como me sucedió a mi". Al cumplir la mayoría de edad la madre tomó una actitud más flexible ya que notaba que Valeria se había convertido en una chica introvertida y hasta cierto punto temerosa de cometer sus propios errores.

En una reunión en casa de una amiga ésta le presentó a su primo Ernesto un chico de 19 años de carácter serio y tímido, días después de la reunión la prima de Ernesto le pidió que invitara a Valeria a salir "Es una chica muy bella y tú eres muy guapo primo, nada pierdes con intentarlo además tienen el mismo carácter y los mismos gustos" le había dicho su prima y él con temor le habló por teléfono para invitarla al cine, era la primera vez que invitaba a una chica a salir y al día siguiente nervioso fué por ella a su casa, lo recibió la mamá y lo invitó a sentarse en la sala a platicar mientras esperaba a que Valeria bajara de su habitación.

Araceli, la mamá de Valeria, era una mujer de 36 años que después del embarazo y nacimiento de su hija no se casó ni se unió sentimentalmente a nadie. Mientras platicaban Ernesto la observaba detenidamente dándose cuenta de donde provenía la belleza de Valeria, la señora lo interrogaba sobre lo que hacía y las preguntas clásicas de una madre que conoce a un joven que pretende a su hija. Ella se sintió tranquila al notar la timidez de Ernesto, "No es un chico maleado, ni un vividor" fué la impresión que quedó en ella.

Durante la conversación la mujer cruzó las piernas y él fijó su vista en ellas ya que la falda se había subido enseñando la mitad de sus muslos, al darse cuenta que la señora notó su mirada él de prisa desvió la vista hacia otro lado, sin embargo la mujer no bajó su vestido ya que se sintió halagada por atraer la atención del atractivo joven quien disimuladamente continuaba mirando sus bellos muslos y ella continuó con la plática fingiendo no notarlo. Cuando Valeria bajaba hacia la sala ella acomodó su vestido y le dijo "Eres un chico muy guapo, te encargo mucho a mi hija, me la cuidas, pórtense bien y regresen a las 9 a más tardar".

Varias veces salieron juntos por las tardes, mismas veces que se repitió la escena con la mamá que le dejaba ver "de mas" ya fuera con faldas cortas o escotes "generosos", él le había comentado a Valeria sobre lo bella que era su mamá y que ella heredaba esa belleza cosa que Valeria comentaba con su mamá haciéndola sentir una mujer atractiva incluso para los pretendientes de su hija. Tres meses salieron juntos y un día él con mucho temor al rechazo le pidió a Valeria que fuera su novia, ella aceptó y él le dió un beso en la boca separando los dos sus labios y sintiendo la humedad de la boca del otro, para los dos era su primer beso húmedo y cariñoso, que hizo notoria la excitación de él bajo su pantalón y Valeria al sentirlo se separó temerosa de lo que pudiera pasar.

El día que él cumplía 20 años y estando en casa de Valeria la mamá le dió un abrazo de felicitación pegando mucho su cuerpo al suyo, esto hizo que su pene se hinchara bajo su pantalón y Araceli en lugar de separarse apretó mas su cuerpo sobre el de él quien quedó sonrojado por el "accidente" sufrido en su cuerpo.

Varias veces se repitieron los "accidentes" involuntarios entre él y la mamá de su novia, él siempre avergonzado culpaba a sus distracciones de lo sucedido como el día que al saludar a Araceli de beso en la mejilla se habían juntado las comisuras de sus bocas, detalle que platicó lleno de vergüenza con Valeria quien no le dió la mayor importancia.

Araceli notaba la excitación que provocaba en el muchacho y ella también se sentía atraída por él. Un domingo por la mañana Ernesto se ofreció a ayudarlas a pintar la sala de la casa, cuando llegó Araceli vestía un short y una playera corta que dejaba ver su vientre, él cada vez que podía la observaba fijamente y en un momento que quedó solo con Valeria le dijo

-Que bien está tu mamá Vale, que cuerpazo tiene la mujer, está de campeonato.

-¡Ernesto!, te va a escuchar…..dijo Valeria riendo

-Perdóname amor, pero de que está buenísima, ¡lo está!

-¡Vaya!, ahora me vas a decir que te gustaría…. Ya sabes, ¿con ella?

-¡Caray amor!, pues si de dejara yo le haría el favor.

-¡Ernesto!

Reclamó Valeria pasando la brocha con pintura sobre la mejilla de su novio

Esto lo había escuchado Araceli haciéndola sentir atractiva para el joven y cuando Valeria subió a su habitación por unos momentos ella que estaba subida en una escalera intencionalmente manchó de pintura su muslo para decirle a Ernesto "Corazón, límpiame la pintura que cayó en mi muslo con un trapo húmedo por favor que tengo las manos ocupadas" y él nervioso lo hizo sintiendo la piel tersa de los muslos de Araceli y al terminar de limpiarla se quedó con su mano sobre el muslo de ella mirándose fijamente los dos a los ojos, al escuchar que Valeria bajaba la escalera él se separó de la mamá.. Esa noche en su cama Ernesto se masturbó pensando en Araceli.

Conforme pasaba el tiempo de su noviazgo ya los besos, caricias y abrazos se hacían normales, Valeria se quedaba pegada al cuerpo de Ernesto sintiendo su pene erecto apoyado sobre su vientre, varias veces en la sala de su casa Ernesto se atrevió a tocar el sexo y los pechos de Valeria sobre la ropa, una tarde que él llegó a visitarla ella intencionalmente se había puesto una falda, comenzaron los besos y las caricias, Ernesto le tocó los pechos sobre la ropa y metió lentamente su mano bajo la falda recorriendo con sus caricias la parte interna de los muslos, al notar que Valeria no ponía resistencia alguna y estaba con los ojos cerrados, él metió su mano hasta su sexo, separando la panty y sintió por primera vez en sus dedos el sexo de una mujer, separó un poco los labios vginales y sintió la cálida humedad del deseo de su novia, no soportó mas y le dijo

-Quiero hacerte el amor Vale.

-No sabes como lo deseo Ernesto, pero soy virgen, me da miedo, mucho miedo, me muero de nervios de pensarlo, no creo poder amor.

-Valeria, yo también soy virgen, nunca lo he hecho pero te deseo mucho, por favor amor

-¿Prometes ser muy tierno conmigo y usar condón?, yo no me cuido Ernesto y no me quiero embarazar.

-Lo prometo amor, ¿vamos a un hotel?

-¡Ay Ernesto!, no sé me da…. ¡Vamos!....

Y le gritó a su mamá que estaba en su habitación

-¡Má vamos a salir un rato a tomar un café en dos horas regresamos!

El se detuvo a comprar unos condones y después se dirigió a un hotel de paso, al entrar y aún dentro del auto Valeria bajó su cabeza sobre sus muslos para que nadie la viera, se moría de la vergüenza de estar dentro de un hotel pero también ardía en deseos de estar desnuda en los brazos de su novio, estaba profundamente enamorada y había decidido entregarse completamente a él, entregarle su virginidad y que la hiciera su mujer pensando que sería la unión definitiva entre ellos dos, cuando notó que se cerraba la puerta donde se estaciona el auto llena de nervios bajó de este y entró al cuarto, sintió mucho temor al ver la cama donde lo harían y tratando de evitarlo le preguntó a Ernesto.

-¿Estas seguro amor?, ¿Estas decidido a esto?, ¿No me botarás después de hacerlo rompiéndome el corazón?

-Valeria, te amo, necesito tenerte, que me tengas, necesito que hagamos el amor y convertirnos uno en parte del otro para siempre.

Ella lo miró con ternura y se comenzó a desvestir, él hizo lo mismo y quedaron uno frente al otro completamente desnudos, por unos instantes se observaron con admiración y deseo, mientras Ernesto recorría el cuerpo de su novia con la mirada, ella mantenía su vista fija en el pene erecto de él, para los dos era la primera vez en tener a alguien del sexo opuesto desnudo frente a ellos, estaban muy nerviosos sin saber que hacer, ella le extendió los brazos y él se acercó a Valeria para darle un beso en la boca y abrazarla, mientras saboreaban sus lenguas el pene quedó apoyado sobre el abdomen de ella quien al sentir humedecerse su piel con el líquido proveniente de la excitación de Ernesto se separó un poco, miró el pene y lo toco diciendo.

-Es grande Ernesto, no lo imaginé así… ¿Eso que te sale es…?

-No amor, es por la excitación de tenerte junto a mi desnuda, con eso no te embarazas

-¿Me juras que es tu primera vez?

-Lo juro amor, nunca había tenido a una mujer desnuda frente a mi y que bueno que la primera fué a la que amo tanto

-¡Qué lindo eres!...Ya amor, vamos a hacerlo o me arrepentiré.

Ernesto la recostó sobre la cama, se quedó admirando el cuerpo desnudo de Valeria, besó dulcemente sus pechos chupando ligeramente de los pezones, ella solo cerró sus ojos respirando profundamente sin expresar su placer de ninguna forma, sentía vergüenza de hacerlo por lo que Ernesto pudiera pensar de ella, después de besar todo el cuerpo de su novia y detenerse en su boca por mucho tiempo él le separó las piernas, se metió entre ellas y le pidió.

-Déjame meterlo sin condón una vez, quiero sentirte sin condón amor

-¡Ay Ernesto!, ¿Y si me embarazó?, me da miedo

-No reina, solo lo meto una vez sin hacer movimientos y después lo saco y me pongo el condón, quiero sentirte sin el condón Vale, sentir tu vagina en mi pene por un momento amor, sentir tu calor, sentir lo linda que debes ser por dentro

-¡Hazlo Ernesto!

El puso su pene en la entrada de la vagina y lo fué empujando lentamente, Valeria hizo un gesto de dolor cerrando sus ojos y cuando los abrió nuevamente miró a Ernesto a los ojos llena de ternura y él continuó hasta que su miembro ocupo completamente la vagina, por primera vez sentía ese calor maravilloso sobre su pene, lo sentía abrazado por la vagina de Valeria, sentía la maravilla de estar dentro de una mujer, de la mujer que amaba, se recostó sobre ella y le dijo.

-Esto es increíble amor, eres divina, ¡me quema tu calor!

-Ernesto, me siento tan llena de ti, me siento tu mujer.

Después de estar así un rato, sacó su pene, desenrolló sobre de él un condón y penetró a Valeria nuevamente para comenzar a moverse dentro de ella, duró muy poco y cerrando los ojos tuvo el orgasmo mas maravilloso de su vida, totalmente diferente a los que había sentido al masturbarse, mientras tenía su orgasmo le decía a Valeria "te amo Vale, te amo, te amo" y quedó recostado sobre de ella quien le acarició amorosamente la espalda, sacó su pene para quitarse el condón y al hacerlo ella le pidió que se lo enseñara, Ernesto se lo puso enfrente y Valeria se quedó observando el condón lleno de ese líquido blanco producto del placer de su hombre, lo tocó y le preguntó

-¿Eso es el semen?

-Si amor

-Ponlo en mi mano

Ella le extendió la palma de la mano y él vació algo de semen sobre de ella, Valeria lo miró y trató de decir algo pero se arrepintió, se levantaron al baño él a tirar el condón y ella a limpiarse la mano, regresaron a sentarse en la cama y así desnudos platicaron un rato mientras el besaba y acariciaba sus piernas jurándole su amor, Valeria le confesó no haber sentido placer físico pero que la enorme satisfacción de sentirse su mujer la llenaba plenamente, tiempo después se vistieron y salieron del hotel al llegar a casa ella le dijo.

-Te entregué mi virginidad amor y me dió gusto hacerlo, no sabes cuantas noches estando tendida boca arriba en mi cama separaba mis piernas y me acariciaba pensando que tú me poseías, hoy por fin lo hice y soy feliz.

Sus visitas a los hoteles se hicieron muy frecuentes y cada vez que lo hacían Valeria sentía mas placer físico, le pedía a Ernesto que no fuera tan rápido y los juegos previos se hicieron apasionados llenos de caricias de él sobre el sexo de ella quien perdió el temor de expresar su placer con jadeos y gemidos que durante la penetración eran frecuentes y apasionados llevándola a ligeros orgasmos similares a cuando se masturbaba.

Un día que Ernesto la fué a visitar, Valeria vestía una minifalda a la cadera, lo recibió con un beso húmedo y prolongado y le dijo.

-Amor, estoy ardiendo, llévame a un hotel, de verdad lo necesito, no sé que me pasa, será por mi ciclo o por lo que sea pero me muero de deseos de tener a un hombre dentro de mi, por favor amor.

Subieron al auto y se dirigieron al hotel de paso, entraron al cuarto y ella tomó la mano de Ernesto para ponerla sobre su sexo húmedo "siente como tu mujercita necesita que le quites este deseo incontrolable de sexo, de placer, de ser poseída por un hombre", y acto seguido se desnudó, Ernesto hizo lo mismo, la abrazó y la besó mientras acariciaba todo su cuerpo, ella respiraba rápidamente, jadeaba, gemía y pegaba su boca abierta a la de él metiendo su lengua lo mas profundo dentro de la boca de Ernesto quien la puso sobre la cama para seguir besando y lamiendo por toda esa piel blanca, suave y tersa de su novia, ella se tomó con las manos un pecho y le dijo "Chupa, mama de mi, muerde mis pezones, hazme sentir mujer", cosa que él hacía apasionadamente

El estaba impresionado y feliz al notar la enorme excitación de Valeria, con sus dedos separó los labios vaginales y comenzó a lamer rápidamente el clítoris hinchado de su novia, haciendo que ella soltara un "rugido" de placer que se continuó en gemidos mientras él le metía la lengua en la vagina, Valeria apretó sus muslos que temblaban sobre la cabeza de Ernesto, sus nalgas también temblaban, sus manos apretaban las sábanas y soltó un gemido de placer al sentir un orgasmo que Ernesto prolongo lamiendo rápidamente sobre el clítoris, pasado su orgasmo, él miró a Valeria con la cara sonrojada y la frente perlada de sudor, le dió un beso profundo en la boca y ella probó el sabor de su vagina y de la humedad de su orgasmo, esto aumentó su lujuria y le dijo "Métemela Ernesto, métemela toda y lléname de placer amor, todavía no he terminado, necesito más, Dios ¿Qué me pasa?"

El de rodillas sobre la cama comenzó a abrir el empaque del condón y Valeria dijo "Espera amor, yo te lo pongo", se puso de rodillas frente a él, le dió un beso en la boca, tomó el condón y se sentó sobre sus pantorrillas, tomó el pene con sus manos y lo comenzó a pasar sobre su cara diciendo "Es grande, ancho, me enloquece cuando está dentro de mi acariciando mis entrañas, lo amo tanto como a su dueño", lo besó en el glande y lo metió en su boca haciendo que Ernesto gimiera de placer al sentir por vez primera su pene dentro de una boca, Valeria no hizo mucho solamente lo mantuvo dentro de su boca unos instantes y lo sacó para desenrollar sobre de el condón, acto seguido se recostó nuevamente en la cama boca arriba con las piernas separadas y dobladas con los pies apoyados sobre la sábana.

Ernesto se abrazó de las rodillas de Valeria y le metió el pene de un solo golpe haciendo que ella soltara un grito, se recostó sobre de ella apoyándose con sus manos sobre la sábana y comenzó a moverse rápidamente dentro de ella, Valeria subió sus piernas sobre la cintura de Ernesto entregándose al placer del sexo plenamente, estaba disfrutando, gozando y era lo único que le importaba "¡no te pares Ernesto, no te pares!, ¡rápido, muévete rápido!" le pedía casi gritando y él la complacía haciéndola gemir y gritar con sus embestidas rápidas, fuertes y profundas, él gemía de placer y su sudor caía en gotas sobre los pechos de Valeria que también tenía humedecida de sudor la frente y el labio debajo de su nariz.

Las piernas, nalgas y vientre de Valeria comenzaron a temblar sin poder evitarlo, repetía continuamente "ah, más, más, ah, ah por favor no te pares amor, ¡¡No te pares!!" gritó antes de hacer su cabeza hacia atrás deteniendo su respiración y endureciéndose todo su cuerpo, su boca quedó abierta, sus ojos se desorbitaron y soltó un grito similar a un rugido cuando sus contracciones fuertes, intensas y continuas se presentaron en el orgasmo mas intenso y largo de su vida que le oscureció la vista y la dejó "viendo estrellitas" al borde del desmayo totalmente relajada y agotada, abrió sus ojos para ver a Ernesto que había detenido sus movimientos y solo empujaba su pene hasta el fondo durante el orgasmo de ella y le dijo

-¡Que maravilla amor!, que maravilloso es esto, te amo, ahora tú, disfruta de mi como yo disfruté de ti, disfruta de tu mujer amor.

Ernesto también tuvo un gran orgasmo y quedaron sudando y agotados abrazados uno de otro, él se salió antes de perder la erección, se levantó a tirar el condón y regresando se sentó en la cama junto a Valeria que permanecía con sus piernas separadas, notó que su vagina aún estaba dilatada, la acarició y Valeria le dijo

-Ya no amor, ya me quitaste la calentura que tenía, no sabes lo excitada que estaba, necesitaba sexo a como diera lugar, creo que lo hubiese hecho con cualquiera, me urgía sentir placer pero nunca pensé que se pudiera sentir tanto, estoy agotada, solo quiero dormir.

-Pero no aquí amor, mejor nos vestimos y nos vamos o nos quedamos dormidos.

Ya en el auto de regreso a casa de Valeria, ella le preguntó

-Ernesto, dime algo honestamente, ¿qué pensaste de mí?

-¿De que amor?

-De cómo lo hicimos, de haberme puesto tan caliente, de querer solo coger, de desear el placer del sexo sin importar con quien, ¿Me supones muy puta? ¿Te hice cambiar tu opinión sobre mí?

-No seas tonta Vale, cogimos muy rico y a mi me gusta cogerte y que disfrutes.

-¿Por qué amor?

-Me gusta cogerte por, por… por que estás muy buena y me gusta que disfrutes por que te amo y eres mi mujer, mi novia.

-¿Así será siempre?, quiero decir si siempre te gustará cogerme así de rico

-No sé si así de rico amor, pienso que será diferente cada vez, pero siempre disfrutaré de tu cuerpo y trataré de complacerte al máximo.

Así sus visitas frecuentes a los hoteles dejaron de ser la simple entrega amorosa convirtiéndose en los momentos mas placenteros de su vida, se amaban y se satisfacían plenamente y no dejaban de repetírselo mutuamente, los dos estaban ansiosos de que Ernesto terminara su carrera universitaria para unir sus vidas para siempre, ella a veces le pedía que lo hicieran sin condón, que quería sentirlo totalmente suyo, que ansiaba irse a dormir llevando dentro de ella el cálido semen de su hombre pero Ernesto siempre se negó dando como razón que un embarazo prematuro destruiría sus planes y ella lo entendía así.

El papá de Valeria le pidió que fuera a pasar parte de sus vacaciones escolares a la Argentina, le mandó dinero para todos sus gastos y ella aceptó ir a pasar 15 días con su padre, Ernesto aceptó no sin cierta molestia y él y Araceli la llevaron al aeropuerto, mientras esperaban que ella abordara el avión los besos entre ellos fueron constantes, se amaban mucho y les dolía separarse. El avión partió y Ernesto regresó a casa de ella a dejar a la mamá, detuvo el automóvil y acompañó a Araceli a la puerta, ella notó la tristeza en el chico y le pidió que pasara unos momentos, ya dentro de casa se aumentó en él la tristeza y Araceli lo abrazó con fuerza acariciando su espalda, apoyó sus manos en las nalgas de él para pegarlo a su cuerpo, su pene reaccionó al contacto del cuerpo de ella, se miraron fijamente a los ojos y Araceli le dió un beso en la boca pasando su lengua sobre los labios de Ernesto, él asustado dijo

-¡Señora!, yo no… soy el novio de su hija y yo no…..

-Dime Araceli y sé que eres el novio de mi hija, pero también sé que te gusto, que me deseas y que quisieras disfrutarme en la cama y yo me muero de deseos de tener a un hombre dentro de mi

-Señora es usted muy bella, pero no es correcto que yo….