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Juego de infidelidades (5)

en Hetero: Infidelidad

Carlos la miro mientras encendía el motor del auto, al iniciar la marcha preguntó

-¿Crees que estoy loco?

-Si Carlos... loco, cu-cu, demente, mal de la cabeza, con un tornillo flojo...O como le quieras decir

-¿Y por qué lo piensas?

-¡¿Por qué?!.....Carlos, por menos de lo que tú has hecho hay muchos encerrados en el manicomio.

Carlos levantó las manos en señal de admiración para dejarlas caer nuevamente sobre el volante del auto y exclamó preguntando

-¡Válgame!... ¿Y que locura he hecho que merezca el manicomio?

-¿Se te hace poco? Tocas a la puerta de tu vecina, una mujer a la que no conoces para decirle “Hola Vecina, me llamo Carlos y vengo a tu casa porque quiero que nos enamoremos, que nos casemos y nos vayamos a vivir a un rancho”..¡Que hombre tan cuerdo Dios mío!.

Quedaron en silencio, Ana volteó por su ventanilla para observar la calle, apoyó su codo en la puerta y recargó su cabeza sobre la palma de su mano, mirando hacia el parabrisas del auto agregó en voz baja..

-Más loca la vecina que te permitió la entrada...Y no solo en su casa....

Hizo un silencio moviendo la cabeza como si negara algo para después recargarla nuevamente sobre su mano y decir.

-Y si lo platico ¡me encierran!, ya me imagino, tomo el teléfono le marco a mi papá y le digo. “Papi, un vecino al que no conocía me vino a ver, tuvimos sexo y pasó la noche en mi cama, nos vamos a casar y me voy con él a vivir a su rancho que no tengo idea de donde esté.. ¿No te da emoción?”...Viene por su hijita y la encierra en la “casa de la risa”...¿Te platique que mi papá es psiquiatra?, ¡Qué te voy a platicar si somos un par de desconocidos!, ni siquiera sabemos si tenemos papás o familia...

-Sabes que vivo con mi hermana y que está casada

-¡Ah si, perdón señor!... Es cierto, que tonta soy...Sé que tienes una hermana pero no tengo la más puta idea de cómo se llama o si es mayor o menor que tú..¡Nada Carlos!, no sé nada de ti y menos de ella, si me la encuentro en la calle no sé quien es... ¡Pero me cogí a su hermano!, eso si que lo sé... Bueno, también que se le rompió un condón cogiendo con su esposo y eso ha de ser suficiente para reconocerla, puedo esperar en la puerta del edificio de enfrente para preguntarle a toda la que salga si se le rompió a ella el condón y a la que me diga que si la abrazo diciéndole cuñada...

Carlos soltó la carcajada y ella riendo lo volteó a ver y dijo

-¿Te imaginas?...”¿Oye, a ti se te rompió el condón cuando cogías con tu esposo?”...”Si”... ah, entonces tú eres la hermana de Carlos, ¡Ven a mis brazos cuñadita!.... Tal vez termine abrazándolas a todas.. jaja.. ¡Que tonta soy!

-Rebeca... Se llama Rebeca y es dos años mayor que yo.

Dijo Carlos aún riendo, Ana recargó su cabeza sobre el respaldo del auto, levantó la cara hacia el techo y dijo en tono serio

-Dios mío, que locura ....¿Qué demonios es esto Carlos?

Carlos conducía por lo que no volteo a verla cuando respondió

-¿Esto?.. Esto es la locura más maravillosa que hayas podido cometer vecina... Que delicia, que cosa tan increíble fue entrar en tu cuerpo, sentir tu calor, acariciar tus entrañas, saborear tu lengua, tu saliva, tus pechos, tu piel... Desear con ansiedad el orgasmo y terminar odiándolo porque al tenerlo se terminó el sueño de estar dentro de ti...Y tu cara..Dios que cosa más increíble fue ver tu cara sonrojada por el placer, tu boca abierta exhalando ese grito de placer cuando tu cuerpo respondió a mis caricias en un orgas....

-¡Ya Cállate!__Interrumpió ella girando su cabeza hacia él quien sin voltear a verla respondió

-Yo solo pretendo decirte que me encantó hacerlo y que eres una mujer maravillosa, que contemplar tu orgasmo es la locura, que me encanta hacerte gozar y ver tu cara de placer cuando te estás viniendo, es, es......¡Eres linda hasta para venirte demonios!......

-¡Que te calles!...¡¿Qué no entiendes el español?!

-¿Por qué me debo callar lo que siento?

-Porque no quiero que....Porque lo platicas y siento... ¡Por que me calientas carajo!

Carlos soltó nuevamente la carcajada, puso su mano sobre el muslo de ella y lo acarició, ella giró su cuerpo para sentarse lo más que pudo de lado viéndolo a él, tomó la mano de Carlos y le dio un beso para después bajarla entre sus muslos y apretarla con ellos, él le dijo

-No quieres que te caliente, pero tú a mi si me puedes calentar... Eso es equidad de género, si señor.

-Tonto

Respondió Ana en un tono muy dulce y permaneció en silencio observando a Carlos, él continuó acariciándole las piernas, se detuvo en una luz roja y volteo a verla, ella permanecía mirándolo con un gesto muy dulce, los bellos rasgos de su rostro eran resaltados por el maquillaje en sus ojos, su playera ajustada resaltaba su pechos que si bien no era grandes, eran firmes y muy bellos, observó la piel de su vientre y sus piernas, su voz era bella y melodiosa aún cuando le gritaba enojada por las locuras que él le hacía y a pesar de haber vivido el abandono del hombre que amaba su carácter era maravilloso, pasaba del enojo a la risa con una gran facilidad y lo hacía entre besos y caricias... Si pudiera hacerla olvidar y eliminar de su mirada esa tristeza......La bocina del auto de atrás lo regreso a la realidad, observó la luz verde y al reiniciar la marcha preguntó

-¿Que quieres hacer?, aún es temprano para ir a comer, es la una de la tarde, yo no tengo hambre ¿y tú?

Ella le acarició la mano que tenía sobre su muslo, la levantó, le dio un beso en la palma, y mientras le mordía suavemente dedo por dedo le dijo.

-Hace tiempo leí un artículo en una de esas revistas para mujeres chismosas, el título era “¿Hambre?.. la de su hombre después de hacer el amor”...¿Te gustaría tener hambre?....

-¿Quieres regresar a tu casa?

-Pensaba en un hotel de paso...¿Me creerías si te digo que nunca he estado en uno?

-Pues no te dejaré con las ganas de entrar en uno

El dio la vuelta y tomó camino hacia una carretera que salía de la ciudad a unos cuantos kilómetros de donde vivían, condujo sobre la carretera escasamente dos kilómetros para girar en un camino de unos cien metros rodeado de árboles, al ver la entrada del hotel ella dijo

-Nunca me imaginé que esto fuera un hotel de paso...Lo supuse la casa de un político o un capo de la mafia.... Jaja.. que pendeja, son lo mismo.

El rió y quedó en silencio en espera de la clásica pregunta “¿A quien has traído aquí?”, pero ella no la hizo, él metió el auto en la cochera de la habitación, le indicó a ella que esperara dentro del auto mientras el bajaba a pagarle al empleado, cuando bajó la cortina de madera del estacionamiento él le abrió la puerta del auto y entraron en la habitación, con una voz dulce que a él lo enloquecía ella le preguntó

-¿Te estoy obligando a hacerlo?

Como respuesta él la abrazó dándole un beso en la boca, sus lenguas se juntaron dulcemente y al separarse ella se levantó la playera y le dijo.

-Desnúdate Carlos.

El lo hizo mientras ella se desnudaba lentamente, desabrochó su sostén para dejarlo sobre un sillón, se quitó la falda y a panty para ponerlas ahí mismo, se sentó en la orilla de la cama para quitarse los zapatos tenis. El se arrodilló frente a ella, le quitó los tenis, la besó en los pies y las pantorrillas, subió besando sus muslos hasta llegar a su pubis, ella apoyó sus manos sobre las sábanas detrás de su espalda para permitirle que besara su vientre y él subió a sus pechos, los lamió y sorbió de ellos oprimiendo con suavidad su pezones, ella gimió de placer y dijo “Carlos, eres tan tierno, me gustaría que de mis pechos saliera algo para ti, para que lo tomaras”, él dejó de sorberle los pechos, le separó las piernas haciéndola subir sus pies a la cama, apoyando sus talones en la orilla y le dijo “Ya lo tendrás Ana y te aseguro que comeré de ellos, por lo pronto déjame saborear lo demás”.

Se sentó sobre la alfombra y besó lo labios vaginales de Ana, los acarició con su dedo, ella pasó sus manos sobre su pubis y con sus dedos separó los labios exponiendo a la vista de Carlos el interior de su sexo, le preguntó “¿Te gusta?”, él no respondió, observaba el clítoris y los labios menores de un tono rosa que contrastaba con el rojo encendido de la vagina, todo su sexo brillaba por la humedad producto de la excitación en que ella estaba, acercó su boca y comenzó a lamer, ella soltó un gemido de placer y se recostó apoyando su espalda sobre la cama. El jugó por varios minutos con el sexo de Ana, caricias, besos, metía su dedo en la vagina y ella lo apretaba con fuerza, lo doblaba para acariciar con la punta la pared superior de la vagina, lamía el clítoris y metía su lengua lo más que podía dentro de la vagina.

Ana levantó su cabeza, su cuerpo se endureció y sus piernas comenzaron a temblar, las juntó apretando con sus muslos la cabeza de Carlos y de su boca salió un sonido fuerte y prolongado parecido a un “ggggg” cuando los músculos y los órganos de su vientre comenzaron a contraerse placenteramente. Carlos que no la había escuchado gritar sintió en su boca la humedad que fluía del sexo de Ana para después sentir como sus muslos dejaban de presionar liberando su cabeza para terminar acariciándolo dulcemente sobre el cabello.

Carlos se enderezó y la miró a la cara, tenía ese gesto de satisfacción que lo hizo sonreír, le pidió que se acostara a la mitad de la cama para subirse él y abrazarla besándola repetidamente en la boca, la cara, los ojos, el cuello, besó todo su cuerpo, la lamió en los pies, las piernas, el vientre, los pechos, la giró para besar y lamer sus nalgas y su espalda.

Ella reía cuando la lengua de Carlos le hacía cosquillas en alguna parte del cuerpo, él la giró boca arriba, le separó las piernas y se metió en medio, se recostó sobre de ella y como si fuera un amoroso cachorro comenzó a lamerla en la cara, ella rió con ganas y le dijo “¡Carlos!..Por Dios, estás loco”. El la miró fijamente a los ojos y le respondió “No preciosa, no estoy loco, eres tú la que me vuelve loco”.

Por unos instantes quedaron en silencio mirándose a los ojos, ella levantó sus piernas doblándolas por las rodillas y fue un gemido suyo el que rompió el silencio cuando sintió el pene de Carlos ocupar su vagina, él apoyó sus manos sobre las sábanas y comenzó a moverse lentamente, sentía como ella lo apretaba con fuerza, detenía sus movimientos para besarla en los labios y en los  pechos.

Poco a poco sus movimientos se aceleraron, ella levantó sus piernas sobre los hombros de Carlos buscando una mayor penetración, cada vez que él la penetraba profundamente ella gemía de placer al sentir que le empujaba las entrañas, sus nalgas y sus piernas comenzaron a temblar, pasó sus manos detrás del cuello de él tratando de colgarse, apretó su cuerpo y sus ojos se cerraron comenzaron su primeras contracciones y de pronto abrió los ojos sorprendida al sentir la dureza del pene y emocionada exclamó “Oh por Dios, otra vez Carlos, déjalo venir, déjalo venir”. Sus contracciones se unieron haciendo irreconocibles las suyas y las de Carlos, al terminar ella bajó sus piernas apoyando los pies sobre la sábana y abrió sus brazos para recibir sobre su pecho el cuerpo de él quien jadeaba agotado por el placer.

Antes de perder la erección él se dejó caer a un lado de ella, Ana giró su cuerpo para recargar su cabeza sobre el pecho de Carlos, lo besó en la tetilla y con sus dedos comenzó a jugar con los vellos de su pecho, cuando sintió que en él la respiración se había normalizado, le dijo.

-Podrás decir lo que quieras, puedes negar lo que sea pero lo que nunca podrás negar es que realmente me amas y no necesitas decirlo... La pregunta es ¿Por qué?, ¿Por qué lo haces?... Yo no tengo la menor idea del porqué...Incluso lo supongo absurdo, ilógico, fuera de toda realidad, es algo que no puede ser, que no debe ser.... Y eso me llena de terror, tengo miedo Carlos, de verdad tengo mucho miedo.

El le había pasado el brazo por la espalda y la acariciaba, bajó su otra mano que la tenía debajo de su cabeza y se puso a jugar con el dorado cabello de Ana, mientras decía.

-En el edificio donde vives, vive una amiga de mi hermana... En el primer piso, se llama Dolores, le dicen Lola, ella fue la que convenció a Rebeca y a mi cuñado de comprar el condominio en el edificio de enfrente...El caso es que yo llevaba y traía cosas de casa a casa, ya sabes...”Carlitos, hazme un favor, ve a casa de Lola por eso o llévale esto...” De tanto “favor”, terminé siendo amigo del portero del edificio donde vives, Don Julián, un día entré y en la recepción estabas tú platicando con él, esperabas que llegaran unos muebles, yo los saludé e incluso les ofrecí mi ayuda. Vestías unos jeans ajustados y una blusa blanca, se te veían unas nalgas.. como las tienes, ¡de lujo!..

Y al decirle esto, con su mano acarició las nalgas de Ana quien respondió

-¡Sangrón!... La verdad no me acuerdo de eso

-Me lo imagino... El caso es que cuando salí de casa de Lola, estaban bajando los muebles y me retiré, regrese a ver a Julián para preguntarle quien eras, le dije “¿Quién es esa chamaca con la que estaba en la mañana?, está buenísima la mujer”. El sonrió diciendo “¿La seño Claudia?, si es muy guapa, pero te la ganaron campeón, se va a casar y compró el departamento 403”...Lo único que menguó mi decepción fue saber que vivirías frente a mi ventana.

-No me vengas con el cuento absurdo del amor a primera vista, eso es para películas melosas y aburridas.

-Deben serlo..quieres ir a ver la de los extraterrestres.

-Me gusta el cine de acción, pero eso es lo de menos, de lo que puedes estar seguro es que no te voy a creer el cuento de que te enamoraste desde el primer día en que me viste y que soñabas conmigo todas las noches y esas tonterías...

-No, no fue así, tres veces te encontré en el elevador, una vez con tu marido, otra creo que con una amiga y otra subimos un piso tú y yo solos... Me avergonzaba mirarte a los ojos y la verdad había más que ver hacia abajo.

-Eres un caliente....Pero dime la verdad, como te enamoraste de mi, porque no puedes negar que estás enamorado de mi.

-Lo niego Ana... No estoy enamorado de ti... ¿De donde sacas eso?

-Por favor Carlos, ¿tú crees que una mujer no siente el amor de un hombre cuando están en la cama?...Es diferente, es, es... No sé, sublime, grandioso, celestial, impresionante o como te dé la regalada gana llamarlo, si quieres inventa tú la palabra que lo defina, pero es diferente, inmensamente diferente, es algo....Algo que nunca había sentido

La última frase la dijo llena de tristeza y se recargó nuevamente sobre el pecho de Carlos quien permaneció en silencio sin saber que hacer o decir, pasado un tiempo de profundo silencio él dijo

-Es verdad... Si estoy enamorado.....¿Y tú?

-¿Yo qué Carlos?

-¿Me amas?

-No lo sé Carlos, estoy confundida, muy confundida, no sé que hago aquí...Debo confesar que anoche estaba muy excitada, de hecho cuando tocaste a mi puerta me estaba masturbando y cuando te fuiste me arrepentí de dejarte ir, podía tener sexo contigo y ¿por qué no?, podrías ser mi amante de ocasión...

-Vaya.

Dijo Carlos en tono serio y ella con su mejilla apoyada sobre el pecho de Carlos dijo

-Escúchame por favor, necesito hablar, necesito expresar lo que siento, necesito que sepas la verdad y trates de entenderme.... Es muy cierto que quería una noche de buen sexo que calmara mi necesidad de sentir a un hombre dentro de mi, mi necesidad de un orgasmo que me relajara y me hiciera olvidar por un momento mi tristeza...¿Por qué no tú?, guapo, sano, limpio, varonil, simpático, descarado y con ganas de acostarte conmigo...

-Y te decidiste a pedírmelo

-Si..Por eso te pedí que regresaras, tendríamos una noche de buen sexo, te irías a tu casa y tal vez lo podríamos repetir otro día.... Pero todo lo complicaste, lo echaste a perder al hacerme sentir tan especial, tan importante para ti... Se que discutimos todo el tiempo, pero me encanta hacerlo porque terminamos aceptándonos tal y como somos....¡Diablos!, no se que decir, no sé que hacer, no se....Tengo miedo Carlos.

-¿Miedo de qué amor?

-De eso... De que me digas amor... Un corazón solitario cuando se encuentra con otro que es generoso y está desocupado se mete en el para refugiarse... Yo sé que estoy muy frágil y no quiero ocupar tu corazón por fragilidad, sino por amor...¿Lo puedes entender?

-Claro que te entiendo...¡Me amas!

Ella se enderezó quedando de rodillas sobre la cama y dijo

-¡Demonio de hombre!... ¿No puedes tomar nada en serio?...¿No puedes entender mis palabras?. Estoy muy lastimada, yo no quería saber nada sobre iniciar una relación ya te dije que quiero acostarme con él, quiero tenerlo otra vez entre mis brazos, dentro de mi y amarlo nuevamente...Yo no sé porqué te abrí la puerta y no sé que hago aquí metida en un hotel contigo si eres un desconocido, un desconocido que vino a destruir mis sueños y mis más profundos deseos....Pero no puedo evitarlo, algo dentro de mi me obliga a aceptar lo que me pidas.

-¿Aceptar?...Tú lo propusiste amor.

-¡¿Yo lo propuse?!....Si es cierto, yo lo propuse...¡Pero no me digas amor, que no soy tu amor!

-Si lo eres y ya te escurriste sobre las sábanas.

-¡Me vale madre!. No son mis sábanas...Además te debo decir que, que....

Dobló las rodillas para quedar sentada sobre sus pantorrillas, puso sus manos sobre sus muslos, bajó la cabeza y dijo en voz baja

-Que las dos veces que hemos hecho el amor, hemos terminado juntos... Eso debe significar algo

-Significa que somos uno para el otro amor... almas gemelas que por fin se encontraron

Ella golpeó su frente con sus manos en señal de desesperación y le dijo

-¿No logras entender el lío en que estamos metidos?..¿No lo puede captar tu demente cerebrito?.. Estamos en un problema Carlos, mis papás, los tuyos, tu hermana, Alfredo.. Soy una mujer divorciada a la que nunca aceptarán a tu lado, siempre te verán como un pendejo que se juntó con una mujer experimentada que “le da tres vueltas”..Una puta a la que ya se cogió otro y la desechó, yo seré la culpable de todo lo que te pase...Incluso si te caes del caballo y te rompes una “pata” va a ser culpa de la lagartona de tu mujer....No va a resultar Carlos, eso es lo que te quiero decir y tú me sales con el cuento de las almas gemelas....¡Carajo!

El puso su mano sobre una pierna de Ana y con voz calmada afirmó

-Si va a resultar amor, ten confianza

-¡Me lleva la chingada!...¡¿Sabes que pasa?!... Que tú eres un jodido soñador y está bien que lo seas...Tu error fue buscar y coger con una mujer que a base de golpes muy duros aprendió que la vida es de realidades y no de ilusiones....Ya me cogiste Carlos, ya olvídame y quedemos como amigos, es lo mejor para ti, para los dos.

-¡Nunca!, lo entiendes, ¡Nunca!

-¡Ayyy Carajo, que puta terquedad!...Me voy a lavar en la regadera y tú debes hacer lo mismo.

-Si amor

-¡Que no me digas amor!

-¡Si amor, no te vuelvo a decir amor!

Después de asearse y vestirse salieron del hotel y se dirigieron a un restaurante donde platicaron de sus familias y otros temas, salieron de restaurante y fueron al cine, al salir recorrieron el centro comercial y compraron algo para cenar, cuando regresaron a casa por la noche guardaron el auto en la cochera y fueron al departamento de Carlos para que él recogiera parte de su ropa y regresaron al departamento de ella. Al entrar, ella cerró pasando el cerrojo y mientras él entraba a la cocina a dejar la comida que habían comprado ella entró a su recámara se desnudó y se puso encima una playera, salió a la cocina, le dio un beso en los labios a Carlos y le preguntó

-¿Quieres una copa?

-Lo que tú vayas a tomar.

Ella sirvió wisky en dos vasos y se fue a sentar en el sofá de la sala, Carlos la alcanzó sentándose a un lado de ella, bebieron de sus vasos en silencio, él le acariciaba las piernas y cuando la volteaba a ver, ella le daba una sonrisa forzada que denotaba su tristeza y preocupación.

-No te preocupes Ana.

-¡Ja!... ¿Y como no lo voy a hacer?...Esto es un lío y yo ya tengo demasiados problemas..¿No sé porqué no te corro y me evito el huracán que viene?...

-¿Qué huracán Ana?

-¿No lo ves venir?..... ¿De verdad piensas que todo va a ser muy fácil?..... Y no me llamo Ana, soy Claudia.

-Ay, ay, ay.... ¿Y piensas que con esa actitud se solucionan las cosas?.

-¿Ya ves, yo soy y seré siempre la culpable de todo y será por una simple razón, tú eres un buen chico que tenía a miles de mujeres para elegir, pero la lagartona divorciada se le metió, le dio las nalgas y como era lógico, el chico inexperto se enloqueció por ella.

-Nadie te está culpando de nada Ana..Claudia.. Pero tampoco hagas una tormenta en un vaso de agua, vamos a esperar a ver que pasa.

Ella subió las piernas al sofá y él dejó su vaso sobre la mesa, para acostarse sobre los muslos de ella con la cara hacia arriba para mirarla, permanecieron en silencio varios minutos y él con voz tranquila le dijo

-Es tan breve la vida Ana y a pesar de eso la dejamos pasar por no saber darnos la oportunidad de vivirla, vivimos en la cultura del silencio, de los prejuicios, de las vanidades, de la soberbia, de los recuerdos y los rencores...Juzgamos con una gran facilidad al prójimo suponiendo lo que quiere, lo que piensa, lo que va a hacer, como va a reaccionar y cuando nos necesita respondemos cerrándole la puerta... Nos da temor decir lo que sentimos ya aflorar nuestros sentimientos se ha convertido en muestra de debilidad y suponemos que al hacerlo los demás se aprovecharán de nosotros

Ana lo miraba con tristeza, levantó los hombros y bebió de su vaso, él continuó diciendo

-Vivimos día y noche preocupados por lo que debemos de hacer, por el dinero que debemos ganar para poder tener a manos llenas y cuando lo logramos nos sentimos los reyes del mundo sin darnos cuenta que ese mundo no va más allá de nuestra propia soberbia... ¿De que sirve lo que se haga si no tienes a alguien que te espere todos los días con los brazos abiertos para decirte “Te amo”.

Carlos se enderezó sentándose en el sofá, tomo su vaso y bebió lo que en el quedaba de un solo sorbo, la miró a los ojos y dijo.

-Yo estoy dispuesto a sortear los huracanes que vengan, lo único que no estoy dispuesto a hacer es sentarme a ver pasar la vida y que dentro de unos años, que se van muy pronto, me siente yo a reprocharme el no haberlo intentado....Si quieres que me vaya, me voy Ana...No lo intentes, solo quédate ahí sentada esperando a que Alfredo te hable para pedirte que te acuestes con él.

-Si me acostaría con él Carlos

Carlos se puso de pie y le dijo

-Entonces no hay nada que discutir...¿Eso es lo que quieres no?...

-¿Vamos a dormir desnudos?... Yo quiero

La voz de ella se quebró por el llanto, él se sentó, la abrazó y la escuchó decir sobre su hombro

-Mañana veremos que dice Rebeca...

 

 

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