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De niña buena a artista porno y escort (4)

en Hetero: General

Mi vida pasaba entre la universidad, días de inocente diversión con Erick y ser puta, muy puta en mi trabajo. En la escuela comenzaron a reconocerme, me gritaban “Hilde” y yo me hacía la desentendida. Un día en uno de los pizarrones de avisos que hay en los pasillos apareció pegada la impresión en computadora de una de mis fotos de internet en la cual yo aparecía de pie desnuda junto a una cama, con un pie sobre el colchón y una cara de excitación que invitaba a subirse conmigo a la cama. Me acerqué a verla y con toda la sangre fría que se puedan imaginar permanecí observándola muy tranquila hasta que una amiga se acercó para decirme “Se parece a ti”, “¿Tú crees?” respondí y cuando varios chicos se acercaron nos retiramos riendo de vergüenza por estar observando la foto  

Ya era mi último semestre en la escuela y después de todo lo que ya había vivido el que apareciera una foto mía desnuda era…. ¿Cómo decirlo?... Algo que no me quitaba el sueño, que no me avergonzaba, que ni siquiera me hacía sonrojar, muchos aseguraban que era yo la del desnudo y otros han de haber pensado que eso era imposible ya que mi comportamiento en la facultad siempre había sido el de una chica “respetable y correcta” o más bien el de una auténtica mojigata

Mi cinismo llegó al extremo cuando el director de la facultad quitó la fotografía y me llamó a su oficina para decirme

- ¿Por qué se toma este tipo de fotos para ponerlas en los pizarrones? ¿Está consciente de que esto es motivo para expulsarla?

- Yo no soy la que aparece en esa foto y tampoco la puse en el pizarrón

Respondí con gran aplomo y segura de lo que decía, pero él no se amedrentó y con mucho sarcasmo agregó

- Entonces ha de ser su hermana gemela

Tal vez tiempo atrás me hubiese soltado a llorar suplicando perdón, pero yo ya había cambiado mucho, demasiado tal vez, así que sin inmutarme ante su sarcasmo puse mi dedo índice sobre la foto y respondí

- Fíjese muy bien Sr. director, la chica de la foto está maquillada y yo nunca me maquillo, ¡Odio pintarme señor! lo cual ya debió usted de haber notado con sus miradas, digamos, no muy inocentes, que durante varios semestres nos ha dirigido a todas las chicas de la facultad

No cayó en mi trampa y en tono de enojo respondió

- Las miro como miro a todos los alumnos y solo para reconocerlos… Esa es mi obligación señorita

Lo miré fijamente a los ojos con una sonrisa coqueta y buscando hacerlo caer en mi trampa con voz sensual respondí de forma “más atrevida”

- Eso lo entiendo, pero si observa bien la foto notará que yo no soy esa chica, fíjese en el maquillaje, en el tamaño de sus senos y en su pubis… mis pechos son más pequeños y yo no tengo el pubis depilado 

- ¿Y eso lo puede usted demostrar?

¡Grave error!, cayó en la trampa y actuó como lo hacen todos los hombres frente a la coquetería de una mujer atractiva, habló sin pensar, sin imaginarse que a pesar de mi juventud yo ya estaba bastante corridita como para saber defenderme sola. Así que aprovechando la oportunidad que me brindaba “monté en cólera” fingida y le grité

- ¡¿Por quién me ha tomado?!, ¡Yo no me pienso desnudar frente a usted!

- No le he pedido que se desnude___ Respondió nervioso

- ¡Claro que no!, ¡si solo lo insinuó! ¡Es usted un maldito, un infeliz, un miserable acosador!, ¡Nunca! ¡Escúchelo muy bien, nunca me verá desnuda!  

Al escuchar mis gritos su secretaria entró al privado dejando la puerta abierta y al ver a varios alumnos en la antesala de su despacho grite con más fuerza

- ¡¡No pienso acostarme con usted!! Así que expúlseme, ¡Atrévase a hacerlo! y le aseguro que antes de que yo guarde mis libros y salga de la facultad tendrá frente a usted a mi abogado, ¡Maldito acosador!

El hombre estaba pálido frente a mi actitud, a la mirada inquisidora de su secretaria y a los murmullos de los alumnos que estaban en la antesala, yo salí de su despacho azotando la puerta lo que rompió el vidrio tapiz donde se leía “Privado director”

Claro que nunca fui expulsada, ni me cobraron el vidrio. Sin embargo y muy a pesar de mí siempre correcto y mojigato comportamiento en la facultad, la mayoría aseguraba que era yo la Hilde de internet… Pero eso no me importaba ya que las amistades y conocidos de escuela me tenían sin cuidado, tanto que comencé a disfrutar el ver como en la mirada de los chicos había un enorme deseo por llevarme a la cama y en la mirada de las chicas había cierto dejo de envidia hacia mi cuerpo y a mi valor de posar desnuda

El trabajo en internet me había dejado muy buenas ganancias, era un trabajo de más o menos una hora a la semana donde posaba para fotos o hacíamos algún pequeño video, además algunas veces le ayudaba a Leonardo siendo Escort, actividad donde (Cosa rarísima) salí dos veces más con el corrupto guapote con el que había pasado un fin de semana y mi vida, digamos, de “jovencita normal” se resumía a salir los sábados con Erick o con Dinora y su pareja.

Un sábado en que Erick y yo fuimos a cenar con Dinora y su novio, cuando me llevó de regreso a mi recién comprado departamento, entramos al estacionamiento donde estacionó en el segundo cajón que a mi condominio le correspondía, justo junto a mi auto, apagó el motor y manteniendo la vista hacia mi auto preguntó

- ¿De verdad te lo regalaron?, me refiero al auto

- ¿Celoso?

- Tal vez un poco…. más bien mucho

Yo reí y él se puso serio, yo intenté excusarme y dije

- No te enojes Erick… Pero entiende…

Me interrumpió preguntando

- ¿Qué debo entender? ¿A lo que nos dedicamos?... Lo entiendo tanto como al novio de Dinora y como supongo que tú me entiendes a mí

- Yo no puedo entender que el novio de Dinora acepte salir con nosotros a sabiendas que tú y ella….

- ¡Trabajamos juntos!

Me interrumpió de forma cortante lo que me molestó y en el mismo tono respondí

- ¡¿Además como diablos puedes estar celoso de mí, si ni siquiera conocemos nuestros verdaderos nombres?!

Con un gesto de seriedad o enojo, estiró su mano hacia mí y dijo

- Mucho gusto, ¡Soy Daniel!

Nos miramos a los ojos y yo me adelante a su pregunta diciendo

- ¡Y yo soy Anna!

Respondí enojada al darle la mano, nos miramos a los ojos y soltamos la carcajada, ¡Que absurdo!, habíamos salido juntos varias veces, habíamos tenido sexo más de una vez frente a las cámaras y nos acabábamos de presentar… Yo me recosté en mi asiento riendo de la situación y él preguntó

 - ¿Me invitas a pasar?

Dudé por un instante, pero recapacité en lo absurdo de mi duda… Daniel (Erick) me había tenido de pies a cabeza, su pene había ocupado mis entrañas y su semen había llenado mi boca, mi piel e incluso mi vagina, ¿Qué me podía hacer que no me hubiera hecho ya?, ¡Solo matarme!, lo miré y maliciosamente pregunté

- ¿Me estás pretendiendo Daniel? ¿O solo quieres cogerme sin cámaras frente a nosotros?

Me miró con cierta incredulidad y yo tratando de suavizar mi actitud agresiva aclaré

- ¡Por Dios Daniel! No estamos para actuar como adolescentes insinuándonos las cosas, Tú dime lo que quieres de mí y yo sabré si acepto o no

- Quiero hacerte el amor

Respondió tajante y yo sorprendida le dije

- ¿Hacerme el amor?... ¡Wow!, eso debe ser maravilloso, sin embargo, no creo que sepas lo que es eso, es más no creo que ninguno de los dos sepamos lo que es, hemos hecho de nuestros cuerpos un negocio y por desgracia ya perdimos la capacidad de usarlos para amar

- ¡Te equivocas mujer!

- ¡Por favor!, no seas inocente, ¿Con cuantas mujeres te has acostado Daniel?, ¿Y yo? ¡Por Dios Dany! Tengo menos edad que hombres en mi haber.

- ¿Y?

- ¿Cómo que “Y”?... ¿Qué no te das cuenta?, a mis 24 años y me he acostado con más de 30 hombres, y tú fuiste uno de ellos, pero con ninguno sentí algo más que un poco de placer… Bueno… solo contigo sentí algo diferente

- ¿Conmigo? ¿Y qué fue lo diferente?

- Fuiste muy tierno conmigo en mi primera película, ¿Te acuerdas? Yo me moría de nervios y tú me calmaste de una manera muy dulce, muy tierna, Por eso me encanta trabajar contigo, la verdad es que eres muy lindo y te quiero mucho  

- ¡Pero yo quiero algo más de ti Anna!

Lo miré a los ojos buscando una explicación y él sin quitar su mirada de mis ojos dijo

- Quiero sentir tu entrega, que tú sientas la mía, quiero besar tu boca y cada centímetro de tu cuerpo, escuchar tu dulce voz y perderme en lo profundo de tus ojos… Quiero amarte Anna

- ¿Amarme?...

- Eso dije, ¡Amarte! y no te estoy pidiendo que me ames, solo que te dejes amar….

No terminó de hablar, puso su mano sobre mi muslo y me dijo

- Eres increíble Anna, amable, sencilla, alegre, eres… eres linda en todos sentidos…

- Y ahora es el momento en que me preguntas ¿Qué haces en este negocio? ¿Por qué te perdiste si vales tanto?... ¡Por favor!

- Te lo suplico Anna, haz el amor conmigo

¡Qué estupidez!, me había cogido frente a las cámaras varias veces y ahora suplicaba por volverlo a hacer diciendo “Déjate amar” … Sin embargo, me emocionó, me conmovió, me encantó la ternura que había en su súplica, ni siquiera el hombre al que había entregado mi virginidad me había suplicado, simplemente me había tomado como lo había hecho Leonardo en su cama o uno de los muchos a los que había “acompañado” o con los que había tenido sexo en las películas, entre ellos Erick, y ahora él mismo Erick ya convertido en Daniel suplicaba cual adolescente deseoso de su amada, me enderecé en mi asiento sin decir palabra y acerqué mi boca a la suya para darnos un húmedo beso que unió nuestras lenguas mezclando nuestras salivas, al separarnos me bajé del auto y él me siguió

Todo comenzó con besos dulces, nuestros labios y lenguas se unían como nunca lo había sentido, había en todo algo profundo, algo indescriptible…. Me desnudó muy despacio y cada parte que desnudaba de mi cuerpo la admiraba como si nunca la hubiera visto para después basarla con una delicadeza que me erizaba la piel. Al terminar de desnudarme y desnudarse él, me tomó de las manos, dio un paso hacia atrás y observó mi cuerpo desnudo, en sus ojos había algo que nunca había visto, era una mezcla de admiración, deseo, necesidad de posesión y entrega… Tal vez si era amor… Ya tendida boca arriba en la cama me llenó de besos desde los pies hasta el cabello, recostó su cabeza sobre mi pubis mientras acariciaba dulcemente mi vientre, mis muslos y mis pechos. No, no tenía prisa de nada, era como si tuviera toda la vida para tenerme …. Me giró lentamente para ponerme boca abajo y besar mi espalda, mis nalgas, mis piernas, mis pies y en cada beso me hacía sentir que tenía una insaciable necesidad de mí, de…. ¡No lo sé! ¿Quién es sus cabales podría amarme? Sin embargo, me hizo sentir especial, única, deseada…. Y sí, tal vez amada

Fueron muchos minutos, eternos minutos de caricias sin pasión, minutos de profunda ternura que hicieron que el llanto fluyera hacia mis ojos al pensar en … ¿En lo perdido?... No lo sé…. Pero pasó lo que tenía que pasar, la pasión y la lujuria se comenzaron a desbordar mezclándose con la ternura y así tendida boca abajo en la cama separó mis piernas para apoderarse de mi sexo con su boca, eso hizo que el llanto provocado por la ternura se tornara en gemidos provocados por el placer, mi primer corto orgasmo sin duda inundo su boca con mi humedad y pasó a darme lo que estaba deseando, su enorme pene fue ocupando lentamente mi vagina hasta que sus testículos tocaron mis labios vaginales, al principio sus movimientos fueron lentos, muy lentos, como si quisiera sentir y disfrutar de cada uno de los pliegues de mi vagina diciéndome frases como. “Por Dios Anna, me quemas, eres preciosa”, “Debo estar soñando mujer”, “Estar dentro de ti es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida” Frases que, si bien me provocaban un profundo sentimiento, también me excitaban como mujer

Daniel aceleró sus movimientos galopando con pasión a su potranca, cada vez que se metía con fuerza hasta el fondo de mi vagina sentía su pubis golpear mis nalgas y sus testículos mis labios vaginales, puse mis manos debajo de mí para sentir como su miembro empujaba la piel de mi pubis y disfruté excitada el sentir sobre mi piel lo que se movía dentro de mi carne. ¡Ya no resistí más!, levanté mi cadera al tiempo que ocultaba mi cara en la almohada para ahogar mi grito y me invadió el más grande, fuerte y profundo placer que hubiese sentido en mi vida, pero la maravilla, el éxtasis, la locura, llegó cuando Daniel aceleró sus movimientos haciendo que mis orgasmos se comenzaran a repetir una y otra vez disminuyendo poco a poco de intensidad y pude sentir lo que una vez había leído “Toda mujer es multiorgásmica cuando el hombre sabe llevarlas a ello” …

Cuando todo dentro de mi dejó de contraerse placenteramente me sentí agotada, agotada por las maravillosas sensaciones que habían estallado en mí cuerpo como juegos pirotécnicos, mi sudor, el temblor incontrolable de mis piernas, la tensión de mi cuerpo que me llevó a la desesperación por relajarme y después, el placer, el placer de las intensas y largas contracciones que se repetían sin cesar dentro de mí para terminar invadida de una maravillosa sensación de tranquilidad, de seguridad y de paz. Era la mezcla más homogénea de inmenso placer del cuerpo con la satisfacción del espíritu… Estaba relajada, tranquila, contenta, segura y satisfecha, me había olvidado de todo y en mi mente había un solo pensamiento “Haz conmigo lo que quieras Daniel”  

Al sentir la flacidez de mi cuerpo, él continuó con lo suyo, salía para después dejarse ir con fuerza hasta el fondo de mi vagina empujando mis nalgas con su pubis y provocándome un gemido involuntario. Lo hizo varias veces y en cada una de ellas su miembro se endurecía más y más, de pronto lo metió con fuerza hasta el fondo, permaneció un momento inmóvil y comencé a escuchar los gemidos que acompañaban a sus contracciones con las cuales arrojaba sus chorros de semen en el interior de mi cuerpo, fueron múltiples chorros de cálido y blanco semen que llenaron mi vagina haciéndome consiente de todo el placer que como mujer le daba y por vez primera tuve ese especial sentimiento de posesión, ¡era mío, era mi hombre! Al terminar se recostó sobre mi espalda y me llenó de besos en el cuello y la cara, al intentar levantarse le dije  

- Quédate ahí, no te salgas, quédate dentro de mí, por favor Dany

El sin sacar su miembro de mi cuerpo se giró quedando los dos acostados de lado, él detrás mío abrazándome, acariciándome y besando mi espalda, giré mi cabeza para besarnos en la boca y le dije

- No te vayas Dany, quédate conmigo toda la noche

Ya no sé qué fuego es más intenso, más profundo, más creador o destructor, si el fuego de la pasión mientras se busca el placer o el fuego de la ternura después de haberse dado placer, uno quema el cuerpo mientras que el otro quema el alma…. Yo estaba acostumbrada que al terminar ¡se terminaba!, ya fuera en el “trabajo” o con los que lo había hecho en la intimidad de una habitación. Pero con Daniel no se terminaba, seguía “poniendo leña en la hoguera”, en una inmensa hoguera que ardía en mi pecho. Acarició mis pechos, besó mi cuello y al pasar su mano por mi costado yo apoyé mi nuca sobre su pecho y escuché

-Te amo Anna

No pude responder, ¿Qué significaba eso?, me lo habían dicho una vez y habían sido mentiras, eso sí, “muy convincentes”, un buen pretexto para entregar mi virginidad y a pesar de que como mujer estoy obligada a decir “Me engañó diciendo que me amaba”, la realidad es que yo también lo quería… El solo me dio el pretexto para satisfacer mis deseos sexuales… Pero esta vez, esas mismas palabras habían hecho estallar en grandes llamaradas la hoguera que ardía en mi pecho y no pude responder

Apagué la luz, no quería hablar, tal vez para no expresar alguna idea errónea de lo que estaba sintiendo, pero al final de cuentas los actos siempre suplirán a las palabras, habíamos hecho el amor, su miembro que comenzaba a perder su erección permanecía dentro de mi como señal de nuestra mutua posesión mientras que sus caricias llenas de ternura quemaban mi piel… Daniel comenzó a respirar pausadamente, sus manos dejaron de moverse sobre mi piel y cuando su miembro perdió la erección abandonó mis entrañas y sentí su cálido semen fluir fuera de mi vagina… ¿Esto era todo?, ¿Así termina la entrega?, ¿Con un pene flácido apoyado sobre un varonil muslo y una vagina escurriendo semen sobre la suave y tersa piel de los muslos femeninos?. Alguien debería de gritar “Corte, se imprime” o “Gracias Hilde, este sobre es para ti”

Pero no, no había gritos de “Corte”, ni sobres con dinero para agradecer mis “Eficientes servicios” de Escort…. ¿Y ahora qué?, ¿Qué seguía?, ¿Cuál sería el siguiente título?, ¿” La puta enamorada del gigolo”? .... No, esto no podía ser cierto, estaba enamorada y no era digna de ser amada por nadie ….  ¿Y él?... Él también tenía su historia, pero en este mundo solo se juzga a la mujer, incluso yo me estaba juzgando a mí misma, ¿Qué no éramos tal para cual? ¿Por qué tendría que ser yo la puta y él el conquistador irresistible?, ¿Por qué debería yo valer menos que él, si hacíamos lo mismo? .... Y así, hundida en mis más profundos y tristes pensamientos cerré mis ojos, ya era momento de dormir, ya era momento de soñar.

A la mañana siguiente fue la locura, la locura del amor desbordado en la más increíble pasión, estando recostado boca arriba lo besé hasta el cansancio, jugué con su miembro acariciando, besando, lamiendo y chupando hasta que el suplicó por mi vagina, yo me monté sobre su varonil cuerpo y me senté en esa delicia haciendo que lentamente penetrara mi carne hasta lo más profundo de mi ser, entre gemidos él me decía “Me encantas Anna, tus muslos, tus pechos, tu cintura, tu piel blanca, tus ojos, tus cabellos, tu rostro, te amo, te adoro mujer” “Y yo a ti corazón” le respondía jadeante mientras cabalgaba su delicioso pene, mi intenso y prolongado orgasmo me hizo caer sobre su pecho y él continuó con la faena hasta llenarme otra vez con su ardiente semen.

Pasamos el domingo los dos desnudos en mi departamento y cruzamos la berrera del amor, esa que tanto confunde al no diferenciar entre el “Te amo porque me gusta cogerte” y el “Me gusta cogerte porque te amo”.  El sexo se volvió ternura y locura, suave y delicado declarándonos amor sin palabras, pero también fuerte, ansioso de placer y acompañado de palabras obscenas y descripciones vulgares como “Te voy a mojar los ovarios” “Méteme tu vergota”, “Te voy a romper el culo” “Llenarme de leche” y todas esas que aumentan la excitación, la lujuria y el placer  

Por la tarde noche mirando el televisor sobre el sofá de la sala, Daniel acariciaba mis piernas que había yo subido en su regazo mientras lo miraba fijamente, tal vez mi mirada lo hizo voltear y preguntó

- ¿Qué pasa Anna?

- Nada, solo pensaba que tenías razón, no hay placer que se compare con hacer el amor… He tenido los orgasmos más maravillosos de mi vida, claro que no he tenido muchos, pero…

Daniel me interrumpió preguntando

- ¿Por qué no vivimos juntos?

Quedé pensativa, “vivir juntos” era la mejor manera de coger sin compromisos, ya que llevaba implícita la idea de que “El día que me canse de ti, me voy”, lo miré y pregunté

- ¿Por cuánto tiempo Dany?, ¿Una semana, un mes, un año?

No respondió y yo hice mi propuesta

- Vamos a quedarnos así y cuando queramos hacer el amor pasamos la noche juntos ¿Te parece?

- ¿Por qué?

- Yo necesito seguir trabajando y no puedo permitir que me celes o que yo te cele a ti

- Te amo y nunca lo haría

- ¡Por favor Daniel!, además no me quiero enamorar como una pendeja y terminar lastimada

- Yo no…. ____ Interrumpió su frase y agregó____ Ok, será como tú quieras Anna

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