Carlos había escuchado a Susana con atención recostado sobre la cama en ropa interior, cuando ella terminó de hablar el dijo.

-Susana, yo sé que me amas, el por qué, no lo sé ni me interesa saberlo, lo haces y te esfuerzas en demostrarlo y para mi es lo único que importa, sin embargo es mi punto de vista, a ti te interesa saber la razón de las razones, ¿por qué te acaricio?, ¿por qué te beso?, ¿por qué hago el amor contigo?, ¿Qué veo en ti que no veo en otras? ¿Qué mujer pienso que eres? y todos los detalles que hacen que un hombre se pierda de amor por una mujer. El amor Susana nace y yo no sé cual es la razón, lo que si sé es que el amor es lo que nos hace ver a la persona amada como especial y única sobre la tierra, sin embargo trataré de dar respuesta a lo que me preguntas…..Comencemos por el físico como tú lo quieres… desnúdate por favor y acuéstate así boca arriba con las piernas estiradas.

-Carlos, no quiero sexo, quiero respuestas.

-No vas a tener sexo y te voy a dar las respuestas que quieres.

-¿Sin tener sexo?

-Sin tener sexo Susana, pero si tú hablas del aspecto físico al menos dame la oportunidad de decir y tocar eso que en ti me vuelve loco, ¿De que otra forma me voy a inspirar para explicarte?

-Carlos al primer intento de tener sexo conmigo, me levanto y me voy a dormir a la otra recámara.

-Prometo que no lo haré, pero es necesario que te toque y que te bese, ¡o qué!, ¿Cómo decir que me gusta besarte de esta manera, si no me dejas besarte ni tocarte?

-¡Eres odioso amor!, hazlo así, pero si te veo intenciones de penetrarme entonces si me voy a enojar y duermo en la otra recámara por varios días, estamos hablando de algo serio y no buscando sexo.

-Si reina, hazme ese favor para que te explique.

Susana de mala gana se desnudó y se acostó boca arriba con las piernas estiradas colocando un pie sobre el otro, Carlos empezó diciendo.

-Tu cabello, me gusta tu cabello, como cae a los lados de tu cara hasta tus hombros, tu cabeza, tus ojos grandes, verdes, con una mirada muy intensa que a veces dice mas que muchas palabras, tu nariz ligeramente levantada en la punta, tus mejillas, tus labios que sin ser muy carnosos son perfectos, solo de ver tu boca uno desea ahogarse en ella a besos y mordidas saboreando tu lengua y tus labios, todo esto sumado al ovalo perfecto de tu cara te hace una mujer realmente bella, bellísima… Tu cuello es largo, recto, firme, es un cuello de cisne que me encanta besar y acariciar, tus hombros son perfectamente horizontales, con una piel tersa y suave.

Cada vez que Carlos nombraba una parte del cuerpo de ella, lo acariciaba y lo besaba, Susana no separaba la vista de él quien le pidió que se acostara boca abajo, Susana lo hizo y él continuó

-Tu espalda es perfecta, su piel es muy suave, tu columna se comienza a hundir desde aquí por lo fuerte de los músculos que están a los lados, estos de aquí, y antes de llegar a tus nalgas se hunde de una forma que me enloquece, aquí a los lados de este hueso de en medio se te forman unos hoyuelos que me traen loco, solo de verlos me lleno de deseos por ti. Y justo debajo de ellos se levantan tus nalgas, redondas, firmes, fuertes, que terminan su curva dando inicio a los muslos mas bellos que yo haya visto, desde tu cadera hasta las corvas de tus rodillas, tus pantorrillas forman una curva perfecta desde las corvas hasta tus tobillos y después esos pies maravillosos, perfectos, increíbles.

Carlos levantó las pantorrillas de Susana y le besó y le acarició por un buen rato los pies. Ella ya no hablaba, solo escuchaba llenándose poco a poco de excitación, Carlos la puso nuevamente boca arriba y continuó

-Estos senos amor, redondos, de un tamaño perfecto para la altura de tu cuerpo, acostada boca arriba caen un poco hacia los lados y su curvatura hacia el centro forman un canal excitante en medio de ellos, se antoja poner ah텅 Mejor no hablo de antojos.

Susana sonrió, su respiración ya era agitada, y su mirada continuaba fija en Carlos quien no dejaba de hablar diciendo.

-Están adornados por dos pequeñas aureolas redondas, con un tono rosado y al centro de ellas estos pezones que ahora están endurecidos y enrojecidos y de los que me gusta sorber tu pasión cuando hacemos el amor. Debajo de tus pechos se ve tu piel sobre las costillas, que al terminar estas, así boca arriba, la piel de tu estómago se hunde haciendo de tu ombligo un adorno a toda esa belleza y estas curvas a los lados de tu cuerpo que se abren para dar paso a tu cadera, estira tus brazos y pon tus manos a los lados de tu cadera.

Susana ya en una excitación que no podía ocultar, bajó los brazos y Carlos dijo

-¿Lo sientes?, tus brazos hasta el codo están pegados a tu pecho, las palmas de tus manos a tu cadera, aquí a los lados de tus nalgas, pero tus antebrazos no tocan la piel de tu cuerpo, las curvas que forman tu cintura lo evitan y ellas terminan justo en tu cadera, aquí donde sobresalen estos huesos a los lados.

Susana con voz agitada dijo.

-Son las crestas iliacas amor, los huesos más grandes de la cadera

-Está bien doctora, siempre es bueno saber el nombre de algo tan bello, pero mira, la piel de tu vientre y de tu pubis, queda hundida y desde las crestas esas se forma como un arco hacia abajo que levanta tu piel y se une aquí en medio levantando ligeramente esto que ustedes los médicos llaman "monte de Venus", y que en ti queda de maravilla el nombre, aquí arriba de ese bello monte, donde se hunde la piel, al estar yo dentro de ti se ve levantarse tu piel en cada uno de mis movimientos, y no me digas las razones anatómicas de ello, no me interesan, solo sé que es divino verlo.

Susana sonrió llena de excitación, estaba ardiendo de escuchar la descripción de Carlos acompañada de caricias y besos, pero se resistía a tener sexo, él continuó, separó los muslos de ella y Susana instintivamente dobló las rodillas para dejar su sexo a la vista de Carlos, por mas que se resistía ya la excitación la tenía al punto de dejarse hacer lo que él quisiera.

-Y de ese monte, nacen tus labios vaginales, ligeramente más obscuros que el resto de tu piel, si separo estos labios, además de besarlos y morderlos suavemente como si fueran los de tu propia boca, descubro dentro de ellos otros delgados y pequeños que cubren la entrada de tu vagina y tu clítoris, todo ahí dentro tiene un color rosa precioso que incita a pasar así la lengua sobre de todo.

Carlos besó sus labios mayores y su lengua recorrió todo el sexo de Susana, ella apretaba con sus manos el edredón que cubría la cama y su boca se apretaba mordiendo su labio inferior, el sudor comenzaba a perlar su labio superior y su frente. Carlos continuó diciendo y haciendo

-Debajo de tu clítoris está el orificio de tu vagina con un color rosado mas oscuro que se convierte en un rojo intenso mientras se profundiza hasta perderse en la oscuridad de tus entrañas, se notan los pliegues de tu vagina que se humedece cuando te excitas como ahora y mas al sentir el calor de mi lengua tratando de acariciarla por dentro, solo que hoy no quieres ser penetrada.

Carlos pasó sus dedos suavemente por todo el sexo de ella, con su lengua lamió el clítoris y cuando hacía esto Susana movió su cuerpo hacia él para que su lengua entrara en su vagina, él le pensaba decir algo sobre la promesa de no ser penetrada, pero sintió las contracciones de su vagina y la vió cerrar los ojos y dejar caer su cabeza de lado, ningún ruido había salido de la boca de ella, pero él sabía lo que estaba ella sintiendo, sonrió, dobló las piernas de Susana que se reponía de su orgasmo, se arrodilló en medio de ellas, las rodillas de él quedaron a los lados de la cadera de ella y Susana paso sus piernas a los lados de la cadera de él quien le dijo.

-Así en esta postura mi visión de tu cuerpo es lo mas increíble que puedas imaginar, tu rostro, tu pecho adornado por esos senos maravillosos, tu cintura, tu vientre, tu sexo, estos muslos preciosos tocando mi cuerpo y esos hermosos pies abrazando mi espalda… ¿Querías que te dijera por qué te deseo?..... Simplemente por ser la mujer mas bella del mundo Susana.

Susana lo miraba a los ojos llena de excitación y solo pudo decir

-¡Métete!, por favor métete Carlos.

El sacó su pene del calzón, se abrazó de las piernas de Susana y la penetró haciendo que ella gimiera "mmm" cerrando los ojos, él comenzó a moverse, salía lentamente de ella y empujaba con fuerza al entrar hasta el fondo con su miembro, tomó la mano de Susana y la puso sobre la piel de su pubis y ella comenzó a sentir como el pene de Carlos empujaba hacia arriba su piel, miró a Carlos con una mirada entre ternura y pasión, levantó su cabeza para ver, miró como arriba de su "monte de Venus" su piel se levantaba y hundía nuevamente al ritmo de los movimientos de él.

Se apoyó en sus antebrazos para levantar su espalda y observar mejor, pero en esa postura se endurecieron los músculos de su vientre evitando ver el movimiento de su piel, trato de regresar a la postura de antes con sus músculos flácidos pero le fué imposible, dobló su cuerpo hacia el frente miró a Carlos a los ojos, los ojos de ella se entrecerraron moviéndose hacia arriba, abrió su boca, retuvo la respiración unos instantes y gritó "¡Ho Carloooos!", dejando caer su cuerpo nuevamente sobre la cama y moviendo sus brazos sobre su cabeza dijo en voz alta

-Por Dios Carlos, me vine delicioso, delicioso, te amo, eres magnífico

Carlos metió su pene hasta el fondo de la vagina pegado a su útero, se abrazó con fuerza de las piernas de Susana, ella sentía el pene endurecido al máximo oprimir su útero, él dijo reteniendo su orgasmo

-Siente amor, siente mi semen entrar hasta el fondo de tu cuerpo, siéntelo mojar tus ovarios, empapar tus óvulos y fecundar tu bello cuer……..

Su orgasmo lo hizo callar, cerrar sus ojos y exclamar "ahh, ahh", Susana que por un momento tuvo la idea de decirle que el semen no podía mojar los ovarios, calló su explicación y se dedicó a sentir lo maravilloso de tener el cálido semen de su hombre dentro de ella con su mirada fija en la cara de placer de Carlos, quien al terminar de venirse, dobló sus rodillas para quedar su cuerpo apoyado sobre sus pantorrillas y su cabeza sobre una rodilla de Susana a la que le dijo

-Te amo mujer, y no me interesa la razón por lo que lo hago, simplemente te amo.

Carlos perdió la erección enderezó sus piernas pasándolas a los lados del cuerpo de Susana, su pies quedaron a los lados de la cabeza de ella, se recostó boca arriba, tomó las piernas de Susana y las subió sobre su cuerpo haciendo que el sexo de ella se juntara al de él y los pies que tanto admiraba quedaron apoyados en su pecho muy cerca de su cuello, él sentía su semen escurrir de la vagina y humedecer su calzón.

-¿Comenzamos a hablar de sentimientos mujer?

-No tiene caso señor, creo que nos acabamos de decir todo lo que se puede sobre sentimientos entre hombre y mujer

-¿Tus dudas se disiparon?

-No, tengo muchas y mucho miedo, pero lo vamos a lograr, lo tenemos que lograr amor.

Los dos quedaron en silencio, ella acariciaba las piernas de él, mientras él acariciaba los pies de ella, levantaba su cabeza y para besarlos en las plantas, cosa que hacía reír a Susana, en la TV se escuchaba un capítulo de una serie americana, Carlos besó nuevamente las plantas de los pies de Susana, esta vez no rió, se había dormido, él no se movió y quedó pensativo acariciando los pies y las piernas de su mujer por un largo rato. Terminó la serie en la TV y él fué el primero en moverse bajando de su cuerpo las piernas de Susana que se despertó y se puso de lado en posición fetal para seguir durmiendo, él se acercó a su cara y la besó hasta que ella se despertó completamente.

-Qué latoso amor, me quería dormir.

-Mejor cenamos y ya te duermes hasta mañana, ¿o te quieres dormir sin cenar?

-¿Y que vas a hacer de cenar?

-¿Yo?, válgame Dios, si tú eres el ama de casa, la que debe atender a su amado esposo.

-Yo ya te atendí y no estamos casados

-Y yo también te atendí y no cenamos

-¡Señor Dios! , ¿Quién te dijo que era buena idea crear a los hombres?

-Las mujeres hija mía, que necesitaban quien les hiciera lo que te acaban de hacer a ti.

Respondió Carlos con voz grave

-¿Y por que nos tenemos que enamorar de ellos?

-Ese ya no es mi pedo hijita, mejor ve a cenar con el tuyo.

Cuando Carlos se disponía a bajar de la cama, Susana lo tomó de la mano y le dijo

-No me dijiste lo que te gusta hacer en la cama.

-Vamos a cenar

Carlos, se levantó y se quitó el calzón mojado de su semen, se quitó la camiseta y limpió a Susana el semen que aún había sobre su sexo, ella la puso bajo su vagina y se enderezó para que escurriera todo sobre la camiseta, Carlos se había puesto su pijama, ella tomó la camiseta y le dijo a Carlos.

-Llévala al cuarto de lavado con la demás ropa amor, mientras yo me pongo mi camisón

Carlos fué el primero en entrar a la cocina, abrió los anaqueles y el refrigerador y le dijo a Susana que llegaba a la cocina.

-¡Listo!, una lata de atún, mayonesa, picamos un jitomate, un poco de esta cosa verde, cilantro perejil o como se llame, mientras preparamos todo dentro de un plato, ponemos a tostar unos panes, revolvemos, un poco de sal, ¿pimienta?, no, esto no lleva pimienta y a cenar madame.

Susana vestida tan solo con su camisón miraba a Carlos sentada en una silla frente a la mesa de la cocina, él llevó la cena y ella insistió

-¿Qué te gusta hacer en la cama?, que tonta verdad, sin duda darte una gran venida dentro de mi, no sé para que lo pregunto, olvídelo señor, fui una idiota.

-Pues no señora, esta vez se equivoca usted completamente, absolutamente, totalmente, infinitamente y todo lo demás.

-¿Por qué?

Carlos masticaba un pedazo de pan con la supuesta ensalada de atún que había inventado para cenar, tragó y dijo

-No sé que fué lo que preparé pero me quedó muy sabroso. Mira Susana, yo hago siempre una similitud entre el sexo y un gran banquete. Uno llega a un gran banquete, con platillos exquisitos de esos que preparan los chef de la TV, vinos excelentes de las mejores cosechas, de postre un helado de queso y zarzamoras, pero de esos helados alemanes que se hacen de verdad con leche y queso bañado con una salsa de zarzamoras, mmm, ¿Has ido a Alemania?.

-No amor, no he ido, pero me antojaste el helado

-Lo mejor de lo mejor, te tengo que llevar a comer uno de esos helados, pero estábamos en el banquete… Además del helado, hay buen coñac y varios licores para la sobremesa, incluido el Bailey’s que tanto te gusta, pero uno llega, entra a la cocina, sirve el postre, se lo come y se retira.

-Por favor amor, quien puede hacer eso ante tanto manjar

-Yo de joven lo hice contigo, ante el banquete mas exquisito del mundo solo comí el postre y me retiré, el orgasmo Susy, es el postre del gran banquete.

-Eramos muy jóvenes y fué la primera vez para los dos

-Así es, cuando uno va creciendo se va dando cuenta que el sexo no es penetrar a la mujer y tener un orgasmo, uno aprende a disfrutar de la mujer y poco a poco va entendiendo a la mujer, se va dando cuenta que está compartiendo ese momento con otro ser humano, con una mujer llena de deseo y pasión que también quiere disfrutar y gozar…. Yo Susy me casé con una mujer con una capacidad para disfrutar increíble, sus orgasmos eran muchos y muy largos, una de las cosas que me dijo cuando terminamos fué que la mujer por la que me dejó la hacía gozar como nadie lo había hecho, que hacía que sus orgasmos fueran "interminables"… ¡Diablos!

Susana vió la cara de tristeza de Carlos y trató de animarlo diciendo

-Pero tú no eres culpable de su lesbianismo, ¿Cómo es ella?

-No, no soy culpable pero tal vez responsable de algo… En fin.. Es muy bonita, y tiene un cuerpazo la mujer, bajita, pero muy bien formadita…. Nos llevamos muy bien, somos buenos amigos, un día te la he de presentar, ya le dije que me voy a casar contigo y la pienso invitar a la boda con su, su, su pareja.

-Mejor sigue con lo del banquete, que te pones muy triste.

-Bueno, te decía que el sexo es un gran banquete, hay que admirar a la mujer, sentir su piel, aspirar su aroma, disfrutar de su belleza al máximo, hacerla sentir deseada, hermosa, sentir su calor su deseo, su forma de gozar, a mi me enloquece cuando tú estas ardiendo sin haberte penetrado y te acercas a mi cara, tu rostro sonrojado por el deseo, tu boca abierta, siento tu aliento junto al mío y pegas tu boca abierta a la mía dejando tu saliva en todo mi rostro, o cuando llena de excitación metes tus dedos en tu vagina para después ponerlos dentro de mi boca, como dándome a probar lo que quieres que me ponga a saborear…

-¡Carlos!, me da pena

-Penetrar a la mujer el mayor tiempo posible, deteniendo nuestros movimientos para retrasar el orgasmo y hacer que dure mucho la penetración, tratando de llevarla el mayor número de veces posibles al orgasmo, ¡ese es el banquete!, ya después comes el postre que es el orgasmo y terminando ya agotados los dos, seguir con las caricias y los besos ya sin pasión sería como un buen coñac para después del postre y estar contigo aquí platicando y observando tus piernas y tus pies es como un buen café acompañado de un buen habano Cohiba..

-¿Y que es lo que te gusta hacer en la cama?

Preguntó nuevamente Susana riendo, Carlos se puso de pie, la levanto de la silla cargándola por la espalda y por las piernas, ella se abrazó de su cuello, el la puso frente al interruptor de la luz, ella la apagó y caminando hacia el cuarto él dijo.

-Por lo pronto me gustaría dormir, ¿Piensas lo mismo?

-Mmmm, sería lo correcto.

Se metieron a la cama y se durmieron abrazados.