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Una historia de Amor (Primera parte)

en Erotismo y Amor

-Ven corazón, dámelo todo

Dijo Lourdes con voz emocionada al sentir el inminente orgasmo de Enrique quien cerró los ojos, empujó con fuerza y al ritmo de su eyaculación apretando los dientes balbuceo

-Ten, ten, tenlo todo muñequita….

Al terminar permaneció unos instantes jadeante apoyado con sus manos a los lados de Lourdes y con la cabeza agachada, al notar que unas gotas de sudor rodaban por sus mejillas se dejó caer al lado de ella

-Que rico coges mujer, eres excelente

-¿Tú crees?

-No lo creo, lo siento Lulú

Lourdes miró su entrepierna, sonrió y giró su cuerpo para tomar un rollo de papel sanitario que había en el buró junto a la lámpara, arrancó del rollo un buen pedazo y cubrió con este su vagina diciendo con tono molesto.

-Pinches hoteles deberían poner una caja de pañuelos desechables y no papel para limpiarte el culo… En todos es lo mismo

Enrique rió y dijo

-Yo envolvía con el los condones, pero ahora que te decidiste a tomar pastillas serás tú la que lo use. ¿Es mucho?

-¿No sentiste la clase de venida que te diste?

-Es que aprietas muy rico Lulú, eres fabulosa en la cama

-¿Me habrán oído gritar?

-¿Y qué importa si te oyeron? A mí me gusta oírte gemir, jadear que me pidas que no pare y que grites de placer, no puedes negar que te encanta coger

-No lo niego… ¿Te gustó?

-Te acabo de decir que si

-¿Me refiero a venirte dentro de mí?

-Sí… ¿Y a ti?

-¡Me enloqueció!... Pero no imaginé que fuera tanto, se veía diferente en el condón

-¿Lo sentiste?

-No, pero lo imagine al sentir tus contracciones y sentí muy lindo, me sentí tu mujer.

-¿Cómo sabes cuándo me voy a venir?

-¡Que preguntas haces Enrique!… Se te pone muy dura y es cuando me gusta apretarte con mucha fuerza para sentir sus contracciones… Lo que nunca he sentido es cuando pierdes la erección, pero ahora que no usamos condón te deberías quedar adentro hasta que se te haga chiquito y se salga solo

-¿Se siente caer el semen?

-No lo sentí, claro que es la primera vez que terminas dentro de mí pero como tu semen está a la misma temperatura que mi vagina supongo que sebe ser difícil sentirlo, ¿no crees?

-¡Vaya!... Eres experta en sexo, debes tener mucha experiencia

-¡Ni se te ocurra pensar eso!. He leído mucho y mi mamá es sexóloga… Lo mío es educación sexual y no experiencia por promiscuidad

-¿Y por qué aceptaste hacerlo sin condón?

-Por qué te quiero mucho… Más de lo que te puedas imaginar

-¡Por favor Lulú!, tenemos un trato, lo nuestro es solo sexo sin compromiso alguno, así que no empieces con romanticismos que echen todo a perder.

Lourdes se levantó al baño y mientras caminaba dijo

-No puedes negar que me quieres

-Que te quiero coger… 

Lourdes regresó y de pie junto a la cama se puso sus bragas y su sostén Enrique le dijo molesto

-¡Ya ves!...  Te lo dije, los sentimientos echan todo lo bueno al caño, ya te enojaste.

-¡No!, no me enojé solo que ya es tarde y no tengo tiempo para tirarme desnuda a tu lado, debo llegar a casa

Enrique se levantó de la cama y entró al baño, al salir Lourdes estaba sentada en la orilla de la cama calzándose las botas ya se había puesto la blusa y los jeans él se comenzó a vestir y dijo

-Claro que estás enojada.

-Te repito que no estoy enojada, es solo que no me agrada mucho la idea de ser tu putita.

Se levantó de la cama y se acercó al espejo para arreglar su cabello cuando él preguntó

-¿Por qué me dices eso?

-¡Carajo Enrique!... Creo que ya conocimos todos los hoteles de la ciudad, yo he hecho todo lo que me has pedido incluso tomar los anticonceptivos y hoy que por fin lo hacemos sin condón, hoy que por vez primera tengo ese especial sentimiento de que me entregas parte de ti no eres capaz de decirme algo bonito, sé que habíamos llegado a un acuerdo, ni tú te enamorabas, ni yo lo hacía pero está vez era algo especial

-¿Qué querías que te dijera?

-No sé “Eres muy linda”, “Me gustas mucho” o por qué no la verdad… “Te quiero”… Pero mientras yo me siento profundamente emocionada por tener tu semen en mi vagina a ti solo se te ocurre decirme “Que rico coges”

-No puedo decir lo que no siento

-¡Eso no es cierto!... Y aunque lo fuera me podías haber dicho algo tierno y no tratarme como puta diciendo lo rico que cogiste, solo te faltó dejar el dinero sobre el buró

-Muchas veces te he dicho que coges muy rico, que me gusta como coges y nunca te habías enojado

-¿No pudiste imaginar que ésta vez era especial para mí? ¿Cómo puedes ser tan indiferente frente a los sentimientos de la mujer que te ama en la cama?

-Otra vez con tus sentimientos echando todo a perder

-Sí, otra vez ya que por mucho que lo quieras negar yo sé que me quieres, eso lo siento solo que ésta vez quería que me lo dijeras… ¿Ya estás listo? Revisa que no dejes nada como te pasó con tus llaves la otra vez y ya llévame a mi casa.

Enrique se terminó de calzar los zapatos y de pie frente a ella le dijo

-Mira Lulú, estás muy buena, coges rico pero hay una gran diferencia entre coger con una buena amiga a coger con la mujer de la que estás enamorado.

-¿Y si estás enamorado de otra por qué no coges mejor con ella?

-No dije que estuviera enamorado de alguien

-¡Sí que lo estás!... Ahora mismo acabas de coger con la mujer que amas y por mucho que lo quieras negar te recuerdo que nadie se puede hacer pendejo solo Enrique, tus actos demuestran lo que niegas con la boca, es a mí a la que llamas todos los días, es a mí a la única que traes a un hotel, es a mí a la única que besas y acaricias amorosamente y es estando conmigo cuando te sientes feliz, así que no digas que… ¡Mejor llévame de una vez a mi casa, no pienso discutir más!

Le exigió Lourdes caminando hacia la puerta de la habitación, él salió detrás de ella, le abrió la puerta del auto y se dirigieron a su casa. Enrique rompió el silencio en que viajaban diciendo

-Entiende Lourdes, tengo 24 años, estoy haciendo mi tesis para titularme, primero me quiero realizar antes de pensar en tener algún tipo de compromiso

-No me vengas con esa tontería de “Realizarme como persona” yo tengo 20 y no me niego a asumir compromisos, ni juego a la insensible por quererme realizar como mujer, no entiendo tu concepto de “Realizarme” yo vengo aquí sentada en tu auto junto a ti, venimos de coger en un hotel parte de tu semen aún escurre de mí y me mojó las bragas, esa es mi realidad asumida consciente y libremente, al igual que tú yo también sueño con ser una arquitecta prestigiada pero no debo negar mi realidad y mucho menos la verdad de mis sentimientos…Uno busca realizar sus sueños frente a su realidad y no tratando de vivir una mentira….. Mi realidad es que debo lavar mis bragas en el lavabo de mi baño y aunque odio lavar ropa ésta vez lo haré feliz, incluso creo que besaré mis bragas de felicidad al recordar por que las debo lavar.

-¡¿Ya ves?!... Por algo te pedí que no metiéramos sentimientos en lo nuestro, teníamos algo muy bonito y lo echaste a perder

-¿Yo?... ¿Yo lo eche a perder?..  En todo caso fuiste tú al hacerme sentir especial desde el día en que nos conocimos en la facultad, no sé por qué me deje convencer de… de ponerme a coger contigo.

-¡Porque te encanta mujer, te fascina la verga!.. Ahora solo falta que me digas llorando que me entregaste tu virginidad

-Me enseñaron a no llorar por lo que no vale la pena y lo de la virginidad es mi problema no el tuyo,  además si lo era lo debiste haber notado, tú eres el experto en eso ¿o no? ¿A cuántas se las has quitado?

-¿Eras virgen?

-¡Responde mi pregunta!

-A ninguna

-Eso pensé

-¿En verdad eras virgen?

-¡Que te importa!.... Ya llegamos

Enrique detuvo el auto frente a la casa de Lourdes y sin apagar el motor preguntó nuevamente

-¿Lo eras?

-¿Y eso a ti que te importa Enrique? ¿Eso me hace más valiosa como mujer?, ¿Cambia mis sentimientos hacia ti? ¿Qué importancia puede tener si aseguras no sentir nada por mí?....Te diré algo amorcito, el que no tiene el valor de reconocer lo que entrega, jamás podrá apreciar lo que recibe Enrique y tú eres uno de esos….

-¿Estás segura?

-Por favor Enrique… Pretendes defender tu postura de hombre de mundo que solo busca mujeres para su placer sin involucrarse sentimentalmente y al hacerlo te conviertes en un imbécil que solo dice estupideces, no has dejado de decir pendejadas mi amor.

-No me digas “mi amor”

-¿Ya ves como tengo razón? ¿Entras a conocer a mi familia?  

-No

-¡Cobarde!

-¡No me digas así Lourdes!

-Si te lo digo, eres un maldito cobarde incapaz de reconocer tus sentimientos, de asumir compromisos y de enfrentarte a tu realidad.

-¿Y tú qué? De seguro te sientes la mujer más valiente del mundo… ¡La mujer perfecta!

-¿Sabes qué? Ya me harté de esto así que lo nuestro se acabó ¿y quieres saber la razón? Te la diré… Porque rompí nuestro gran acuerdo… ¡Te amo!, por lo tanto ya no tienes nada que apreciar en mí, anda, ve a realizarte, busca con quien acostarte y sé feliz, pero nunca olvides que el que perdió fuiste tú

-¿Yo?...Por si no lo sabes hay dos que tres mujeres dispuestas a tener sexo conmigo y sin compromisos

-¡Oh por Dios!, ¿y entre tantas y tantas yo fui la elegida?, gracias amor, muchísimas gracias me siento inmensamente halagada… ¿Y cuántos hombres crees que estarían dispuestos a tener sexo conmigo sin compromisos?... Te lo diré  ¡Al que se lo pida fíjate!, así que yo gano…. ¡Buenas noches!

Lourdes bajó del auto y se metió a su casa entró por la puerta de la cocina y para su sorpresa encontró a sus papás sentados a la mesa tomando café, los saludó con un beso y cuando pretendió irse a su recámara su papá le preguntó

-¿Cuándo nos vas a presentar a tu novio?

-Hoy terminamos pá parece que no resultó, creo que me educaron para ser demasiado exigente con los hombres.

-Ya llegará el indicado hija… Por cierto no vuelvas a dejar tu auto fuera de la casa

-Perdón, lo pensaba guardar cuando regresara pero se nos hizo tarde en casa de Julieta.

Les dio las buenas noches a sus papás con un beso y subió a su recámara ahí se desnudó, se puso su camisón y entró al baño con sus bragas en la mano, abrió la llave del agua fría y la fue templando con la caliente, antes de meter las bragas bajo el chorro de agua las besó donde estaba el semen de Enrique y en ese momento la entereza que le habían inculcado sus padres la abandonó y se “quebró” emocionalmente poniéndose a llorar, entre llantos lavó las bragas y las colgó sobre el cancel de la ducha, fue a su cama y se recostó ahogando su llanto sobre la almohada para que no la escucharan ya que sentía temor de dar explicaciones a su dolor.

Recordaba cuando su amiga María le había presentado en la facultad a Enrique, era tan guapo y tan agradable que conforme fueron pasando las semanas se había enamorado, se habían besado y acariciado mutuamente varias veces en la facultad hasta que un día decidió ceder a lo que tantas veces él le había pedido y terminaron en la cama de un hotel, habían llegado al acuerdo de que lo suyo fuera solo pasar un buen rato de sexo cada vez que alguno lo quisiera y no complicarse con enamoramientos, pero ella ya lo estaba y aceptaba tener sexo no solo por el amor que le tenía sino también con la esperanza de que él terminaría amándola, pero se había equivocado.

Se levantó de la cama se metió al baño y cerró la puerta para sonar su nariz, se miró en el espejo y se dijo mentalmente “Me ama, sé que me ama, me lo ha demostrado en la cama y fuera de ella, entonces ¿por qué Dios mío, porque no lo puede aceptar?… Fuiste una estúpida, una perfecta pendeja al aceptar ese estúpido pacto, te utilizó para su placer y ahora después de haberte usado te quedaste sola… Pero no es así, sé que me ama lo siento en mi corazón… Por Dios ya no sé lo que pienso estoy siendo muy incongruente, me siento muy mal, creo que tengo fiebre”, salió del baño y se tiró en la cama, no supo cuando se quedó dormida y al sentir que su papá la despertaba ella desconcertada preguntó

-¿Qué pasa?, ¿Qué hora es? ¿No fuiste a la oficina?

-Hija, es domingo, te estamos esperando para ir a desayunar

-Vayan ustedes pá, yo tengo mucho sueño

-¿Estás enferma?

-No, solo muy cansada

-Está bien hija, si necesitas algo me marcas al celular o al de tu hermana

-¡Aja!

Se durmió nuevamente hasta que la despertó el sonar de su celular, sabía quién era ya había elegido un tono especial para que sonara cuando él llamara, respondió diciendo

-¿Qué quieres Enrique?

-Buenos días Lulú

-No tienen nada de buenos Enrique, ayer me rompiste el corazón incluso lloré por ti y si tu llamada no es para decirme lo que sientes por mí creo que estás gastando tu dinero a lo tonto.

-Lulú… ¿De verdad quieres terminar?

-¿Qué puedo hacer Enrique?... Para ti el buen sexo, el que te llena y te hace gemir de placer no es compatible con el amor, para mi es solo un complemento del amor. Yo no puedo cambiar mi postura ya que estoy enamorada así que la solución está en ti, en que reconozcas que me amas y que busques como dices realizarte junto conmigo.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que cuando vengas a decirme lo que sientes por mí, cuando me digas con palabras lo que me has hecho sentir con tus actos, cuando quieras compartir tu vida conmigo en ese momento me voy contigo y tendremos el sexo más maravilloso que te hayas podido imaginar de otra forma no quiero arruinarte tus planes de “realizarte como persona”

-Muy bien, si esa es la condición terminemos entonces… Fue excelente mientras duró… Adiós

Cuando cortaron la llamada Lourdes bajó a la cocina y se sirvió un café se apoyó de espaldas sobre la barra de la cocina mirando hacia la pared de enfrente, se giró al sentir humedecerse su camisón justo en sus nalgas, puso una toalla de papel encima del agua que había sobre la barra y se fue a sentar a la mesa, estaba muy triste le hubiera gustado llorar para desahogarse pero no podía hacerlo, pocas veces había llorado desde que dejó de ser niña, a ella y a su hermana su padre siempre les había inculcado el no llorar ante lo inevitable aceptarlo tal cual es y seguir viviendo, recordó las palabras de su padre “No llores hija, pase lo que pase, la vida eres tú y el ahora, así que enfréntalo siempre con entereza y dispuesta a seguir luchando por lo que anhelas”

Un chasquido de tristeza salió de su boca y dijo en voz baja “Qué equivocado estás papá, hace tanta falta llorar amargamente cuando una está tan lastimada ¿Y cómo voy a buscar en ustedes consuelo sin herirlos al enterarse de que di rienda suelta a mis deseos sexuales”... Nuevamente soltó un chasquido, llenó su boca de aire apretando los labios e inflando las mejillas, exhaló con fuerza y se levantó para subir a su recámara, no se quería bañar ni arreglar, tomó las bragas que había lavado las puso en su mejilla para sentir si estaban húmedas y las guardó en el cajón de su armario, se sentó en la cama apoyando su espalda en la cabecera, dobló sus piernas hacia su pecho se abrazó de sus pantorrillas y apoyó su mentón entre sus rodillas permaneciendo así pensativa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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