Al día siguiente Rodrigo pretendió ir a ver a Carolina, sin embargo las obligaciones del trabajo, que había estado descuidando se lo evitaron, Lourdes su secretaria entró a su despacho con una buena cantidad de documentos por revisar y firmar, le dijo "Inge. ¿de verdad no me va a llevar a Cancún?", él miró los documentos que ponía sobre su escritorio, la volteo a ver a la cara y le dijo, "Loquita, ¿lo preguntas seriamente o quieres distraerme de la cantidad de papeles que me has traído?", "Se lo digo muy seriamente Inge, quiero ir con usted", él la miro a la cara y le dijo observando fijamente su cara para ver su reacción "Además pienso ir con mi esposa", Lourdes puso cara de desencanto y simplemente le dijo "¿Ya ve Inge?, que malo es", dió la media vuelta y caminó hacia la puerta, él la siguió con la mirada pensando "qué nalgas tiene esta mujer, ¡mas bien que cuerpazo! Y parece que está dispuesta a todo, estaría muy bien llevarla", pero él estaba obsesionado con Carolina, con esa morenita de 19 años, y así pasó la mañana firmando planos, solicitudes, facturas, cheques y demás papeles.

Tomó su celular y le habló a Carolina para preguntar como estaba, al responder la voz de ella no podía ocultar la emoción que sentía, "¡Rodrigo!, pensé que no volvería a saber de ti", "No sé por qué, pero ya ves que te equivocaste" platicaron un rato de cosas sin importancia y en un momento dado ella le preguntó "¿Cuándo te vas a Acapulco?", "No sé chiquita, tal vez en una semana", ella se quedó unos momentos en silencio y le dijo "15 días Rodrigo y te acompaño", "¿dentro de 15 días, quieres decir?", "Si corazón, claro, si aún me quieres llevar a conocer el mar", "No solo eso, sino que iremos a navegar, ¿te parece?", "¡En una lancha, me muero de la emoción!".

Durante los días siguientes él siguió viendo a Carolina, su relación no pasó de los besos y caricias, un día ella le dijo "No estoy embarazada, ¿no te da gusto?" él entendió que estaba menstruando y le dijo "Por favor Caro, el semen sobre la piel no embaraza", "Ya lo sé pero como lo metiste un poco, me dió miedo", él rió y le dió un beso diciendo "No chiquita, no pasó nada de eso", dos días después él la pasó a verla por la tarde y ella le dijo "Fui a ver a la ginecóloga", "Por Dios Caro, supongo que aún estás menstruando, ¿Cómo piensas que puedes estar embarazada?, no necesitas ver al médico para eso" y su respuesta lo hizo llenarse de deseos, "No es eso corazón, le pedí que me recetara anticonceptivos, ya me dijo como tomarlos y que tomándolos puedo tener relaciones sin temor de un embarazo", él la besó, la acarició y cuando comenzó a meter las manos debajo de la ropa ella lo detuvo diciendo "Espera, aún estoy con mi regla", se despidieron y él se marchó a su casa, por la noche desahogó sus deseos sexuales con su esposa.

Rodrigo decidió hablar con un amigo para pedirle prestada su casa en Acapulco y su yate, al hablar con él por teléfono y conseguir que se la prestara le preguntó "Pero tu gente allá, ¿son muy discretos?" el amigo rió y le dijo "Ciegos y mudos, si supieras lo que saben, ¡te espantas compadre!, ellos se retiran después de la comida y hasta el día siguiente los ves otra vez, así que puedes nadar en la alberca desnudo, coger en el jardín o estar encuerados, pero dime ¿está buena la mujer?", "¡No tienes idea!, excelente, lo mejor que te puedas imaginar", "¿Rubia de ojos claros, bella, alta y con un cuerpo escultural?" al escuchar esto a su mente vino su secretaria, la clásica mujer que todos quisieran para tener una aventura, "Es como fijación ese tipo de mujer" pensó, sin dejar de pensar también que él tenía ese estereotipo de mujer dispuesta a una aventura.

El le respondió "No precisamente, mas bien morenita, muy linda, tierna, muy dulce, bajita sin ser chaparra y también está bien formadita", "Rodrigo, estás desvariando cabrón, pero es tu problema, yo aviso que vas, como no te conocen, voy a decir que eres un cliente muy importante, pero después me pagas el combustible del yate, no te hagas pendejo", "Si claro, me mandas después lo que te debo de gastos", él amigo agregó "Lo que no entiendo es lo de la morenita muy linda, tierna y dulce, cuando lo importante debe ser que esté buenérrima, pero ni hablar es tu problema, te esperan la semana que entra, dalo por hecho, bye" y le colgó el teléfono. El se quedó pensando, "Tal ves tenga razón, Carolina no es la mujer para meterse en problemas, está bastante mejor Lourdes, Carolina es una niña", pero había algo en esa niña, algo que él no podía describir y que lo había vuelto loco.

El lunes por la mañana pasó por Carolina y tomaron rumbo a Acapulco, a su esposa le había dicho que se quedaría en casa de Paco y que cualquier cosa le llamara al celular, le preguntó a Carolina "¿Como conseguiste el permiso de tus papás?", "No hubo problema les dije que venía con una amiga, que nos quedaríamos en la casa de su prima que vive en "Renacimiento" o algo así, pero que por fin conocería el mar, incluso les dió gusto y mi amiga me piensa cubrir, y lo de la prima es real, me dió el número de teléfono de ella por si las cosas salían mal, que no lo creo ¿me vas a tratar como siempre lo has hecho verdad?", "Si Caro, nada pasará que tu no lo quieras y aceptes"

En el caminó Carolina estaba admirada de ver los puentes en la autopista, él se detuvo en el mirador del Rió Balsas, ahí estuvieron un tiempo disfrutando la vista, ella lo abrazó y le dió un beso y continuaron su camino, cuando llegaron a Acapulco lo primero que ella preguntó fué "¿Dónde está el mar?", "espérate chiquita, está detrás de esos cerros", y le señaló diciendo, "por allá es renacimiento", "¿Está muy lejos del mar?" , "mas o menos ya que el transporte sube y baja los cerros en medio de un tráfico infernal", "O sea que aquí viven los pobres como yo" comentó ella y él no quiso hacer comentario alguno, ella preguntó nuevamente "Y nosotros no subimos los cerros?", "No Caro, nosotros vamos por debajo de ellos, por aquí mira" entró al túnel y ella quedó asombrada, le preguntó, "¿Has construido algo así?", "No tan grandes, pero si hemos hecho túneles", salieron del túnel, bajó por la avenida dió vuelta a su izquierda y frente a ellos se vió la bahía de Acapulco, Carolina lo volteo a ver, trato de decirle algo, pero se enderezó para acercar su cara al parabrisas del auto y solo dijo en voz baja "qué increíble, ¿eso es el mar?", él no respondió y solo afirmó con la cabeza.

Recorrieron en el auto toda la avenida costera, mientras ella impresionada observaba los hoteles, comercios y el mar de la bahía, corrió la ventana del toldo del auto y le dijo a Carolina "Saca la cabeza", ella se puso de pie sobre el asiento y sacó la cabeza y la mitad del cuerpo, se metió nuevamente en el auto y dijo "Hace calor" y mirándolo le dijo, "Te amo, gracias por traerme, es increíble", se detuvieron a comer y en un centro comercial él le compro ropa adecuada para el calor y unos bikinis, ella sin protestar los aceptó, le dió un beso en la mejilla y se dirigieron al fraccionamiento donde está la casa del amigo, recorrieron el fraccionamiento y él le enseñaba cuales eran las casas de los "famosos", Carolina estaba realmente asombrada de todo lo que veía, en sus expresiones y comentarios había incredulidad, no podía creer que existieran esas mansiones, mientras él pensaba en lo mucho que la deseaba no dejaba de reconocer que realmente la estaba comprando, ella estaba deslumbrada con lo que vivía y si se entregaba no sería realmente a él, sino a la ilusión, al engaño que en su mente se estaba creando de una vida de lujo y comodidades.

Los empleados de Paco los instalaron en una de la habitaciones de la planta alta, desde el balcón se veía la bahía de Acapulco y debajo del balcón estaba la alberca de la casa también con una vista increíble hacia la bahía, había calor, mucho calor, así que mientras él platicaba con los empleados ella entró a la habitación a ponerse uno de los bikinis, eligió el blanco, se miraba al espejo con atención cuando entró Rodrigo, que exclamó "Guauu, que bien te ves con ese, resalta tu piel", ella le dijo "Ponte tu traje de baño y vamos a la alberca, me muero de calor", él se comenzó a desnudar y ella avergonzada salió del cuarto, cuando Rodrigo llegó a la alberca Carolina estaba dentro del agua, sirvió unas copas, y se acercó a la alberca, comenzaba a obscurecer, se sentó en la orilla con los pies dentro del agua y le dió a ella su vaso, Carolina se salió del agua, se secó y se sentó junto a él a tomar su copa, así estuvieron un rato platicando mientras Carolina le daba besos en el hombro, se veía realmente hermosa con el cabello mojado, ella le dijo "No sé nadar, solo me meto al agua y me quedo parada", él rió, y le dijo "te voy a enseñar como se hace".

Se puso de pie, apagó las luces de la terraza dejando solo encendida la cocina, encendió las luces de adentro de la alberca, se acercó a la orilla donde están las escaleras que a lo ancho de la alberca bajan hasta la parte menos profunda y ya ahí le dijo a Carolina "Ven te enseño" Carolina se puso de pie, se acercó a la misma orilla y antes de bajar los pies y mojarlos en el primer escalón le pregunto "¿Los que cuidan la casa ya no vienen?", "No chiquita, hasta mañana, ¿Necesitas algo?", ella negó con la cabeza, mientras soltaba el broche de la parte superior del bikini, lo aventó sobre uno camastros y después hizo lo mismo con el calzón y así desnuda comenzó a bajar las escaleras para meterse al agua.

Rodrigo se quedó observando incrédulo el cuerpo desnudo de Carolina, sus pechos redondos, bien formados y firmes con unas aureolas mas obscuras y unos pezones erectos, su cintura perfectamente delineada por dos curvas que se estrechaban a la altura de su ombligo para abrirse nuevamente hasta bajar a su cadera, su pubis afeitado terminaba en unos labios vaginales mas obscuros que el resto de su piel, sus muslos anchos, fuertes, proporcionados al resto de su cuerpo terminaban en unas rodillas perfectas que daban paso a unas pantorrillas increíblemente bien torneadas, terminando en unos pies pequeños y sin ninguna imperfección, al bajar las escaleras lentamente ponía su cuerpo de lado y lucía unas nalgas redondas y levantadas, estaba impresionado por la visión, ¡que cuerpo tenía la chica!, ella se acercó a él y le dijo "Desnúdate tu también" y él lo hizo, comenzaron los besos y las caricias, Carolina, pasaba su mano sobre su pene y él se daba gusto saboreando sus pechos y pezones, mientras con su mano le tocaba los labios vaginales.

Ella se abrazó de su cuello y se "montó" sobre de él pasando sus piernas por su cintura para juntar sus pies en su espalda, él recorrió la espalda y las nalgas de Carolina, acariciando y apretando en sus nalgas, bajó la mano entre ellas hasta llegar a su sexo que acarició con los dedos, ella tenía su cara frente a la de él con una expresión de placer, de deseo ardiente, "¡que maravillosa es la expresión de una mujer cuando está excitada, es de las cosas mas bellas del mundo!" pensaba él mientras sus manos continuaban llenándola de caricias, ella cerraba sus ojos cuando los dedos de él tocaban y acariciaban su clítoris, él le apretaba el ano y ella gemía dulcemente, su boca estaba abierta y lo besaba llenando de saliva su boca, su lengua, sus labios y su mentón, sentía sobre su cara el aliento de Carolina, un aliento inundado de excitación proveniente de una respiración agitada, él metió un dedo en su vagina y ella inspiró muy profundo dando un pequeño "brinco" al sentir algo ocupar por vez primera su vagina, lo miró fijamente a los ojos mientras él con su dedo que había entrado ligeramente en su vagina acariciaba las "paredes" de esta, su boca que permanecía abierta casi pegada a la suya dándole su aliento se cerró para decirle, "Hazlo Rodrigo".

El caminó con ella encima hasta las escaleras de la alberca y en el segundo escalón la sentó sobre una toalla en la orilla de la alberca, Carolina se recostó sobre la toalla quedando sus nalgas en la orilla, Rodrigo le apoyó los talones sobre el piso, sus piernas quedaron levantadas y separadas frente a él que permanecía de pie sobre un escalón, se puso de rodillas sobre el escalón donde estaba y después de besar ardientemente la parte interna de los muslos metió su cabeza entre ellos para dedicarse a saborear el sexo femenino que frente a su cara se mostraba abierto en espera de él, lamió, besó y acarició el clítoris, su lengua entró en la vagina para acariciarla y lamer sus jugos mientras sus manos se sujetaban de las nalgas de ella, Carolina trató de enderezar su cuerpo y en ese momento un gemido la hizo recostar la cabeza nuevamente, los músculos de su pelvis comenzaron a contraerse y sus piernas se relajaron, solo dijo suavemente "qué delicia".

El se puso de pie, dentro de la alberca donde estaba parado su pelvis quedaba a la altura del sexo de ella, con una mano apoyó su pene en la entrada de la vagina, se abrazó de los muslos de ella y comenzó a empujar su pene penetrando lentamente, Carolina expresó un "Ahh" él detuvo la penetración unos instantes y continuó empujando hasta que su pene ocupó toda la vagina tan anhelada, tan deseada por él, que sensación tan inmensamente placentera, sentía todo su pene abrazado fuertemente por ese calor húmedo que solo existe dentro de una mujer, y el que ella proporcionaba era especial, había algo especial en ella, tal vez era por el enorme deseo que por fin se hacía realidad, quedó un momento así sin moverse y observó casi incrédulo como su pene se perdía dentro del cuerpo de Carolina, no pudo contener la emoción y besando las rodillas de ella le dijo "Esto es increíble chiquita, es realmente increíble".

Carolina lo miró y le dijo "Me siento llena, llena de ti, te siento mío y me sé tan tuya, te amo Rodrigo", él se inclinó sobre de ella, apoyó sus manos a los lados del cuerpo de Carolina y comenzó a moverse dentro de ella, aunque la postura no les permitía juntar las caras, él disfrutaba de ver bajó su cuerpo el cuerpo de Carolina, su cara, sus pechos, su cintura, su vientre, las piernas de ella abrazándolo por la cintura y esa vagina era ardiente, húmeda, apretada, algo maravilloso.

No aguantó mucho, sintió llegar su orgasmo, empujó su pene hasta el fondo de Carolina y soltó sus chorros de semen, tres o cuatro chorros inundaron la vagina de Carolina sin embargo las contracciones en él fueron mas, no arrojaba ya semen pero si sentía el placer de contraerse todo dentro de él.

"Oh Carolina" fué la expresión que repitió continuamente durante su orgasmo, mientras ella subió sus brazos para sujetar los de él, terminando ese orgasmo tan prolongado e intenso, le dijo "Nunca, nunca me he venido así en mi vida, eres una mujer maravillosa, lo mejor que haya tenido, única, única, lo juro" y era verdad, jamás había sentido un orgasmo tan intenso, tan placentero, ella le sonrió al sentirlo tan satisfecho por el placer que le había dado y solo dijo "Dios, que no se termine esto nunca" y cubrió su cara con su antebrazo, él se quedó un momento mas dentro de ella y se salió para sentarse sobre el escalón de la alberca, observó como de la vagina aún dilatada de ella comenzaba a escurrir su semen hacia la toalla y pensó "Dios mío, no debí haberme aprovechado de ella", los dos comenzaban a sentir la "resaca" que lleva al arrepentimiento, él por quitarle a ella la virginidad por medio de engaños matizados de lujos que la deslumbraron, a una chica humilde, a una chica buena en el mejor sentido de la palabra, y ella por entregarse a un hombre con dinero, que había tenido todo tipo de oportunidades en su vida para poder triunfar y que la había deslumbrado con sus lujos y su forma de ser tan educada y caballerosa.

El se sentó al lado de ella, la ayudó a levantarse para quedar sentada también en la orilla de la alberca y se abrazaron, la oscuridad no le permitía ver las lágrimas de sus ojos, pero las sintió mojar su hombro, él preguntó "¿Te quieres regresar?, ¿Me odias?", ella dijo "No Rodrigo, tal vez lo realmente terrible de esto es que te amo y pasaré estos días a tu lado, ¿me llevarás a cenar o preparo algo?", "Vamos a cenar y veremos que nos depara el destino".