El sábado por la mañana salieron a desayunar y de ahí se dirigieron hacia la casa de Carlos, Susana le comentó

-Es el camino que tomo para ir al hospital

-Si me lo imagino, es el más rápido

Entraron a un fraccionamiento de lujo muy cercano al hospital, Susana le preguntó a Carlos

-¿Te quedaste a vivir en esta zona?, Por aquí vivían tus papás y tus abuelos, de eso me acuerdo, solo que ha cambiado mucho, claro que de eso hace casi 30 años, por esa calle dos cuadras hacia allá estaba la casa de mis papás, recuerdo que al morir él se vendió para sobrevivir.

-Si, y todas esas casas se derrumbaron e hicieron ahí condominios de varias casitas

Carlos disminuyó la velocidad del auto, Susana vió abrirse una gran puerta de aluminio y Carlos dirigió el auto hacia dentro de la propiedad, avanzaron unos 30 metros por una calle adoquinada en medio de un gran jardín y detuvo el auto bajo el techo de un estacionamiento en el que había tres autos mas, ella le preguntó

-¿Qué hacemos aquí?, Esta es la casa de tus abuelos, me acuerdo bien que veníamos todos a nadar en la alberca, claro que a escondidas de mi mamá. La casa está cambiada, la hicieron más moderna, le han cambiado muchas cosas, a mí siempre me gustó esta casa. Carlos estoy vestida con mis pants deportivos y de tenis, ¡No me lleves con nadie de tu familia, que me muero de la vergüenza!

-No Susy, ya mis abuelos y mis papás murieron

- ¿Y quien vive ahora la casa?

-Terminó siendo de mi papá, al morir mis papás y como mi hermana se fué a vivir a España con su esposo que es oftalmólogo, a ella le tocó efectivo y a mi esta casa y los negocios.

-¿O sea que esta es tu casita, la que no habías valuado y que pensábamos ver cual de las dos valía mas para vender la …….. ¡Te odio Carlos!, llévame de regreso a mi departamento

Susana se puso nuevamente el cinturón de seguridad enojada y quedó en silencio, Carlos le dijo

-Vaya, ahora resulta que soy el peor hombre del mundo solo por qué la mujer que amo no se molestó en preguntarme donde vivía, además que el hecho de haber heredado es el peor de los pecados que puede cometer un ser humano.

-No pregunté por que no era necesario, yo me enamoré de un hombre, no de su profesión o sus propiedades

-¿Entonces?

-¡Me engañaste!, no fuiste capaz de decirme que tenias esta casa y que eras dueño de negocios, y todavía yo como idiota pensando en como y con qué viviríamos y buscando la forma de conservar las propiedades para tener una seguridad económica y poder dejarle a nuestros hijos algo con que poder iniciar su propia vida ya que los hijos necesitan siempre un empujón, yo rompiéndome la cabeza con eso y resulta que tú tienes para dar y regalar.

-O sea que nosotros podemos y debemos heredarle a nuestros hijos, pero si a mi me heredan es muy malo, ¡malísimo!, yo tengo que joderme para ellos, pero no debo aceptar que se hayan jodido para mi.

-¡No es eso!, me pides que sea tu esposa y antes de casarnos ya me estás engañando.

-Susana, todo esto que me has dicho es estúpido y tú lo sabes al igual que yo, la verdad es que algo muy dentro de ti te aterroriza y buscas cualquier pretexto para no casarte, yo no te he engañado, no te he mentido, ni te he hecho nada, además si ya sabes lo que soy ¿que diablos importa lo que tengo?.... Piénsalo bien y no aceptes mi propuesta hasta estar segura…..La verdad es que ya no entiendo nada, ¿quieres que te lleve a tu departamento?, está bien Susana, espérame aquí sentada veo unos asuntos que he desatendido por estar viviendo contigo y te llevo.

Carlos bajó del auto dejando a Susana dentro de él, entró a la casa por la puerta de la cocina que está junto a la cochera, en la cocina saludó a dos empleados que lo esperaban, cruzó con ellos el comedor y la sala y se metieron al estudio. Susana bajó del auto y se puso a admirar los jardines muy bien cuidados, caminó hacia un lado de la casa donde estaba el pasillo que unía el jardín de atrás con el del frente, buscó la alberca y vió que estaba techada, todo había cambiado de cuando eran niños, entró a la casa por la misma puerta por donde lo había hecho Carlos, vió la cocina completamente transformada, caminó hacia el comedor y la sala, todo el mobiliario estaba cambiado era mas moderno, más actual.

Ahí estaba aún la enorme chimenea adornada con los objetos de fino cristal cortado del siglo XIX, los antiguos oleos adornando las paredes, todo dentro de la sala se veía igual a no ser por los muebles, sin embargo la percepción de las dimensiones de la casa había cambiado, la veía mas pequeña que cuando era niña, la escalera curva que llevaba a las habitaciones ya no era tan amplia, subió despacio por ella y a media escalera se detuvo, se montó sobre el pasamanos y se dejó caer como en una resbaladilla, esta vez tardó menos en llegar abajo, sus pies alcanzaban el piso al final del pasamanos y no era tan divertido, se bajó observó si los pants deportivos que usaba no se habían ensuciado y la delataran.

Caminó hacia un costado de la sala, donde aún permanecía el piano de cola, notó que había sido restaurado, su color era negro brillante y no el negro opaco de antes, sobre sus dos costados a los lados del teclado se leía en grandes letras doradas "Steinway", tenía la tapa abierta, el metal del arpa tenía un color dorado, las cuerdas y los fieltros de los martinetes se veían nuevos, de no ser por el atril y por el banco podría pasar por un piano nuevo, volteo la cara al piso, al lugar donde se sentaba a escuchar a la abuela de Carlos tocar, "Claro de Luna", "Sueño de amor" "Estudios y Nocturnos de Chopin" y su preferida "Rapsodia Húngara N° 12", de ahí nacía su gusto por el piano y por la música clásica… "Niña vete a jugar con tus amiguitos yo no necesito público, toco para no perder práctica", "Mira que deditos tan largos tienes, serías una gran pianista o un excelente cirujano", le decía la abuela de Carlos haciendo que sus dedos oprimieran la tecla adecuada, mientras ella reía sentada sobre las piernas de esa mujer a la que veía muy viejita aunque tuviese solo 56 años.

Había estudiado piano, su mamá lo había permitido con tal de que no conviviera con muchachos, sabía tocarlo pero no como para ser concertista y lo de cirujano era verdad, miró sus manos mientras en su mente se repetía el sonido de ese piano llenando toda la casa, "La música es apasionante, hay entrega, hay sentimiento, hay sensualidad, ¿erotismo?, sin duda debe haberlo. Hay todo en ella al igual que en la vida" pensaba, mientras escuchaba a Carlos en su estudio hablando con un hombre y una mujer sobre asuntos de la casa, levantó la tapa del teclado y con su mano oprimió las teclas precisas haciendo que el piano respondiera con las primeras notas de un nocturno de Chopin, cerró nuevamente la tapa y pensó "Como podría regresar a esta casa como la dueña de todo, no, no puede ser".

Volteo la cara y vió a Carlos y a los dos empleados observándola desde la puerta del despacho, los empleados se acercaron a ella y se presentaron como Silvestre y Guadalupe, fué Guadalupe la que preguntó.

-¿Usted es la patrona que nos dice el señor, la futura señora de la casa?

Ella se quedó mirando a Carlos a los ojos, sintió en su mirada la pregunta que temía responder "Si o no Susana", sin quitar la vista de Carlos respondió

-Si Lupita, esa soy yo.

-Que linda es, va a ser un gusto trabajar con usted.

Volteo su mirada hacia Guadalupe que se retiraba rumbo a la cocina y cuando quiso mirar a Carlos él se había metido nuevamente al estudio, caminó hasta allá, se puso de pie bajo el marco de la puerta, Carlos la miro y preguntó

-¿Estás segura?

-Muy segura y muy aterrada amor, pero quiero saber, quiero creer… ¡Dios mío!.. ¿Cuándo traemos mis cosas del departamento?

-Primero vamos a ver la casa.

Carlos le enseñó la planta baja, subieron a las recámaras, ella se impresionó del tamaño de la principal con una gran cama, un baño enorme, abrió el closet y se quedó desconcertada, le dijo a Carlos

-Aquí hay ropa de mujer amor, ¿de quien es?

-Tuya, no veo a otra mujer en casa

-¿Compraste ropa?

-Toda tiene etiqueta, las tallas las tomé de la que tienes en tu casa, compré la que a mi me gusta, pruébatela y si algo no te queda o no te gusta lo cambiamos, y en el primer cajón están tus cremas, perfumes y demás artículos sensualmente femeninos para que los pongas donde quieras, ella comenzó a revisar lo que había en el cajón y riendo preguntó.

-¿Compraste tú las toallas sanitarias?, ¡no lo puedo creer!

-Qué tiene, no creo que la cajera piense que yo las uso, dirá que tengo una esposa que me hace ir por ellas o que soy un hombre precavido y así evito que me manden a media noche a comprarlas, o sea que son "artículo de primera necesidad".

Susana se quitó los zapatos tenis, la chamarra y los pants deportivos, quedando solo en ropa interior, tomó un vestido de color azul cielo, se lo puso, cerró la puerta para mirarse en el espejo que de piso a techo cubrían las puertas del closet, el vestido era de corte largo, con tirantes, escotado en la espalda y con una abertura lateral que al caminar se veía su pierna hasta medio muslo, pasó su mano sobre la tela del vestido.

-Carlos esto es seda, es increíble la sensación de la seda sobre el cuerpo.

Susana se quitaba el vestido para guardarlo y él dijo en tono de broma

-Le dije a la vendedora que quería algo que hiciera a mi mujer sentir un toque sensual sobre su bella piel y me vendió ese vestido

Susana caminó hacia Carlos, que permanecía de pie junto a la cama, lo empujo sobre de esta, haciéndolo caer de espaldas sobre la cama, con sus pies apoyados sobre el piso, se echó sobre de él y lo besó en la boca apasionadamente, bajó por su cuello, bajó el cierre de la sudadera que usaba, y se puso a besar su pecho, mordiendo suavemente sus pezones y bajando hasta su ombligo, se desabrochó el sostén y lo dejó caer al piso, diciendo.

-Le debiste decir que a tu esposa lo único que le gusta es sentir la boca de su esposo, sorbiendo de sus pechos, que le encanta sentir sus manos acariciando su espalda, y sus nalgas, que se enloquece cuando su esposo toca sus muslos, sus pantorrillas y besa su pies. Y esta esposa necesita en estos momentos alimentar a su esposo.

Tomó con sus manos uno de sus pechos y lo acercó a la boca de Carlos diciendo "Come amor, llénate de mi", al sentir la boca de él en su pecho ella cerró los ojos, Carlos movía su boca sobre sus pecho como si estuviese mamando de el y lo hizo con el otro pecho, Susana se puso de rodillas en el piso, le bajó a Carlos el pantalón, besó su vientre y comenzó a bajar, levantó el elástico del calzón y el pene de Carlos salió de este quedando su glande sobre la piel de su vientre detenido por el elástico del calzón, Susana miró el pene y volteo a ver a Carlos a quien le dijo con tono muy sensual.

-MMM, parece que este muchacho busca el calor de una mujer, creo que se lo daré.

Con su lengua se puso a lamer el glande, pasando la punta de ella sobre el frenillo y la corona, Carlos respiraba agitadamente, se apoyaba sobre sus antebrazos en la cama y tenía el tronco levantado para mirar a Susana, ella le bajó el calzón y poniendo cara de admiración dijo.

-Que grande, necesito medir si cabe en un lugarcito que tengo para el.

Pasó su lengua por los testículos, subió lamiendo el tronco del pene para besar y lamer el glande, estaba sumamente excitada la humedad de su vagina ya tenía mojada su panty, tomó el pene de Carlos con sus dos manos y lo metió a su boca, Carlos gimió y se dejó caer de espaldas sobre la cama mientras ella saboreaba su miembro, chupando, lamiendo, haciéndolo entrar y salir de su boca con movimientos de su cabeza, ella se puso de pie, se quitó la panty, tomó el pene de Carlos con una mano y se comenzó a sentar sobre de él, ella estaba de espaldas a su hombre con sus pies apoyados en el piso, conforme se sentaba el pene se metía en su vagina y comenzó a subir y bajar sus nalgas haciendo que el miembro de Carlos entrara y saliera de ella.

Carlos estaba disfrutando pero la postura era incómoda, la levantó, se puso de pie y empujó a Susana de frente contra la pared, ella puso las palmas de sus manos sobre de esta, se apoyó sobre las puntas de sus pies y le ofreció a Carlos sus nalgas, él la tomó por la cadera y empujo su pene dentro de la vagina de ella con mucha fuerza, Susana gritó y él comenzó a moverse con fuerza, la empujó apretando sus pechos contra la pared abrazado de su cadera y con su cabeza sobre su espalda, ella gemía y gritaba "ahh" cada que el pene empujaba su útero

-Te gusta, te gusta sentir como te empujo tus entrañas, disfruta, siente el pene dentro de ti, gózalo, olvídate de que eres esposa, amante, olvida el amor y dedícate a sentir la verga dentro de tu cuerpo, ¿sientes como abre tu vagina, como la estira?, ¿Cómo golpea en el fondo de ella, como llena tu cuerpo de placer?, ¿del placer de ser mujer?, siente, siente mujer, siente y grita, grita de placer que aquí no hay quien te escuche hacerlo que no sea yo, tu hombre, el que te está haciendo disfrutar de ser mujer.

-Si, si, si siento Carlos, empuja fuerte, rómpeme, atraviésame, pero mátame de placer.

Los gritos de Susana eran fuertes, estaba sintiendo un enorme placer, no le importaba quien estaba detrás de ella, solo le importaba el placer, su mente ya no reconocía sentimientos, ni pudor, ni comportamientos "correctos", solo deseaba sentir el orgasmo, no le importaba que la supusieran una puta o lo que fuera, ella necesitaba el placer que hiciera a su cuerpo relajarse de la tensión en que estaba por medio de esas contracciones maravillosas, su cuerpo estaba muy tenso, el pene de Carlos se endurecía en cada embestida, ella apretó con fuerza sus piernas y sus pies, recargó su frente sudada sobre la pared, sintió esa gran tensión que antecede al orgasmo, la retuvo lo mas que pudo y soltó un grito fuerte al sentir ese primer espasmo fuerte, largo, lleno de placer, que se continuó en movimientos muy intensos y continuos en todo su cuerpo, una tras otras sus contracciones se presentaban, haciéndola gritar.

Sus piernas, sus nalgas y sus brazos temblaban, mientras Carlos continuaba moviéndose con fuerza dentro de ella, sus contracciones no paraban y su cuerpo no resistió mas y se dejó caer sobre la alfombra, quedó sentada de lado a la pared, sentía su cuerpo temblar, su boca estaba abierta, levantó su cara hacia Carlos, había hecho que se saliera el pene cuando sentía que él estaba por venirse, miró como él detenía su miembro con una mano apuntándolo hacia su cara y con otra mano se detenía en la pared y sintió golpear sobre su cara el primer chorro de semen caliente, Carlos le decía.

-Ten, ten, no soporté mas, ten, es tuyo

-Dámelo, dámelo, en mi boca, en mi boca

Carlos apuntó su miembro hacia la boca de ella y aventó una o dos descargas en ella, al terminar se sentó en la alfombra frente a Susana y la miro, cabello, frente, nariz, párpados, boca y mejillas, toda estaba llena de semen, puso sus manos sobre los muslos de ella quien con sus dedos quitaba el semen de sus ojos, la vió sonreír y la escuchó decirle

-¡Que bárbaro!, pareciera que llevamos meses sin hacerlo, somos un par de calientes sin remedio, mira como tu semen me escurre por toda la cara.

-¿No te molestó que terminara sobre tu cara?

-Por favor Carlos, soy tu mujer y tú mi hombre y lo que a ti te satisface a mi me llena de placer, si querías llenar mi cara de tu semen, no tenías que pedir permiso, no seas tonto amor, yo actué como una caliente de lo peor y no me disculparé de haberlo hecho, me encanta, me encanta que me llenes de placer. Tengo que limpiarme, dime como abro la regadera.

Carlos la ayudó a levantarse y se metieron al baño, bajo la regadera y mientras él la acariciaba con el pretexto de enjabonarla ella pensaba en el sexo que habían tenido, en como había perdido totalmente el pudor, en la forma en que ella lo había iniciado, en el lenguaje usado por los dos y comenzó a sentir cierta vergüenza que le hizo preguntar

-Amor ¿No fui muy puta?

-¿Con quien?

-¿Con quien va a ser?, contigo hace un rato

-Ay Susana, Susana, ¿Cuándo lo entenderás?, eres mujer, mi mujer y tienes derecho a disfrutar del sexo como quieras, hoy fué así, otro día será de otra forma, o solo me dejarás hacértelo, ¡o que sé yo!, lo importante es que nos amemos y lo demás no tiene importancia, cada día es diferente y cada día tenemos que vivirlo como se nos presente y tratando de disfrutarlo al máximo… Imagínate si nos vamos a disculpar de la forma y las palabras que usemos..Nos van a pedir que escribamos el manual de "Técnicas, maneras y lenguaje correcto del sexo marital"

-¿Entonces no importa si le digo verga al pene y leche al semen?

-Susana, eso que importa, claro que no lo vas a gritar por la calle

-Está bien, ya aprendí, ¿Cómo es tú sexo Susana?.. Muy rico mi marido me mete la verga y me llena de leche

Los dos rieron, salieron del baño y Carlos le enseñó la terraza techada contigua a la recámara y que comunicaba con la alberca, donde además de un Jacuzzi, tenía una pequeña cantina, refrigerador y una mesa con 4 sillas.

-¿Por qué hiciste construir esto?

-Cerraba la casa y me metía aquí el fin de semana, bajaba a nadar, me asoleaba, tenía comida, bebida y lo necesario para no salir de la recámara…. "Mi cueva de la soledad"

Susana lo abrazó, le dió un beso y bajó con él la escalera que lleva a la alberca y le dijo

-Me gusta ser honesta y sincera en todo, mi profesión no permite otra cosa que no sea hablar con la verdad, cuando se abre el pecho a un paciente no se le puede decir que no hay riesgo o que su enfermedad es algo sin importancia… Por eso te voy a hablar de igual manera y espero que no me lo tomes a mal. Te amo Carlos y me ofreces una vida cómoda y con lujos, pero tengo una profesión que no quiero dejar de ejercer, ¿estás de acuerdo?

-Yo no te he pedido que la dejes, al contrario te quiero realizada como mujer en todos los aspectos, incluso te enseñaré el financiero, nadie sabe que puede pasar y debes estar enterada de todo, por lo pronto ¿Te parece el viernes 17 de Julio, una buena fecha para la boda?

-¿En mes y medio?.. Está bien el 17 de Julio seré tu esposa y la boda será como tu quieras hacerla, soy toda tuya.

-Entonces regresemos a la recámara.

-Tú me quieres matar, mejor nadamos un rato.