Saliendo del baño me subí desnuda a la cama junto a Iván, tomé el menú disponible para servicio a cuartos y me acosté boca arriba con mi cabeza apoyada sobre su pubis leyendo cada platillo y riendo de los comentarios chuscos que él hacía, terminamos eligiendo unos camarones y una botella de vino blanco que pedí por teléfono y después me recosté sobre sus muslos mirando al plafón de la habitación, durante un rato permanecimos en silencio y después él se animó a preguntar.

-¿Lo has hecho con muchos?

-Con algunos

-¿Y a todos los has dejado terminar dentro de ti?

-Solo a los que me hacen sentir algo especial

-¿Tienes hijos?

-Hijas

-¿Y están así de bellas como la madre?

Tocaron a la puerta y eso me salvó de dar más explicaciones, temía que me pidiera le enseñara fotos, me levanté de la cama y le dije en voz baja

-Métete al baño, antes pásame mi bata

Me puse la bata de baño y abrí, el mesero metió a la habitación un carrito de servicio, miró extrañado y mientras le firmaba el recibo le dije

-Mi amiga está en el baño

Fui a donde tenía mi cartera y tomé dinero para la propina, al voltear hacia él lo miré sonriente, no había notado que mi bata se había abierto, si bien no dejaba ver mis pechos era notorio que estaba desnuda, le entregué el recibo firmado y su propina, él me dijo

-Gracias señora, al terminar si quieren pueden sacar el carro de servicio al pasillo… Me saluda a su amiga

Al retirarse yo dije en tono de broma

-Ya puedes salir amiga

Nos reímos, él se cubrió anudando una toalla en su cintura y salimos a sentarnos a cenar en la mesa de la terraza de la habitación, al terminar de hacerlo y mientras bebíamos el resto del vino pregunté

-¿Tienes novia?

-Sí

-¿Te acuestas con ella?

-Aún no, siempre me he sentido… No sé…Temeroso, avergonzado frente a las mujeres

-¿No te atreves a proponérselo?

-No

-Si a mí me lo propusiste, ¿Por qué no a ella?

-La que lo propuso fuiste tú Debb, de otra forma estaría durmiendo en mi cama

-¿Y lo del yate?... Mejor no discutamos sobre quien se cogió a quien, el caso es que aquí estamos y la estamos pasando divinamente bien

Me puse de pie y me senté en sus piernas, abrí mi bata para que me viera y tocara mientras recargaba mi cabeza en su hombro para besar su cuello, su pene se endureció y me pidió que me moviera para acomodarlo, yo me levanté, me desnudé, le abrí la toalla y acomodé su miembro a un lado para sentarme nuevamente sobre sus piernas, me acarició los pechos, el vientre y las piernas, nos dimos varios besos en la boca nos repetimos varias veces lo mucho que nos gustábamos y lo rico que habíamos cogido, cuando me dijo

-Que ricas nalgas tienes Debb

Yo me puse de pie, lo tomé de la mano y le dije

-Ven

El se puso de pie, entramos a la habitación, cerré el cancel y me subí a la cama poniéndome de perrita y le dije

-Si te gustan mis nalgas te las doy

Es increíble la manera de reponerse que se tiene a los 19 años, de rodillas detrás de mí, besó acarició y lamió mis nalgas, espalda y la parte trasera de mis muslos, supongo que los efectos del alcohol y lógicamente la mutua confianza lo habían desinhibido ya que me comenzó a decir

-Que buena estás Debb, eres una delicia, sabes cómo hacerme gozar, te gusta que te disfrute, te encanta que te la meta, así que toma mamacita, disfrútala como solo tú sabes hacerlo

En ese momento me penetró de un solo golpe y mientras se movía dentro de mi siguió diciéndome todo tipo de vulgaridades como haciendo que algo dentro de mi ardiera intensamente cada vez que me decía “Toma mamita” empujaba con fuerza haciéndome gemir de placer, apretaba mis nalgas con sus manos y me dijo

-Estás ardiendo perrita, siento que tu calor me quema la verga

Sentía sus manos apretar con fuerza mis nalgas y mi cintura alternadamente ya fuera para empujar dentro de mi o para jalarme hacía atrás para entrar y salir mientras él permanecía inmóvil… Nunca me habían tratado así pero era terriblemente excitante, me tenía ardiendo y comencé a disfrutar del juego diciendo

-Así papacito, déjamela ir hasta el fondo, quiero sentir tu pedazo de ardiente carne llenar mi vagina, métemela con fuerza, me encanta tu verga muchacho, dame muy duro, quiero sentir que me empujas las entrañas, no dejes nada fuera de mí, ¡duro cabrón!, métemela con fuerza, hazme gritar de placer mientras disfrutas de tu perra

Estaba ardiendo escuchando y diciendo las cosas más sucias y vulgares que hubiese dicho en mi vida, pero lo estaba disfrutando, para mi gusto la de perrito es la mejor postura para tener sexo fuerte ya que el hombre puede empujar libremente hasta su pubis haciendo que la penetración sea muy profunda y cuando una se dobla para recargar su cabeza en la cama el roce sobre el clítoris es sumamente placentero… Pero ésta vez además de eso lo que nos decíamos me tenía excitada como nunca, él me dijo

-Te encanta la verga perra, te enloquece sentirla bombeando tu vagina, te mueres porque escupa toda su ardiente leche dentro de ti

-Sí, sí, eso es lo que más me gusta, ponerla muy dura, quiero que se canse de escupir leche en mis entrañas hasta muy flácida, me encanta como me la metes, empuja, no te pares maldito, no te….

Y por fin sucedió, no pude decir más, al tiempo que mi cuerpo se endurecía, se abrió mi boca, mis manos apretaron las sábanas, mis ojos se perdieron en sus órbitas, sentí el sudor sobre mi frente, levanté la cabeza y solté un grito como rugido de fiera en celo, todo dentro de mí se contrajo con fuerza varias veces haciendo que se doblaran mis brazos y apoyara la cabeza en la almohada, él no se dejó de mover con fuerza repitiéndome sin cesar “Goza, goza la verga perrita que estás a punto de sentirla escupir su leche”. Pienso que además de la postura lo que nos decíamos ha de haber sido la causa de mi rarísimo orgasmo ya que después de las placenteras contracciones comencé a sentir contracciones rápidas y continuas, como si estuviera vibrando por dentro. Era raro, muy raro, no era el placer de un orgasmo pero si se sentía un gran placer… Esta vibración duró unos segundos y escuché a Iván decir con voz llena de placer

-Ya te voy a llenar mamita… Te voy a dar toda mi leche.

Con mi cabeza apoyada en la almohada y agotada por el placer de mi orgasmo dije con voz muy suave

-Dámela corazón, no te quedes con nada que te puede hacer daño

Sentí endurecerse su pene y después sus fuertes contracciones, no sentí su semen, pero sabía que cada contracción de su miembro era un dulce y cálido chorro de esa delicia, terminó abrazado de mi cadera, sentí su sudor gotear en mi espalda y cuando se enderezó nuevamente detrás de mí me dijo

-Déjame estar ahí

-¿Te gusta tenerme ensartada?

-¡Me encanta!, tus nalgas son una delicia… Eres increíble Debb

-Quédate adentro corazón, no olvides que soy tu perrita y no te soltarás tan fácil

Permanecimos así, unidos como perros que terminan de aparearse, él acariciaba mis nalgas y yo le correspondía moviendo mi cadera y apretando su pene con mi vagina, cuando sentí que su miembro se comenzaba a poner flácido yo hice mis nalgas hacia adelante para que se saliera de mí y estiré mis piernas para quedar acostada boca abajo, al terminar de hacerlo él ya estaba acostado boca arriba a mi lado, me dijo

-Que rico coges Debb

-Qué bueno que te gusté cariño… A mí también me gustaste mucho no sabes la clase de orgasmo que me diste, me dejaste agotada, te adoro, ¿Quién te enseñó a hacerlo diciendo cosas tan cachondas?

-Nadie,  pero me han dicho que eso las pone muy calientes y se vienen rico… ¿Es cierto?

Yo sonreí y solo le dije

-Apaga la luz, me dejaste agotada, no me puedo mover

El subió su mano al interruptor sobre la cabecera de la cama y apagó la luz, se acostó de lado y me comenzó a acariciar en las nalgas y la espalda. Ya no supe más de mi hasta las 5 de la mañana en que sentí que se levantaba y me avisó que tenía que ir a su habitación, yo lo escuchaba medio dormida y me pareció oírlo decir “Nos vemos en el restaurante”, me volví a dormir hasta las 7 de la mañana en que me desperté para bañarme, saliendo del baño cubierta con mi bata comencé el ritual de untar crema en mi cuerpo en eso estaba cuando tocaron a la puerta, me asomé por la mirilla y era Ximena, le abrí para que pasara y al entrar preguntó

-¿Estás sola?

-Sí

Me senté en una silla apoyé mi pie en la cama y me puse crema en la pierna, Ximena miró las sábanas y preguntó

-¿Lo hiciste sin condón?

- Yo afirmé con la cabeza y antes de que dijera otra cosa le pregunté

-¿Cómo te fue?

-¡Excelente!... Pero usé condón… ¿Te gustó?, me refiero a su semen

-Mmmm, no tienes idea de lo cargadito que estaba el muchacho

-Que rico, ¿Y la tiene grande como decías?

Terminé de poner crema en mis piernas y mientras limpiaba lo que había quedado en mis manos sobre mi cara le dije

-No sé… Pienso que normal, lo que pasa es que con un vientre plano y musculoso resalta el tamaño, ya ves que al ponerse panzoncitos se les ve más chiquita… ¡Ay no sé Xime! Que preguntas haces mujer

-Ya lo dice el dicho “No importa lo largo o lo grueso, sino lo coqueto y travieso”…. Y Dany es muy, muy travieso, que muchacho tan cachondo, tan, tan… ¡Eso!, sabes a lo que me refiero… ¿Lo quieres probar?

-No sé

-Me dijo que le gustas mucho y quiere contigo…. Yo le dije que te pidiera las nalgas, que de seguro se las dabas, así que prepárate y no me hagas quedar mal

-Ya que me obligas no te haré quedar mal, sigo estando bastante buena y en la cama te aseguro que soy mujer para cualquier hombre.

Ximena soltó la carcajada y riendo me dijo

-Somos comadre, somos…No te rías de mi pero ya se me había olvidado el placer de sentir a un hombre desnudo sobre mí, con Jaime ya todo es bajo la sábanas y de ladito… Nos quitamos los calzones porque ¿si no cómo?…. ¡Ni hablar, así es la vida!, vístete que tengo hambre.

Me vestí y antes de salir de la habitación le dije

-Te voy a confesar algo, me comenzó a decir muchas vulgaridades, primero me sentí mal, pero después le seguí el juego y te juro que eso me tenía con la sangre hirviendo, me calenté como no tienes idea y me vine delicioso.

-¿Nunca te lo habían hecho así?

-La verdad no

-Que te traten como puta es muy cachondo comadre, no se la razón, tal vez te hacen sentir que estás muy buena y que los haces gozar como locos…. Eso es normal, ya vámonos que me muero de hambre

Bajamos al restaurante donde encontramos a los chicos, los cuatro actuamos como lo habíamos venido haciendo por varios días, nos saludamos, nos preguntamos el clásico “¿Cómo durmieron?” Seguido de la clásica respuesta “Bien ¿y ustedes?”, nos servimos del bufet y nos sentamos con ellos a desayunar. Nada cambió en nuestra relación de amigos, como lo habíamos hecho todos los días en la alberca ellos platicaban con chicas y chicos de su edad y nosotras hacíamos lo propio con algunas parejas de huéspedes con los que habíamos tenido contacto en esos días y me gustó que las cosas fueran así… ¿Quién sospecharía que dos mujeres maduras habían tenido un delicioso sexo con esos jovencitos la noche anterior?

Como a las dos de la tarde me metí al mar, poca gente había dentro del mar, me atreví a hacerlo hasta que el agua me llegó a la entrepierna, ahí estaba de pie mirando hacia el mar cuando escuché la voz de Dany decirme

-No te metas más lejos, el mar es traicionero

Se acercó detrás de mí y se pegó a mis nalgas y fue directo

-Me gustas mucho Débora, quiero pasar la noche contigo

Yo me giré para quedar de frente a él y agregó

-Por favor, mañana nos tenemos que regresar a casa

Puso sus manos en mi cintura y me acarició suavemente pasando las manos a mi espalda y bajó una mano a mis nalgas, quité su mano diciendo

-Nos van a ver Dany… Te espero en la noche, ve a mi habitación a las diez

Pasé a un lado suyo caminando hacia la playa y lo escuché decir

-Ahí estaré

Levanté la mano para indicarle que lo había escuchado y me salí del mar, cuando le platique a Ximena ella me dijo

-La vas a pasar muy bien comadre, ya verás que bonito coge ese muchacho

Por la noche me metí a bañar, me puse crema y perfume, unas bragas y un camisón muy sensual, me empeñé en verme bella y deseable como si fuera una jovencita en su noche de bodas. Cuando él tocó yo lo esperaba con unas copas de licor que serví del mini bar de la habitación, salimos a la terraza a beber y a platicar mirando hacia la oscuridad del mar donde solo se observaban luces de pequeñas embarcaciones y la tenue luz de un faro que  iluminaba rítmicamente con su giro la superficie del agua, yo me levanté de mi silla para servir otras copas y él me detuvo por el muslo para ponerme a su lado, subió su mano por la parte interna de mi muslo, tocó mi sexo y me sentó en sus piernas, yo dejé los vasos sobre la mesita y nos dimos un suave beso en la boca, mientras acariciaba mis piernas me preguntó

-¿Lo haces con condón?

-Depende con quien lo haga

-Yo siempre he usado condón

-Y supongo que no lo quieres usar conmigo… ¿Me equivoco?

No respondió, me besó nuevamente en la boca, continuamos besándonos y acariciándonos, él me quitó el camisón para poder saborear mis pechos a su antojo, mi respiración se tornó agitada mientras que mi humedad ya traspasaba mis bragas, me puse de pie y caminé a la cama, él me siguió y dándole la espalda de pie junto a la cama me quité las bragas muy lentamente, él me abrazó y me sorprendí gratamente al sentir su pecho desnudo sobre mi espalda y su duro miembro apoyado en mis nalgas, ya se había desnudado. Comenzó su faena besando mi espalda y mis nalgas, nos subimos a la cama donde sus besos y caricias me pusieron terriblemente excitada, acercaba mi boca abierta a la suya y mi agitado aliento era mi ardiente súplica por sentir y saborear su lengua, él lo hacía lenta y entrecortadamente. No cabía la menor duda de que el chico sabía llevarla a una a la desesperación y eso me encantaba

Bajó besando mi cuello, mis pechos, mi abdomen, mi pubis, besó mis muslos y se arrodilló frente a mí, levantó mis piernas apoyándolas sobre su pecho, besó mis pantorrillas y cuando besó las plantas de mis pies sentí que me derretía, con sus manos sobre las corvas de mis rodillas hizo mis piernas hacia mi pecho, mi sexo quedó levantado y se inclinó a besar y lamer, yo levanté mi cabeza para mirarlo y noté como mis pechos subían y bajaban al ritmo de mi muy agitada respiración, era diferente, absolutamente diferente a todo lo que había tenido en mi vida… Por mi mente pasaron los recuerdos, no podía creer que un jovencito casi 20 años menor que yo me tuviera en ese estado de ansiedad por ser poseída, aún después de haberme llevado al orgasmo con su boca mis deseos no disminuyeron al contrario se magnificaron.

Cuando él se separó de mi sexo enderezando su tronco yo estaba dispuesta a hacer lo propio con su pene así se supone que debe ser, ellos siempre dan buscando recibir, pero cuando traté de enderezarme Dany no me dejó bajar mis piernas de su pecho, me miró a los ojos, dobló mis rodillas y besó nuevamente mis pies enloqueciéndome con su ternura . Separó mis piernas, las hizo delicadamente hacia mí, yo puse mis manos bajo mis corvas para mantener mis muslos apoyados sobre mi pecho y en ese momento le vi el miembro, su glande no sobresalía de su grueso tronco, cuando lo acercó a mi vagina, confieso que me puse nerviosa o más bien temerosa como adolecente que está por perder la virginidad. Esperaba ser penetrada de un solo golpe, pero no fue así, lo hizo suavemente y sin resistencia alguna de mi parte, mi húmeda vagina se dilató al máximo para devorar con placer toda la ardiente carne que le ofrecían.

Nunca lo había hecho en esa postura, las veces que mi marido lo intentó siempre se me presentaba un “Calambre” en la parte trasera del muslo, pero ésta vez lo soporte por mucho, mucho tiempo. Mi sexo quedaba levantado y era lo más delicioso que hubiera sentido. Con mi primer orgasmo apoyé mis piernas en sus hombros y continuamos haciéndolo… Fueron tres o cuatro mis orgasmos, ninguno me hizo gritar o temblar, no fueron tan intensos pero si deliciosos, muy, muy placenteros… Me tenía sudando y sin importar que estuviese muy satisfecha deseaba que se repitieran mis orgasmos, sin embargo ya era su momento, se arrodilló y mis piernas quedaron sobre su pecho, su pene se endureció y él se abrazó de mis muslos apretándolos con fuerza, hizo su tronco hacia atrás y empujó su pelvis hacia delante, sentí como me dejaba ir su pene hasta el fondo de la vagina, agachó su cabeza juntando su boca abierta sobre una de mis pantorrillas mientras las contracciones de su pene me indicaban que eyaculaba placenteramente dentro de mí.

Cuando terminó su orgasmo nos miramos fijamente a los ojos mientras él acariciaba mis muslos con una gran ternura, hacía tanto que yo no disfrutaba del orgasmo de un hombre, me refiero a ese momento en que él no solo derrama su semen en una sino también toda su ternura y nos hace sentir que somos algo más que un cuerpo para su placer. Que importante es para la mujer ser tratada con ternura cuando ya satisficieron sus deseos sexuales, que nos besen, que nos acaricien, que nos demuestren cariño o al menos agradecimiento y no simplemente se dejen caer sobre o a un lado de una bufando como puercos que acaban de aparearse.

 Dany besaba mis pantorrillas y acariciaba mis muslos yo le estiré los brazos y él bajó mis piernas a los lados de su cuerpo para recostarse sobre mí y besarnos en la boca, mientras yo acariciaba su espalda caí en la cuenta de que no habíamos hablado, no hubo gemidos ni gritos, solo se había escuchado la agitación de nuestra respiración pero había sido increíble, muy, muy  lindo.

Medio dormida sentí que se bajaba de mí y se recostaba a mi lado y me venció el sueño, desperté por la mañana cuando Dany se levantó al baño. Poco después tocaron a la puerta, yo me levanté me asomé por la mirilla y al ver a Ximena abrí la puerta cubriendo con la misma mi desnudez, cerré la puerta y en ese momento Dany salió desnudo del baño, sin inmutarse se acercó a Ximena y le dio un beso, cuando levantaba del piso sus calzones, ella dijo

-No te vistas Dany, mejor métanse a bañar yo los espero en el restaurante

Salió de la habitación y cuando nosotros bajamos ella estaba sentada a la mesa con Iván, los chicos se despidieron cariñosamente de nosotras ya que sus vacaciones habían terminado. Los acompañamos a su auto donde nos despedimos con un beso en los labios y permanecimos de pie viendo como el auto se alejó del hotel.