Ellos dos desnudos y Fernanda vistiendo su minifalda y sus zapatos subieron al cuarto donde ella sentó a su esposo Raúl en una silla, de pie frente a él desabotonó su falda, bajó el cierre lentamente y la dejó caer al piso, quedando de pie desnuda frente a su marido con sus piernas ligeramente separadas.
Miguel que estaba de pie detrás de ella admiró nuevamente la belleza de sus nalgas y las acarició juntando su cuerpo al de ella. Fernanda cerró los ojos e hizo su cabeza hacia atrás al sentir el miembro de Miguel meterse entre sus piernas, los tacones altos de sus zapatos y su altura física permitían que el miembro de Miguel tocara su sexo libremente, mientras con las manos la acariciaba en sus pechos y su vientre ante la mirada excitada de su marido.
Raúl observaba el espectáculo y realmente lo estaba disfrutando, durante unos minutos observó como su mujer se dejaba acariciar por Miguel, ella volteaba su cabeza para unir su boca con la de Miguel, sus lenguas se juntaban apasionadamente mientras los dedos de Miguel apretaban sus erectos pezones.
Después de sentir las caricias de Miguel sobre toda su piel, ella inclinó su cuerpo y apoyó las manos en los brazos de la silla quedando su cara frente a la de su esposo, tan cerca que él podía respirar su aliento, ella volteo la cara para mirar a Miguel que permanecía detrás de ella acariciando sus nalgas y le dijo.
Tómame Miguel, hazme tuya de una vez
El la sujetó por la cintura y comenzó a penetrar su ya muy húmeda vagina, Raúl vió como su esposa cerraba los ojos y mordía su labio inferior mientras Miguel metía su miembro dentro de ella, para después abrir los ojos y exhaló dejando escapar un "ahhh" de satisfacción para dar paso a los movimientos de Miguel que la empujaban hacia su marido cada vez que su pene entraba hasta el fondo de su vagina, Miguel lleno de pasión le decía
Que rica estás Fernanda, coges delicioso, que rico me aprietas
Disfrútame, disfrútame mucho, soy toda tuya, gózame al máximo
Respondía ella, mientras veía a su marido a los ojos, entre gemidos le dijo a su esposo
Bésame amor
Y Raúl la besó apasionadamente aún teniendo en la mente la imagen de la saliva de su mujer mezclada con la de Miguel quien de pie detrás de su esposa la disfrutaba sujetándose de la cintura de ella para ayudarse en sus movimientos que eran rápidos y fuertes, Fernanda gemía de placer frente a la cara de su esposo, su aliento olía a sexo, a pasión, a lo que había hecho con su boca para satisfacer la lujuria que dominaba sus sentidos.
Ella bajó su cabeza, su pelo caía por los lados de su cara y su frente, Raúl sintió caer sobre sus muslos saliva proveniente de la boca de su esposa lo que lo hacía suponer que la tenía abierta y él conocía bien este gesto, su mujer abría la boca cuando estaba a punto de venir su orgasmo, ella decía que para no gritar, veía que los brazos de ella se endurecían y con sus manos apretaba los brazos de la silla como si los quisiera romper, su respiración era sumamente agitada y en cada exhalación de su boca abierta se escuchaba muy suavemente un "ahh o ayy" como siempre lo hacía en ese momento anterior a su clímax.
Raúl sabía que pronto apretaría sus labios y dejaría escapar su clásico "mmm" que duraba todo el tiempo que duraban sus espasmos para después relajarse, pero esta vez de su garganta se escapó un grito "ahhgggrrr" y se dejó caer de rodillas sobre la alfombra del piso saliéndose de ella el miembro de Miguel y quedando abrazada de las piernas de su esposo con su cara recargada en los muslos de él, con su boca abierta y sus ojos desorbitados de placer.
Raúl sintió como el cuerpo de su mujer brincaba apreciándose esto claramente en sus muslos y nalgas, así pasó tal vez un minuto o mas, hasta que ella dobló las rodillas y quedó sentada sobre sus nalgas en el piso aún abrazada de las piernas de su esposo que le acariciaba la cabeza, Miguel trató de levantarla para penetrarla nuevamente pero ella levantó un brazo como pidiendo que le diera tiempo de reponerse. Así estuvo unos minutos, inmóvil y en silencio, solo unos pequeños espasmos esporádicos hacían brincar su cuerpo como residuo la intensidad de su orgasmo, pasó su mano sobre su pelo para quitarlo de su cara, y dijo
Uff, que manera de venirme, mi vista se puso negra, lo sentí hasta en mi nuca, me dejaste viendo estrellitas por todos lados, ¡que delicia!
Se puso de pie y se quitó los zapatos, se puso de rodillas sobre la orilla de la cama con sus pantorrillas sobresaliendo de ésta en la clásica postura de "perrito", le pidió a su esposo
Súbete a la cama Raúl, frente a mi de rodillas
Raúl lo hizo quedando su pene frente a la cara de ella que volteó la cara hacia Miguel diciéndole
Sigue Miguel, termina de disfrutarme, goza tanto como yo
Miguel se acercó, con su mano puso su pene en la entrada de su vagina, la sujetó por las caderas y la penetró nuevamente, ella al sentir el miembro llenar su vagina se puso a girar su cadera, lo que hacía que Miguel gimiera de placer y le dijera
Que delicia Fernanda, que rico se siente esto, eres increíble, una hembra maravillosa
Disfruta Miguel, disfruta, deja que esta mujercita te ordeñe, que te saque toda la lechita que tengas dentro.
Para Raúl era algo desconocido escuchar a su mujer hablar así, Fernanda volteo hacia su marido abrió la boca para indicarle que quería tener su pene dentro de ella pero al tener sus manos apoyadas en la cama Raúl debería metérselo en la boca, ella deseaba sentir el cálido semen dentro de ella, el de Miguel en su vagina y el de su esposo en su boca, sin embargo Raúl no lo hizo y se sentó sobre sus pantorrillas para decirle a Fernanda.
Pon tus manos sobre mis muslos, solo quiero verte disfrutar de esto
Ella lo hizo así y quedó con sus manos sobre los muslos de su esposo y su cabeza junto a su pecho rápidamente la excitación regresó a ella y comenzó a gemir con los embates de Miguel, levantaba la cabeza y su cara quedaba frente a la de su marido, ¡Qué espectáculo mas ardiente!, su cabello cubría parte de su cara, sus ojos entreabiertos estaban "en blanco", su boca mordía su labio inferior que quedaba doblado hacia un lado de su boca, una cara de placer como nunca había visto en ella, estaba gozando, disfrutando del sexo como nunca la había visto hacerlo.
Raúl se puso a decirle.
Qué rica cogida te están dando amor, disfruta lo que tienes dentro, siente como se abre paso en tu vagina y la separa para llenarla después de leche caliente.
Déjame comerme tu leche amor, quiero saborearla, solo la tuya me puedo comer
Le dijo Fernanda en tono de súplica, pero Raúl respondió
Olvídate de mi reina, dedícate a disfrutar lo que tienes dentro, solo piensa en tu placer
Fernanda levantó la cabeza, abrió los ojos muy grandes y dijo
Me vengo amor, ¡me vengooo!
Y mientras su cuerpo estaba en medio de su orgasmo, Raúl la escuchó gritar
Oh no, Miguel ¡Me matas!, me matas, si, si, es el momento Miguel, dámela toda, toda, ¡lléname!, lléname toda Miguel.
Raúl levantó la vista y vió la cara de placer de Miguel, lo veía contraer su cuerpo una y otra y otra vez, empujando dentro de ella, lo escuchó decir varias veces "ohh, ohh" suponiendo que cada "ohh" significaba un chorro de su semen impulsado por ese espasmo placentero que lo hacía salir con fuerza por su pene y golpeaba las entrañas de su mujer mojándola, llenándola y ella estaría sintiendo el calor de ese semen golpear en su útero y su vagina
Fernanda dobló los brazos y quedó con la cabeza sobre la cama entre las piernas de Raúl, su bella espalda se levantaba hacia sus nalgas que se mantenían levantadas por tener aún las rodillas sobre la cama y unida a ella estaba Miguel con la cabeza inclinada y jadeando de placer.
Sintió algo especial, no eran celos, no era desilusión ni arrepentimiento, era envidia, una envidia enorme hacia Miguel, tenía el miembro largo y grueso, al menos mas que el de él, se había cogido ya dos veces a una mujer muy bella como lo era su mujer, la había dejado sin poder moverse de placer y como si fuera poco la había llenado de su semen mientras el cuerpo de ella aún se contraía por sus espasmos, su primer orgasmo juntos y que él tenía tiempo tratando de lograrlo, ¡Como envidiaba a Miguel!
Miguel se salió de Fernanda y se dejó caer cansado en el sillón, Raúl se bajó de la cama, su mujer se mantenía la cabeza y pecho recostados sobre las sábanas, sus rodillas sobre la cama hacían que sus nalgas quedaran hacia arriba, se veía espectacular así, agotada de placer, él se paró junto a sus nalgas y vió su vagina aún dilatada por el grosor del pene de Miguel y el semen por la postura no escurría fuera de su vagina.
Tomó su pene con su mano y lo pasó por las nalgas de su mujer, a ella le encanta que le pase el pene por su cuerpo, con el acarició su clítoris y Fernanda le dijo con voz agotada.
Ahora tu amor, métete y lléname de tu semen
Raúl pensaba en el semen de Miguel llenando la vagina de ella y no fue capaz de meter su pene en ella, sin embargo el espectáculo vivido lo tenía al límite, fueron pocas las veces que tuvo que pasar su pene sobre las nalgas y el clítoris de su mujer, sintió venir su orgasmo, puso la punta de su pene en la entrada de la vagina de Fernanda y se comenzó a venir depositando su semen dentro de ella y sobre el semen de Miguel. Al sentirlo Fernanda dijo.
Que rico amor, tengo dentro de mi el semen de los dos, me encanta, me encanta que me llenen de leche, es calida, me hace sentir su dueña, gracias amor.
Raúl se sentó sobre la cama, Fernanda se comenzó a deslizar sobre de esta para quedar acostada boca abajo, él se puso a besarla en sus muslos y nalgas y pudo observar como el semen de ambos mezclado en uno solo empezaba a escurrir fuera de la vagina de ella sin importar que tratara de evitarlo apretando su vagina.
Miguel salió del baño donde había ido a asearse, Fernanda dijo
Déjenme aquí en la cama, estoy agotada
Miguel dijo
Fernanda eres la hembra mas increíble que pueda haber, una mujer maravillosa en la cama
Gracias Miguel, tu eres un amante excelente
Respondió ella, cosa que a Raúl no le hizo gracia, los dos bajaron a la sala y mientras Miguel se vestía, Raúl se puso los calzones y sirvió dos copas, le dió una a Miguel y se sentaron en la sala, no se dijo palabra alguna, Miguel apuró su copa y se despidió, Raúl le acompañó a la puerta donde Miguel dijo
Gracias, nos vemos luego
Espero que no
Respondió Raúl y se fué a sentar a la sala, no dejaba de pensar en lo que había pasado, no, no era correcto, pero había en ello una perversa lujuria incontrolable, lo había disfrutado mucho, ¿Qué era esto?, pensó en Fernanda y si era la mujer mas maravillosa y la compañera de su vida, amaba a su mujer, entonces ¿porqué el placer de compartirla?, ¿lo sentirían así los demás hombres?
Sus pensamientos fueron rotos por la presencia de Fernanda, que bajaba cubierta con una toalla, ya tenía mas de dos horas sentado ahí pensando, ella le dijo
¿Ya no quieres dormir conmigo?
Por favor amor, solo que me quedé pensando
¿Realmente esto era lo que desebas? ¿Lo disfrutaste mucho?
Realmente la que disfrutó como loca fuiste tú, que noche has pasado amor
Me faltó hacer algo que deseaba con todo mi ser
¿Te faltó algo amor?.. te has vuelto insaciable ¿Qué fué?
Fernanda dejó caer la toalla que la cubría, se puso de rodillas frente a su marido sentado, le quitó el calzón y comenzó a chupar su pene, al sentir el calor de la boca de su esposa su erección no se hizo esperar, ella detenía el pene con su mano y empujaba con sus labios juntos que se abrían al dar paso a su pene que se pegaba a su paladar, pasaba la parte de debajo de su lengua al derredor de su glande y lo metía nuevamente a su boca y mientras hacía estos movimiento Raúl le preguntó
¿Te gusta el pene de Miguel?
Mucho, pero no lo podría chupar así, es muy ancho
¿Y que te gusta mas, lo largo o lo ancho?
Creo que lo ancho, como me va abriendo mi vagina al máximo, es muy placentero sentir como me abre toda
Poco aguanto Raúl lo que le hacía su mujer, explotó en un orgasmo increíble, llenando la boca de ella sobre su paladar, ella cerró la boca para recibir toda la descarga, después puso la boca abierta frente a su marido y le enseñó su semen dentro de ella, cerró nuevamente la boca, puso la mano de Raúl sobre su garganta para que él sintiera cuando tragaba su semen para después enseñarle su boca vacía y agacharse a limpiar con su lengua el semen que quedó en su pene.
Raúl le dijo
Que linda eres amor, me encantas
Por ti siempre estaré dispuesta a hacer todo
¿Todo? ¿Lo que sea?
Lo que sea amor
¿Qué tal si empezamos por subir a dormir?
Te complazco, vamos.