Susana vió a Carlos entrar en el restaurante del hospital, ella levantó su mano, Carmen la miro y volteo su mirada sobre el hombre de traje que caminaba hacia ellas, él saludó a Susana con un beso en la boca y a Carmen con uno en la mejilla, Susana estaba incrédula de que él la hubiera ido a buscar, no los presentó por lo que Carmen dijo.

-Carmen Ramírez, pediatra.

-Mucho gusto, que difícil es reconocerlas con ese uniforme, todas se ven iguales

-¿Y como llegaste hasta aquí?.......... preguntó Susana

-Como los perritos amor, seguí tú olor

-¡Carlos!, por favor

-¿Qué dije?.. me refería a tu perfume

-¿Comes con nosotras?

-No amor, comí con un cliente, te quise avisar pero me mandaban al buzón, hable aquí y me dijeron que estabas muy ocupada o sea "No dé lata" y como veo que aquí hay muchos "galanes" y a sabiendas de que a ti no te gustan las ceremonias ni los rituales especiales, ni nada que no sea simple y sencillo, "al grano y deja de darle vueltas", pues decidí hacer esto a tu manera.

Carlos le tomó la mano y le puso un anillo con un diamante solitario, le dió un beso en la mano, se puso de pie y le dió un beso en la boca, Susana no podía articular palabra, solo lo miraba, él notó el desconcierto en ella y dijo

-Así sabrán los demás hombres que ya tienes a tú loquito que te riega el jardín con todo su amor.

Carlos esperaba el grito de Susana pero esta vez no fué así, ella no pronunciaba palabra, con la cara levantada tan solo lo miraba a los ojos. Carlos agregó

-Al saber que eres la dueña de este "galanazo" ya no intentará nadie conquistarte o lo que te quieren hacer muchos, quiero decir……… por cierto, este otro anillo es tuyo, lo tomé del cajón del buró para tomar la medida y ahora que te embaraces ya pondré junto al que te acabo de dar la argolla de la cosa esa en que tú no crees, contrato o matrimonio o como se llame. ¿Te veo en la noche en tú casa?

Susana afirmó con la cabeza manteniendo la mirada en Carlos quien le dió un beso húmedo en la boca y besó Carmen en la mejilla para después caminar hacia la salida, Susana se quedó mirando como él desaparecía por la puerta del comedor sin poder decir nada, tomó el anillo de la facultad de medicina que él había entregado y lo puso en el dedo de la otra mano y se quedó observando el anillo de compromiso, Carmen le dijo

-No has dicho una palabra amiga, te dejó como idiota

-Dirás como pendeja, ¿Qué le pasa a este hombre?, ¿Estará loco?

-Yo creo que sí, está perdidamente enamorado de ti.

Susana no notó la broma de su amiga y Carmen agregó

-Tanto como tú amiga, además esta muy guapo, tienes buen gusto, alto, delgado con unos ojos preciosos y ese pelo entrecano, ¡diablos!, si no lo quieres para ti, yo me lo quedo.

Se acercaron varios médicos y enfermeras que habían visto la escena a felicitar a Susana, ellas se levantaron y se fueron a cambiar, Susana fué a su consulta privada, terminó temprano y a las 8 de la noche llegó a su casa, al entrar al estacionamiento vió el auto de Carlos ahí, subió al elevador y al salir lo encontró en el pasillo platicando con el papá de Félix y una maleta junto a la puerta del departamento, ella se acercó le dió un beso en la boca y le enseñó al vecino su anillo de compromiso, el vecino dijo

-Felicidades vecina y vaya que existen hombres con suerte.

Entraron al departamento, Carlos metió la maleta, Susana dejó sus cosas y le dijo

-Me voy a meter a bañar

-Uyy, te bañas dos veces al día, te vas a desgastar…. ¡me baño contigo!

Entraron a la regadera y junto con el jabón comenzaron los besos y las caricias apasionadas, Carlos acariciaba el sexo de Susana, metiendo en su vagina la punta de su dedo y presionando ligeramente el clítoris, ella hacía la cabeza hacia atrás y gemía, él aún con el dedo acariciando el sexo de ella se puso a besar los pechos de Susana quien al sentir esto enderezó su cabeza para verlo, él chupaba, apretaba suavemente con sus labios los pezones y sorbía de ellos, a ella esto la llenaba de placer y ternura, le dijo entre jadeos que le provocaban la excitación en que estaba.

-¿De verdad tomarías de la leche de la mujer que amas?

-Si logramos tener un hijo, sabrás lo que es alimentar con tu propio ser a tu hijo y al padre de tu hijo, de verdad amor, no estoy bromeando, saborear y tomar eso tan maravilloso que tú cuerpo entrega para mantener la vida de un hijo, sería como tenerte dentro de mi para siempre. Si estoy loco, soy lo que quieras, pero lo he de hacer, lo voy a hacer Susana.

Susana jadeaba por la excitación en que estaba, quería ser poseída, deseaba que la penetrara con fuerza como lo había hecho el día anterior, quería placer sin embargo llevada por el momento lleno de lujuria mezclada con ese sentimiento de ternura que la llenaba, puso a Carlos de espaldas contra los azulejos del baño, comenzó a besar su pecho, a mordisquear sus pezones y bajó con besos por su vientre se arrodilló frente a él, tomó su pene con sus manos, lamió el glande pasando su lengua por toda su corona, lamió el tronco del pene, con sus manos detuvo sus testículos y los besó, los lamió y los metió lo que pudo suavemente dentro de su boca mojándolos con su lengua y entregándoles el calor de su aliento, levantó la cara para ver a Carlos quien se detenía de la barra de acero inoxidable fija en la pared y con su cara inclinada observaba lo que ella le hacía, le dijo

-Lo bueno de ser mujer, es que no tenemos que esperar nada para poder saborear y tomar lo que viene de dentro del hombre que amamos.

Metió el pene de Carlos en su boca y comenzó a pasar su lengua sobre su glande, apoyándolo sobre la parte interna de sus mejillas, sobre su paladar, lo metía lo mas adentro de su boca que ella soportaba y apretándolo con sus labios lo sacaba y lo metía de su boca acariciando con su mano muy suavemente sus testículos, Carlos gemía y repetía continuamente "Susana" "Eres divina Susana" "Susana", ella levantó su cara para verlo, los ojos de él se abrieron muy grandes poniendo esa cara de placer que le indicaba que ya no soportaba más, sintió endurecerse el pene y ella lo recargó sobre su paladar acariciando con su lengua el frenillo detrás del glande, Carlos cerró los ojos, dijo "Ohh Dios que delicia" y sus chorros de cálido semen comenzaron a llenar la boca de Susana.

Susana sintió una gran cantidad de semen llenar su boca, el pene salió de dentro de ella y levantó la cara con su boca abierta para enseñarle a Carlos que lo tenía "a él" dentro de su boca, era mucha cantidad y comenzó a escurrir por la comisura de sus labios, ella cerró la boca y lo tragó ante la mirada incrédula de él, con su dedo recogió lo que escurría por sus labios y chupó su dedo, tomó el pene casi flácido y lo limpió con su lengua de todo residuo de semen, se quedaron viendo uno al otro a los ojos, él la ayudó a levantarse y de pie con sus cuerpos juntos ella le dijo.

-Mas mío no puedes ser, tu semen deberá pasar a mi torrente sanguíneo para alimentar mi cuerpo con tu ser

Carlos la besó profundamente y conoció el sabor de su propio semen, permanecieron abrazados bajo el chorro de la regadera hasta que sintieron enfriarse el agua, cerraron las llaves y secaron sus cuerpos, él se puso su pijama y ella inició el ritual de untar crema sobre su cuerpo, al pasar sus manos sobre su piel con la crema aromática sentía su excitación, estaba ardiendo, tenía deseos de ser penetrada con fuerza, deseaba que su cuerpo se estremeciera, que temblara, que estallará en un orgasmo fuerte, deseaba quedar totalmente relajada mientras él seguía buscando su placer dentro de ella, necesitaba que se la cogiera con el único fin de disfrutar del sexo.

Puso sobre su cuerpo desnudo un camisón corto de tirantes sin ropa interior debajo y salió a la cocina donde estaba Carlos preparando unos emparedados, él los puso sobre la mesa y sirvió dos vasos con leche, mientras cenaban platicaban de lo que había pasado en el hospital, rieron cuando ella le platicó que Carmen le había dicho que se quedó con cara de idiota, un largo rato pasaron platicando, Carlos le dijo

-Mañana tienes que ir a mi casa, ¿que te parece que guarde la ropa que traigo en la maleta en el closet y la llenamos con ropa tuya?

-No Carlos, si quiero conocer tu casa pero no llevarme ropa.

-¿Por qué?

Susana sin decir palabra levantó los hombros en un gesto que significaba "No lo sé", Carlos le dijo

-Reina, no vamos a estar corriendo de casa en casa, conoce mi casa, si te gusta vivimos ahí, si no te gusta la vendo y me cambio contigo

-¿Y si me gusta que hago con mi departamento?

-Lo que quieras, lo vendes, lo rentas, lo prestas o lo dejas así como está

-¿Y si un día me dejas?

-Susy, ¿Por qué vives con miedo?, yo no creo dejarte nunca, muchos años te he amado sin tenerte, no pienso dejar de amarte ahora que te tengo.

-Por favor Carlos, de eso no puedes estar seguro y si me dejas yo me quedo sin tener donde vivir por haber vendido mi departamento, el amor no basta corazón, es importante tener seguridad en la vida.

-Cásate conmigo y estarás segura de una forma legal.

-Carlos estamos aquí porque nos amamos, pero…… ¡Demonios que difícil es esto!. Mira amor tenemos dos propiedades, que tal si vendemos la que cueste menos y vivimos en la que cueste mas, así siempre tendremos la seguridad de tener una propiedad nuestra, ¿Crees que tu casa vale mas que mi departamento?

-No sé amor, no la he valuado, mañana decidiremos, ¿te parece?

Ella afirmó y subió sus pies sobre los muslos de Carlos, quien los tomó y besó con mucha delicadeza, en Susana se reactivo el deseo, Carlos tomó dos pequeños pedazos de pan y los puso arriba y abajo del dedo gordo de Susana y lo metió a su boca, ella rió diciendo

-¿Me quieres comer?

-Si, toda, completa

-¿Para después no arrepentirte de no haberme comido?

-No creo que llegue a sentir eso aunque pasen los años, pero si te quiero comer

-¿Y coger?

Se quedaron viendo a los ojos, el deseo de Susana se reflejaba en ellos, él lo notó, y sin decir palabra bajó los pies de Susana de sus muslos, se arrodillo entre las piernas de ella y lamió su sexo, sintió su humedad, la tomó de la mano y la llevó al cuarto, ahí la abrazó y se comenzaron a besar de forma apasionada, él le quitó el camisón para acariciar todo su cuerpo, ella le quitó la camisa del pijama, besaba su pecho y mordía sus pezones, sus jadeos y su respiración agitada demostraban que estaba ardiendo, que necesitaba ser poseída, empujó a Carlos sobre la cama, le indicó que se recostara sobre las almohadas, le quitó el pantalón del pijama, ella se arrodillo a un lado de él sobre a cama y lamió su pene que logró su total erección, se montó sobre de Carlos poniendo sus piernas a los lados de su cabeza, y le dijo

-Cógeme Carlos, hazme todo lo que quieras, tómame por todos lados, trátame como si fuera una puta o como te dé la gana, pero lléname de placer, lo necesito, estoy ardiendo amor.

Carlos observó sobre su cara los muslos anchos y fuertes de ella, su sexo depilado, su cadera que se cerraba en las curvas de su cintura, su vientre plano, sus pechos firmes con los pezones endurecidos, su bella cara inclinada hacia abajo para mirarlo a él, con su cabello sobre sus mejillas que caía hacia sus pechos, la tomó por la cintura, la bajó hasta su boca y comenzó a saborear su sexo, besando, lamiendo y metiendo su lengua dentro de su húmeda vagina, ella con sus manos apoyadas en la pared que está detrás de la cabecera de la cama, gemía, gruñía, y gritaba de placer, él ponía su lengua sobre el sexo de ella entre sus labios mayores y ella movía su cadera para sentir la lengua de él recorrer todo su sexo.

Carlos la recostó en la cama, él se puso de pie a un lado de esta, Susana apoyó sus rodillas en la orilla con sus pantorrillas fuera de la cama y sus manos en frente de ella quedando en posición de "perrito", él lamió nuevamente su sexo, puso su lengua sobre el ano de ella, lo lamió y apretó con su lengua, besó sus nalgas y su cadera, la tomó por la cintura y la penetró de un solo golpe hasta el fondo de su vagina. Susana levantó su cabeza soltando un grito de placer al sentir el endurecido miembro dentro de ella, Carlos se empezó a mover rápidamente mientras ella giraba su cadera, él cambió el ritmo sacaba su pene despacio y lo metía con fuerza dentro de ella.

Susana volteaba la cara hacia el espejo que tenía frente a la cama, veía como las nalgas de él se apretaban al empujar dentro de ella, su excitación aumentaba en cada embestida, y sus gemidos se convirtieron en gritos de "Ahh", "Ahh" su cuerpo se tensaba por el placer, sintió que todo en ella temblaba, dobló las piernas por las rodillas quedando levantadas a los lados de Carlos, sus pantorrillas y muslos temblaban junto con sus nalgas y sus brazos, apretaba sus piernas juntando las pantorrillas al cuerpo de él, Carlos humedeció en su vagina el dedo índice de su mano derecha y lo metió lentamente por el ano de ella haciéndola soltar un grito de placer, le dijo entre jadeos.

-Oprime Carlos, siente con tu dedo tu pene dentro de mi vagina, acaricia tu miembro con tu dedo.

Carlos oprimió con su dedo hacia abajo, metió su pene muy dentro de ella y sintió a través de las paredes anal y vaginal su miembro endurecido dentro de ella, lo acariciaba con su dedo y Susana soltó un fuerte grito, él pensó que la había lastimado pero al sentir como su ano apretaba y soltaba rítmicamente sobre su dedo notó que estaba en un orgasmo muy intenso, muy largo, él volteo hacia el espejo y vió a Susana, su cabeza hacia abajo, cubierta por su cabello que caía sobre su cara, todo su cuerpo temblaba, se contraía mientras ella gemía con sonidos parecidos a "Ahh", "Mmmm", "Ohhh", nunca había visto a una mujer tener un orgasmo tan largo, el se movió nuevamente dentro de ella y sintió con su dedo que permanecía dentro del ano de Susana como su pene entraba y salía.

Susana dobló sus brazos y quedó con la cabeza sobre la cama, la postura hizo que el dedo de Carlos se saliera de su ano, ella exhaló con un "ahhh" de satisfacción, él sacó su pene de ella y la puso recostada sobre su costado, con su mano le levantó una de sus piernas y la penetró nuevamente moviéndose muy rápido dentro de ella, la eyaculación que había tenido dentro de la boca de Susana hacía que se dificultara tener otra, sin embargo lo deseaba, quería sentir de nuevo un orgasmo y entre jadeos y sudor lo buscaba intensamente. Sintió como Susana apretaba los músculos de la pierna que él detenía con su mano, vió su pie estirarse doblándose por el tobillo y los dedos encogidos hacia la planta del pie, sintió la dureza de los músculos de su pantorrilla.

La vió doblar su cintura hacia delante, morder su labio inferior, inspirar con fuerza haciendo un sonido "iiiiiii" él cuerpo de ella se puso tenso haciendo que él detuviera su movimiento, retuvo la respiración por unos segundos y exhaló junto con un grito "Carlooooosss", sintió las contracciones en su vagina y las observó en el vientre de ella, su orgasmo duró varios segundos hasta que sintió el peso de su pierna completamente flácida, él dijo jadeando

-Necesito venirme amor, necesito hacerlo.

Volteo a Susana boca arriba con sus nalgas en la orilla de la cama, el permanecía de pie, subió las piernas de ella sobre su pecho, besó sus pies repitiendo

-Lo necesito amor, necesito venirme

Se inclinó sobre de ella, subiéndole las pantorrillas sobre sus hombros, apoyó sus manos en la cama, la penetró nuevamente y comenzó a moverse con mucha rapidez dentro de ella, Susana con su mano hizo a un lado su cabello que cubría su cara, le puso las manos sobre sus mejillas diciendo

-Tranquilo amor, no te desesperes, puedes estar dentro de mí hasta que te vengas.

Sin embargo fué ella la que minutos después arqueó su tronco haciendo la cabeza hacia atrás y nuevamente disfrutó un orgasmo intenso y placentero, esta vez no pudo gritar ni decir nada, se sentía agotada, flácida, a punto del desmayo, mientras el sudor de Carlos goteaba sobre su cuello y pechos, él se detuvo puso a Susana recostada boca arriba sobre las almohadas, se subió a la cama, le levantó las piernas, se recostó de lado con su pene junto al sexo de Susana, pasó las piernas de ella sobre su cadera, la penetró y se comenzó a mover lentamente, sudando y jadeando, ella con su mano acariciaba su cara empapada de sudor, no tenía fuerzas para otra cosa, sintió el pene de Carlos endurecerse, él abrazó sus rodillas y llegó al orgasmo, no fué intenso ni placentero, poco semen derramó dentro de ella pero sintió alivio a su tensión, le dijo a ella.

-Creí que no lo lograba, Dios ya estoy viejo.

-¿No estuvo nada bien para ti verdad?

-Muy tensionado amor, como desesperante, muy raro

-A mi me volviste loca, me vine… ya no recuerdo cuantas veces pero de forma increíble, fué maravilloso, ¡como nunca!, ven aquí, a mi lado, vamos a dormir amor.

-Tengo que apagar las luces y cerrar con el pasador.

Se levantó, encendió la lámpara del buró, apagó la luz principal, fué a la sala, pasó el pasador de la puerta, apagó las luces de la cocina, entró a la recámara, se metió a la cama y se acostó boca arriba, Susana se puso de lado, subió una pierna sobre el vientre de él y recostó su cabeza sobre su pecho, el pasó un brazo sobre la espalda de Susana y con la otra mano le acariciaba el muslo que tenía sobre su vientre, ella dijo

-Me hiciste disfrutar como loca, me estoy convirtiendo en una ninfómana, una calenturienta sin remedio, vaya que me estoy reponiendo del tiempo perdido, te amo Carlos.

-Cásate ya conmigo Susy, tendremos una boda increíble, en un gran jardín con muchos invitados, te imagino con un vestido de novia de esos "estraples" o "estripers" o como se llamen esos que cubren los pechos y dejan los hombros de fuera, el vestido blanco con su cola y toda la cosa y arriba la piel apiñonada de tus hombros, el escote en tu espalda, tu cuello largo y bello como de cisne, luciendo un hermoso collar de diamantes y tu bella cara con esa cosa que se usa en la cabeza con flores y de donde sale el velo, todos admirando tu belleza y yo orgulloso esperándote de pie frente al juez, la marcha nupcial y mi bella novia caminando hacia mi, para después de firmar tengamos una gran fiesta hasta el día siguiente, con música, baile y………

Un ronquido de Susana que salió de su boca abierta por la postura cortó su inspiración, inclinó la cabeza para observarla, se quedó un momento acariciando sus cabellos, ella se movió acomodando su cabeza sobre el brazo de él y cerrando la boca, él pensó "Al menos así no va a roncar", apagó la luz de la lámpara del buró y le dijo en voz baja

-Te amo, y te vas a casar conmigo aunque tenga que obligarte con un batallón de infantería, de eso puedes estar segura