Todo empezó un día en que el contador Martínez, dueño del despacho que lleva la contabilidad de mi empresa se presentó en la oficina pidiendo hablar conmigo, cuando lo recibí en mi privado venía acompañado de una bella chica a la que me presentó diciendo

-Le vengo a presentar a Lucía ella estudia para contadora y nos va a ayudar a llevar su contabilidad aquí mismo en su oficina

Lucía era una chica joven, alta, de piel trigueña clara, cabello castaño, ojos azules y con un cuerpo bastante atractivo, ella me saludó muy amablemente sentándose frente a mi escritorio cruzando la pierna acción que descubrió su muslo haciendo que mi vista se fijara sobre sus piernas en una lógica primaria reacción de cualquier hombre frente a unas bellas piernas femeninas, reaccioné quitando de ahí mi vista y ella sonrió pasando su mano sobre su pierna cruzada, yo desvié la mirada hacia el contador y pregunté

-¿Cuál es la idea de que ella esté aquí?

-La idea es que ordene la documentación y lleve la información más actualizada para que se nos facilite el trabajo en el despacho, ella estaría aquí de 9 de la mañana a 3 de la tarde, claro que esto no tendría ningún costo extra para usted, si le puede asignar un lugar para trabajar podría comenzar mañana mismo

Dudé unos instantes y respondí

-Mientras le busco donde ella puede usar la sala de juntas aquí al lado

-¿No lo molestaría?, tendría que entrar por su privado

Preguntó ella y yo respondí

-No, raras veces se usa esa salita además no me molesta que entren a mi privado, no soy político

Platicamos brevemente sobre mis declaraciones de impuestos y al retirarse ella me dio la mano para despedirse diciendo

-Por aquí lo veré mañana arquitecto

-La espero con gusto

-¿Está seguro?

Me preguntó en un tono que quise sentir más de coquetería que profesional y antes de que le pudiese responder algo ella agregó

-A los contadores siempre nos odian cuando les tenemos que decir cuánto deben pagar de impuestos

En un tono de broma puse mi mano sobre el hombro del contador y respondí

-Pero el golpe se siente menos si me lo da una bella mujer como usted y no su jefe el contador

Después de que el contador aseguró bromeando que entonces mandaría más elevados los pagos al fisco los acompañé a la puerta y al regresar hacia mi despacho mi secretaria Blanca, una mujer madura que había sido la secretaría de mi padre antes de dejarme al frente del negocio, riendo me dijo

-Se me está volviendo muy coqueto arquitecto

Yo respondí en el mismo tono de broma

-Es que esa contadora ésta para contarle todo lo que tiene

-Sin duda es muy atractiva y como usted es joven y sin compromisos sacó sus encantos a relucir verdad… ¿Quiere un café?

-No Blanquita, ya bebí mucho café por hoy, mejor voy a ver las obras y nos vemos por la tarde

Ya por la tarde estando en mi despacho Blanca me llamó por el teléfono para decirme que me hablaba el contador a quien le respondí la llamada

-Dígame contador

-Arquitecto, lo llamo porque en la mañana lo noté dudando sobre esta chica Lucía, así que permítame explicarle, ella es hija de un buen amigo que vive en Sonora, un hombre con muchos negocios a quien yo le llevo sus asuntos, la chica vino a estudiar a la capital y mi amigo me pidió que le diera trabajo para que fuera aprendiendo y pensé en usted por la relación de amistad que me une con su papá y por supuesto con usted, Lucía es de toda mi confianza de otra forma no dejaría en sus manos la contabilidad de su negocio. Claro que si le molesta que ella esté ahí buscaré en otro lado.

Realmente me tenía sin cuidado como manejara el contador su despacho, pero no le podía decir que mi desconcierto había sido por lo buena que estaba Lucía, así que en un tono muy empresarial le respondí

-No hay problema contador, siendo como usted me dice me tranquilizo, que venga mañana mismo si usted así lo dispone

-Mañana estará por allá y gracias arquitecto

-Hombre, no es nada, al contrario contador

La primera semana ella trabajó en la sala de juntas anexa a mi privado y cuando pretendí asignarle una oficina ella me pidió quedarse ahí pretextando lo grande de la mesa y lo fácil que le resultaba consultarme cualquier duda sin tener que anunciarse con Blanca cosa en la que estuve de acuerdo. Los siguientes tres o cuatro meses varias veces salimos juntos a comer y platicamos bastante sobre política fiscal, corruptelas del gobierno, algo de futbol, de cine, música y referente a nuestras vidas nunca entramos en detalles íntimos, solo me enteré que tenía 21 años, que era de Sonora, sin novio ni compromiso alguno. Sin embargo su vida privada no me importaba en lo más mínimo y solo disfrutaba el tener a mi lado a una mujer de una especial belleza a la que muchos volteaban a ver.

Yo alargaba las charlas con el afán de disfrutar su presencia sin dejar de pasar la oportunidad para decirle lo bella que era, nos comenzamos a tutear y así nació una “amistad de negocios” por definirla de alguna manera, me saludaba y se despedía de mi con un beso en la mejilla y yo no dejaba de admirar sus atributos femeninos ya fuera que vistiera de falda o pantalones…. Ella estaba consciente de que yo la deseaba y no perdía oportunidad para coquetearme lo que aumentaba mi deseo al saber que yo le gustaba, cuando mi mirada sobre su cuerpo era de algún modo cínica, ella tomaba mi mano, reía y señalando los papeles me decía “Aquí Ricardo, los papeles están sobre la mesa”. A veces tomaba mi mano y la sujetaba por varios segundos mirándome fijamente a los ojos lo que me hacía arder en deseos.

Realmente habíamos entrado al juego de la seducción que llegó a ser de intensiones manifiestas el día en que estando en la sala de juntas y antes de comenzar a explicarme un asunto contable ella tomó mi mano y recargo sobre de ella su mejilla cerrando sus ojos en un gesto enternecedor, casi suplicante por una caricia. Yo que no me había atrevido a “cruzar la raya” ya que no quería tener problemas con el contador y convertir la relación de negocios en un problema no soporté más cuando ella besó la palma de mi mano y me miró sonriente fijamente a los ojos y comenzó a hablarme de “Activos y pasivos”, “Debe y haber” , deducibles y demás términos contables

Yo no la escuchaba, mis sentidos y mi mente estaban ocupados en respirar su perfume, en admirar su bello rostro e imaginarla debajo de mi recostada en la cama mientras sus bellas y firmes piernas se apretaban al derredor de mi cintura… Ya había soportado demasiado el deseo que me quemaba por meses así que perdí la compostura y sin importarme que su reacción pudiera ser de enojo o que terminara teniendo problemas con el contador o con quien fuera, tomé su mano y la besé humedeciéndola con mi lengua para después tomarla entre mis dos manos, La miré a los ojos y por un momento pensé en decirle lo mucho que la deseaba y que necesitaba tenerla desnuda en la cama, pero solo me atreví a decir

-Voy tres días a Cancún, ¿Quieres venir conmigo? Tengo una reservación en el “Sun Palace”

Su gesto cambió a una seriedad que nunca le había visto, imaginé que me mandaría al demonio y sentí vergüenza de habérselo propuesto pero antes de que yo pudiera intentar “arreglar mis palabras” diciendo algo como “Así me ayudas a revisar los gastos de la obra” o cualquier otro tipo de estupidez que me liberara del error de mi propuesta ella preguntó

-¿Cuándo sería?

En ese momento yo fui el admirado y aún incrédulo respondí

-El jueves… ¿Te reservo habitación?

Le dije yo intentando aún “aligerar” la invitación tan directa para compartir la misma cama, pero ella se rió de mis palabras y me respondió

-Aclaremos las cosas Ricardo, yo soy una mujer que siempre dice y pide lo que quiere sin temor, mi lema en la vida es que al quedarme callada “el No” ya lo tengo, pero si lo pido puede convertirse en “un Sí”, te digo esto para que me vayas conociendo… Y en este caso el asunto es muy simple, yo te gusto, tú me gustas, somos amigos, sé muy bien a lo que vamos ya que los dos queremos lo mismo, así que no hay razón para fingir que eres todo un caballero y que tu invitación es de negocios para después intentar seducirme… Te ahorro el trabajo de la seducción y una habitación en el hotel, solo pongo dos condiciones

-¿Cuáles?

-Primero no me gusta que me obliguen a nada, así que será solo cuando los dos queramos y segundo, yo cubro mis gastos

-En lo primero estoy de acuerdo pero lo segundo no lo acepto ya que yo te estoy invitando

-Bien, entonces déjame pagar los pasajes del avión o no voy

-¿Y eso porqué Lucía?

-No quiero que pienses que lo hago por tu dinero… Lo hago porque me gustas.. ¿De acuerdo?

Yo puse mi mano sobre su muslo y al sentir lo terso y suave de su piel le dije

-Me encantas Lucía

-Lo sé Ricardo, pero no me has dicho si estás de acuerdo

-Sí, de acuerdo, saldríamos pasado mañana jueves 3 a las 6:30 de la mañana y regresamos el lunes 7 por la mañana a la hora que tú decidas

-OK, yo compro los pasajes

Yo acaricié su muslo y aun no entiendo cómo me resistí a besarla, subirla sobre la mesa y cogérmela apasionadamente, me levanté y regresé a mi escritorio, cuando ella terminó su trabajo se acercó a mí y se despidió con un beso los labios, yo me levanté y la acompañé hasta su automóvil, al regresar caminaba pensando que ella se había burlado de mí y mañana me diría que no podría ir o tal vez si iría y la mujer era un “garbanzo de a libra” dispuesta a todo y sin condiciones ni compromisos. De igual forma al entrar a la oficina le pedí a Blanca me reservara un pasaje de avión a Cancún ya que dentro de mi suponía que ella no iría…Al día siguiente, miércoles, no se habló del tema y al despedirse me besó en la boca haciéndome saborear el calor húmedo de su lengua y me dijo

-Te espero mañana a las cinco y media de la mañana en el aeropuerto ya tengo los pasajes, los voy a recoger a la agencia de viajes

Al día siguiente aun dudando de que ella se presentara llegué al aeropuerto retrasado pero ella ya estaba ahí con los pasaje en la mano, al verme me saludó con un beso en los labios y me dijo en tono sarcástico

-¿No te dejaba salir tu mujer?

-No tengo mujer

-¿Tú novia?

-Tampoco tengo, vivo solo con mi perro

-¿O sea que no tenemos que escondernos ni cuidarnos?

-¿De qué o de quién?

-De quien nos pueda ver o de lo que pueda nacer entre nosotros, tú no eres de los que solo conquistan mujeres para acostarte con ellas... Al menos eso aparentas.

-¿Yo te conquisté?

-Creo que si, por eso vengo dispuesta a todo

-¿A conquistarme?_____ Pregunté con sarcasmo

-No lo sé… Vamos a documentar, ya después platicamos sobre conquistas, se dice que en las conquistas no hay vencedor ni vencido ya que son la unión de dos costumbres que darán nacimiento a una nueva…. Algo así dice en una placa en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco

Documentamos y al despegar el avión mientras ella me platicaba sobre su vida, los grandes negocios de su familia y sus ambiciones de vida yo no dejaba de pensar que iba rumbo a Cancún acompañado de una mujer con la que compartiría la cama y que apenas me comenzaba a enterar de quien era razón por la cual debo reconocer que comencé a sentir cierto temor sobre lo que hacía, temor que se despejó al poner mi mano entre sus muslos cubiertos por los pants deportivo que usaba, ella se sonrió, se acercó a mi oído y me dijo

-Yo también te deseo mucho

Pasó su mano debajo de mi brazo y recargó su cabeza en el para quedarse dormida el resto del viaje, la desperté cuando íbamos a aterrizar, bajando del avión renté un auto y nos dirigimos al hotel, cuando entramos a la habitación eran cerca de las once de la mañana, ella observó al detalle toda la habitación fijando su mirada sobre la cama, abrió las cortinas y salió al balcón, debajo de éste se observaba la alberca cuyas aguas parecían juntarse con las aguas del mar, entró a la habitación y me dijo

-Que rico está el aire acondicionado, afuera ya hace calor

Yo me puse a desempacar y ella hizo lo mismo, entré al baño para dejar dentro de éste mis cosas personales y al salir ella me preguntó

-¿Vamos a la alberca o tienes cosas que hacer?

-Vamos a la alberca… Ya mañana iremos a trabajar

Ella se quitó los pants y la playera quedando solo con una lencería trasparente lo que me hizo fijar la vista en ella admirado por su belleza, sus piernas perfectamente bien torneadas tanto en sus muslos como en las pantorrillas, su pubis estaba depilado, sus nalgas redondas y firmes, sus pechos que si bien no eran grandes tenían un tamaño proporcionado a su cuerpo y eran firmes con unas aureolas pequeñas, su vientre plano adornado por un hermoso ombligo y las curvas de su cintura era bellas y bien delineadas. Tomó su bikini y caminó hacia el baño pero al verme sentado sobre la cama con cada de incredulidad me preguntó

-¿Qué pasa?

-Eres preciosa Lucía, no tienes idea de lo mucho que te deseo

Se quedó de pie mirándome de una manera muy especial, yo la entendí y me puse de pie acercándome a ella, pasé mi mano sobre sus hombros mirando hacia sus pechos, noté como sus pezones reaccionaban a mis caricias y la besé juntando su lengua a la mía… Ya desnudos en la cama no hubo parte de su cuerpo que no besara, lamiera y acariciara, lo mismo hizo ella conmigo y cuando estuvo lista para ser penetrada se puso de pie, sacó de su bolso unos condones y al dármelos dijo

-Ponte uno corazón

Se subió a la cama y se acostó boca arriba con sus piernas separadas y las plantas de los pies sobre la cama esperando por mí, me recosté sobre de ella penetrando su hermoso cuerpo y fue la experiencia más placentera que hubiese tenido en mi vida al sentir el inmenso placer que da una mujer muy activa en el sexo,  movía su cadera, apretaba su vagina, me besaba en la boca, me apretaba con fuerza las nalgas y la espalda, subió sus piernas a mi cadera inmovilizándome en el momento de su orgasmo y después de tenerlo bajó sus piernas y dejó de ser activa para esperar dulcemente a que yo terminara... Después de mi orgasmo dije “Que delicioso coges mujer” y me dejé caer a su lado agitado, ella entrelazó los dedos de su mano con los míos quedando en silencio unos segundos.

Se sentó en la cama, quitó el condón de mi entonces ya flácido pene, miró mi semen dentro del condón y suspiró diciendo

-Creo que no me voy a arrepentir de haber venido contigo… ¿Bajamos a la alberca?

Le quité el condón de la mano y entré al baño, al salir la encontré luciendo un blanco bikini que la hacía verse preciosa, la abracé, le di un beso en la boca y le dije

-Eres muy bella Lucía, me enloqueces

-Esa es la idea Ricardo

-¿Qué quieres decir?

Le pregunté extrañado y ella no dudó al responder

-Que esa era la idea de venir a Cancún… Satisfacer nuestros deseos ya que tú también me enloqueces

No respondí y salimos a la alberca, después de nadar y asolearnos un rato la tomé de la mano y fuimos a la playa, la abracé por la cintura mientras caminábamos y me sentía orgulloso de ver como los hombres la miraban con admiración, ya saben cómo es esto de sentirse envidiado por los demás al suponer que uno se coge a la mujer que ellos miran con deseo… Mientras me sonreía orgulloso, le pregunté

-¿Qué le dijiste al contador?

-Que me habías invitado a Cancún

-¡¿Por qué le dijiste eso?!

-Porque fue lo que hiciste Ricardo ¿O no estamos en Cancún?

-Sí, ¿Pero qué va a pensar?

-Pensará que tú te hospedas en un hotel y yo en otro, que trabajaremos arduamente y que el domingo iremos a misa a pedir por él… ¿Qué preguntas haces Ricardo?... Solo podrá pensar que venimos a lo que venimos.

-Pues ya ni hablar, ya se lo dijiste ¿Ya qué?

Por un momento no me importó ya que sabía que el contador no se mete en la vida privada de sus empleados, pero mi idea cambió al seguir la plática ya que ella me preguntó

-¿Tienes mucho de conocerlo?

-Desde que mi papá manejaba la compañía, yo estudiaba la preparatoria, tal vez unos 10 años ¿Y tú?

-Desde que nací, es mi tío, primo de mi mamá

Sentí que se me “caían los calzones” de la impresión, detuve el paso y me puse frente a ella, exagerando mis palabras con los movimientos de mis manos le dije

-¡¿Y le dijiste que… que venías a… que tú y yo…?!.... ¡Dios mío Lucía!.

-No fui tan específica, pero supongo que lo imaginó

-Por Dios Lucía, ¿Cómo se te ocurre semejante estupidez?, de seguro tus papás ya lo saben

-Lo único que ellos saben es que soy mayor de edad y libre de hacer lo que yo quiera, ¿Piensas que al dejarme ir a estudiar a la capital y vivir sola no se imaginaban que encontraría con quien acostarme?... ¡No seas arcaico Ricardo!... Hoy los padres le regalan los condones a los hijos y los jovencitos de 13 años ya tienen relaciones sexuales, negarlo no ayuda en nada, solo agrava el problema.

-Tienes razón solo que a mí me tienen sin cuidado los demás, solo sé que tendremos problemas

-Nadie te pondrá una pistola en la cabeza para que te cases conmigo por habernos acostado, incluso si saliera embarazada, nadie lo haría

-No pensé que fueras tan liberal

-No te confundas Ricardo, soy libre, no liberal, ni libertina y mucho menos puta… ¿OK?

-Está bien, discúlpame

-¿Qué es lo que te importa Ricardo, tenerme o lo que pensarán de ti por hacerlo?

-Tenerte

-¿Entonces por qué te preocupa tanto lo que piensen los demás?

-No, no me molesta… Ya veremos qué pasa… Yo tengo hambre ¿Tú no?

-Vamos a comer algo al hotel

Regresamos abrazados al hotel y en el comedor de la alberca mientras comíamos unos deliciosos camarones acompañados con un buen vino blanco ella me dijo

-Creo que conocí a tus papás una vez en Sonora

¡Tierra trágame!, quedé anonadado con medio camarón colgando de mis labios, lo dejé en el plato y pregunté aun dudando

-¿A mis papás?

-No tengo la seguridad, pero creo que si… ¿Tú papá construyó un rancho en Sonora?

-Sí, pero eso fue hace muchos años

-Pero mi papá y el tuyo se hicieron amigos y creo que estuvieron en Sonora invitados a la fiesta de mis 15 años que organizó mi papá

-La verdad no sé

Respondí fingiendo indiferencia, metí nuevamente el camarón en mi boca y mientras lo masticaba recordaba que eran ciertas sus palabras ya que mis papás habían ido a una fiesta a Sonora hacía más o menos 6 años y no podía ser coincidencia. Después de comer subimos a la habitación y nos dormimos un rato abrazados en la cama, al despertar ya eran las seis de la tarde, nos pusimos unos shorts y bajamos a sentarnos junto a la alberca observando la puesta del sol.

-Me encanta estar así Ricardo… Sin prisas, ni tensiones, ni ruidos, ni tráfico y al lado de mi hombre

-Aclaremos algo Lucía… No soy tu hombre

-¿Ya no quieres volver a compartir la cama conmigo?

-Sabes que sí, pero eso no me convierte en “tu hombre”

-Para mí lo eres

-Cada quien tiene su idea personal de posesión

-Es posible, pero mejor no discutamos o pasaremos nuestra primera noche durmiendo separados.