Recuerdos, de Kharlo, un amo por la calida, apacible y armoniosa entrega de una sumisa.
Amigos de marqueze, me he decidido a contarles, algo de mi vida. Solo un principio, un recuerdo agradable; es real, pero con los nombres evidentemente alterados. Fue una relación centelleante, muy intensa, y de la que guardo muy buen recuerdo.
Lea es rubia, entonces con mechones de pelo corto, y tu encantadora peluquita, de ojos profundos, de color cambiante, labios delgados, alta (178), delgada, y piel muy blanca; tenias 39 años. Yo, Kharlo, soy rubio, ojos azules, alto (174), delgado, siempre llevaba por aquel entonces- mi sombrero o una gorra de marca... Nos conocimos, casualmente, chateando, te confundí con una amiga que, utilizaba tu mismo nick. Si Lea, te confundí con ella pero, todo fue muy bien. Tu estabas dolida por la muerte de la abuela de una amiga, yo te improbisé una poesía, y empezamos un fuego.
Tampoco era momento de ser demasiado ardiente. Pero, por algun motivo, recuerdo que hablamos, supimos como somos y hubo filing. Tenías prisa por salir, pero todo y eso jugando recuedo que te hice sentir, y que te desabotonaste tu pantalon, lo habriste sin bajarlo, y te hable como se le habla a una cuchita, educadamente, pero removiendo todas las ganas que tiene de saltar, de girar y moverse. Supé que vivias cerca, y que eras sensual, y un poco sumisa. Intuí que compartiamos anhelos y que saltaba la chispa entre nosotros.
Los dias siguientes, chateamos, tu estabas receptiva a juegos, siempre que no hubiese esperanza de algo estable por mi parte. Te entregabas, hacias docilmente lo que te decia. Te dije bajate el pantalon, lentamente sin sacartelo, acariciando con tus manos tus piernas. Tus manos eran sabias, sabian hacer ese gesto que, tantas veces habias hecho, si a solas, con algun amigo y con alguna amiga tambien; tu siempre has sabido que eres muy sensual, que necesitas sentir tu piel junto a alguien, que la sensualidad es como el aire que respiras.
Te hice repasar los bordes de tu braguita, y te hacia parar, te daba el ritmo de toques lentos, de golpecitos. Tu cuerpo es agradecido, y se alimenta del cariño que le das, de la melodia de la sensualidad. Te desabotonaste la blusa, lentamente salia un boton y una caricia te premiaba tu obediencia. Tus labios se apretaban, los mordias con cariño y los lamias, y a veces mirabas de seguir mas. Yo no te dejaba aumentar el ritmo, ni bajarte tus braguitas.
Te hice mirarte las tetis, se te habian levantado mas, y los pezones pujaban, apretandose contra la tela y tu mente penso, por un momento que me habia olvidado de ellos. Tu agonia era lenta, y eso te encendió. Te hice mirar en torno a tu habitación. Y lo hiceste, y a mis preguntas me contestabas describiendome lo que veias.
Tu compañero no estaba, tu compañero de toda la vida, con el que pasaste los malos momentos de tu enfermedad esa enfermedad ya superada, pero que te cambio y que te hizo ser por siempre una amante insaciable-. Yo supuse, que tu cuerpo necesita mas intensidad, y que no tienes nunca bastante, aunque conozcas a chicos y chicas. Tu no me lo has dicho, pero yo he leido en tu mirada y en tu manera de ser, que eres una bisexual convencida, pero con dudas y que se niega a si misma a comprometerse emocionalmente de forma estable.
Y decidí que tu cuerpo necesita brincar, y acelerarse. Te dije que juntaras tus muslos y los frotases lentamente. Tu lo hiciste, entregada completamente, sin pensar en el antes ni el despues. Luego te hice cruzar tus piernas fuerte y apretarlas, separarlas y apretarlas. Tu notabas el roce, el calor, la presión en tu cuchita, humeda ya dentro de tu pantaleta... Y entontonces te dije que estirases, bien lentamente, del elástico superior. Tu lo hicistel, te gustaba sentir que tus labios se apretaban, y que tu pepita, empezaba a erguirse, sin tocarla.
Dije que estiraras, dando permiso a tus manos, para que la tela de tu calzona se empezase a encarar, y desease entrar en tu raja. Por ese tiempo aun tenias tu bello púbico, no te lo resuraste hasta mas tarde. Te lo propuse hacer yo, pero tu niña mala me quisiste negar eso y se lo diste a alguien. No tuviste valor, de decirme a quien le diste ese regalo; inventaste que te rasuraste tu. Cuando los dos sabemos, que tu gustas de ser tomada, tocada y evidentemente afeitada. Que te gusta ver los tiempos, la mirada cuando te lo hacen, y captar los matices y las improvisaciones de cariños que invente el momento.
Te ordené que estirases fuerte, dos sacudidas infernales. Lo hiciste, asi con tus piernas cruzadas y sentiste como la tela te penetraba. Te habias mojado, pero eso te hico empapar. Y notaste que te salian goterones, primero. Al seguir con el masaje, estirando tu calzon, desde el elástico, las gotas se fueron multiplicando, y se hizo un reguerito de tu flujo. Si como un peño riachuelo, que tu sentias deslizarse por tu piel blanca. Y te gusta mucho esa sensación de ascenso al placer.
Yo no te di respiro, te dije que dejases estirada tu braga, así hundiéndose en tu cuchita que ya palpitaba. Y hice que tocases tus tatas, dando un masaje por encima de la tela acariciandolas, dandoles cachetaditas, y mas tarde repasando con tus dedos, todo el perímetro de tus copas. Si son un 90 b talla europea-. Dije que separases tus mulos, mientras hundias tus pulgares en tus pezones, aun por encima de la tela y tu niña grande, lo hiciste. Y como a cada poco, me decias sigue, estoy excitada. Tu sabes escribir bien, por algo eres escritora y traductora correctora, como luego me dijiste-.
Abierta, ofrecida, deseosa de vaciarte, de correr en ese caballo mitico del deseo salvaje, no pusiste ninguna objeción cuando dije que te estirases los pezones. Te gusta tanto hacerlo, estiras, sobre todo tu pezon derecho, el izquierdo aun esta sensible es tratado con mas delicadeza, a causa de tu enfermedad espero que nunca, vuelva a molestarte como en el pasado-. Pero ese dia, te estiraste bien fuerte, tambien el pezón izquierdo. Y abrias y cerrabas tus piernas, luego te hice frotar las rodillas, y empezaste a vibrar. Siempreniegas la llegada del orgasmo, pues te gusta que tu pareja la de ese momento-, siga dedicandose a levantarte mas en el ascenso al placer. Y estirabas y aflojabas tus pezones, y los retorcias como tornillos aunque al pezín irquierdo, mas bien girabas los dos dedos, dandoles una circunvalación, temerosa de hacerte daño-.
Me acuerdo, de cuando te tije que juntaras las rorillas y separases los pies, imagino tu desconcierto. Y mas aún, te atorollaste, pero siguiste obediente, cuando sugerí que metieses una mano bajo tus muslos y te sacasas los labios mayores, por ambos lados de la tira delantera de tu pantaleta. Luego te hice estirar un labio, el derecho, sacudirlo, y retorcertelo, frotarlo por la cara interior y soltarlo, y volver a hacerlo.... Luego te dí el mismo trato al otro, al labio izquierdo, y tu seguias las indicaciones, como cuando de pequeña, en el colegio, eras esa niña estirada, mas delgada que las otras. Eres mas alta, que la mayoria y eso te hace parecer mas delgada, aunque a ti te obsesiona si la talla del pantalón pasa a ser mayor a la 38.
Te hice juntar los labios, con la tira vertical, enrolloda, mojada, y hincada en tu raja. Como te gusta sentir ese tipo de cosas. Te dije: ¡Ahora junta los dos labios, y frotalos, pinzalos entre tus dedos y estiratelos! ¡Estira y afloja, y te di el ritmo! ¡Estira, estira..., maaaaaaaaas, mantén....! ¡Estira un poco mas, solo un poco, cierra los ojos y afloja lentamenteeeee!
Ahora Lea, estira de tu pantaleta, desde el elastico, todo lo que de de sí, como si quisieras romperla. Frotate con el trocito de calzóna enrollado y humedo, tu clitoris..... Lo hiciste, además notabas que por atras tambien te rozaba el canalillo de tus nalgas, y te frotaba el ojete de tu ano. Si ya se que tienes muy sensible tu ano, nunca me lo ofreciste, pero te gusta sentir ese roce asi, aunque te moleste un poco. En ese momento eras gelatina, de carne, gelatina de amor dulce, caliente y palpitante. Y te gusta esa sensación de de palpitar entre la vida, la muerte, el placer y un poco de dolor. Por eso, lo hacias todo tan intensamente, por eso luego aunque te notes rozada, escocida y con molestias, te relames y sonries. Y asi te vaciates, sin pedirme nada, solo concentrandote y deseando que siguiera con mi voz dandote la pauta. Y zassssssss, te sacudias, movias tus caderas, y frotabas tus nalgas con el asiento. Todo lo hacias, y estabas pendiente del monitor de tu ordenador portatil.
Aun alcanzaste a obedecer, cuando te dije que te bajaras tu brasier. Y mientras te venian las olas del placer te frotaras el pezon, con los cantos de la pantalla. Si las esquinas de esa ventana desplegable, te daban placer. Y te gustaba ese tipo de cosas, en esos momentos. Igual que te gustaba cuando te dije que frotases tus tetas con el teclado, y hundiese 2 dedos de tu mano, deslizandolos, abretandose con las paredes de tu vagina, notando tus pliegues contraerse, mojar tus yemas y apretaste tu mano honda. Para sentirte mas, frotandote el pulgar en el clito. Todo eso a la vez te hizo caracolear, en brincos de gusto. Te hizo cerrar y abrir los ojos, apretar tus finos labios, y despeinarte cuando acariciabas tu cabello si ese cabello corto, que antes cubrias con un borrito tejano, o con un pañuelo, o con ese sombrero de mimbres que te regale, y que tu dijiste haber perdido.
Luego hablamos un rato, compartimos intimidades, y nos relajamos, aunque yo no llegue a correrme, si me gusto. Pero como tu sabes, si no veo tu entrega total, no llego a gozar. No me importa no llegar al orgasmo, esa excitación y sentirte es para mí prioritario, y me produce un regusto muy agradable, es muy placentoro. Creo que eso no lo entendiste nunca, tal ves eso te frustraba. Pero, yo soy feliz así, y contigo lo fui Lea. Y en esos momentos, de tranquila felicidad, unas lágrimas me surgieron, movidas al ritmo de un silencio gozoso, se deslizaron por mis mejillas, y caían. Tu has llorado, Lea, a veces al sincerarnos, pero esas lagrimas, tan dulces y gratas en mi recuerdo, esas nunca te las hice saber. Si lees esto, tu sabes que eso es sincero, igual que lo fuí en todo momento contigo.
Tiempre te entregas, te das completamente, en el momento. Luego con el tiempo y la distancia, surgen tus dudas. Si repasas tus sentimientos, y sensaciones, entre tus diferentes amantes, y entre elegir la próxima vez, y divagas sobre quien te amara. Tus amigas Lina y Nora, saben de tus cambios, varias veces cambiastes tus planes sobre la marcha..., para salir conmigo. Y luego entre risas y bromas te sentias agusto, te encendias y simplemente paseando te sentias especial, y yo tambien te sentía entregada. Y cogidos de la mano, o con la mia en tu cintura te gastaba bromas, y hacia cosas que te ponian lindamente nerviosa.
Continuara.....
Soy español, y agradeceré sus correos, especialmetne si sois sumisas, y buscais un relación intensa, sin esquemas prefijados. Yo no descarto, esa posibilidad, pero todo está por ser, quien sabe... Tal vez, mantengamos correo electrónico.
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