Desvístete en cuerpo y alma para mí y entrégate toda tu sin vergüenza.
Conmigo, me transmites tu entrega en pureza de donación. Te siento, en todo el desenfreno de la pasión más fuerte, y en como dejas que te haga sentir domada. Aun sin cuerdas, sin esposas tú misma te me pones atada a mí. Quieres ser corregida en tus defectos y precariedades... Insegura contigo y conocedoras de las otras {esclavas}, te aseguras de darte más, para hacerme más feliz y así hacérteme imprescindible. A partir, de sentirte plastilina de carne, con tus mismos sentimientos te entregas otro tanto más y te haces más mujer sumisa.
Te tengo tomada de tus caderas y desde atrás, voy entrándote con fuerza, tras haberte tenido un rato deseosa, lubricada. Tu naturalezas se ha quedado prepara y desea el vértigo gozarse contigo. Quieres sentirme y deseas "saborear mi placer", como antes no creíste desear a nadie, incluso está por encima a la razón y a lazos de sangre. Es así, como me quieres sumisa, entrando en los límites de la "casi locura sensorial y emocional".
A ratos "se" que contigo soy un poco brusco, para "tras esos momentos" volver a serte atento y retornar luego a nuevos momentos salvajes y en que te hago sentir una "mujer en fiero celo". Te vuelves loca, necesitar abandonar "cualquier resistencia y ser tomada absolutamente. Quieres perder tus últimas reservas, me das cada segundo el "mando y control de ti misma".
Eres libre, y libremente ofreces tu libertad para entregármela, como "un todo" de ti misma. También tus secretos, me los haces saber y dices el gusto diverso que te doy en nuevas partes de tu cuerpo, que las que antes no habías pensado. Compartidamente, antes no diste, eras consciente de tu placer muy limitadamente
Quieres sentirte, con tu cuerpo estañándote al mío, tal como quien respira, come y vive por y para alguien, dichosa por ser quien eres y para quien estás destinada. Así vives ahora cada día, cada hora. No aceptas la demora y te me regalas más, aunque tengas que descompensar el tiempo con otras esferas de tu vida lo haces, y las acabas por empequeñecer, para que tu tiempo conmigo crezca.
Hasta, tu misma familia te puede resultar cargante y molesta, si te hacen retrasarte de estar unos momentos conmigo. Por eso, saliste de tu casa y zanjaste dos temas: tienes derecho a salir cuando quieras, y quien no esté de acuerdo en eso, ya sabe lo que hay Cuando, me notas excitado te pones mojadísima, cosa que antes te pasaba solo tras tocarte a solas (las veces que lo hacías). Tanto ha cambiado tu cuerpo, como tu misma mente. Pendiente de mis llamada y de nuestro tiempo, nuestros momentos son prioritarios y muy necesarios "para ambos", para ti son vitales.
La entrega de la sumisa, es continuada. Siempre se puede parar, ir a la puerta y salir. Lo contrario sería "sin valor". Habrá momentos en que la sumisa duda, deja su mundo y entra en otro mundo, adopta otra forma de vida y las hace suyas. Y acepta las recompensas y los castigos por su conducta y por sus comportamientos
Una sumisa, memoriza las conversaciones y los momentos vividos, una vez y cien veces. Siempre se reprocha pequeños fallos, ella misma, para disponerse mejor para la siguiente entrega. Poco a poco, la entrega de la sumisa va siendo incondicional (sin esperar ayuda económica, ni matrimonio).
La sumisa está informada, de todo lo que va a venir, de que tiene que dejar su vida anterior y que si tiene niños, debe hacer que encajen en la nueva vida. Por ello, las sumisas con "cargas familiares" dudan más, también se entregan más, pues tras resolver ese obstáculo, luego dan más, por haber sido entendidas. Y poco a poco, saben que hay que hablar mucho e ir adoptando todas las órdenes, poco a poco se van integrando en su vida. La sumisa, ha elegido a su amo por ser tal como es y ellas (como tu sumisa) es una parte inseparable de el. Si lo deja, se perderá ella misma y el retorno, de una sumisa, con un amo es complicado.
Un amo, aceptará a una sumisa, en ocasiones por segunda vez, pero le hará sentir una dureza tremenda, que ella deberá superar. No obstante, la sumisa que vuelve de segunda, hastiada de si misma y de su cobardía, está dispuesta a asumir las mayores pruebas (rondándole a veces ideas de autolesiones y suicidas).
La sumisa, se transfigura y se hace muy dependiente de su amo, lo necesita y su vida anterior no tiene sentido. La sumisa, añorará continuamente aquellas pruebas y tareas que le fijaba su amo, y necesita "adictivamente" aquella tensión, llegando a realizar a solas, rutinas pasadas y llorando muchas veces.
La sumisa necesita ser inspeccionada, a veces pierde la gana por completo de ansiedad. Los nervios están hasta que está con su amo, pudiendo llegar a necesitar ser alimentada por el. No hay reglas fijas "sumisa", igual te pediré que tengas tu coñito y axilas depiladas, como te haré que te dejes crecer esos pelos, para que no te confíes en conocerme en exceso. Además de querer verte sin pelos, abras depilarte integralmente, cejas y cabeza también. ¿Si, eres capaz o no?
En el baño, debes dejar que el agua caiga, pensando en mí y luego secarte ponerte una crema u otra en función de que me hará desearte más, sabes mis gustos y los recuentas, cual una lista de deberes y deseos que intimizas. Tu maquillaje, es sencillo y cuidadosamente colocado, debes lucir perfecta.
Tienes que presentarte, como un cuerpo lleno de tentaciones y lugares que te hagan deseable. Oyes cada comentario que te hago, y lo guardas en tu cabecita, para ponerlo en acción, lo antes posible claro. Tus ojos y boca son una tentación, y el maquillaje puede ponderarlos.
Por otro lado, tu ropa íntima sabes que me gusta que la varíes con regularidad y que el negro, es un color que no me pone "en absoluto"; no obstante, a veces te he hecho buscar algo y ponértelo, siendo de ese color, es por el momento y para que lo preveas todo, incluso un deseo "distinto". Me gusta ver tu cuello, por eso a veces te felicito, por recogerte el pelo (de tu cabeza) y otras ocasiones lo veo suelto y lo acaricio (en esa media melenita que te dejas).
Debes de vencer tus vergüenzas, pues no estás sola nunca estás conmigo. Puedes llamarme y pedirme mi opinión o ayuda. Sabes, que buscaré el momento para contestarte y que te hablaré de inmediato.
Conmigo, te siento con tu corazón acelerándose, tus manos se mueven nerviosas (a veces toman algo, otras se frotan o se agarran a una parte de tus vestidos). Tu boca, se queda seca y la humedez de tu sexo se inicia al anticiparte conmigo, recordando cosas.
En ciertos momentos, no sabes como comportarte. Pues aunque, a ratos te prohibo mirarme a la vista, otras veces te digo que me muestres su brillo. Hablas bien, pero conmigo tus nervios te traicionan "sumisa". Es buena señal, se que te importo y que te ves conmigo, pero dudas de ti misma y te quieres mejorar, "como de ser".
Te acaricio tu espalda, desde la tira trasera de tu sujetador, bajo por los costados y toco tu culo. Meto la mano, bajo tu falda y toco tu braguita, la descorro y rozo tu triángulo te placer. Mira, "perrita" que mojada que estás, miras al suelo Yo insisto, y acelero y aflojo el ritmo. Y ahí solos, o en un sitió tranquilo, te fuerzo a mirarme. En un momento u otro lo necesitas, mirarme a la cara y hasta a los ojos y así llegas al placer, aunque ello te reporte un castigo Me necesitas ver. Acaricio con una de mis rodillas a las tuyas, y rozo tus muslos. Luego rozare tu coñito y llevaré la tela del canal de mi pantalón, manchado del flujo de tu placer, que fluye abundantemente.
Es tu sello, marcarme con tu "liquido destilado" por ese coño, tan afamado que tienes y que ahora esta enviando golpes de lubricación, como olas que bañan tus muslos y empapan la tela de mi pantalón (del mismo modo, que han empapado tu tela de braga). La secante de tu braga, ahora se puede llamar "esponjante" de lo empapado que lo has dejado.
Un día probaré a ver si se puede exprimir esa parte de ti, y por cada gota te clavaré un alfiler en cada una de tus tetas. Serán los alfileres como banderillas. Los pezones admiten estocadas de alfiler, más hondamente. En la teta también te las pongo, pero tienen más complicaciones, y me gusta que los alfileres cambien de lugar. Los pinchazos en la teta, penetran por los conductos lechosos y las venas y capilaridades tan abundantes
Luego te enseño mi mano, lubricada y con roció de tu coño, la ves y la hueles. Tal vez quieres lamerla, pero no te dejo. Es más, para ponerte más caliente. Me lamo mis dedos ante tu cara y pongo la lengua entre dos dedos y la aprieto.
Me lamo los dedos: y tú piensas y sientes como si te lamiera entre tus labios, te mojas más y te frotas con mi rodilla. A veces, de tan caliente, me pides permiso y remangas mi pantalón, lo subes y rozas tu coño desnudo con mi rodilla.
Mi rótula se encaja bien, entre tu coño, y así agarrándote a mí, o apoyándote a algún mueble o a la pared, te corres "como la caliente hembra que eres". La ansiedad y excitación se prolongan, pero finalmente (salvo si has cometido algún fallo grave), te haré venir y te llevaré luego, para tenerte desnuda por completo y gozarte en la intimidad.
Y algunas veces, dejaré que tengas mi verga entre los labios de tu coño, y te diré que la aprietes con tus paredes vulvares. Y mientras te sostienes en mí. No llegaré a correrme en tu coño, no aún. Pero, si has sido "especialmente buena", me correré en tu boca y te la tragaras toda esa lecha, acompañada con un zumo o una coca-cola, tal vez agua mineral.
Pero, un par de veces, me pediste quedarte con mi "entero sabor" a polla y a leche, y así te masturbaré, arrodillada y te corriste dos veces (según me dijo el temblor de tu cuerpo, tu mirada y las presiones de tu boca en mi pene).
Estemos donde estemos, si es fuera de casa, deberás incorporarte y moverte así, con tus bragas de lado, sin colocarlas. No te dejaré que te cubras, y si es de noche sentirás la cariaría del aire y ese frescor "oscuro" en tu coño mojado, que sigue destilando gotas. Cosa, que apreció, al pararnos en ciertos momentos, y ver gotas en el pavimento o embaldosado. Y entonces te digo: mira como gozas, parece que a tu "gatito" (tu coño ), le hace falta más y de hambre de mí me está llamando. Te ruborizas, aprietas mi mano y te asientes, así pillada conmigo Pero te das, amorosamente "sumisa" eres mía y sabes que te darás más, para apartar a "cualquier otra posible gata". Por si acaso te esmeras en cuidarte y te aguzas las uñas y el ingenio "entregadamente" enamorada y deseosa de vivir conmigo tu días y tus noches todos los segundos en que tienes razón y consciencias, pero de dormida también eres mi {[esclava]}__de_K