Soy esclava transexual, de una mujer 4
Cuantas veces, se queda sentada en su cama, o en una silla que sirve de percha y levanta su pie. Se lo que quiere, le doy masajes con mis manos y ella se apoya en mis hombros, en mi vientre o muslos. No tiene que decir más, se que quiere que la lama y sorba sus dedos.
He aprendido por mi misma, que le gusta que coloque la lengua entre cada dos dedos, y le de mordisquitos. Lamo y beso sus tobillos y el talón, y por encima del puente de su pie. Y miro, todo el largo de su pierna, y me siento excitada
Me hace el amor, me hace estarme quieta o moverme a sus indicaciones. Me hace sentir de ella, y con sus atenciones me siento guapísima y el resto me da igual. ¡Igual del todo!
Me depila íntimamente, me acaricia con sus dedos y su boca mis testículos. Siento que me enciende otra vez con sus lametones. Y quedo deseosa, de que haga lo que quiera conmigo. Soy suya, en casa, en la calle y en la cama. Me hace sentir sus morreos, como las más tiernas caricias.
Estira mi colita, me la tensa y se pone a succionármela. Me siento toda de ella. Con uno de sus dedos salivosos, encremados o con gel de baño, me recorre el círculo de mi ano.
Me puntea, me roza y manosea, y entra dentro. Me siento caliente y bastante zorra. Pero vivo y soy de ella, que me hace suya y paga mi parte del piso.
Su fluido me gusta, se lo tomo y ella me dice que trague su leche. Me entra mucha cantidad y se me sale por la comisura de los labios. Me vienen ganas, de que vaya a más y me folle con un vibrador. Se que antes o después eso lo haremos.
Algunas veces, mi ama me hace bajarme las braguitas o tanga, y hade colocarme sobre la silla y me da tandas de diez azotes en cada nalga-. Esa sensación, sentir su mano y las caricias que se intercalan con los azotes, a su antojo me hacen sentir tremendamente excitada. Y luego se, que antes o después, habré de limpiar la humedad de su vagina (como es mi obligación, de sumisa enamorada).
Sus azotes son seguros, seguidos y certeros. Van cubriendo diferentes zonas de mis nalgas. Siento que a veces, se me quiere levantar la colita. Ella se da cuenta y para, par evitar una eyaculación espontánea. Que bien me conoce y como me hace ir por donde desea. Con su manera de ser me marea, me saca fuera de mí. Mis deseos brotan y son enteramente manejados por su ritmo y por su voluntad.
Pero, prefiero que surja como algo de ella. Ella, me hace sentir como toda una mujer, muy sumisa de ella, mi estrella. No concibo mi vida, sin dejarme entre sus brazos retorcer.
Me cogen las ganas, de ser siempre suya y de nadie más. Y finalmente, me ensancha el agujero de mi ano, utilizando dos de sus dedos, como si fueran una polla. Me siento, bien dilatada, por la maestría del toque de sus manos. Deseo, que empuje bien dentro. Mientras, se apoya con su cuerpo desnudo sobre mí.
Me gusta su olor, su sabor, lo que me hace. Quiero gritar, que me meta cosas, aunque me duele un poco. Si pone crema mejor, pero aceptaré eso y lo que ella quiera. No sentí jamás, el placer que ella me da. Ahora siento eso, apretando mi cara a la almohada. Estoy a punto de correrme" y me siento henchida, mientras me bombea con sus dedos. Y me los hunde intensamente, bien hasta llegar al fondo (hasta donde le llegan).
Me siento enculada, llena y quiero que siga mi ama, mi amiga. Quiero que deje esos dedos dentro y en mi desvarió, desearía sentir toda su mano dentro de mi". Me deja recuperarme, y luego me dice que la lama toda: los pies, las pantorrillas, sus rodillas. Me hace parar.
Las manos, con todos los dedos, los antebrazos y los codos. Me enrosco en ella. Lamo el sabor fuerte de sus axilas, me siento marear de deseo y me dice que la lama: puesta de espaldas dice que empiece por la nuca, tras las orejitas. Los hombros, los costados y se me abre. Me dice que me roce ton ella. Me hace poner con mis muslos, sujetando en "V" su cuello, y me pide que le coma las nalgas.
Me tiene loca, me dice que me alargue y le meta entre sus nalgas mi boca. Y mi lengua se alarga, y así me esfuerzo en ella. Me dice que muerda sus nalgas, que me deje ir. Me muestro afanosa, me sumerjo entre ella. Siento que rozo su cuello con mi "colita", y con mi chochito (que es como ella llama a mi bolsa, con los testículos). Me siento bien, la como, la bebo y de sus olores y sabores me embebo.
Y luego, me dejo caer a su lado. Me mira, me hace sentirá su lado, acompañada y deseada. Y me dice, que no cumpla con lo que quería antes, que era operarme de la colita. Me dice, que soy de ella, y que ella también disfruta con mi "rabanillo". Y que soy de ella, y estoy de acuerdo soy de ella, para ella vivo y de ella soy.
Me hace mirar en el espejo, y ver si al cabo del día, queda algún rastro de sus castigos o algo de bello. Esa será la tarea, para el día siguiente: corregir lo que ella indique como inconveniente...