Transformé en ti mi deseo (para ser: todo lo que es una mujer).
Ella lucía una minifalda, que a cada cierto rato se estiraba -de forma reiterada, insistente y semiinconscientemente-. De tan corta que era su ropita, junto con lo entallado de su top, me hacía irla mirando y deseándola cada vez en un grado superior.
Mi corazón empezó a entrar en calor y entre mis piernas el deseo se estaba desatando (cosa evidente, para cualquier observador y ella ahí me miró e inmediatamente se percató de todo ello).
Bajo su falda se le marcaban unas muy bien formadas nalgas. Bajo su top, se resaltaban perfectamente, los gemelos pechitos, se le pronunciaban haciéndome ganas de irlos a sujetárselos (notarlos masajearlos, sobarlos con todas mis ganas).
Más tras mirarme ella un momento, le noté que se le marcaban las formas de sus pezoncito, proyectándose sobre la tela, ya que sus rosados botones, estaban empujándosela.
Su mirada se le enturbió -bastante- y sus ojos me enviaban unas chispitas de emociones y ganas de sensualidad, mezcladas con picardía y el sentirse admirada, hurgada íntimamente y enfebrecida.
Su ropa, como otras tantas veces, daba la impresión de ser escogidas para ser rellenadas con sus justas medidas y para sus cualidades realzarle aun más. Así mirándonos, la conversación en los matices fue caldeándose y haciéndose más intima.
Tras lo cual, ella se animó y me pregunto: si me gustaba como vestía. Le contesté, que era evidente que ella me atraía, en como vestía y como era. También me gusta su manera de moverse y de hablar, el sentarse a mi lado y el rozarme con su cuerpo o su brazo, rozándome a mi costado y haciendo alocarse a mi corazón.
Me preguntó, si no le parecía muy descarada y si no mostraba de más. Eso me extrañó, por inesperado. Pero me dio la ocasión de tomar su mano y decirle: ¡Puedes variar tu modo de vestir, si piensas eso!
Más a mi me gustas, vestida como vas (y desvestida también). La ropa te puede tapar más, pero a más de uno "nos pones" a mil Cari (su nombre es "Caridad", pero tiene el doble sentido de "Cariño").
Ya, pero aunque antes me gustaba más no se, creo que cambiaría de vestir si alguien parecido a ti me agradara (y se me quedo mirando, con su mano la sentí temblando y sus ojos se me fijaron). Yo, a veces pienso que enseño demasiado. La mire y me respondió con una mirada honda.
Y le comenté, que si quería cambiar, porque no probaba con otra ropa. Y me contesto que con cual, si todas sus prendas eran de parecido estilo (short, camisetas, blusas y tangas pequeños, mini braguitas e hilos dentales, falditas cortas y buzos ).
Le comenté, que podía ponerse la ropa de su hermana mayor. Me miró como sorprendida, pillada en falta. Seguro que lo has pensado y hasta te la has probado en privado. Si, es cierto: de pleno me has adivinado.
Pues solo has de dar el siguiente paso, pero me gustaría estar contigo cuando hagas la metamorfosis usando la ropa de "Espe" (Esperanza su hermana, seis años mayor que ella),
Vaya, me eres chismoso y un poco mirón no : -). Pero dijo eso más como cumplido, en tono agradecido y hasta con picardía en sus ojos y en la sonrisa que en su cara se le esbozó. Me comentó que ahora no había nada en casa.
Entonces, vamos que se hace tarde y creo que la sangre a ambos nos arde. Ella tenía igual que yo, 18 años y aunque lo dije medio en broma, ella sonriendo aceptó, pero me dijo puedes venir y mirar, pero no garantizó más.
Acepto, y en eso fuimos todo el camino, dicharacheros y bromeándonos, surgió algún piquito (beso), como otras veces, pero ahora eran más sentidos y duraban más. Estábamos excitados, con los que íbamos a hacer.
Yo ya la había visto en bikinitos y en top, es decir sin la parte superior. Pero esta vez, al desvestirse me pidió que si ella se iba a desnudar, me quería ver también desvestido a mí. Acepté y me quedé vestido solo con mi slip.
Ella se me paró un rato, y la sostuve por sus caderitas, suaves y más deseables. Me acerqué y le besé su vientre y la mínima barriguita. Le hacía sentir mi respiración sobre sus braguitas y ella agitaba las tetitas con su respiración, con la emoción y con la premonición de amor.
Mi pene, dentro de mi slip se me marcaba, a cada segundo más y ella me acarició la cabeza, me abrazó al levantarme y se rozó suavemente conmigo, sus muslos entre los míos. Mi pene el vientre le presionaba, ella lo notaba y lo aceptaba. Y procedió a seguir, con su transformación.
Su culo era redondo, suave y se mostraba lleno y bonito. Sus tetitas de mediano tamaño, se presentaban erguidas. Sus piernas y sus brazos, largos y torneados me acariciaban y me hacían sentir la magia del momento y yo junto a ella me extasiaba. Fui alargando el momento, mis manos la rozaban con cariño, con mimo, con sentimiento de un enamorado suyo desde los 16 años.
Su cintura era finita y nos dimos besos con la boquita, la lengua de cada uno al otro ensalivo y se junto conmigo apretándose más y más. Con su cuerpo, apretado al mío me sentí muy feliz, sentí que ella era perdiz al alcance de mí, que me sentí cazador (y cazado a la vez).
Que bendición sentirla a mi lado, con su cuerpo entallado, recorriéndome con sus manos, mirándome con sus ojos y siendo suyo en la intimidad, de la habitación de su hermana Esperanza.
Le comenté lo bien que me sentía, con ella y la morbosidad del momento. Ya habíamos tenido caricias, incluso sexualidad, pero estar en su casa desvistiéndose para mí, en la habitación de su hermana, a mí me puso a mil.
Se lo comenté y ella me respondió, que lo mismo le pasaba a ella, que junto a mi se sentía más bella y se reblandecía toda. Que esta vez, era como una renovación de nuestra primera vez.
Con sus manos, fue bajándome mi slip, para tenerme todo para ella. Me sentía siendo desvestido por una estrella y me empezó a acariciar. Toco con alguna ropa de su hermana extendida a un lado de la cama, con el armario abierto (las puertas descorridas).
Con su mano empezó con mi "pilila a jugar", su mano la sentía pasar: de abajo a arriba, para volver a bajar, y apretarme un poco. Sentí la puntita de sus dedos, y como se percató de que me salía un poco, del masculino moco, lo tomo con sus dedos y se lo chupó divertida.
Le hundía mis dedos por atrás, en el regato de sus nalguitas. Le llegaron los dedos a su cosita. Levantó un poco su pierna y mi mano se coló entre los labios de su vaginita. Se la frote, me empapé de su fluir de mujer.
Nos abrazamos, nos tumbamos en la cama. Le acabé de sacar la braguita, con su colaboración nos masturbamos y mientras nos mirábamos. Nos acercábamos al placer, más ahí parábamos para volver a seguir. Que bello era existir y darse amor en los brazos de ella.
Se puso estirada, esperando mi entrada. Me coloque encima y le entre, me moví y la miré. Me aferró y me tomó a mi, tanto como yo a ella. Me movía y sentía la blandura y calentura de sus "coñito" latiendo, apretándome por dentro.
No me dejaba salir del todo, sus manos me tomaban y hacia ella me impulsaban. Se me ablandó y me pidió que la dejara gozar, reteniéndome yo de explotar.
Con esfuerzo lo logré, retorciéndola y ondulándose. Bajo mi su cuerpo meneándose y haciéndome desear cada segundo más. La sentí llegar a orgasmar, durante dos minutos estuvo en la cima. Me gocé en hacerla mía y en respirar de su íntimo clima.
Me arrodille y la lamía, con embeleso. Le fui dando de tanto en tanto un beso y ella me acariciaba y se recobraba a la vez. Y sentí que recobraba la respiración y dejaba de boquear como un pez.
Me puse otra vez, encima; más ella se quiso ponerme a montar, para llevar el ritmo esta vez y sentirme acercarme al placer y hacerme enloquecer. La ropa, de su hermana se caía y ella con más ansia se me metía, se subía y se dejaba caer. Su "toto", su coñito, me apartaba y me mamaba y se amoldaba a mí.
Así seguí y seguí entusiasmándome, aunque resistí un buen rato hasta que no pude más. Ella lo acepto, alargo su mano y tomo del cajón de su hermana un condón. Si lo puso antes ella ahí, o si su hermana los tiene en eso sitio no lo se. Pero me daba igual.
Me enguanto, abriendo el sobrito y encapuchando a mi pene, que quedó entubado con ese plástico fino. Y con mi "verga" resguardada y protegida, se me puso a montar. Se dejo alzar, y se dejaba caer clavándose sin piedad. Me desborde dentro suyo, y me tuvo en vilo, impidiéndome gozar hasta que le llegó su placer.
Se sumaron los dos goces y me sentía estando desfallecer y muy feliz de verla tan entregada conmigo, me recreaba con sentirla a ella encima de mí. Mi vista se me perdió y ella me tomó a mi, tanto como le plació.
Luego nos tumbamos, nos hablamos. Nos duchamos con risas. La sentía ponerse en papel de compañera de vida. Se vistió con ropas de su hermana, desde bragas y sostén, un pantalón de vestir finito y una blusa con un tacto de satén. Ignoro de qué tejido es, no se lo pregunté, más pensé en el satén, por lo sensual que dicen que es (según dicen).
Fuimos a pasear, tomamos algo y nos quedamos a cenar, en un restaurante de buen nivel. Ella me dijo, que desde hoy te considero mío y que no bromees con ninguna más. Me dijo, que en mi tendrás todo lo que una mujer te puede dar, solo quiero que me seas fiel. Me beso, me tomó y acepté.
Puedo decir, que se me declaró y me aceptó todo en una sola vez. Y le comenté que sí, que desde hacia dos años, desea tenerla como mi novia y mi compañera. Me sonrió y me dijo, ya lo entendía así. Por que te crees que me visto así, es para ti (para ella sentirse bella, pero en función de agradarme a mí).
Por ti también, me transformé y en ti deseo ser todo lo que es una mujer. Me gusta sentirme piel con piel, me dijo y que a tu lado siempre me siento tan bien. :-) Me gustó, me lo contó sentidamente, se me lo confesó enamorada. Contigo quiero ser yo misma y ser todo el sexo femenino a la vez, por ti y en ti Gabriel