Pienso lo que será, que modifiques tu ropa para mí.
Pienso lo que será, pasar juntos todo un fin de semana: desde
la tarde del viernes a la mañana del lunes...
Tengo 45 años, 1,75 m. Pelo rubio y constitución delgada, ejerzo en la intimidad
como Amo, aunque no siempre y ella tiene 46, mide 1,66 m. es morena, un poco
rellenita, de ojos verdes y es mi esclava sumisa, aunque no siempre.
Nos conocimos hace tiempo, y comenzamos a hablar como amigos al principio, luego
como pareja después de unas semanas, luego intimamos sexualmente y las primeras
relaciones normales fueron haciéndose un juego erótico y más intenso cada día
,
Un la relación, entró en la fase de estar necesitada de algo más, habían algunos reproches o deseos que no podían realizarse por circunstancias familiares y ambos los pasábamos muy mal unas veces y otras muy bien; pero nuestro deseo era vivir como pareja y estar juntos, todo el tiempo (ella vivía en su casa, con su marido y tenía obligaciones con sus hijos casados y con su madre viuda-.
Pero ella fue aceptando que le pidiese cosas y a la vez complaciéndole en esos descubrimientos; pues con toda su vida de mujer casada y madre estaba falta de ciertas experiencias. Y en los momentos que podía, me los dedicaba llamándome, conversando y añorando tener un encuentro más largo y en real. Pues, la amistad era casi siempre a distancia (vivimos en diferentes ciudades y eso es un obstáculo).
He pensado en estar con ella, en un cuarto y acariciarla, besándola y abrazándonos y sin desvestirnos ninguno de los dos. Le aflojaré el pantalón, que es la prenda que suele llevar abajo y le bajaré la cremallera y mi mano entrara dentro de sus bragas. Ahí dentro, me demorare, lamiéndole el cuello y las orejitas, también llegaré al nacimiento de su espalda, y subiré hacia arriba, con la otra mano. Ella ha de estarse sujeta a mi cintura y sostenerse así depiles o apoyada sobre una pares.
Me gusta estar largo rato mareándola a base de bien, mostrándole la locura y el agradecimiento por haber venido y por dedicarme este fin de semana (que ha tenido que combinar con una amiga, para poder estar conmigo). Luego le bajaré el pantalón y le sacaré la braga, me la guardaré e iremos a hacer cosas, juntos y durante un buen tiempo. Ella deberá elegir una falda, más o menos larga e irá de mi mano pero sin llevarlas puesta. Si se le cae algo deberá bajarse a recogerlo.
Y eso será durante cuatro, seis u ocho horas. Iremos por sitios concurridos e imagino que ella tendrá la vivencia de que todo el mundo lo sabe, creerá que es evidente que no lleva nada bajo su falda. Se que ella lo pasará fatal, pero a la vez vivirá todo con intensidad y aceleración y con un enorme morbo.
Esa noche, o solo entrar en nuestro cuarto la tomaré; sin que deba sacarse la ropa. Puede ser apoyada a la puerta de la entrada o sobre un mueble de la salita o comedor; pero no en la cama, que eso es demasiado cotidiano.
La palparé y le haré separar las piernas; le iré desabotonando la blusa o le subiré el jersey. Luego le soltaré el enganche del sujetador. Aún no le he hecho modificar los que tiene, quiero, que lleve sujetadores y bragas o tangas con cierre de "velcro" para estar más asequible y de esa forma tenerla dispuesta-.
Si va así, es fácil que mi mano note el termómetro de su excitación. No solo con su voz, la expresión de su cara y ojos; también con la rotundidad de sus tetas endurecidas. Pero principalmente, con mi mano entrando y pudiendo sacarle la prenda, en los momentos y sitios más insospechados (si no le he sacado más veces la braga o tanga, es por que no es tan fácil sin llevar velcro digo-.
Esa primera noche la notaré muy mojada, incluso me detendré a ver hasta donde han llegado las hileras de gotas de su excitación. Con buena luz y vista es posible notar todo eso y con una esponja, la asearé calmosamente, deteniéndome a ver cada expresión de su cara y ojos. También estaré atento para ver como se mueve una u otra parte de su cuerpo; especialmente si tiene actos reflejos para separar las piernas o taparse los pechos o la cara.
Me dedicaré a ver si abre sus labios bucales, si muestra los dientes alelada o si bien, los aprieta y se muerde lo los labios o la lengua. Es posible, que frote dos dedos, sobre las pruebas de su excitación y se los muestre, se los haga olfatear y lamer. Para acto seguido estimularla no una sino varias veces
La llevaré a gozar del amor sin siquiera poder tocarme íntimamente, a lo sumo se sujetará a mí cintura u hombros, al cuello o a mis costados. Luego, la dejaré reclinarse o ponerse boca arriba y boca abajo, girarse y mirarme. Y pondré alguna música y así le dilapidaré las reservas de humedad de su intimidad, haciendo que surjan más y más fluidos. Veré, cuantas veces son las que resiste, cuantos embates de maremotos de orgasmos y sabré si hay una gigantesca ola Tsunami, la cual la haga sentirse más mía. Y todo eso sin quitarme mi ropa, excepto la chaqueta o la ropa de abrigo, con mi corbata y el traje puestos. Se que en un momento u otro, me sacaré la chaqueta. Pero eso será cuando ya esté gozando, y afanosa en verme algo más.
La primera vez, podrá apoyarse mientras goza sobre mi pecho, la segunda desabotonarme un par de botones de mi camisa. Y la tercera, ella podrá desabotonar lo bastante, de mis ropas para pasear su mano desde el elástico de mi slip "underwear", hasta el cuello (que lo haga por encima de mi camiseta o por debajo queda a su elección siempre sin poder tocarme dentro del slip, ni palpar mi paquete-).
Y desde entonces, habrá de modificar su ropa así, como ahora se entera por estas letras y habrá muchas veces más, con esa transformación de su ropa interior, y con la asimilación de un próximo encuentro y dar paso al principio una nueva fase de amor. Ha de cumplir a toda hora, los deseos que le exprese. Yo se que, a ella cada vez le gusta más que yo le pida excentricidades de amor y dominación. Y a mí también, me encanta su plena disponibilidad...
Y esa tarde y noche de viernes, se prolongará en un sábado y en un domingo ambos completos-. El lunes, regresarás . a una vida corriente y sencilla; mientras no des el paso, de venir a vivir conmigo definitivamente.
Kharlo