Tú no oprimas mis manos.
Tú no oprimas mis manos.
Llegará el momento duradero,
con pausas de tiempo del reposar que nos otorgamos;
luces y sombras vienen, entre los entretejidos dedos.
Y diría de darme más y mas: :{{{lo quiero y lo puedo}}}, nos
sentimos lances toreador y ruedo de felicidad en el cuarto (por nosotros) se
lograron.
amarte, marcarte es lo que mis pensamientos desgranaron,
siento que eres mixtura de pan, de queso y de vides, teniéndote entre mis
dedos».
Tú no beses mi boca.
Vendrá trabajosamente, el instante lleno;
paréntesis de luz menguada, en que estaré entre tus labios;
te ensartarás sobre mi mojado anzuelo.
Y dirías: «La amé, pero no puedo
amarla más, ahora que no aspira, para conseguir mas de conspiro con empeño,
el olor de retamas de mi beso».
Y me angustiara oyéndote,
y hablaras loco y ciego,
que mi mano será sobre tu frente,
cuando rompan mis dedos, y se bajarán sobre tu cara llena;
beberás con ansia de mi aliento.
Quiero que me toques, lo deseo y lo espero;
hablamos de todo durante nuestra entrega
con acogemos agrazados tomandonos con desepero, te me entretego todo, sincero y
entero,
Tu piel, tu cara y tu ser estén en piel y cuero,
y tú cuello se estira, te ayudas de tus manos para que tu boca me beba,
en el placer que me das te confieso que me siento nuevo. Mi ser retorciéndose,
volteánsode tendido e insistente en ti se ceba.
Porque por tus regalos de amor me restrillas,
conforme y briosa de goces me das tu suero,
tu cuerpo y el mío entre roces del tiemblan y en sudores brillan,
y siento que mi masculinidad del todo te cuelo.
Es ensueño y carnalidad, lo que me otorgas de unos modos
sabios;
se te parte en mitades la voz, y gemidos de tu pecho pronuncian tus labios:
¡Me acoges con tu carnalidad, y me posees entrándote e hiriéndote en tu nido de
modo certero;
es un columpio de carnes, lindo y zalamero!