Mi sumisa, va conociéndose III.
Te das en la entrega más total, cada día un poco más. Vas reconociendo que, aquello que tienes no significa nada, si no puedes tenerme contigo todos los días (al acostarte y al levantarte). Y, como bien sabes, en mi tu tienes suficiente confianza; y también si eres sincera, puedes decirte a ti misma, que tienes a alguien a quien amas más que te quieres a ti.
Y esa persona, "imprescindible para ti" sabes que soy yo. Te doy sentimiento de confianza y seguridad. Te arropo o te aligera, de vestidos y en la cama, de prejuicios y preocupaciones, te compartes en grado sumo. Vas colmándote de mí, en todos los sentidos habidos y por haber.
Te dices que, debes estar segura de "todo aquello" que sientes y de lo que deseas tener. Pero, con todo, sabes que eso debe ser una mayor entrega y que conmigo encontrarás una complacencia "máxima". Quieres llenarte de alguien, a quien llamas y que soy yo tu amo. Mediante tu "completa entrega" te redimes de tu infelicidad, de tu pasado y de reproches. Conmigo, entregada "sin límites" consigues equilibrarte física, mental y emocionalmente.
Por lo tanto, aun dándote de todo, es ese un escaso tributo al tener a quien amas, completamente para ti, aun sometiéndote a recibir a veces unos azotes, sentir en ti algunas ataduras e quedarte presa de inmovilizaciones. Tu mente se dispara, aun estando aparentemente incómoda, y la incomodidad cobra sentido y esperas que vengan algunas dosis de dolor a tu cuerpo, para degustar como yo (tu amo) siento eso y me vas cediendo el control de tu mente, cómplice conmigo.
Antes vivías equivocada, estabas fuera de ti. Ahora estás en ti y conmigo, segura de lo que quieres Sientes, lo que quieres sentir y aun mudamente pides más. Soportas el grado de dolor, porque quieres aguantarlo, sometiéndote a tu amo (a mi) porque quieres estarme sometida.
Obedeces, porque quieres sentirte llevada, tomada y no te basta una relación superficial. Estar juntos unas horas y luego volviendo cada cual al mundo de de cada uno, eso es insuficiente. Quieres irte profundizando en mí, notas como estoy enraizado en tu persona. Eres como una estatua de carne, sin manos sin pies, descabezada. Si, tus pies te han traído a mí y te agarraste con tus manos a mi personas, a la cual te aferrarías aun siendo alambre de espinos (que no lo soy). Y tu cabeza, está llena de mí, llegaste a darte, tras meditarlo mucho.
Ahora, estando conmigo, tu cuerpo, esta desprovisto de pies y manos, sin cabeza y así te me entregas mas totalmente. Tus pies van donde digo y tomas y dejas lo que te digo. Tu cabeza, se llena de cosas nuestras y construyes un universo para nosotros. Cada cosas que te digo, la guardas en tu almacén mental, pero sin aparcarla, la injertas en vivo; y de ese modo, desde entonces las vives despierta, en tu diario existir. Pues, estando acompañada o no estoy en ti.
Tu entrega, es algo que representa un continuo reto a tu orgullo y entre los dos, tu misma y yo tu amo, vamos tallándote como sumisa; parecidamente a como un artista gemólogo talla a un diamante. He visto su evolución, desde el estado bruto, hasta el esplendor de una lágrima esplendorosa. Necesitas la intimidad y mi dominación sobre ti. Y yo necesito la intimidad y tu sumisa entrega, que has de venirme demostrar a diario, despojándote de tu orgullo (o haciendo orgullo de tu manifiesta entrega a mí).
Puedes demostrarte y demostrarme a mí, que puedes hacer lo que quieres. Sabemos, te sientes atraída por mi, cual una mariposa nocturna; vienes a tener conmigo, la luz de la sensualidad y el cariño conmigo, tu amo. Vas acostumbrándote a estar conmigo un ratito casi a diario, más es un ratito y quieres más.
Que será prepararme la ropa, plancharla y doblarla sabiendo que es para mí. Y conste que sabes que otras manos hacen eso, unas veces una persona y otra. La ropa esta preparada, más lo hacen sin el amor y dedicación que lo harías tú, para mi.
Del uno hacia el otro, hay necesidad y amor, también admiración. Ya no te sientes aquella mujer envuelta en una vida fría, carente de alimento de amor y que no encontraba sino sufrimiento y escepticismo en su entrega. Nuevamente, tienes alegría en tu vida y en tu cara y mirada ello se refleja, como cuando eras un adolescente.
No puedes dejarme, cuando te alejas por unas horas de mí me empiezas a extrañar y surge el sentimiento de necesidad de mí. Creo que me admiras, más yo también te admiro a ti. La fantasía y la realidad, se mezclan con el amor y la entrega "de ti misma" que haces en sumisión a quien quieres pertenecer (a mi a tu amo). Temes que pueda fijarme en otra, que me canse de estar contigo y que lo dejes todo y luego surja alguien nuevo, otra sumisa. Más, cuanto más te das más puedes ser tomada y más me ocupo de ti.
Almas parecidas, como la tuya y la mía no hay tantas. Entro en lo profundo de ti "sumisa" y te descubro ciertos matices de perversión y de entrega; son esas carencias que has arrastrado desde niña. No se han ocupado de ti, como has necesitado. Quieres ser comprendida y ser todo para alguien. El dolor, la humillación son palabras, que son expresiones, de cosas que quieres darme y que sin amor no me darías. Das, esas parte de ti, por amor a quien amas, a mí tu amo.
Mi voz y el verme a diario son tu necesidad, como comer y beber, como respirar. Los días, dejan de ser solo tiempo, para convertirse en ocasiones de compartirte conmigo. Te descontrolas, solo de saber que vamos a estar unas horas más juntos. Empiezas a necesitar pasar los días completos y un día tras otro conmigo.
El vicio de existir como unión, como pareja estable es algo real. Quiero compartirme por entero y notarte a ti, ahí sumisamente exhibiéndote para mis ojos. Puedo, castigarte por algún comportamiento tuyo. Pero, quiero sentirte a mi lado, para acariciar a alguien, que ha nacido tal cual eres tú. Se que ahí estas bien dispuesta para mí, como la mitad de mi mismo; como tu debes de saber que yo soy la mitad de ti
En los fallos, experimentarás un dolor hondo y tu corazón se angustiará de la decepción de no ser como debes y quieres ser para mí. Y por eso, el castigo y cierto grado de dolor, no harán sino apagar ese otro dolor que es más existencial y más duro. Y tus ojos, podrán mirarme y reconocerme en todo lo que nos rodea, cuando estés conmigo las 24 horas del día, los 7 días a la semana, los 365 días al año, el resto de nuestras vidas.
Y en todo momento serás mi sumisa, que se entrega voluntariamente a mí, en cuerpo y alma. No importa, que tardes en madurar la decisión. Tú llegarás ahí y por mí "enamoradamente". Cruzarás los límites, de cualquier otro apego social. En mi mano, pondrás las riendas de tu vida. Tendrás consciencia de ello. Yo deseo que llegue ese momento y necesito escuchar de tus labios que vas a cruzar el puente de unión, para venir a mí y quedarte definitivamente conmigo
Te sientes niña y mujer, a ratos ambas cosas a la vez y otras veces muy caliente o muy simple en tus sentimientos, en tus vivencias. En otros momentos todo se complica y se enrarece y deseas que te tome, que te vuelva y te abra, dejante a ti misma expuesta y ofrecida totalmente para mí.