SE NECESITA INTERINA
A veces, surge una segunda oportunidad, que arregla un destino sin sentido
Aquella mujer, parecía perdida y desvalida. Malvivía haciendo trabajos domésticos, recogiendo cosas en los contenedores y vendiéndolas y hasta pidiendo limosnas. Ella no era una pedigüeña, simplemente carecía de recursos. Pedía para comer, y para tener un techo. Preferentemente se ofrecía como canguro de niños, bebes y de ancianos. Tenía un buen par de brazos, estaba sana físicamente y quería estar ocupada.
Es más necesitaba hacer cosas, que no la hicieran pensar en el desgraciado accidente. El viaje de vacaciones, las risas de su marido y de su hijo. Ella conduciendo, y un camionero conduciendo muchas horas. Ese camionero, necesitaba ganar dinero para su familia; una familia, como la de ella.
Pero, el sueño lo pudo y el camión se les vino encima. Todos llevaban el cinturón puesto, pero el camión los arrolló. El desenlace fue inmediato, funesto para su marido y su hijo de 5 años.
Y ella, quedó conmocionada, bajo los cuidados de los médicos de un hospital. Así estuvo 5 meses, y luego se recuperó vino la rehabilitación. Y está pendiente de juicio, con la familia y la compañía de transporte de mercancías.
El camionero murió, y ella esta manteniéndose con una fuerte medicación; que le hace poder quedar dormida y reponerse un poco, cuando las pesadillas, no le vienen a la mente, para torturarla.
Ella se ha vuelto descuidada, y solo ahora ha encontrado algo que la anima: "un anuncio para servir en un domicilio familiar, cuidando a un hombre soltero, por haber muerto su mujer tras una grave enfermedad y quedando solo una niña de 7 meses, como resultado de aquel amor.
Lucía, ha hablado con el por teléfono y lo ha notado tan triste como ella. Luego la entrevista, en vivo ha sido para ella un bálsamo. Y ha visto que en el piso de ellos, había una habitación dispuesta para ella, si se quedaba de interina.
Es como una segunda oportunidad, para rehacer su vida y encontrar una familia. Lejos, de arrastrar sus miserias por las calles y por los juzgados, con la carga de haber de pagar los gastos de los abogados.
Pero, ella sabe que la compañía de transportes es la culpable de la muerte de su hijo y su marido; y también de dejar a otra familia, sin un padre y esposo (por obligarlo a hacer muchas horas, para suplir a otros compañeros, que están de vacaciones).
El le comentó, que podía pagarle del mismo modo que a su mujer: "el, Ángel, para sus gastos y obligaciones se quedaría con unos 180 euros y pagaría los gastos de la hipoteca de la vivienda, los consumos fijos (luz, agua, gas, teléfono y comunidad), más los gastos de alimentos.
Ella, dispondría del resto del la mensualidad, que el le abonaría en tantos semanales. En total, ella administraría unos 700 euros y "se sentiría nuevamente ama de casa y compañera y madre adoptiva".
Al menos esa es su vivencia, es mejor eso que tener que beber y aturdirse con tantos medicamentos. Sus noches eran terribles, cuando se desvelaba angustiada e iba a ver las ropas de su hijo y sentía el vacío en el otro lado de la cama.
Se ponía el pijama de él, de Cristóbal y miraba el cuarto y la ropita de Luis (en su piso de 43 metros cuadrados). Y esa sensación de vació interior y exterior. Vacía de amor y llena de resentimientos. Maquinando la maldad de algunos, que sojuzgan a un conductor, para que se mate en la carretera.
Y su mente, calenturienta. Su cuerpo huérfano de caricias y sin ganas de existir, por no tener razón de ser, ni motivo de superación. Por todo eso el estar en una casa, la despertó de su pesimismo y de su dolor existencial.
Dejo el piso, que está en la misma ciudad y tomo su maleta. Y se vino a vivir con Ángel y Fátima, al salir de casa le salía su desesperación en forma de lágrimas. Y se ocupó de la niña, desde esa misma tarde. Hizo la cena, cambió las cosas de la nena, y comía intercambiando algunas palabras.
Ángel, la atendiendo y le ayuda a recoger las cosas; está acostumbrado y siente dolor por la mujer, que una enfermedad se llevó. Tania, su mujer quiso llevar el embarazo, pese a su enfermedad y pospuso la quimioterapia, para hacer posible que su amor tuviera ojos y manos, cara y un futuro digno como concebida y deseada.
Y, tras el parto debió de reiniciar la medicación, pues su enfermedad avanzaba. Las medicinas paliaban un poco su dolor. Pero, tener a su hija, en sus brazos le dio serenidad.
Y luego, en la última fase, Ángel acudía con la nena al hospital e iban a recogerla para pasar el fin de semana. Y estaban dichosos los tres. Ella, se compadeció de esas dos personitas, solas como ella. Ella se acomodó a ellos (padre e hija), y ellos se acostumbraron a ella. Los días se normalizaron, los afectos surgieron, crecieron y se consolidaron.
Los cuidados, no eran los de una mujer empleada como interina, a tiempo completo. Los tratos y las labores se hacían con respeto, con consideración y surgió poco a poco el sentimiento de familia.
Ella, se acostumbró a contarle sus cosas y a sentir las cosas del trabajo de él. Hablaban como una familia, la nena se convirtió en su hija y un día la llamó mamá. Su padre, Ángel la miró y lloró y ella sintió un nacimiento legítimo de ese sentimiento por esa niña (Fátima).
Todo fue gradual, el sentirse ama de casa y el acompañarla el a las citas del juzgado. El prepararle los almuerzos con interés y el recibir el primer regalo de aniversario, por parte de el. Ángel la llamaba mamá, refiriéndose a la nena. Acordaron que le contarían lo de la otra mamá, la biológica, cuando fuera más grande la chiquilla.
Ella, empezó a pensar en el como su esposo. Se empezó a arreglar más y surgió el primer beso, el primer abrazo. Luego vino la primera vez de caricias íntimas, y la primera noche de amor juntos.
Ahora, la cama es compartida y ella está esperando una hermanita para Fátima. Está ilusionada, esta integrada y enamorada. Lucía se arregla y se ocupa de todo, se siente querida y ve sentido a su vida. Ha dejado la medicación, casi por completo. Tiene amor, tiene esperanza y se da por completo. Ha rehecho su vida y todo gracias a un "anuncio": SE NECESITA INTERINA, PARA VIVIR EN UN HOGAR, SUELDO Y CONDICIONES A CONVENIR. Interesadas, llamar al xx8.677.626 (preguntar por xxxel).
Llegó el juicio, hubo indemnización. Y se han mudado, a una casa con un terrenito. En un pueblo cerca de la ciudad, pero más tranquilo. Y ahora Fátima juega, con Luis su hijo. Y se sienten felices, con cosas sencillas, tomar el sol, oír música y sentir a sus hijos tomados de las manos. Y por la noche su intimidad furiosa, aferrándose a vivir y agradeciendo esta segunda oportunidad. Ella tiene acento andaluz, de su Sevilla natal. Él, vino de niño a Barcelona, pero aun le salen algunas frases típicamente castellanas, de su lengua materna.
Los dos juntos, van a ponerles las vacunitas a los nenes y cumplen con las revisiones. Ambos son felices en sus corazones, y sus vidas unidas son nuevamente un grito de esperanza y un disfrutar las noches y los amaneceres.