La monja y las dos chicas lesbianas, del internado (3).
Una chica jovencita, asume su lesbianismo tempranamente. Y reflexiona sobre sus circunstancias. Su amiga Candy y la monja Emily, que marcaron sus deseos y la hicieron lesbiana para siempre. También está Mónica, una rubia que se viene tras de ellas
La hermana, Sor Emily (se ha reprimido mucho, pero es muy cachonda). Una vez, que ha descubierto y tenido sexo con otra mujer, no es capaz de estar sin ese placer: jamás "antes" experimentado. Candy me dijo: ¡Me gusta, bastante! Pero siento esa pulsión, la de que he de meterle, un buen rato, con ganas, cada uno de mis dedos. Pero es que: ¡Olga, mírala como le gusta! Es superior a ella, cuando estés conmigo hazle todo lo que puedas, no te cortes; ella lo necesita, después de estar tan sola y creer que no podría amar a nadie, necesita mucho cariño y es muy caliente.
Le va todo lo que se me ocurre, no es que lo aguante todo Olga, es que ella necesita eso y más. Si Emily, es más adulta y su cuerpo le pide más. No bastan solo caricias y además tiene hambre de sexo atrasada, y no me niega nada. Y siento que sonríe mientras le hago cosas, noté eso la primera vez de sexo real, después de las simples caricias a su cara y brazos, luego vinieron tocamientos en muslos y en tetas. Ella se fue dejando sacar ropas y cada vez estábamos más rato así.
Me dejó, que le lamiera y pellizcase sus tetas, por todos lados. Y me apretaba con ella, tomaba mi mano y la aferraba sobre sí. Luego me lamía los dedos y decía que le metiera mas adentro a mis dedos. Pronto, empezó a venir a buscarme y a ponerse para mí ropa íntima más sexy, no es de las que les permiten a ellas. Pero, conmigo no para de buscarme y tocarme. Le gusta moverse conmigo encima. Es como una leona en celo, no se cansa de recibir y de darme placer: con sus manos y con su lengua, con su mirada y con todo su cuerpo. Es muy cariñosa, es guapa y no había sentido esto nunca antes. No se si me tocó por casualidad, pero yo continué y creo que la he seducido yo a ella.
Emily, era muy recatada y temía hasta mirarme, al principio mientras nos tocábamos. Cerraba sus ojos, y dejaba que fuera yo la que lo hacía casi todo. Pero estaba muy húmeda y cada vez se ponía más excitada y no paraba de decirme cosas lindas, y hacerme unas caricias de lo más lindas. Y me besaba, apretaba su cuerpo al mío, me hacía sentir su suavidad y su mirada me hicieron enamorarme de ella. Y fue tan especial la primera vez, que estuve entre sus piernas. Noté como me apretaba a hacia ella, me acariciaba muy agradecida, cariñosa y me hacia sentir cómoda mientras le comía su coñito. Por cierto, antes era muy estrecha, y huele tan bien. Me, gustaba ponerme apretada, con mi cuerpo desnudito y desde atrás tocaba su coñito.
Juntas nos tocábamos, de pié y apoyadas en la pared o en una silla. La empecé tocando con sumo cuidando, pero ella iba haciendo saber que le gustaba más fuerte y más intensamente. Y sentía, su flujo entre mis dedos, y mi mano era guiada también por ella. Me sentí, cada vez mas contenta a su lado y notaba como su flojo estaba entre mis dedos. Mis yemas, se movían por todas su conchita y un día deseé poner sobre ellos mi boca, se lo dije y me ha dicho que acepta. No te imaginas, que es sentir eso la primera vez.
Me puse muy caliente y me mojaba cada vez más. El hecho de que a ni (Olga) y a Candy, nos asignaran asientos camas juntas, influyó en nuestra amistad. Y, siendo tan comunicativa ella, pronto empezamos a caernos bien y a bromear. Sobre su boca, sentí mis primeros besos reales, lejos de aquellas caricaturas con algunos niños, como tonteando. Mis padres, separados, rehicieron sus vidas y yo era un inconveniente con sus parejas. No me sentí querida y se me rifaban en las vacaciones, como modo de darle por el saco al otro. Así acabamos, compartiendo un cierto fastidio por nuestros padres y claro que cambiamos confidencias, y ropitas nuestras. Luego, empezamos a hablar por las noches, más íntimamente y su mano, empezó a apoyarse sobre mi muslo y sobre mis pechos.
No me molestó, era hasta agradable sentir una caricia, tan tierna como ella es, tan guapa y tan simpática. Y mi mano, empezó a hacerle lo mismo o parecidamente. Y nos pusimos bien juntas, ella como broma o como adelanto, se me salió con la ocurrencia de que me quería tener desnudita junto a ella. Me convenció, y ella misma me saco mi camisola y se sacó la suya. Me tocó un poquito, y metió mi mano dentro de su braguita y me puso la suya dentro la mía, apenas movía sus dedos, pero empecé a latir y a mojarme y ella lo notó.
Del mismo modo, yo noté su humedad y sus besos, sus lamidas y besos, me pusieron muy caliente. Entonces sus dedos, empezaron a ser como pinzas, que me abrían mi "chochito" estirando los labios, de todas las maneras, y poniéndose ella en todas las posiciones. Metía uno de sus deditos, y lo movía dentro de mi almejita de chicha. Y yo la imitaba, me sacó la braga y me dio a oler la suya. Y me dijo, ves esto es para que sepas que me gustas, como amiga y como más Olga. Me dijo, no tienes que hacer nada que no quieras pero quiero que muevas tu mano, y entres en mi coñito. Ya veo que eres virgen, pero yo no, es decir no me han metido una pollas, pero si dedos y otras cosas y quiero sentirte dentro de mi Olga.
No me pareció tan mal y me puse a satisfacer a Candy, no tardé en sentir su mano sobre la mía, dándome a entender el ritmo y la forma de acariciarse. Admitía variaciones, pero le gustaban ciertas cosas y además de ese modo me hizo soltarme y me daba a entender lo que esperaba. Ese día empezó a contarme de que había tenido cosas, relaciones con una chica mayor (de 23 años, teniendo 15 nosotras era bastante diferencia). Empezó a contarme cosas, de lo que hacían y su mano me acariciaba mis muslos, mis labios y mis ojos. Me besaba y me hablaba bajito y me hizo correrme tres veces. Ella se corrió, un par de veces más, seguramente caliente por haberme hecho suya y por contarme de cosas de las que hacía con Emily (sin decir que era la monja, vigilanta)
En el dormitorio y en el internado, había chicas de todos los tipos, rubias, morenas, castañas y alguna pelirroja. La mayoría tenían las caras bonitas y unos cuerpazos, que se cuidaban. Ya entonces nos maquillábamos un poco y nos retocábamos el coñito. Nos empezamos a depilar y a hacer las cejas y las axilas... (con crema depilatoria).
Ha estado con otras 6 chicas, pero nadie como tú y la chica mayor. Me hizo confidente y acabo confesando que era la monja. Me causó cierta sorpresa, pero luego lo asumí, y nos pasábamos horas juntas (de días y de noche). No era infrecuente ver a una chica con una revista tocándose, o a dos dándose besos y metidas en la misma cama. Aquí no hay chivatas, y la que se chiva se queda sola para todo. Ahora ella mete sus muslos sobre los míos, y se frota conmigo o alguna vez se lo hago yo, no paramos hasta que nos llega el placer y nos rozamos los coñitos. Y creo que sintonizamos tanto, que hasta tenemos la regla a la vez, y la de veces que me ha dejado rendida sin fuerzas, pero con sonrisa y sabor de ella en mis labios. Alguna de las otras chicas se ha incorporado alguna vez, y ha sido capaz de comernos a los dos, y dejarse tocar por las dos. Como Mónica, que nos necesita y está detrás de nosotras como una perrita, hasta que la llamamos y quedamos con ella para algo a tres bandas.
Otras veces, le damos una de nuestras bragas usadas para que se toque, oliéndonos y se roce con ellas. Y se las ponga luego, para dormir. Y al día siguiente, se las sacamos entre las dos y le comemos su coñito y el culo. Le gusta sentirse con dos dedos en el culo y con una de las dos comiéndole su abierta "almeja". Por cierto, tiene dos anillitas, en su coñito y nos gusta acariciarle las anillitas y estirarla de ellas. Mientras, la otra (Candy o yo misma, Olga) le acariciamos la cara y nos morreemos con ella. Ella, luego, nos come a cada una un rato el coñito, hasta que nos corremos, una o dos veces. Acariciándola, así arrodillada y ella no para de tocarse, de lo caliente que está. Nos sorbe y se traga todo lo que nos sale, hasta un poco de pipi, pues alguna vez se nos escapa eso, mezclado con el flujo. La verdad es que Mónica, como muy bien los coños.
Emily, se enteró de eso, le preguntó a Candy y ella le contó lo que nos hace y dijo que ella puede hacer lo mismo, y ponerse anillas, si Candy quiere, hasta ese grado esta "colgada de ella". Candy, le ha dicho que sí, pero que quiere ser ella la que le haga eso, y le metió mano y noto que estaba mojada, sin tocarse. Se ve que le van ese tipo de cosas a Emily, y nos enseño 4 pinzas para ponérselas, de esas de "cocodrilo" de 7 a 10 cm., y se las fuimos poniendo, en labios de boca, orejitas, en cejas y en lengua, en pezones y ombligo. Y claro también en su coño. Sus labios mayores, y menores, recibieron las 4 pinzas, una decena de veces, y un par de pinzamientos de su clítoris crecido, me puso mala.
Me calenté mucho, y me empecé a pajear, con mis dedos y delante de ella le dije. Vamos, ahora cómeme, solo con la cabeza y con tu boca, lengua y dientes, sin ayuda de manos. Ábrete el culo y ciérralo, y que Candy te coma el culo. ¿Quieres Candy? Si, esperaba, que te lanzaras, Olga. Y Emily, ya nos ha comido a las dos. Conmigo Emily, tuvo un rato de un poco de reparos, pero tal vez era por el dolor de las pinzas y sentirse a la vez, abriéndose y siendo comida de ano. Luego, luego se me rozaba con las dos tetas y le salía mucho flujo del coño. Parte del flujo, se lo tragaba Candy y parte caía a las baldosas de cuarto, de la vigilanta. Tuvimos, que taparnos la boca, por no delatarnos.
Y mientras, Candy la tocaba y le abría todo su culo y su coño, estirando de las pinzas un rato, estiraba de la pinza de cada sitio. Las aflojaba y se las volvía a poner. Y le dijo, que ella, la misma Emily, se estirara de las otras dos, pero que corrida más maravillosa tuve. Candy me dice, a ti te va ser domina, como las de las revistas y a Emily le gusta, igual es más tuya que mía. Y a Mónica, la rubia que nos busca como una perrita, le va a ir ser sumisa, si quiere seguir con nosotras, te parece Olga. Pues, va a ser que sí le dije.
Olga, y a decir verdad, quiero sentir que me haces lo que a Emily, pero a solas sin ella. A mí quien me gustas eres tú Olga, por eso comparto a Emily contigo. Porque estoy enamorada de ti, desde el principio. Y cuando salgamos del internado, Emily saldrá también, ella no sabe vivir sin mí y le hace todo lo que pido. Pero, Olga yo quiero ser tuya siempre. No me apartes de ti, antes de estar conmigo ya llevaba tiempo tocándome mientras te imaginaba conmigo.
Candy no me negarás nada, tampoco a Emily, que es tan sumisa y caliente casi como tú. No, Olga no te niego nada porque te amo. Así que yo, me las beneficio a las dos, y también a Mónica. Ahora, yo también le meto mano a Emily, que es una singular religiosa, con su cuerpo adulto y joven, a la vez. Es del tipo de mujer más caliente, y esta tan pillada con lo que hacemos, No sabe estar sin verse con "su" Candy, ni siquiera tres días. Su cuerpo, es muy caliente y es adicta al amor lésbico, con Candy y conmigo. A veces, la dejamos atada, con ojos vendados y traemos a Mónica, también con los ojos vendados, para que le coma el coño a la monja, mientras se mete un vibrador (conseguido por Emily). Viéndolas así, nos masturbamos Candy y yo, la una a la otra.
Yo le digo a Candy, te quiero con anillas, primero se las pondrás a Emily y luego te las pondrás a ti misma, yo te ayudaré. Pero, te quiero anillada, para mía y con mi nombre tatuado en tu coñito, que lo sepas. Lo nuestro, tiene que tener ese sello de calidad. Ya encontraremos una tatuadora, que lo haga con letras bonitas, pues no voy a permitir que un tío ponga sus sucias manos en tu cuerpo, y menos en tu coñito, que debe ser solo mío. Y si la tatuadora, es sumisa mejor, pues me pone que esta con su coño al aire y las tetas y si tiene piercings mejor aun. Si ella te ve desnuda, debe estar también desnuda no crees. Pues si, pero eso nos va a costar, no crees Olga. Si, puede pero tampoco tenemos tanta prisa, no. Pues no, :-) la verdad es que no, nos tenemos, la una a la otra; si, y tenemos a Emily para las dos, puede que también a Mónica (mejor, tener a dos sumisas que a una).
Olga, tu tienes a tres sumisas, pero yo (Candy), solo seré tu sumisa y de nadie más, si me dejas no lo soportaré, soy capaz. Calla, calla tonta. Quien va a dejarte a ti preciosa, si eres mi vida. Si te pasa algo, va a ser por "follar" y tener tanto sexo conmigo. Buenos (dice Candy), así no me importa que me de un infarto de amor, infarto sexual :-) o dos, cada vez...
Emily ha tenido su cuerpo muy reprimido, ahora está obsesionada con Candy. Candy, por lo visto se ha estado haciendo muchos dedos pensando en mí, se tocaba por mí como loca. Sigue poniéndose tan caliente y se trastorna en cuanto la toco. Es presa del amor "lésbico" y tiene una gran necesidad de sentirse y dárseme.