Recuerdos, de Kharlo III, un amo, por la calida, apacible y armoniosa entrega de una sumisa.. Un peldaño más, en el camino a la sumisión y entrega de una sumisa.
Amigos, voy a contarles algo mas de mi vida, siguiendo mis cartas anteriores. Os vuelbo a decir que, es real, pero con los nombres alterados. La relación fuemuy intensa, y de agradable memoria.
Lea es rubia, tiene el pelo fino, que ya le ha crecido algo mas, és de ojos profundos, su color cambiante y se adorna con chispas de alegria, y a veces con unas lagrimas deliciosas (deliciosas a mis ojos), sus labios son finos (casi siempre sin carmín, aunque les pone crema de cacao y otras), alta (178), delgada, y piel blanquísima; tiene 40 años. Yo, Kharlo, soy rubio, ojos azules, alto (174), delgado, impredecible, alterno suavidad y tiques de mano dura.
Te llamé por teléfono, nos saludamos, hablamos un rato, tonteamos (como de costumbre) y volvimos a quedar en la estación, apenas quedaba una hora. Cuando llegué, como de costumbre tu estabas buera de la zona de acceso de pasajeros. Posiblemente, has pasado el día de viaje, me dijiste que habias ido a ver a tu hermana, en la comunidad de Valencia.
Te llamo al mòvil, contestas, nos orientamos, respecto a nuestra respectivas posiciones, y quedamos hacia el lado del MacDonals. Si, dices que estas fuera, y finalmente te veo. Llevas un pañuelito, anudado lindamente en tu cabeza, un vestido ajustado, de rayas multicolores, y un pantalon tejano descolorido.
Me acerco, sonries y nos abrazamos. Te enlazo dulcemente, y paseamos. Sabes que estamoy algo enfadado, teníanmos algo pendiente y tu lo has incumplido. Te digo que vamos a hablar, nos sinceramos. Dices que no te entiendes, que es culpa tuya, y que al final acabarás sola.
Yo no te llevo la contraria, y lloras, mientras te abrazo; se que esta relación es de vivir el momento, sin idea de futuro, aunque por un momento crei que si lo habia. Nos abrazamos, el tiempo pasa y, el airen se siente entre nosotros, en ese jardincito, sobre el cesped. Que bella eres con tus lagrimas, con tu culpabilidad del momento, luego los dos sabemos que esto acabará, que quedaremos como amigos, pero no queremos hablar de ello.
Dices que me compensarás, y te digo que vengas a casa, a mi casa. Tú, por un lado te sorprendes, y por otro te encanta, aceptas. Llamás, como otras veces para buscar una justificación con tu pareja (con quien convives, otras veces es con alguna amiga con la que has quedado ya se que eres bisexual-).
Lo arreglas, y estas feliz como una niña, tomamos el tren, y vamos, es solo un cuarto de hora. Viajamos relajados, contentos, saboreando cada mirada, cada gesto, cada instante en que tu mano esta en la mia, o cuando nuestros pies se rozan. La verdad no nos importa nada, ni nadie mas, es tan grata la sensación que nos envuelve juntos. Ese aura, contigo es único, no he sentido nada asi, con nadie mas.
Bajamos, y decidimos ir a comprar la cena, elegimos una gran superficia, y vamos escogiendo ahora esto, ahora aquello, pescado, refrescos, y cosillas, fruta.... Llegamos a la caja y dices que pagas tú, que esta vez me invitas. Acepto, y vamos a casa. Llegamos, y al entrar conoces a mi perrita, ella te mira sorprendida, pero nota que te gustan los animales.
Vas al lavabo, te aseas un poco y lo habitual. Te digo de salir a pasear la perrita, y dices que bien, salimos los dos, damos un paseito, y vamos a tomar algo, en la terraza de un bar-restaurante. Luces bien, animada, segura, confiada, sin dudas (las dudas siempre te surgen despues...).
Regresamos a casa, te poens comoda y dejas la ropa y tus cosas, en una salita de la entrada, me pides algo para ponerte encima y te doy una remera, con un motivo nautico, te la pones y sales con ella y una braguita.
Dices que vas a cocinar para mi, te dejo hacerlo, me gusta que hagas cosas así, que te ofrezcas a servirme, pero que eso salga de tí misma.
Cenamos, sin prisas, hablamos, nos reimos, y estas chispeante, picara, dulce, tierna.
Vamos a la cama de mi habitación, me desvisto, y me pongo la parte superior y me cambio de eslip, quedamos parejos, con poca ropa. Aún es pronto, levanto la persiana, y dejo sólo la cortina corrida, entra la luz de la plaza, y nos podemos ver, pero no es tan evidente, tanto mejor. Me gusta ver y intuir, con bordes un tanto imprecisos. Un rato, miradas y bromas, te estiras en la cama com una gata, pero te sientes agusto sobre unas sabanas, es tu reino, donde te sientes una princesa... (eso te recuerda algo, jajaja).
Me dirijo a la mesilla del lado derecho, junto a la cabecera de la cama y saco unos juguetes. Dicen que la gente, cuando esta en una situación apurada, se promete vivir su vida, más intensamente; incluso, algunos reciben las confidéncias de amig@s que le hacen prometer que viviran su vida, por amb@s. Yo quiero que vivas, y que sientas un poco de mi sensualidad. Tu no lo sabes, pero no planifico, aunque sere gradual, ire de muy suave a mas intenso. La intensidad, siempre dependerá de los dos, de lo que a tí te resulte intersante y divertido; tambien dependerá, de las veces que nos veamos, porque yo Lea, no me entrego sin más, sino gradualmente.
Voy reuniendo juguetes:
--Imaginación.
--ternura.
--una paleta de plastico, para darte cachetaditas, (que con la mano ya te las he dado, pero es diferente, niña).
--tes ruedas dentadas, enganchadas al mango (2 manos de madera, y uno de plástico), cada una es mas afilada que la anterior.
--una cucharita de postre.
--un mango de madera, de un mortero.
--una vara de bambú, muy fina.
--un pañuelo de seda, de tonos encarnados, naranja y dorados (si me lo pediste, luego y te lo deje. Aún lo tienes de recuerdo, eso y el anillo de plata, es algo nuestro).
--también un bote de crema de manos, tu sabes de que marca... jajaja.
Me siento en la cama, y te miro, tu me devuelves la mirada, y te giras un tanto, te acaricio suave. Lo aceptas, sientes lo agradable del tacto y hablamos. Te digo que me gusta sentirte asi, y me pongo al lado, nos miramos con deseo, te acaricio la cara, tu nariz.
Empiezo a besarte y nos apretamos, te somos piel junto a piel. Deseo que desea ser en el otro, juntos, y nos besamos, siento que te relajas, y te das
nos damos lengua, y siento lo bien que sorbes y como te gusta sentir que te tomo tu nectar de la boca.
Tu te frotas ligeramente conmigo, te lamo el cuello, tus orejitas y te acaricio el cabello, nos miramos. Quien puede definir, el movimiento de tus ojos, y el cambio de sensaciones, esa química de amor.
Te doy un ligero toque en tu hombro, y me miras, te digo que te tumbes boca a abajo, y cierres tus ojos. Lo haces mansamente, eres una alma de paloma, que se ha encarnado en mujer. Aunque cuando quieres tienes tu genio (pero hoy el genio malito, no esta).
Hoy eres docil, maleable y te quieres dar, y sentir, conocerme y vivir. Y yo cojo una ruedecita dentada, empiezo a pasartela por las plantas de los pies; tú enseguida la notas, y me dices:
L-¿Que que és?,
Yo, te la enseño, tu la miras.
K-Es igual a la que te enseñé, aquella vez..., si recueras..., en aquel escaparate.
Luego, cuando ya la has mirado y notado entre tus dedos, cuando te enseño la otras dos, dices que la que más te gusta, es la segunda, la de los pinchitos algo mas afilados, pero no tanto como la que tiene el manguito de plastico, que tiene verdaderas ahujas como puntas.
Decidimos problarlas en tu cuerpo, en tu piel, sobre tu carne, lo deseas, se te nota. Y yo, tambien deseo hacerlo, con cuidado, con mimo, sin prisas, así "empiezo a girar la primera ruedita, desde la planta de tu pie derecho, por toda la superficie, en los dedos, en el talon, aprieto y ablojo, rueda y da sus caricias afiladas".
Luego pruebo en el otro pie, pero esta vez voy mas por el canto, un poco en la planta del pie, y luego subo por tu tobillo la parte inferior de la pierna, los gemelos, y la parte exterior, llego a la corva (el detras curvado de lar rodillas), y sigo subiendo.
Te digo:
K-Sacate la braguita y la sudadera.
L-Siii.
Y lo haces, al momento, y me miras. Sin que te diga nada, vuelves a colocarte. No lo dices Lea, pero has tenido a otro amo, eso lo hace una esclava, que ha sido educada, yo leo el lenguaje de tu cuerpo, simple y llanamente. Noto como te sientes dichosa, ofreciendo toda tu piel, entregada, un tanto indefensa, pero sobre todo, ansiosa, y agusto.
Tu, niña mala, te sientes con tu colita al aire, las piernas separas, tus tetitas apretadas contra la textura de las sábanas, tus pezones los sientes salidos, duros, y con ganas de ser tocados (tu imperceptiblemente te rozas con la sabana, y sientes esas estrellitas de gusto). Tambien sientes tu concha, abierta, y que se va humedeciendo, sabes que te miro, y te gusta ser mirada, te gustaria que mi mirada fuera como esas lamparas de infrarrojos, y eso te hace calentar. Tu concha pide que un dedo, o una lengua la toquen (otra cosa aun no, eso ya llegará).
Empiezo a rodar en tu culito por el cachete izquierdo, subiendo y bajando esa montañita, te doy unas palmadas, dando y dejandot vibrar, dando y parando, para que asimiles, esperes y desees. Luego subo por la bajada lumbar, y vuelbo a escalar por tu zona lumbar y hacia arriba.
Hago varios caminos, y te digo:
K-Lea voy a cambia a la segunda ruedita. Esta es demasiado timida, te hace sentir poco, sus puntitas no son listas, no te dan el toque quen tu piel y tu cabecita me piden.
Asientes, con movimientos de tu cabeza, y el moviendo se te transmite al resto de tu cuerpo; mas claramente de cintura para arriba, y un con ayuda del bullicio de deseos, en esa cabecita, vas sintiendo cada vez mas calor ,por el resto del cuerpo, sientes desos en tu cuchita. Te gusta, eso lo que hago, deseas más, lo has estado deseando, desde hace rato.
Pero, te gusta demorarlo un poco más, que vaya creciendo tu deseo, que aumente tu fiebre de sensualidad. y cuando te adivinan y cumplen uno de tus deseos, te calientas mas.
Te paso esa segunda rueda, y sus dientes, te dan esa mezcala de masaje y de micropinchazos. Sabes que no aguantaras mucho sin sentir, más. Te lo noto, y subo por tus costados, paso por tu vientre y por la cara interna de tus muslos. Veo que a ratos empiezas a temblar, y paro.
Me inquieres, en silencio con tu mirada, y sigo. Así te tengo un rato, un tanto más, hasta que noto que resurge en tí esa angustia, con un empuje nuevo, mas vigoroso, mezcla de ganas y temores. Estas empezando a subir el peldaño de tu entrega.
Por eso, en un silencio complice, te digo que:
K- Cierra los ojos, Lea. No puedes habrirlos, siente tu respiración, siente por donde paso, siente mi proximidad.
Y paso por tu tetita derecha, se que las tienes muy sensibles, que en estos momentos tiemblas por dentro. Que tu cuchita, se ha humedecido. Y empiezo a hacerlo en la tetita izquierda, esa que esta algo malita.
No puedes evitar decirme, contra todo lo que deseas, que tenga cuidado, que esa esta muy sensible y que no tienes defensas en el lado izquierdo. Lo entiendo y te digo que confies. Lo haces, te relajas, siempre te gusta como te hablo, sentirme, te relajas.
Por eso, por tu sumisión, tu complicidad y abandono, me pongo darle mimitos a esa teta. Me tumbo a tu lado y empieco a acariciarla. Dejo la rueda a un lado y toco suave tu piel, recorriendo la copa izquierda, cerrando la mano, y haciendote sentir como te envuelvo tu montañita de deseos.
Tienes el pezon cada vez mas salido, y me acerco con la boca, y empiezo a lamerlo. Lamo el aureola, los contornos y le doy con mi lengua, les doy golpes para que sientas que una lengua de colibrí esta succionando tu nectar, y te esta pidiendo que me alimentes de tu sensualidad. Te remueves en la cama. Y sientes que mis dedos, estan acariciandote los muslos, suave.
Voy pasando la palma de la mano, y presiono cada vez un dedo. Ahora estiró el índice, luego el anular. Y succiono un poco mas fuerte. Paro un momento y me acerco a tus labios, me sientes junto a ti. Sientes mi pene junto a tu muslo, y entreabres la boca, me miras a los ojos, y me abrazas.
Entro en tu boca, como si te cogiera, la chocha, doy golpes a un lado, en tu boca, y siento como tu lengua responde. Siento que me abrazas y te aprietas a mí, y siento que mis dedos se acercan a tus labios y los barren, por fuera, los hunden juntos, y se retiran, asi un rato.
Luego te acaricio, uno de tus cachetes, tu te ladeas, poniendote de costado, y bajo por tu cara y cuello. Bajo a tu hombro, lo lamo, lo chupo, dejo mi saliba, y la vuelbo a tomar, y luego...., vuelbo a bajar, y lentamente el estilete carnoso de mi lengua, se mueve rodeando, hundiendo, y violando tu pezon derecho.
Te encanta eso y te empiezo a apretar ese pezón entre mis labios, a estirarlo pero no de cualquier forma. Envuelbo mis dientes con mis labios, y asi puedo presionar ese pezón y estirarlo un rato.
Noto tus dedos en mi cabello, en mi cuello y espalda. Noto tus uñas cuidadas, y tu respiración altera. Y empiezo a marmar ahora, como si fuera tu bebito. Para liberarte de tensión.
Así simplemente, y apoyando mi mano en tu chochi, noto tu humedad, pero no entro. Quiero que te cojas tu misma, con lo que sientes, con tus deseós, con tu desesperación.
Tu quieres disimular, tal vez, para que yo siga luego, pero se que te esta viniendo. Y te lo hago saber con mi mirada. Y llegas, mamo mas, y mas y froto dos dedos sobre tu clito, eso si te lo voy a dar, pero no mas...
Y te tengó asi, largo, en la oscuridad de la noche, solo iluminada por la luz que entre, desde la plaza, por entre el trasluz de la cortina. Y tu te abandonas, y disfrutas eso, sabes que sólo es la primera parte de esta larga noche. Y sabes que te he dejado sentir mi polla junto a tu muslo.
Y que no he necesitado, penetrarte con ella, meterla en tu chochito, y eso te hace desear mas. Te hace abandonarte mas, y te pone boca arriba mientras yo no paro de acariciarte, mientras llegan todas y cada una de las hondas de tu placer. Si sientes ese placer que se expande desde tu clitoris, que late en tus paredes vaginales y te mojas. Y sientes que esa tetita que te mamo te da otra tonalidad de placer, otra pizca de color más, todo eso lo mezclas en tu mente, y te mueves, y cierres y abres los ojos.
Y te corres entre gemidos, que amortiguas mordiéndote los dientes. Y llegas a la cima del placer, te aguantas. Subo a lamerte los ojos, la nariz, tus orejitas, y el bigotito que solo una lengua sensible, si mi lengua lo nota.
Noto como te columpias, entre las olas, entres los espasmos, como me agarras cuando te viene mas fuerte, y luego al irte relajando, ves como sigo cuidandote. Mimandote y que noto cada matiz, cada cambio en tu respiración, en tu mirada, en tus gemidos.
Y luego seguimos abrazados, asi, sintiendonos, acariciandonos, sabiendonos uno del otro. Dandonos, y sabiendo que solo es una parte de esta larga noche.
Continuara.....
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