No soy mía, soy parte de ti.
Ella se ha desnudado, y se mira al espejo. Se prepara para mí. Deja que el agua gotee, y quiere saber el sabor de mi piel y el sabor de mi olor, de mi sudor. Su cuerpo desnudo, luce algunas marcas de castigos. Le ha crecido, el bello de su pubis. Tiene un bosque de cabello en su coñito. Y se lo tiene que arreglar, para estar perfecta, el día de mi regreso.
Se sienta en la taza del w.c. Y pone un espejo portátil para mirarse. Quiere rasurarse, para sentirse más mía, mas sumisamente de su amo. Se pone una cadena, normal y en ella se pone como colgante un candado (de ferretería).
Se pinta los labios, y se los lame. Se sujeta y aprieta los pezones. Y dice, que mi cuerpo es suyo. Se dice a si misma, mi cuerpo es su cuerpo. Toma, una de mis camisas, se la viste, se la abotona. Esta calenturienta y sus pezones se le endurecen, más y más a cada instante.
Dice que le gusta con locura, lo que hace, preparándose para mí. Se mira al espejo. Y dice, eres de el y soy de el. La imagen y los sentimientos, ambos son absolutamente míos. Se habla a si misma como mandándose, dándose las instrucciones que le daría yo mismo.
Se pone un recipiente con leche, y lame como un perrita. Deja que caiga el agua y empape la camisa. Dice, soy tu perra amo. Me mojo y baño para ti. Te necesito, quiero que me que tomes. Sus nalgas y su vientre se contraen. Esta en éxtasis, y nota como los labios de su coño y su vagina palpitan.
Esta excitadísima, al punto de llevarse su mano entre las piernas. Apoya la cara en el suelo, y mete su mano, por delante en su vagina. La otra mano por atrás roza sus nalgas, apretando su brazo a su espalda.
Mete dos dedos de la mano inferior y dos dedos de la mano superior, penetrándose lenta pero muy hondamente. Se cae, y sueña que la leche, del recipiente es leche de su amo
Se deja caer, y nota que así, en cuclillas, mirando su imagen, en el recipiente de leche, le piden ser perra, lamer como una perra, con las manos estiradas sobre el suelo. Y moja parte de su pelo, y se dice que quiere sentirme dentro, atraparme y apretar mi miembro en su vagina.
Me dice que quiere sentirme entrándole en el culo. Imagina, que estoy ahí y que la tomo. Pues, le es insufrible no notar que la tomo. Sus zapatos de tacón, ahora, arrodillada como está, tocan las baldosas de la pared-. Sigue moviéndose, lamiendo, sintiéndose una perra, pero la perra de su amo.
Sus nalgas rozan, la taza de water, y eso le da cierta satisfacción. Se dice: empuja, ábreme, más y más fuerte. Ahora es el momento y compulsivamente se corre.
Llega a orgasmar, muy fuertemente; de forma imparable. Como le llega siempre, cuando cumple el ritual y se da por entero a mí (en mi presencia, y también con alguna prenda mía). Y vive una penetración, honda y fuerte: dentro y fuera.
Quiere que entre, y la experimenta dándole placer. Le sale saliva, mezclada con leche. Quiere más y más. Y se agota, con la concentración de apretarse, sus paredes y músculos vaginales sin tocarse. Y pide ser rematada, con una penetración por mi parte. Se corre, sin tocarse íntimamente.
Compulsivamente, se roza con las baldosas y se empapa, la camisa y el cuerpo, los cabellos y su cara. Se siente, dichosa, entre el charco, con la leche derramada, que se ha salido del recipiente, y se desmadeja. Queda convulsionándose exhausta y feliz.
Con su collar, de eslabones de cadena. Su candado y su mirada perdida. Pide, que no me separe, nunca más de ella; que no sabe vivir sin mí. Y le caen gotas, de su sudor, de agua y de la leche absorbida. Las gotas, se unen en el charco de leche, en el que anteriormente había puesto su cabeza... Y donde vuelve, a dejarse caer.
Y se dice, nunca pensé, que mi impulso de amor es tan irresistible. Que te necesito tomándome y usándome por completo y dándome lo que quieras darme. Porque soy toda tuya, una cosa más que tienes. Soy un cuerpo y sin ti no soy nada. Solo una espera, una puerta y una ventana, que esperan recibirte y verte entrar. Para hacerme sentir tuya, me comenta hablándose a si misma.
Todas estas vivencias, las escribe y me las cuenta. De tal forma, que su palabra confirma, lo que ha escrito; rubricando, el amor y la felicidad de tenerme, junto a ella. Cuando llego a casa, siento su alegría y ese su tan particular sonreír, que es franco, que pone el membrete de amor, a nuestro hogar