Te hago ir con faldas cortas y tops escotados IV
Ambos sabemos que: te mojas mucho, empapas tu braga o tanga (si los llevas puestos). Otras veces, humedeces tus pantaloncitos o tus shorts.
Y he notado, que tu flujo, te baja por tus muslos y se deja ver en tus piernas, bajos los límites de los shorts.
Te calientas mucho y te vas deshaciendo y ablandándote, local se hace humedades... Aprietas mi mano, con la tuya y te juntas conmigo. En ese momento, lo noto; estás deseando ser tomada, ya mismo. Me dices cosas, manifestándome, claramente, que tienes necesidad de mí (Con tus palabras, con tus ojos y con esa expresión de cara y tu boquita abierta).
Acuérdate, que una otra vez, te hice entrar en un servicio (w.c.) y me colé contigo, para trastornarte y tomarte ahí mismo. Saqué mi navaja, multiusos (de la mini riñonera, que uso); y te la metí, dentro de tu "cosita". Te inmovilizaste, con un poco de miedo. Estabas muy caliente y lubricada. Estabas, encima de la tapa del w.c. y el acero, se coló fácil. Con ella metidita, te toque un buen rato, como si te violara. Y pellizqué y estire tus tetas.
Temías moverte, pero estabas muy caliente. Con tus tetas al aire, y el coñito, ensartado, por una corta espada de acero (la hoja, de mi navaja). Y con ella dentro, empezaste a gemir. Tu calentura, iba escapándosete, de lo caliente que te pusiste. Tienes fantasías de violencia y violación, pero conmigo.
Hemos hablado, y te conozco. Se que te gusta, sentirte indefensa conmigo, y que yo te venza, para tomarte toda. Querrías eso, por horas. Y yo te doy, cada vez algo de eso, como ahora. Enseguida, te saqué una hoja y te rocé, con ella, por tus ingles. El filo, cortante y mojado de ti, rozo tu cintura, tu ombliguito y tus tetas.
Te di, puntaditas, como si fueras una aceituna. Y, sentí, que estaba espoleando tu deseo, te mojabas y movías tus muslos y tus rodillas. Y sentiste, el gusto del lubricante de tu propio coño, entre los labios de tu boca. Te quedaste tiesa y empezaste a agitarte. En cuanto, metí dos dedos, sentiste separarse, los labios de tu sexo. Tus labios, querían cerrarse, y el interior rosado de tu coño, se movía, pedía sentir algo dentro.
Y vi, que te gusta vivir, esa fantasía, de ser violentada. Y, nuevamente bajé mi mano, con la navaja y rozándote con la hoja de acero El filo, paso por tu piel, por subidas y hoyitos, rozo los bordes de tu sexo, para colarse dentro. Un buen cacho, de la hoja de acero, entró en tu "concha". Rocé, con la parte sin filo tu sexo, y se te escapo un orgasmo fuerte. Se abrieron tus ojos y la removí un poco. Y la sustituí por dos dedos; pues, aun teniendo la hoja cortante, entre dos dedos (a lado y lado, enfundada).
Tenías miedo, de cortaste. Te diste cuenta, parcialmente de lo que hacía. Pero, te entregaste y te me paraste, a punto de desfallecer. A cambio, de sacarte la navaja, que metí en un bolsillo. Empecé, a meterte muy fuertemente mis dedos, empujándote con ganas. Y a punto de venirte, de nuevo. Te hice bajar, Te senté en la taza y empecé a "cogerte" fuertemente, con rabia. Y con rabia, tú me mordiste, el cuello.
Nos corrimos, ambos. Yo seguí, sintiéndote, como tu te movías; y eso, aún después, de sentirme vaciarme, dentro de ti. Y luego, de eso nos besamos y me levanté. Con mis pantalones bajados y mi paquete (escroto y polla, sacados de lado del bóxer. tomaste mi polla, con tus manos la pusiste para ser tomada por boca y con labios y lengua sacaste cada gota y cada resto de semen.
Me limpiaste, con tu lengua. Te salí mucha saliva, cayendo parte de ella por la cara, donde se ponía al apretarte a mí. Caían hebras, sobre tu cuello y en tus tetas. Y, finalmente, con tu misma mano, volviste a tomarte, casi toda esa saliva seminal; la que se te había escapado, y que es para ti. Te alimentaste de mí, caliente por ser tomada con tas ganas.
Enseguida, note tu mirada de deseo, irse aclarando. Tras ser alimentada, y nutrida de mi leche de polla. Te lavaste la cara, con agua del grifo, mientras yo te toqué un poco. Luego, me lave mis huevos y polla. Vi, como subías tu braga, te colocabas tu sujetador y subías "ordenadamente" la tela de tu faldita.
Tras lo cual, aún tuve redaños y retire tu braga y con las tijeritas de la navaja multiusos, te recorte unos pocos, de los pelos de tu pubis. Mordiste tu mano, con tu excitación, estando como te puse, de súbito a punto de gritar. Y guarde, esos pelos, en una bolsa mínima de auto cierre, de las que llevo, en mi cartera.
Vi nuevamente excitación en ti, no parabas de mojarte y el flujo se te escurría, en grandes goterones piernas abajo. Tan caliente me puse, que con mi dedo pulgar (de la mano derecha), te empecé a cardar. En una acción, de entrar y salir. Tu "conchita", se inflamaba de ganas", nuevamente. Y toda mi mano, abierta, presionaba tu pubis y animaban, al pulgar invasor, follador y dador de placer para ti.
Te orado, te perforo, te doy con ganas. Con ganas; hasta hacerte aflojar de las rodillas y te me vienes, a correrte, apoyándote en mí
Tras un ratito, nos recuperamos del trance. Y mayormente tú, te recompusiste. Tuviste que arreglarte, la ropa y el pelo. Además, sustituiste tu braga, ya inservible, por un tanga, que lo sacaste, de tu bolso).
Dejamos el compartimiento, de espacio doble, del servicio del w.c., con un fuerte olor a sexo. No deja de ser, una ambientación natural y salimos sonriendo, cruzándonos con un chica, que miro un poco sorprendida (no mucho, pues ya se sabe que hoy día, hay de todo).
Y, nuevamente, me sentí empalmado y camino del hotel. Nos besamos y sentí ganas de tomarte allí. Estábamos calientes y desesperados
Te demuestro, que te quiero. Te hago feliz, cuando surge la pasión y teniendo amor A mí, me pone mucho, me excitas con tus falditas, tan cortas y vistiéndote con tus tops y blusas súper escotados La cual cosa, tu bien la sabes. Te aplicas a ello, eligiendo ropas nuevas. Y te acercas, a mí, con tus palabras más melosas y tus maneras tan dulces. Con eso, la pasión y el sexo, se nos brotan, con naturalidad, de cientos de maneras.