Sintiendo y orando ante Ti, mi Señor
Si yo hablo, y sé que Tú sigues escuchándolo todo. Confío en Tu respuesta, aunque tal vez me cueste entender el porque, de lo que decides Tu.
Siendo como soy, pobre en capacidades, me confío a Ti.
Nada me impide, de postrarme ante Ti, mi Señor.
Después que, junto con tus devotos nos encaminamos hacia Ti.
Siendo conscientes de nuestra insignificancia: el deseo, y las ganas de adorarte se nos crece, en corazones. Tu, todo lo sabes y todo lo lees, en nuestras mentes y en nuestros corazones, en nuestros comportamientos y en nuestras negaciones.
Ya sabemos, que Tú todo Lo conoces, anticipadamente y nuestros procederes, cometen diariamente tantos errores humanos. Todos nosotros, somos conscientes, de tus grandes misericordias; aunque indudablemente, Te duelen, algunas de nuestras elecciones. Yo, con Tu pueblo, ante ti me postro y te confieso, mis errores [de los que soy consciente].
Se, que de Todo Te enteras; nada ante Tu presencia, se Te puede mantener oculto. Más, aunque me reconozco imperfecto, con mis errores y fallos; siempre tengo Fe en Ti. sigo en la creencia, en la esperanza, de la obra "constante", de derramar constante de Tus bendiciones, sobretodos nosotros. Agradecidamente, pienso, en Tu Poderosa Palabra y de la Obra Amorosa que Tú con permanente creación nos regalas.
Tus razones, han sido, son y serán siempre superiores a todo entendimiento, a toda comprensión. Tus bendiciones y Tus correcciones, nos las aplicas con seguridad. Tus obras nos conmueven e invitan, gentilmente para aceptarnos y mutuamente darnos más a ti.
Imperfectos, transgresores y confesos de nuestros fallos, nos reconocemos siendo Tu pertenencia, e indignamente nos dirigirnos ante Ti.
Oh, Altísimo, Tu eres El que haces surja cada nuevo día y la subsiguiente noche, y en toda circunstancia y momento permites mantener a la Totalidad, tanto en la esfera material, como en la espiritual.
Tu, Supremo hacedor, que ordenas el curso, de todos los astros y sus constelaciones y a todas personas y a todas las cosas renuevas. Guardas una memoria inconmensurable y eres sumamente Justo y Misericordioso.
Estando caídos, nos ayudas a levantarnos, luego nos sostienes nos das lo necesario, para satisfacer las necesidades y permites que el cuerpo maravilloso que nos has dados y los cultivos de los campos nos sostengan. Nos mantienes en tu memoria y existimos, por tu sola voluntad.
Ejerces "sabiamente", en Tu plenitud dándonos las lluvias tempranas y tardías, que hacen crecer la vegetación y los pastos para nuestros ganados. De ellos tomamos y nos saciamos, dándote gracias antes de ingerir los alimentos, y posteriormente bendecimos Tu nombre por colmar nuestra necesidad con sabores, olores, gustos, colores y diversas texturas.
Benévolo eres, pues no nos castigas en la misma medida en que Te ofendemos. Mal nos comportamos, porque no entendemos, tus supremas razones. En verdad ni siquiera llegamos, a comprender que nos somos dignos ni de alzarnos y estar en pie, sin Tu permiso.
Como podemos estar confiados, sin dar te gracias las tardes, mañanas y noches por tantas donaciones inmerecida, continuamente y sin retribución posible.
¿Es posible, que todo subsista y se mantenga, en medio de la nada, y sin Un sustentador? La casualidad, obra tan perfecta y armónicamente. Las cosas que obramos al azar, no operan ordenadamente, ni se mantienen, más allá de un corto período de tiempo.
Nos damos ínfulas, creyéndonos ser grandes y magníficos, cuando sobresalimos un poco, de otros humanos o del resto de las criaturas mortales-; cuando solo somos fango animado y alimentado por Ti.
Somos de origen mínimo, insignificantes motas de polvo, que Tú ensamblas y en las que insuflas tu aliento vital. A cada uno, nos consideras y nos adecuas dentro del plan del entero universo.
El mundo conocido, se nos antoja pequeño y queremos explorar el universo. Pretendemos generar vida, manipulando los genes y atentamos con ello a tu soberanía; conscientes o no, nos queremos arrogar facultades Tuyas.
Somos creídos, en nuestras pretensiones, de ser las criaturas más grandes; aun siendo partículas ensambladas de un modo irrepetible, lejos de la totalidad de las ciencias y posibilidades individuales y globales como especie-.
Queremos entender, que todo lo existente, lo más magnífico y lo magnánimo, lo máximo y lo mínimo son capaces de revelársenos, solo con nuestro esfuerzo. Todo, es una imagen, un parangón, que debe entenderse, analizarse, ensamblarse y recrear científicamente.
¿Creer en un origen, es científico? Un origen por si mismo, por la casualidad, por una concatenación de casualidades. Todo, es más sencillo que reconocer un Ser que sea origen de todo. Un ser, al que definimos como Di-os.
El entendimiento empieza, cuando en verdad decimos, que hay algo, un Alguien mucho más poderoso, que todo. El determina que sea el día, que llegue la noche, que el universo se expanda, que el mar sea algo vivo, que la vida siga y se transforme. Tú nos das las alegrías y los medios para ser tal cual somos.
Y, yo no te doy nombres, porque no conozco, esas divinas palabras, tan solo se unas pocas letras. Se, que tu palabra divina, se pone entre mis labios y me da los queridos sonidos, que se expanden en el aire y la voz resuena en mis oídos y en mi mente. Y pienso y que Tu, eres quien siempre has sido, y me das la idea consciente de que existo.
Se que existo, porque tu quieres que así sea. Para mí, vienen algunas dificultades y momentos de dicha, en toda ocasión Tú eres mi refugio seguro. En tu presencia, me siento íntimamente entendido y aceptado, con mis deficiencias.
Bajo tus pies me pongo, y en Tu presencia, me sumerjo en la convicción de rodearme, de tus emanaciones y sigo esperando serte una mota de polvo útil y querido. No quiero que mi sentir y actuar se te pase "enteramente" desapercibido. Yo quiero estarte presto, para ser conforme el plan que Tú tienes, para entenderte y amoldarme a Ti en todo y para llevarte conmigo ante todos. Amén.