Te sientes esclava y perrita, de tu amo por Kharlo1

En cada ocasión te sientes esclava y perrita, de tu amo.

Tu has decidido ser mi "esclava", los engaños y tu vergüenza no tiene por que ser. Cada día "juntos", como Amo y esclava, es un regalo. Tienes que saber, que cada uno de nuestros encuentros es un día señalado, una bonita oportunidad de llegarme al centro del corazón".

Yo soy tu Amo, que puedas llamarme así es mi constante regalo a ti y cada vez que lo digas, deben salir las palabras desde lo profundo de tu corazón. Cada vez comprendes, que toda tu eres para tu amo (Usted, tu Señor, Señor, como me llamas tú).

Siento cuando te silba y vienes rápidamente o mejor aún si vienes a cuatro patas, y te paras de rodillas ante mi presencia, acudiendo desnuda o con una braga o tanga (como toda prenda). No hables, mírame sin atreverte a mirar a mis ojos (de momento) y espera, a que te diga lo que desee, ya sea para usarte o para decirte algo como una tarea concreta.

Tu cotidianamente, vienes ordenas la casa y haces los quehaceres domésticos. El realizarlos, ya es en sí tu premio: tomas mis cosas, las ves, las hueles y las pones en orden (tú eres muy ordenada y metódica, ese es tu carácter siempre; y más aun, con las cosas de tu Amo (la razón de tus días, más allá de tu familia y amigos, compañeros y vecinos).

Te siento cuando te estiras, para que me ponga a usarte de alfombra. Es curioso ver la dedicación con que tomas mis zapatos, me descalzas y sacas los calcetines, y acaricias mis pies, incluso los lavas, los secas y los masajeas. Luego, me sientes sobre ti y te noto respirar más rápido al descansar sobre ti, mis pies.

Tras un rato, siento que llega ese momento cuando deseas que te deje que me lamas los pies, para relajarme (y relajarte tu conmigo y también excitarte, mitad y mitad).

Te siento, cuando acaricias mis piernas y llegas a mis rodillas como una perrita. A un gesto, te alegras cuando te manifiesto que deseo que me lamas mis muslos, y llegues hasta casi los huevos (los cuales rozas levemente con tu frente y/o nariz). A veces, con generosidad te permito besar y lamer mis huevos, lo cual haces lenta y sentidamente.

Te siento mirarme, poniendo tus manos sobre tus muslos, apoyando tus manos por encima de las rodillas, en espera Y se perfectamente, cuanto deseas que te diga que permito y espero que me hagas una larga y suave mamada. Cuando se endurece, dejo que me mires a la cara y se encuentran nuestras miradas al correrme en tu boca de esclava. Solo después de eso dejaré que te toques; pero eres libre de correrte mientras me haces cosas Si, te pones muy caliente y eso te pasa algunas veces.

Y cuando regreso del trabajo y entro a nuestra habitación, vienes y me das un beso y otro más Son esos... los buenos momentos, que pasan todos los días (desde que nos tenemos como Amo y esclava). Seguidamente me desvistes, y colocas mis ropas; la camisa y la ropa íntima la tomas, la aprietas y la hueles mientras la llevas al cesto de ropa sucia (tu lugar de peregrinación a solas, algunas mañanas-tardes-noches si estoy lejos).

Y seguidamente, me acompañas a la ducha o a la bañera, según sea ese día y me aseas con agua-jabón-gel. Más tarde me enjuagas, apurando ese toque de pasadas e idas y venidas. Y me secas, concentradamente. Tras esos momentos, tomas la nueva muda íntima y me vistes, en el cuarto. Me colocas una camisa y un pantalón y me calzas con zapatillas (dependiendo de la hora, si es tarde, puedes ponerme el pijama).

Te siento cuando te levantas por las mañanas y te pones sobre mí cuerpo, intentando no molestarme, pero despertándome a besos-abrazos-lamidas. Y es que te gusta, servirme de despertador y adelantarte a su campana. Y algunas veces, te bajas de la cama, caminas y te quedas a cuatro patas, lamiendo la mano que sale fuera de la cama y me besas esa mano aun dormida. Y sientes, que mi mano te va trabajando acariciadoramente la cara, el cuello y tus hombros; de parecido modo a como se hace con las perritas (canis canis).

Te siento mía, cuando estamos cenando en el salón, y te sientas a mi lado a ver la televisión, el dvd, a leer o a oír música. Todo es entrañable, sentir como te vas acercando y como de tanto en tanto me miras; permaneces estando semi-desnuda. Esperas que mi mano, te acaricie y se quede sobre tu piel (reposadamente o que haga caricias de voluntad propia).

Me sientes cuando haces una pregunta llena de ingenuidad e inocencia; y yo (tu Sr.) te sonrió o río sorprendido. Y te digo "a ver y te explico eso... esa vez". Tu, mi perrita, me escuchas con atención mi explicación y memorizas la "sentencia/explicación" para otras ocasiones.

Me sientes cuando cometes errores, cuando tienes dudas, cuando debes renunciar a algo más de tu vida con tu familia-amigos-compañeros-vecinos y ves mi cara de desaprobación o de aviso. Pero siempre contigo, en todos los momentos Incluso estando sola, ante tus dudas y temores, recoges esos sentimientos y los resumes en palabras y me llamas, para preguntarme y hacer lo mejor

Te siento cuando te llamo mi esclava, mi zorra, mi perra, mi puta, porque eso eres para mi. Soy tu Dueño y eso es lo deseo ser. Sumisa eres y estás orgullosa de ello, por lo cual tú te llamas esas mismas cosas a ti misma, respecto a mí. Lejos queda el orgullo y el enfado, es más esas mismas palabras, te hacen sentir mejor y revivan tu orgullo y aumentan tu estima; si pues te unen más conmigo, con cada vez que las sientes y las dices.

Te siento cuando estamos solos, en una sesión de dominación y sientes mi fuerza y dominación; y sientes como te entregas y quieres más... Cada vez, quieres ir un poco más allá, más tiempo, más intensidad, ataduras más fuertes. Y caminas, en el sendero de BDSM.

Te siento cuando te humillas y te excitas por ser humillada. Y siento como quieres, que descubra más de mi persona y te descubra más a ti misma para "mi". Y tu cuerpo, cada parte de ti está dispuesta a prestarse, dárseme y ser tomada. Todo es preferible, a ser ignorada o ser solamente compañía, como sucede si quiero corregirte y castigarte.

Te siento y me sientes cuando hablamos de cualquier tema. Cuando conversamos, cuando inquiero las reflexiones que tienes para esa opinión y cuando recrimino si dices que solo es así

Te siento mía, desde las plantas de tus pies, desde las suelas de tus zapatos; hasta el extremo de tus cabellos, las puntas de dedos, la cima de tus pezones y el borde de tu culito. Te siento mía, en la superficie de tus labios, y en tus miradas, en tu cuello y en tus orejitas Toda tú esta dispuesta y expectante, para ser útil y ser tomada "donde sea", cuando vamos a cualquier parte juntos. Allí donde vamos, vienes como mi perrita-esclava.

Te siento cuando estoy preocupado y triste, cuando estoy alegre, cuando estoy ausente y cuando me concentro en ti. Y tú me sientes, sientes, consientes

Te siento viendo tus caras de felicidad y agradecimiento. Te siento cuando te calientas y gozas de mi, y cuando te dejo que disfrutes mi placer, mi felicidad. Te siento, cuando dejo que llegues a gozar, una vez y otra.

Todo eso sientes como mi esclava. Todo eso y otros matices más, es lo que te hace ser tan feliz a mi lado. He conseguido que poco a poco, hacer que aceptes llevar grilletes en muñecas y tobillos (¡cuando hay suficiente tiempo, te los pongo yo!). A veces te los colocas tu misma y sientes cadenas, que no arrastras pues eso sería vulgar. Y tu corazón, siente que "voluntariamente" te das y te encadenas cada segundo de cada día más a mí.

Con tu vida y cada entrega me das las gracias, por ser tu Amo. Me amas con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser. Me amas con todo lo que eres, y lo que hemos sido. Me amas por todo lo que seremos y lo que quieres ser para mí. Y eso me lo cuentas, varias veces.

Ahora, estirada, toma y besa los pies de tu Amo.

Kharlo

Tu Amo

P.D.: Para que leas, leas y releas, lo que sabes que se de ti Esclava {de Kharlo}

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