Que bello es un buen culito
Que bello es un buen culito, algo generoso y con carnosidades suficientes. Las manos y la cara piden palparlo y ser poseedores de esas dos mitades con su voluptuosidad.
Sostener a ambas manos y sentir a la mujer desvestirse de espaldas, me atrae muy poderosamente. En realidad los culitos más generosos y sugerentes están un poco pasados de la "línea" que genéricamente se pone como modelo.
Pero es una manzana del árbol del paraíso y mi cara pide sentirse entre esas mitades. Por descontado que ha de estar limpio y terso, su suavidad me llaman y hablan mudamente, pero de forma clara. Y la portadora, se mueve sugerente y provocativamente con respecto a mí.
Me gusta que la "culona" sea consciente de que tiene esa otra cara y que se la hayan regalado para mi disfrute y su goce. Y si es sensual, no le importa darlo en uso y disfrute propio y mío. Y me ilumina, en estas noches de frío y en las de verano; con su diversidad y sus matices tan cambiantes.
La ropa que lo cubre es importante, en el antes de descorrerse las braguitas (como cortinas) y arriba el telón, para ser felices. Pues la felicidad es cosa de dos. Me gusta refregarlo y sobarlo, pellizcarlo y amasarlo largamente y sin prisa.
Los pantalones y faldas o vestidos ajustados, hacen justicia; cuando la "culona" no tiene complejos con su amante. Un buen culo es un regalo, y es importante para los dos amantes (no para la humanidad). El resto de la especie puede mirar, pero es bien mío. Si porque la posesividad amorosa es egoísta; en la justa medida, no comparte ese preciado don con el resto, me lo reserva y se lo reserva.
Y llegado el momento, mordiscos y pequeños roces de arañazos; con juegos de dedos, lengua y uñas son mágicos y salen por arte de magia. Sin programación, el encuentro de amor con una mujer madura y con su buen culito, generoso y muy vivificante hace que recupere la fe en la raza y en la especie. Y el género femenino se engrandece con un bello culo que asentar y mover.
Al entrar en los transportes o ir por la calle, mis ojos seleccionan y se producen pequeños roces, que luego en la intimidad van in crescendo (incrementándose). Y que de dormida o somnolienta tienen energía revitalizadora. Y surgen secuencias de caricias y lamidas, y hasta mi barba da su juego con ese culito soñado y logrado trabajosamente.
El culito debe laborarse y tendida boca abajo, es la mejor manera. Aunque estando de pie ella y de sentado o de rodillas, surgen otras formas de mimarlo. Y de darle palmadas, y hasta algunos toques más fuertes, como dar con una regla o una fusta. Tras la preparación y con un dialogo de las personas, amantes
Te sueño, inculcando un roce a las marcas de las costuras de la braguita o el tanga; igualmente como las marcas de cinturón o del pantalón si lo llevan. Hay que sacar partido a todas esas cualidades. Y la vista, goza y el roce de cara y nariz, labios y yemas de los dedos van pintando minuto a minuto más maneras de dar sensualidad y placeres .
Una mujer amada, sabe reconocer sus dotes de "culona" y las aprovecha con su amante. Y entiende que superan la simple penetración, aunque esta llegará a veces (no siempre) y cuando llega es un esfuerzo y un refuerzo amoroso. Que aconsejo muy especialmente y reservo para los casos que merecen el mejor de los tratos . Generosa y largamente
Y si cabe la penetración ha de consumarse, tras el largo juego y con vertido en el interior. Dejando que el néctar se quede largo rato (sin condón) si la pareja es estable, especialmente. En otro caso debe haber prudencia, pero con goce de enculamiento , no solo de pene, sino con dedos y lengua y besos (negros dicen, yo digo rosados o morados).
Y tras el goce y el placer, un cierto repose y unos mimos largos de continuación, tan necesario es la introducción y el prologo, como la consumación en cada instante y en cada caso . En esa superficie, tan sugerente para un amante de los culos, subiditos y plenos, esplendorosos y pletóricos. Y algunas palmadas, por donde quiera son discretas y muy agradecidas.
Muy superior a la simple prisa en tener una penetración ., con sus demoras, pausas, aceleraciones y cambios de ritmo. Y con cierta conversación, entre los amantes, ni mucha ni poca La suficiente, que varia según las personas y en cada caso, en cada nuevo encuentro
Ahora mismo pienso en ti, culito de mí amada y en algún otro culito, que disfruto como mirón y que valoro, con consentimiento de las mujeres casi siempre. Pues, de ir muy tapado, no hay lugar a la valoración suficiente ; cierta exhibición es necesaria y grácil en la mujer Culito también a ti, te amo y a tu dueña la amo más por ti y contigo.