Dos troncos con vida
Dos mujeres,
dos hombres.
Se quieres a sí mismos,
se dan sus cariños,
juegan como niñas o niños,
contentos consigo mismos
Dos naturalezas desnudas,
cuerpos juntos y mezclándose,
seres entregándose lo mismo que reciben,
la pareja se entreteje con sus dedos,
rellenándose su corporales cavidades,
con partes anatómicas salientes.
Fluidos combinándose,
pensamientos adelantándose,
intuyéndose en sus apetitos,
reflejándose en el ser amado,
un ser junto a otro acostado,
muto querer sentirse encastados.
El universo se detiene,
luego surge la pulsión,
se combinan sus humores,
se reparten los papeles,
plácidas fusiones de darse;
y recibirse, más de lo mismo, que se es.
Ambas partes se conocen tan bien,
piel a piel,
sabor de miel,
sabor de hiel,
un cuerpo al otro pone a cien,
hay hermosura en la reflejada calentura.
Déjame entrar,
déjame llegar,
quiero quedar dentro de ti,
a ti todo te consentí,
me dejas tu huella en mí para vivir.
Siento tu corporal y emocional fluir.
Tu río me venga,
tu presencia a desearte me arenga,
me comparto contigo sin una prenda,
no me importa lo que el mundo sienta,
con amor arremánsate,
y con tus sentimientos tómame.