Es una chica guapa, simpática y buena estudiante 2.
No tenías ganas de nada, pero te resolviste a ir a clase (me decía para mi mismo). Me encontró a mí, y se libero de cosas, quería decir cosas, y la dejé hablar y se me abrió toda (más allá de lo aparente, se estaba entregando.
[Ella me notó como la miraba, sintió mi comprensión y también mi deseo de "ella", y no solo de su cuerpo sino de toda ella]. Y empezó a acercarse, se me dejo abrazar. Es decir, se me abrazó ella a mí. Ella, se me colocó en posición de ser arropada y tomada por mi cuerpo, como si fuese nuevamente una "nenita enamorada". La acaricié, lentamente, con amor y con ternura, una vez, otra y otra vez. Mis manos, con mis dedos peinaban su cuerpo "amablemente".
Pero, en mi mente fui perverso y me imaginé el color de cada uno de sus tangas probables y me aposté que el de hoy debía de ser verde. Y pensé en lo importante de hacerla mi amiga, de hacerla mía y en lo receptiva que estaba "ahora". Estudiamos juntos y aprovecharé mi suerte, por tenerla aquí "precisamente" conmigo y agradecí notar su cuerpo apretada conmigo (su cara, sus pechos y toda ella estaba feliz junto a mí).
Y ella también sentía los estímulos, de mi cuerpo y le era agradable, deseable y necesario. Fui amigablemente acogedor y cada vez salían más detalles amorosos de mi parte Todo fluía con naturalidad, en ambas direcciones y sus manos me acariciaban. Se sentía querida, mimada y sostenida. Se empezaba a encarar a mí, como saliendo desde un precipicio y abandonando el escenario de una catástrofe sentimental. Tomaba, posesión de mí como amigo y algo más Me sonrío, nos dimos unos cariñosos besos, como de adolescentes, pero algo arraigó en nuestro interior y nuestras manos se enlazaron. Estuvimos así, un tiempo indefinible en las vivencias y en la duración. Hasta que
Fuimos a varios sitios, miramos cds, escuchamos cosas, tomamos unos cafés y bollitos (ella un cortado y dos pequeños cruasanes y yo un zumo natural de naranja, un café con leche y una caña de cabello de ángel. Nos fuimos a la playa de Villanova i la Geltrú (junto a Sitges). Buscamos un lugar y nos bañamos, estuvimos mirándonos mientras nos desnudábamos.
Paseamos y empezamos a bromear. Ella se sentía entendida y yo era nuevo allí y estaba con una empollona, que era guapa y que acababa de romper con su novio. Total, nos caímos bien y empezamos a bromear y a gustarnos. Y me invitó a helados de cuatro bolas, de sabores diferentes, en una heladería "Fargi". Podíamos hacer mil cosas, pero decidimos hacer las cosas juntas. Tal como un hombre y una mujer, juegan y se aman
Primero quedamos solo con la prenda de abajo, total es como un sucinto traje de baño. Luego ella me picó (me incitó, provocándome, retándome a mí), para que me sacara mi slip/bañador, viendo que se transparentaba. Ella también, al estar mojada, me dejaba verle su coñito limpio. Y notó como le miraba sus levantadas tetas, con sus pezones duros.
Me tumbé a su lado, sobre una esterilla, que llevaba enrollada, bajo los asientos traseros del coche. Me quedé mirándola, note el brillo en sus ojos, sus labios siendo lamidos y como tras tomar el sol un poco, se puso de lado y en ese lugar apartado y poco concurrido, por ser un día laboral, se separaba mi "polla".
Estaba rozándose uno de sus pezones, y la miré osado. La recorrí, aguantó e hizo lo mismo, pero su respiración se empezó a alterar. Estaba excitada, y mojándose con ganas. Mi mano se alargo y le acaricié espontáneamente la cara, el cuello, y sus pechos. Bajé hasta su vientre y rocé las caderas. Se tumbó hacia arriba, y jugué con sus muslos (desde las rodillas hasta las ingles, sin entrar a la zona más comprometida.
Ella, empezó a mover su pubis y a incitarme a abrirle sus labios con los dedos. No lo hice, se mordía los labios de su boca. Y empezó a bajar la mano y me acariciaba mi polla.
Lentamente, estuvo tocándome y siendo tocada. Por cierto el tanga de ella, era verde pálido y reducidísimo, transparentaba ya antes de mojarse. Yo llevaba un conjunto de ropa interior naranja, la camiseta quedaba al descubierto y mi pantalón tejano, abierto como una campana por abajo, rajado.
Tócate para mí, acaricia tus tetitas y tus pezoncitos para mí (me puse a pensar). No se si se me abrió la boca, cuando empezó a hacer eso y a tocarse el coñito. Se estaba derritiendo y estaba muy cachonda. Ábrete el chochito con dos dedos (índice y meñique) y deja que los otros dos se te metan dentro (entrando y saliendo).
Y mi mano empezó a agitar mi polla, para ella y acompasándonos. Nos mirábamos, y casi sentía el ruido de sus dedos entrando y saliendo. La ropa estaba en el coche, y nada impedía vernos; ni necesitábamos nada de eso. Nos teníamos cada vez más ganas.
Nos untamos con la crema, que habíamos comprado y sentí el gusto de mi mano deslizarse, lentamente sobre mi polla que lucia brillante por el efecto de la crema bajo el sol. La mire y pensé en cambiar su mano y la mía. Tal cual lo pensé vino su mano a seguir el masaje que yo estaba haciendo. Me noté con mis dedos entrando y saliendo en su coño humedísimo, latiente y no parábamos de mirarnos.
La sentí muy caliente y con ganas de darse más: mitad desesperación y mitad deseo de probar algo nuevo. Le empujaba dentro y le giraba mis dedos en su interior vaginal. Le gustaba, como le estiraba su vagina arriba y abajo. También, a ratos no eran dos dedos, sino tres. Se los separaba dentro Frotaba sus paredes, nos besamos y le lamí sus tetas. Sentía, el endurecimiento de sus pezones, que me parecían fresas que morder entre labios y dientes.
Acercó, de improviso, su mano y me empujaba más fuerte. Me hundía mis dedos dentro de ella y me pedía más fuerza en mis acometidas de empujes, de entrada y salida. La acción me embraveció y me puse a darle con más ganas. Sus gemidos, hacían que mi mano se tornase broca y cuchara, cuchillo y tenedor.
Toda ella me pareció un plato, es decir una mujer apetecible y lista para ser comida, Necesitaba tener todo el sexo que le pudiera dar. Más no quería penetrarla, no esta vez. Ahora era una escultural belleza "cachonda" y deseando ser deseada y demostrarse a si misma que no era la mierda que le hizo sentir ser, el capullo de su novio.
Empecé a acariciarle rápido el clítoris, ella estaba sintiendo mi respiración y mi gemir ininterrumpido. Nos servíamos de aliciente el uno para el otro. Ella me sacudía la polla, paraba y apretaba (más arriba o más abajo).Apretando la base de mi pene y moviéndolo en el aire. Luego la sacudía y la sujetaba entre sus dedos (en la base) y su muñeca y antebrazo me rozaban la polla Nos corrimos, alargando el momento, y juntos nuestros cuerpos fueron extensión el uno del otro.