Recuerdos, de Kharlo, un amo por la calida, apacible y armoniosa entrega de una sumisa.
Amigos de marqueze, voy a contarles, algo mas de mi vida, siguiendo mi carta anterior. El recuerdo agradable; es real, pero con los nombres alterados. La relación, muy intensa, y de grata memoria.
Lea es rubia, tiene el pelo fino, ahora ya le ha crecido mas, de ojos profundos, de color cambiante, labios delgados, alta (178), delgada, y piel muy blanca; tiene 40 años. Yo, Kharlo, soy rubio, ojos azules, alto (174), delgado y bastante impredecible.
Tras bromear, y despues de alguna conversaciones, bien ardientes, vimos que nos encontraabamos agusto. Y túm, Lea, recordaras de las insospechadas utilidades que, ante tu sorpresa, les hice tener a una cucharilla de postre, al cepillo de dientes, y a cosas que nunca miraste de la manera que, yo te enseñé a ver.
Por eso decidimos quedar para vernos, para mirarnos y fuiste tu, precisamente la que lo sugirió. Siempre has sido muy ardiente, y no te resignaste a que todo fuese simplemente virtual. Por eso nos citamos, quedamos en el andén 5, sobre las 10h 30 minutos, en una conocida estación. A los dos nos iva, bien el sito, la hora y queriamos concernos. Además es el que corresponde a la llegada de los trenes de la localidad, donde por aquel entonces vivias si porque ahora has cambiado, de viviwenda y de localidad-. Un conocido pueblito de la costa, con sus casitas blancas y unas playas bien cuidadas, a las que acuden frecuantemente, tanto turistas, como gente del país.
Me preparé, me aseé, me vestí y unicamente cogí algunas cositas que, llevo para amenizar los momentos compartidos. Cosas sencillas, que se guardan facilmente, en una simple mochila, de esas de ciudad; si las llevé en esa mochila, que me regalaron, por comprar una colonia de marca. Salí y fuí a la estación, tomé el tren y en cuestión de una media hora escasa, llegué, subí al vestíbulo de la estación y cogí el ascensor, para bajar al andén. Miré y cuando estaba a punto de llamarte al móvil -cuyo número nos intercambiamos-, si, nos vimos.
Tu llevabas tu pantalón tejano, como casi siempre, una camiseta de algodón, algo suelta, y un sobrerito tejano. Yo llevaba unos tejanos, camiseta de manga corta, con un motivo se surfing, y una gorra de visera, de marca. Nos sonreimos, y me gustó tu sonrisa simpatica, tu figura fina y alargada, y tu naturalidad. Nos saludamos, hablando de banalidades, del tiempo que esperabas y eso....
No habiamos deayunado y decidimos subir a tomar algo, lo hicimos en una cafe, bien cerca de la estación. Allí hablamos, nos sinceramos, y tu tomaste mi mano, sentí la tuya, me exprese con naturalidad, y eso lo notaste instantaneamente.
Decidimos pasear, y dar una vuelta, me hablaste de que tu eras moderna, de que tenias pareja con la que al poco rompiste-. También me dijiste que, salias con varios chicos, y que no te entendias bien que, son buena gente, que tu antes eras fiel, pero que ahora no te entendias bien, y definiste un poco tus relaciones, sin ataduras, viviendo el momento y comentaste minimamente algunos detalles con esos chicos. Yo hice lo propio, y ambos caminabamos en esa maña, y hablamos de que seria una simple salida, sin nada físico, y nos encaminamos a mi estudio.
Las bromas fueron frecuentes, y se notaban que, entre nosotros, simplemente hablando, habia muy buen rollo. Con todo, dijiste que cerca de allí vivia tu hermano si eso me lo has comentado varias veces, a veces hemos quedado, despues de venir de su casa-. Y llegamos al estudio, subimos los dos escalones, y entramos...
Al entrar, dí la luz, y tu lo mirabas todo..., un poco estrañada, pues el estudio estaba completamente vació, unicamente la cocina tiene el mobiliario de origen, y las persiones estaban bajadas. Dí la luz, cerré la puerta, y nos abrazamos espontaneamente. Y nos sentimos latir, vivir, y con ganas de darnos tomarnos y nos besamos. Fué limpio, tierno, dulce y largo, un beso y un abrazo, natural y muy sentido.
Jugamos un poco, notando el cuerpo del otro, pero sin desvestirnos aún.
Y decidi dejar la mochila en la cocina, y tu bolso. Me acorde de que tenia un taburete de madera, pleglado y fácilmente lo monté y te hice sentar en él. Te miré, tu sonreias, y estabas espectante, sabias que algo empezaba, y la situación te arrastraba emocionalmente.
Yo, te acaricié, con mimo, con suave ternura, y me decidí a sentarme encima de tus piernas, a horcajadas. Tu aceptaste, mudamente, sonriendo, acelerada en pulso, y notando como al apretarme a ti tus senos empezaban a vivir, y como yo te besaba, acariciando tu espalda, tus cosatados; tambien notabas mi peso aunque siendo los dos tan delgados, eso no te molestaba, casi que era como una caricia mas-.
Tu permanecias quieta, esperando, deseando, sonriendo y retornado mis caricias. Durante el camino notaste como te miraba, el deseo en mí mirada y la manera de hablarte, te hacia sentir sensualidad no tanto por lo que decia, sino por el tono, y la manera natural de que el deseo surgiera entre ambos-. Pero, yo empece a ser mas intenso, siempre lo soy si una chica es natural, sincera y me gusta; tú me gustaste, aun antes de verte...
Mi boca se acercaba a la tuya, mis labios acariciaban los tuyos, y mi lengua presionando tus labios, se abrió paso, con tu consentimiento y entro en tu boca. Nuestras salibas se juntaron, y las lenguas se entrelazaban en un baile, de pauta improvisada, pero sumamente ardiente. Mi lengua, jugaba dentro de tu boca, notando tus dientes, tus encias, subiendo al cielo de tu paladar y lamiendo bajo la lengua. Tu aunque sentada, te apretabas y tus manos y todo tu cuerpo se movian, y me hacian notar tus deseos.
Eso fue muy agradable, pero nos encendió mas..., tanto como para que entre bromas, yo me levantase y te dije que iba a desvestirte si Lea, aun estabamos vestidos, y habia sido calido, por eso queriamos mas-. No necesité decir más, te dije que te quitases tu pelu, si te caia bien, tu lo sabes; pero me gustaba verte, natural, nunca me importo el cabello corto, siempre me gustó mas tu interior, tus emociones y tu misma. Lo hiciste, y dijiste que eso tú tambien lo habias pensado, sacartela -tal vez queriendo decir que deseas ser querida por tí misma, cosa que a mi me parece evidente...
Te saqué la cadenita, muy fina, delgada, con un cubito y un brillante. Y fuí y la coloque sobre el marmol, encima de tu sombrerito en la cocina, muy cerca del salon en el que tu estabas, a oscuras, pues eso creaba una admósfera más grata. Volbí, y lo siguiente que te saque fueron los pendientes, pequeñitos, de oro, de buen gusto, nada ostentosos, y casi tan lindos como tus orejitas...
Fuí y los coloqué, sobre el sobrero, tambien alineados. Igualmente me saque mis gafas, y el reloj; siempre se agradece el contacto directo con la piel, y se evitan pequeños roces innecesarios.
Luego me volbí a sentar encima tuyo y te besé, con ganas, respondiste y nos fundimos, en un abrazo largo, prolongado. Te lamí tu cuello, las mejillas, sobre los ojos, tus labios y tu nariz.
Lamí y sorbí, y mis dedos, acariciaban tu nuca, tus costados, tus nalgas. Toda tu espalda fué surcada por mis manos. Y apreté tus labios, con mis dientes, tiernamente, pero para que notases algo mas contundente, y te agradó respondistes, y noté tus manos en mi espalda.
Decidí, y tu lo aprobaste, con tu mirada, sin palabras, que tu camiseta sobraba, la sacamos, tu te limitaste a estirar tus brazos como una gata siempre te han gustado los gatos, y tu eres una gatita-. Igualmente, casi sin pausa me saqué mi camiseta, y la fuí a colocar, tambien sobre el marmol de la cocina.
Siempre que volbia de la cocina tu sonrisa, y toda sin decir sugerias que estabas muy agusto. Yo te hablaba muy bajito, te decia cosas bonitas, ese tipo de cosas, que son irrepetibles, que son del momento, y que son latidos del alma, del alma encendida y ardiendo junto a un alma linda, y tan calida como tú.
Tu dije que desabotonaras tus jins, lo hiciste, que bajases la cremallera y dejases el pantalon abierto, queria verte el tanga, así y que tu notases que te ofrecias, lentamente. Que tu cuerpo y tu corazón se daban tranquilamente. Acto seguido, y luego de sacarte, con pulcra precisión, con mis manos -casi como un cirujano-, tu pantalón vaquero. Estuvimos un rato acariciandonos, las manos eran como olas, que se desplazaban por nuestros cuerpos. Bien que tus olas, largas, delgadas y blancas, eran más suaves, mas timidas y; las mias más osadas, apretaban tu vientre, tocaban tu cara, te acariciaban y se decidieron a apretarte y hacer botar en el aiere- tus tetitas.
Te quejaste un poco, cuando toque tu pecho izquierdo, si luego supé que esta más dolido. Y en nuestros juegos, te dije que esa tetita y ese pezon, izquierdos son mios, que siempre que los sientas te acordarás de mí. Y mi mano estiro del elastico de tu brasier, se coló dentro, y notaste como mis yemas subian y bajaban de las montañitas e tus copas, frotaban y hundian. Yo deseaba cojerte los pezones, y estirarlos, tensarlos, hazarte que la tela del brasier se subiese. Mis dedos y mis ojos deseaban vibrarte, toda, primero una teta, luego la otra, despues las dos juntas. Estirar y aflojar, tensar y destensar tus pezones y tus aureolas. Si estirar esos pezones, y rozar tus aureolas son muy pequeñas, pero bien sensibles-, y hacerlo mientras tus ojos se cerraba, mientras te mordias los labios, y tu respiración se aceleraba.
Y luego, baje mi mano, y empecé a estirar de tu tanga, de color pistacho, igual que tu suje. Mientras estiraba, te comia la boca, y lamia cara y cuello, a veces tambien tus seños; y te hacia sentir como la tira frontal del tanga, te empaquetaba tu coñito, dandole tirones, y estirando hacia los lados... Me levanté, te desajuste el bra, y lo coloque en el marmol de la cocina.
Volbí y me senté nuevamente entre tus piernas, y te masturbé, larga y lentamente, como tu siempre quieres, si te cuesta llegar, pero cuando llegas te gusta sentir como tiemblas, como lentamente te vas acercando, y como aumenta la tensión. Y decidi parar, solo un momento. Abriste los ojos, y hablamos...
Me levanté, fui hacia la cocina, dejándote así, para demorar el momento en que te vaciases. Y te dije que queria utilizar algo, en nuestros juegos. Tu por algún motibo, te sentiste sola, en un sitio, en que estabas a mi completa merced. Temiste que te hiciese daño, tal vez incluso temiste por tu vida. Te senti llorar, y al acercarme tus lagrimas bajaban por tu carita, y goteaban en tus tetis, te limpiabas la cara como una niña, y hacias pucheros y moquitos.
Te tuve que consolar, peinar tu cabello, hablarle a una bebita, de 39 años, y tranquilizarla. Lo conseguí, como tantas veces que lloras, y que te sientes tierna, cosas que no te hace sentir así nadie más. Como cuando te canto una canción, en ese idioma que tu no conoces, o cuando hablamos en francés, en la playa de aquel pueblicito de la cosa, junto al tuyo...
Cuando te reposaste, y luego de estar un rato abrazados, sin movernos, simplemente respirando, sintiéndonos y hablandonos como solo se habla con el amante, mientras él está en tus brazos y tú en los de él. A rito lento, mis manos empezaron a recorrerte
y empezaron a acariciarte lso muslos, a apretar tu cuchita, si suavemente, posandose, y caminando mis dedos por encima de ella.
Luego repasé de arriba abajo tu raja, apretando dos dedos juntos, vibrandote un poco, frotando mi mano toda la palma, con tu concha-.
Tú te ibas humedeciendo, notando crecer tu humedad, y notabas mis presiones, mi tacto, y mi boca en la tuya, sin dejarte hablar. Asi te tapé la boca y la nariz a la vez con la mia. Sin dejarte respirar, un rato largo, y abriste tus ojos, justo eso esperaba; empece a deslizar dos dedos dentro de tu raja, y los sacudí dentro, frotandote los pliegues de tu chochi de niña grande, de nenita que quiere que eso duré mas, que crezca, que siga y te empezaste a mover.
Yo, aproveché para darte 3 puntazos, con el extremo de mis dedos, con mis yemas, deseando que llegasen al fondo de tu hutero, que te desfondaran el coñito. Que te sintieras bien follada por mi mano, y tu cada vez culeabas más, tu cintura y tu columna se arqueaga. Si te arqueas maravillosamente como una serpiente de deseos. Eso siempre me ha gustado de ti, verte darte, y culear como lo hace una mujer cuando se libera de presiones, y se concentra en sentir y en hacer sentir, en vivir el sexo con su pareja.
Me levanté, y te hice levantar, te saqué el tanga, indicandote que no te movieses, que eso era cosa mia. Tú te dejabas llevar, a mi indicación primero levantaste una pierna, luego la otra y yo te baje el tanga. Lo puse en el tamburete. Y me centre en tocarte el culito, en mirarte y en hablar de tu cuerpo, de tus tetas, tu vientre, tu cara de ñiña consentida; tambien, de tus piernas largas, de tu culito, al que acaricié y el que le dí unas cachetadas si, ese tipo de cachetadas, de la mano dura, que esta vez fueron un poco mas suaves que lo que acostumbro-.
Lami tu culito, despues de cada cachetada y te hice doblar, hacia el suelo, siempre me gusta hacer sentir a una mujer, que se dá, se entrega, que desea sentir mas, y que ella lo hace voluntariamente. Te hice separar las piernas, y acaricie los costados y la cara interna de tus muslos, raspandote un poco fuerte -con las yemas primero, más tarde con mis cortas uñas-. Y tu temblabas a ratos, note como tu piel estaba muy sensible, y tu mirada de pilla, de ganas de deseo, de entregarte más...., toda..., si para sentirm más....
Te siento en el taburete, y sentado direcatamente en el suelo, nunca me ha gustado estar de rodillas, empiezo a lamerte tus muslos, desde las rodillas, lentamente, mis dedos te frotan, en circulos. Sigo lamiendo, y siento tus dedos en mi pelo, te aprieto con mis manos, y sigo lamiendo. Me voy acercando, y a rotos marco un poco mis dientes en tus muslos, luego lamo y ensalibo. De vez en cuando soplo mi aire sobre tu cuchita, que me mira, me mira casi igual que tu con tus ojos, esperas y te desesperas, pero no dices nada, no es necesario tu mirada y tu cuerpo ya me hablan.
Llego a tus ingles y lamo, sorbo, hago mucha saliba en la boca, como si la embalsara, para hacerte sentir algo..., diferente. Me acerco a tu raja, se ha abierto un poco, tus labios se empiezan a hinchar, y tu te separas bien, lamo fuerte, hundo mi nariz y la froto.
Me froto la cara, y froto mis labios, lamo suave, por fuera, tu coñito me gusta. Y mi boca deja que mi boca, eyacule ese montón de saliba embalsada, para tí. Notas eso, te extraña, pero te gusta, y al momento, notas como froto por fuera con dos dedos, como limandote tus labios, jugando con tus rizos aun no te habias rasurado-.
Te hundo 2 dedos juntos, girandolos, los froto bien fuerte, con insistencia, doblandolos hacia las paredes, por todos los lados, te estiro por dentro. Tus pliegues se mojan mas, me empapan, te lubricas bien, y los muevo lentamente, pero voy acelerando, voy dandole lenguetazos, y lamo tu clitoris, si lo coloco entre mi labio inferior y la lengua. asi notas eso especial, a ratos dejo que mi boca babee, y sorbo tu flujo, sigun sale, lo sorbo y lo vuelvo a hacer salir, para lubricarte mas, para que tu clito siga bañandose, para que te sientas en ese momento, mujer, amante y un poco putita...
Quieres que estire, entre y mi mano te folle, sabes que si no te vacias, no sabrás respirar, culeas, paro te colocas mejor para que te lama y te penetre con mi mano. Te gusta ser follada con la mano, se que tu limite son 3 dedos, si eres bien estrecha, pero 3 dedos bien usados dan mucho, y tu acompañas mis mobimientos con los tuyos. Empiezas a gemir y te tapas la boca, para que los vecinos, y la gente que entra en la escalera, no te oigan.
Lamo y sorbo, seguido, fuerte, sin pausa, sin misericordia y te empiezas a convulsionar, violentamente. Sigo tocándote, lamiendo y estirando a tu clítoris, pero te encanta cuando lo sientes descapullar entre mis labios, y como con mis dedos los froto, directamente, te lo masajeo; y te descontrolas, gimes fuerte, y gritas. Abro, tus piernas, más aún. Me las subo, sobre mis hombros, y tu las cruzas tras mi nuca y frotas tus talones, en mi espalda y hombros; te aferras a mi cabeza para no caerte; asi te puedo tocar mas fuerte, y tu te entregas, toda. Ahhhhhhhhhh................ apareces como fiera de amor, quemando en ese fuego violento que, tanto nos gusta. Empiezo a seguir un ritmo de pasadas hondulantes, en tu clítoris crecido, sigo por tu vagina encharcada, y mis dedos llenan tu útero, saltas con el placer que, se esparce por todo tu cuerpo, con espasmos de olas en un estanque.
Apenas descansas un momento y, volvemos a empezar. Muevo la cara, para acomodar, mas cerca de tu culita, mi boca. En esos momentos, y cada vez con mas claridas, sientes deseos de ser completamente mamada. Con dificultades, con una mano y con tus piernas te sostienes, y con la otra empiezas a darte una masaje rapido de tu clítoris, te lamo el chochito y le doy lenguetazos a tu clito, en los momentos que queda libre entre tus dedos. Te hago tumbarte en el suelo sobre el pantalon, y tu te tumbas, abierta, boca arriba.
Al poco, notas una corriente eléctrica que, te estremece de gusto. Te encuentro entregada y aturdida.... No se el tiempo, que pasa, descontrolado, relativizandose los segundos y minutos... Solo se que unos momentos cierro los ojos, y sin hablar, ninguno de los dos percibo las maravillosas convulsiones de tu cuerpo.
Ahhhhhhhhhhhhh.......... tu te vienes, fuerte..., me clavas las uñas, y por un momento te mueres de placer, de pura felicidad yo insisto en tocarte fuerte el clito, y meto los 3 dedos, girandolos y separandolos dentro. Te doy tirones, abajo, arriba, derecha e izquierda, pero sin orden, sin que puedas saber como. Te cojo los labios menores y los estiro, un momento. Y tu te vasss, gritas..., pataleas... Te vacias en una secuencia larga. Me mojas y te lamo toda. Y luego lentamente vas bajando de la cresta de la ola, mientras sientes mis caricias, nos volbemos a abrazar, y sentimos el lento recuperar el pulso y nuestra respiración.
Me dices que vas al lavabo, y estas un rato, luego dices que te ha salido mucho flujo, mas abundante que otras veces... Y te sientas, y me pides permiso, para tocarme los huevos. Me levanto, me bajo el slip, y me tocas con ternura, con respeto, mierdome a los ojos. Esto te gusta, lamer y tocarme, y me pides permiso para meterte mi tranca en tu boca, y sentirla dentro, te dejo hacer, pero te prohibo mamar seguido. Te metes un huebo en la boca, luego el otro, los sorbes, y vuelbes a querer tener mi polla, en tu boca, te gusta sentir esa tranca, y ser una bebita, con su chupete de niña puta....
Pero eres preciosa asi, te dejo un rato, tu me tocas las nalgas, y veo que tus pezones, se te paran, te excita estar así, estas completamente ida. Y noto como juntas y separas tus piernas, te estas viniendo, lo veo en tu temblor, y en tu mirada. Te das cuenta que no lo sé, y decides acariciarte tu cuchita, para darte placer y llegar otra vez, ese sabor se mezcla con el café de esta mañana, y con el morbo de entregarte así totalmente la primera vez. Sabes que no te penetraré con mi polla, y eso te relaja, ya tienes otros que se mueren por follarte, pero estas sensaciones no las tienes con ellos Lea.
Luego, cuando llegas, me acerco y te peino, te doy mimos, y salimos a pasear, a hablar, mas relajados, tu sonrisa de felicidad, es limpia, te sientes como un campo despues de la llubia. Te sientes mujer, y te gusta ahora ser mi amiga...
Hablamos y estamos toda la mañana, comemos, y luego nos despedimos. Sabes que he estado contigo, y no solo para sexo, te gusta. Y sabes, que me gusta el antes, el durande y el despues, que no soy como esos que luego se fuman un cigarro y se visten, yendose, como quien a acabado de comer, a mi me gusta estar luego en la mesa y hablar..., jajajaja. Lea, tu lo sabes..., te gusta y me gustas..., cuando caminamos se que sientes tu hinchada vulva y sientes los recuerdos que se escurren entre tus piernas y como se contrae tu culo, cuando llegas al placer mas intenso.
Esos deseos te vences y surca en tu mente, y en tu corazon, mientras hablas, y eso te hace brillar la mirada, cuando alguien o algo te hace recordarme. Eso te robará horas de sueño, durante varias noches, te hace fantasear, te desesperara, te inquieta, te incomodas y necesitas levantarte de la cama -si aunque tengas compañia, e iras a buscar un rincón para masturbarte, largamente, y vivir en silencio, a oscuras, clandestinamente-.
Eso va creciendo, un dia y otro, y te intentas controlar, pero cada vez te cuesta más estar sin oir mi voz, necesitas llamarme, oirme; tal vez yo esté dispuesto a verte, tal vez... Que nuevo juego habre pensado, o inventaré, para tí... Ese tipo de juegos, que salen de mí, y que luego se fijan en tus recuerdos, y te hacen olvidar todo, dejar todo para sentir eso... Si ese tipo de cosas, en las que cada vez piensas mas, deseas más, y que no sientes con ninguna otra persona. Estás dispuesta a dar el siguiente paso, a pagar cualquier precio, a todo, con tal de sentir eso otra vez...
Soy catalán y español, y agradeceré sus correos; especialmetne si sois sumisas, y buscais un relación intensa, en la que ser esculpidas en el universo de las sensaciones, sin esquemas prefijados.
Yo no descarto, esa posibilidad, pero todo está por ser, quien sabe... Tal vez, mantengamos correo electrónico.
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