Soy el INSTRUMENTO de placer.
Soy tu amo y se que finges estar dormida, te abandonas totalmente y quieres sentir el cariño y la animalidad de ser tomada y perforada por la polla de tu Amo. Tu misma, sabes que eres instrumento del placer propio y del de tu amo.
Antes de este momento han pasado meses, luego hemos tenido unas conversaciones y ya surgido el enamoramiento, además ha sido una semana larga y has esperado hasta llegar a donde estás. Las horas de viaje y luego, sentada tomando un cafetito, miradas a tu reloj y al móvil, horas de mirar gente que va y viene como autómatas y luego un par de horas, sentada en el banco del andén número 5, en la estación de Barcelona Sants- Barcelona central.
Me has intuido llegar varias veces, serán las expectativas de tus deseos y sabes que es casi imposible que resistas más horas sin llamarme. Sabes mi número, pero sabes que ahora es la hora de la salida de mi trabajo y que la jornada ha sido larga. Te han llegado mis dos mensajes, y los has leído ávidamente.
Has paseado, una docena de veces y te gustaría poder encender un cigarrillo o varios; en éstos momentos lo necesitas imperiosamente, pero renuncias incluso a pedirlo a alguien. Te costó mucho dejar de fumar y más aún dejar a todos, a tu familia y a tus reparos. Te costó y sufrías entre los que debes y lo que quieres y entre seguir con tu mundo conocido o ser parte de un nuevo universo; si ciertamente eres un algo que se expande constantemente, es como ese "indefinido algo" que a veces pareces tocar, cuando sientes que eres totalmente de alguien, hay una persona que te comprende perfecta y completamente, tanto que te conoce mas que tu misma.
Luego llego lo inesperado, un aviso a tu móvil y el anuncio de que vayas al club de pasajeros. Si, allí he dejado un sobre, has de recogerlo y la sangre te hierve, las sienes te retumban y empiezas a desear sentirte fuera de ti misma. No eres capaz de ir con tranquilidad; notas como te aceleras en tus pasos y trotas, como si fueras una niña sorprendida en falta y que ha de rendir cuentas, eso te hace sentir un escalofrió entre tus piernas...
Antes, tenías un total control de ti misma, control de una vida monótona y predecible. Si, antes tú mi niña eras una de tantas mujeres, de esas que están acostumbradas a dar montañas de amor y a recibir escasas raciones de supervivencia (muy desatendidas por sus parejas). Sentí, ya al principio de conocernos que no te conocías a ti mismamente y que no aceptabas renunciar a ser como eres.
Eso es lo que realmente te transmite mi persona y tu cariño así tomas posesión de un "compromiso conmigo", para que ambos lleguemos a acariciar a la felicidad de una forma más plena. Desde entonces, te resulta inimaginable vivir sin esa sensación:
--primero, decías que alguna vez nuevamente, y luego la querías más y más asiduamente; y ahora la quieres sentir como posible cotidianamamente, como algo que tu puedas tocar cuanto te levantas y acuestas.
Te acercas a las escaleras mecánicas, subes los peldaños precipitadamente, aunque los escalones se mueven por sí mismos. Luego miras y eliges ir hacia la derecha, has acertado, está en esa dirección y al poco ves la puerta y dos azafatas que atienden profesionalmente a los clientes de clase preferente de RENFE.
Te saludan, y les contestas sobriamente, luego le dices que si han dejado un sobre a tu nombre..... X. Espere, se miran y te lo dan, se miran y ves que se sonríen, no es por nada que has hecho tú, es que les dejé una propina de 10 euros (ni insignificante, ni pretenciosa).
Te empiezas a sentir mareada, palpita más fuerte tu corazón, al abrir el sobre y ver el contenido, respiras nerviosamente... mientras ves la nota y unas llaves dentro de un sobre acolchado. Hay una dirección y la indicación de que no tomes el metro, que busques un taxi... y uses las llaves (hay la indicación de las señas completas).
El trayecto te resulta dantesco, giros, frenazos y semáforos y una pendiente que subes, el taxista quiere entablar conversación pero tu no puedes dedicar parte de tu atención. Empiezas a imaginarte conmigo, quieres dejarte perder en el mundo de sensaciones que se despiertan desde el fondo de tu vientre, en tu pecho y en tu cabecita y que luego se agolpan en tus pechos, se esparcen por toda tu piel y entran en todas las hendiduras y huecos y cavidades de tu ser.
Ya deseas estar arrodillada o tumbada en mi cama, sientes que tus muñecas y tobillos dicen que necesitas cuerdas atadas y eso te hace humedecerte. Estás más nerviosa por momento, y no puedes fumar.... darías un precio exorbitante con tal de poder sentir los efectos del tabaco pero sin fumar. Y recuerdas, que tus labios saben que me gustan los tejidos suaves y tomas de tu bolso uno de mis pañuelos blancos, si esos de arganza suiza que te envié y que has tenido que recoger buceando entre tus clinex, el pintalabios, la caja de crema y un montón de objetos indescifrables, pero en el que... si acabas de rozas las pinzas de pasta con forma de pez, y borde de sierra...
Te sientes más relajada, al notar que tu bolso reproduce el caos de tu mente, de tu pasado y de tu vida; todo es caos, bueno todo hasta que estas conmigo y todo se organiza y sientes que eres parte de mí. Tu vida era un torbellino, o un árido paraje aburrido, pero en ambos casos aderezados con insatisfacción y soledad (s soledad sola o con otras personas, pero no te sentías ligada a ellas para nada).
Recuerdas y deseas tener la oportunidad de sentirte abierta y notar como una voz té hacer saber que una persona, alguien puede revivir tu humanidad, tu sensualidad y que la felicidad late con cada palabra y matiz; incluso en algunas ocasiones en que sientes dolor, es un dolor amigo y que te guía a la felicidad de ser comprendida y dar felicidad.
Llevas unas semanas de inquietud, en que te incorporas varias veces durante la noche, no oyes nada ni a nadie, pero sientes que puedes oír tus propios movimientos en la cama... Varias veces mientras hablamos, tratas de encontrar una mejor posición en que ponerte, y si te inmovilizo o lo haces tu misma siguiendo mis indicaciones el arco iris de tu sensualidad, se agranda para mirar en ti misma como al microscopio.
Entras y te desvistes lentamente, como inmersa en el ritual. Tus manos actúan y tu mente te dice que lo haces te asegura y escribe en hecho aquello a lo que estás tan resuelta: "darte sin reservas, para ser tomada y aceptada". En esta entrega, que sella la salida de tu ciudad y el viaje que emprendiste hace meses y que hoy, ha tomado la rúbrica de ir a la estación y encaminarte con tu equipaje (ese que tienes depositado, desde este mediodía, en la consigna segura de la estación de ésta ciudad).
Vas descubriendo, lo que tu sensualidad y mente sabe que "yo" voy hacer despertar, ahora tu misma te preparas así, con tus propias manos. Te sientes resuelta, pero hay un punto de nerviosismo en esa manera de irte sacando cada nueva prenda: empezaste con depositar el bolso y luego tu abrigo (colgado en el armario), luego desabotonas esa chaquetilla y rozas cada botón y botonera tiene una confesión nueva, algo de ti que dice que algo tuyo sale por ese ojal. Y vas y la abrochas lentamente, la pones boca abajo, doblas las mangas y la pliegas, en dos mitades.
Al poco rato, tras quedarte pensativa, envuelta en olores e imágenes que se agolpan y te anticipan cosas, notas las solapas de tu blusita y notas la tersa suavidad de esa gasita, tan transparente, tanto que has decidido ponerte una camiseta debajo, pues si no se descubriese todo tu cuerpo y dejaría ver la nitidez de tu sujetador negro, con la orlita verde que cubren esas lindas costuritas.
Y nuevamente, tratas muy dúctilmente a ese tejido de esa blusa, que es de un color de "negro café"; recuerdas que la elegiste especialmente para el día de hoy y sabes que con ella has ser más cuidadosa. Ahora vas y te alzas la camiseta que parece del color amarronado, de esa espumita del café bien cargado y notas como la doblas. Como todo el proceso de desvestirte, de presentarte sugerente y sin provocación, todo lo has memorizado decenas de veces.
Has soñado con ello, y por eso notas que lo realizas pormenorizadamente y con absoluta sujeción a las reglas, tu sabes que es tu elección y parte de la armonía se inicia ya en el modo de disponerla, así en perfecto estado de revista. Por eso, las acaricias y al instante vives esto muy relentizadamente. Sabes que vas y las dejas una sobre la otra. Así la camiseta está sobre la chaquetilla y encima de esta le colocas a la blusa.
Ya respiras con el ritmo alterado, sabes que tu cuerpo luce desenguantado del abrazo de las ropas, y así decides desajustas el botón del pantalón y bajar la botonera; puede parecer que lo haces cansinamente, pero más bien es una relajación de las barreras que desbloqueas con esa maniobra de bajada ralentizada.
Por un corto momento nuevamente reposas, pero el tiempo te acucia y vas y con decisión cierras los ojos y al poco respiras y tus miradas palpan minuciosamente el entero entorno circundante. Y ves mis fotos, dentro de su marco, te acercas y tomas a un par entre tus manos y te dices que son enteramente descriptivas de cómo te sientes...
Tu misma, te ves a ti así como enmarcada, pues eso es lo que sientes en este paréntesis de tiempo, concretamente vives esa sensación de cintura para abajo y el enmarcado está constituido por esos pantalones verdes. Notas, que despiertas y conduces una parte de ti para mí; sé desamodorra tu parte más mía, así con cada cosa que vas tomando entre tus yemas y te la sacas.
En un segundo paso, las doblas con mimo, como tu misma te superpones en doblegarte para mí y te repliegas desde tus incontables rebeldías. Té sujetan tus propias riendas, lo que te reafirma una vez más en tu resolución, sabes que estás convencida y te vas confesando estar entregada en esas muestra devoción hacia nuestro amor.
Eres tan nueva, la persona que resurge de tu cuerpo librándose a estar para "mí" te patentiza tu propia voluntad de quien más te quiere; la persona que te hace sentir y a quien reconoces que tiene más derechos sobre ti, me quieres más que a ti misma. Por eso finalmente tus manos acompañan al pantalón y la voluntad hace que tus piernas, libres de los zapatos se esmeren en levantarse y dejen sentir la tela deslizarse. Primero sale una pierna y luego la otra, mueves un momento los pies, sueltos y dentro de tus medias...; solo un momento, un artificio para tomar aliento, y distenderte.
Tu mente está acompasada a ritmo de tu acelerado corazón. Y con todo, sabes que tienes llaves y puerta francas, estás tu misma así quedándote y deseando sentir que llego... Eso, eso el ser libre para todo es lo que más te hace sentirte muy mía; es un acto de confianza y de renuncia, y de desear que llegue y te apruebe y sentirme...
Vas y acaricias tus piernas y muslos, y en esa caricia anticipas mínimamente una gota del mar de sensaciones que anhelas y que se agolpan y atropellan, en carrera incesante, compitiendo en variadas sensaciones. Casi te mareas, por sentir esa necesidad tan honda de querer sentirme sobre ti, en tus costados y en tus pies y en todas tus zonas secundarias...
Así, va iniciándose un deseo, que se arma de detalles y se alimenta con cada caricia en tus pantorrillas y axilas, con las yemas que llegan a tus ingles tras atravesar tus muslos y... Si, bordean tus nalgas y rozan el nacimiento del bello de tu pubis y luego los arbolitos de tus cabellos y lo izan, cual banderas...
Sacudes la cabeza y recoges tu media, las piernas nuevamente las estiras y luego la misma acción con la otra pierna, pero esta vez sin dejarte llevar por las sensaciones, si esas que hacen que tus piernas te hablan y digan lo que desean y esperan. Igualmente recoges tu media y las estiras las tomas con el pantalón las colocas, primero el pantalón luego las medias. Y retocas un poco el conjunto, sobre la silla. Hasta que queda como deseas, respiras vas a la cocina y tomas agua; hay refrescos, vino y algunas cervezas, también zumos, pero prefieres la transparente agua, es como mimetizarte de sentirte limpia y transparente.
Luego vas al lavabo, entras y te despojas de tus últimas prendas, sí tu tanguita verde fosforito y tu sujetador negro sí con lar orlas verdes. Así te dispones, te sientes enteramente limpia. Quizás solo falta limpiar tu piel, por eso dejas salir agua del teléfono de la ducha y toma la pastilla amarillita, casi transparente y sobre tu cuerpo húmedo empiezas a frotarte con tus manos.
Si es agradable, sientes el tacto de tus manos y te abrazas e imaginas que son las mías como tantas otras veces, solo que ahora sabes que es para dejar esa fragancia con esencia de jazmines y saber que yo la tomaré y sentiré y mis manos recorrerán tu cuerpecito, con esa lentitud que hace alargar los momentos y que realiza una elongación de tu cuerpo, de todos los poros de tu piel y los poros de sentimientos de tu alma.
Todo tu sientes el hueco de tus manos, y tus dedos leen los palpitares de tus deseos; es una inacabable sucesión de caricias y un abrazo continuado, pues me sientes tomarte entre mis brazos. Han sito tantas veces, en que el acto de ducharte ha permitido que me sientas más en ti misma; más consistentemente. Tan es así, que ahora aun sabiendo que te abrazaré realmente, necesitas constatar que estás viva y que revives la querida sensación de tenerte entre mis brazos.
Al poco té secas, con las dos toallas que ves sobre la tapa de la tacita del water, son blancas y de rizo americano; están algo gastadas, pero así el tacto es más suave y empapan mejor el agua que adorna tu cuerpo de pequeñas perlas líquidas y tras secarte el cuerpo y la cabeza (con la otra toalla), te vuelves a colocar el sujetador y el tanguita. Sí, son los mismos, ya que el resto de equipaje esta en la consigna y sabes que hoy no iremos a recogerlo.
Ahora la sensación de colocarte esas dos prendas es inusual, sientes que con ellas deseas adornarte y hacer resaltar tu cuerpo. Sabes de mi predilección por verte de esa forma, sugerentemente provocadora y convenientemente libre para ser acariciada y para sentir como me aprieto a ti, como nuestras pieles se besan y como el abrazo de todo un cuerpo, se concreta cuando tus brazos y piernas me toman doblemente.
En esa disposición, con estas mínimas prendas, casi te sientes más desnuda que si no llevaras nada; se produce el contraste y hay una sensación fronteriza a la de exponerte cual si fueras una modelo. A los pocos minutos, de sentirnos abrazados de esa forma, notamos como se te entreabren lindamente los labios, se te quedan sequitos y al darte cuenta los lames o bien soy yo el que te los humedezco con mi lengüita. Notas como tu respiración sale y rebota en mí y como mi excitación presiona en tu vientre o en tus muslos; algunas veces, también lo hace sobre el triángulo de tu tanga o braguita.
Estás un rato mirándote, de frente y de espalda, revisas tus costados y te sitúas tus prendas de presentación.
Tratas de ser objetiva en como te miras y con todo te ves deseable, recorren los dedos una breve porción de cuerpo que haces que se sienta como en un margen de tu anatomía, luego otros márgenes más y cesas pues empiezas a excitarte y sabes que deseas estar presentable e impoluta y que notaré si te has dejado llevar por tus sentimientos. Además, quieres que sea más completa la sensación y me empiezas a necesitar contigo, más intensamente por momentos.
En un último instante, sientes como un deseo de ser mía, y entras en la cama por mi lado, reposas ahí y luego te vas situando hacia tu área del lecho. Y al llegar cierras los ojos. Dudas de todo por un momento, de sí vendré y te haré tan feliz como otras veces o sí estoy demorando conscientemente el encuentro, mi vuelta a casa. Todo se empieza a embrollar, en tu mente y en tu corazón. Te colocas boca abajo y así cual avestruz enamorada, me esperas y deseas que estás sabanas y el calorcito empiecen a hacer más apetecible estar ambos juntos.
Así, ensoñando te adormeces; te abandonas y te sientes feliz por estar otra vez conmigo; pero ésta vez en mi maca, en nuestra cama te dices sonriéndote, feliz cual niña, en noche de reyes magos.
En eso que llego a casa, y abro lentamente; sin hacer ruido. Miro la habitación y voy a la cocina. Veo el vaso, con un poco de agua y si, tiene la marca de tus labios (hoy te los has coloreado, con un color rosita pálida). Veo las toallas, al entrar el baño, húmedas y nuevamente dobladas y veo algunas gotas sobre los azulejos de cerámica y sobre la cortina. Y el olor a jazmines, y tu piel. Y imagino que seguramente también noto que has usado el wc, el bidet no lo sé pero el wc es seguro como que te has estado mirando en el espejo (es un espejo de cuerpo entero, que da sensación de profundidad y que está situado justamente enfrente del lavamanos.
Te he de ver, me acerco lentamente, con cuidado y me sitúo al pié de la cama, en el reposapiés veo que te mueves un poco, ajena a que ya estoy contigo y que en ese momento ya te veía moverte en la cama. Además al acercarme oigo, los pequeños roces frutos de los ligeros movimientos y también a ruido de tu respiración. Quizá otro no se percate, pero es evidente que eres inquieta en tu sueño, observo como cada poco rato vas tratando de acomodarte mejor, eres como un perrito haciendo el nido donde dormir, así como lo hace tu perrito Sandy.
No cesas, en esa tu natural inquietud, por cambiar de posición y en buscarme a tu lado. Pese a que tratas de encontrar una postura cómoda, estas intentando abrazarme, eso me dice tu manera de mover tus brazos. Como tu persona está puesta boca abajo quizá inconscientemente tratas de alcanzar a acariciarte, tu intimidad por momentos se esfuerza en rozarse con la sábana y el colchón. Es un punto de tu fiebre de amor, son notas de tu espíritu caliente.
Sé que tu me quieres.. Desde hace tiempo, me hago muy necesario para ti y me buscas entre el pliegue de las sábanas y eres receptiva si se te cuela el tejido de tu braga o tanga. Necesitas, sentir algo entrar en ti, es imperiosa esa petición y necesidad ya que todo el día y las dos semanas anteriores has estado dándole muchas vueltas hasta decidir dejar todo para poderme sentir más, y ser una parte constante de mi vida y yo de la tuya, me sientes en ti desde hace meses, pero quieres sentirte conmigo.
Descubriste que te sientes mi mujer, más que cualquier otra cosa y que deseas ser mi amante que lo das todo y que quieres ser hasta mi putita, también eres esa mujer que me cuida como una madre, y sientes que te haré sentirte cuidada, por lo que serás como mi hija. Además hay una confidencia continuada que dura meses y una confianza grande, al punto de reconocerte diciéndome cosas que no confiesas ni a tus amigas, ni a tu hija o nuera.
Sé que tu cuerpo, y tu sensualidad te pide ser más de mí, entiendo que ahora aquí y adormecida tu desees sentir algo mío introducirse entre tus muslos; y es que te desesperas, estas toda encendida para alcanzar un orgasmo, noto como te mueves y vas yendo dejándolo venir y tomarte por completo. Tu tanga se va yendo empapando... Y noto como te refriegas, los pechos con una mano, mientras ases la almohada y la muerdes, como si fuera yo o una parte de mí.
Cuando noto eso te dejo, así y te observo y lo hago tomando una de tus medias y
dejando que ella acaricie tu cabello. Pero estás demasiado excitada y no lo
notas, estas llegando y alargando esa sensación. Das rienda suelta a esa
sensación durante unos minutos más, y te vas aletargando, sumiéndote en otros
pensamientos. Noto que estás mas calmada y veo como tu mano acaricia la
almohada, como una madre acaricia a uno de sus hijos, al preferido o preferida.
Y decido desvestirme, mientras te miro. Tu sigues ensoñando, sumida entre dos capas de sensaciones las oníricas y las reales que reviven la quietud y relajamiento que siguen al placer orgásmico. Oigo que murmuras algo, mientras acabo de desabotonar la camisa, pero no lo entiendo. Solo que té giras y quedas boca arriba y veo como aprietas tus labios y mueves tus labios, como en un beso (besas al aire pero me besas a mí).
Eso hace que me acerque y ya sin mi pantalón te bese muy suavemente. Tanto que casi es imperceptible pero tú de algún modo me lo notas y mueves las órbitas de tus ojos, sin abrir los párpados. Acaricio tu frente, y coloco tu pelo a los lados. Es como una caricia y así lo entiendes, pues sacudes ligeramente la cabeza y tus brazos se entrecruzan como si te achucharas conmigo y en cierto sentido si te abrazo. Pero me gusta verte así, saber como eres en esos momentos de abandono.
Regreso a la acción de desvestirme, y coloco el pantalón junto al resto de mi ropa, también los coloco, pulcra y ordenadamente, de forma similar a como has hecho tu con tu ropa. Y me gusta sentir, nuestras vestiduras en la misma habitación.
He de asearme, y dado que ya he comprobado que estás bien sin reparo me embargo en una reparadora ducha, ya sé que estas gozándome mientras estabas dormida. Con las caricias y roces, has aflojado el sujetador, es como algo que te dice que dormida no es necesaria esa prenda. Te has girado y en algún momento has desajustado el cierre trasero. Es una cosa que te entrega mas, y te dejas así mas a mi merced.
Con tus movimientos y caricias, con ese lento ejercicio amatorio, has ido preparándote y noto un poco de traspiración en un ligero brillo delatador que se me ofrece visiblemente entre la porción descubierta de tu piel.
Bueno, voy me ducho y también me enjabono con la pastilla de esencia de jazmines, esa que he notado al estar en la proximidad de tu persona; si la he notado entremezclarse con tu propio olor. Estabas bella y te deseo sentir muchas noches así tumbada a mi lado, mirándonos a los ojos y otras ocasiones con las manos bajo la cabeza. Sé que tienes tendencia a ponerte con las rodillas dobladas y que al sentirme te desdoblas y te estiras para abarcarme mejor. También sé que a veces te pones de lado y dormida, te rozas conmigo, igual que mis manos se disparan a explorar y recorrerte, cuando te siento a mi lado.
Pareces una niña feliz que nota su cara reluciente, yo mismo me noto distendido y alegre contigo y tu me sonríes, si hasta de dormida, hasta que te acaricio y te remansas junto a mí por con tu lindo semblante enamorada y tan tranquilamente abrazada. Pero eso contrasta vivamente, y me hace desvelarme, eso lo siento al darme ahora las espumas y enjabonarme todo, noto la impresión de tus pechos llenos, tu cara con los ojos cerrados y tus labios entreabiertos.
A veces, me extasió con la visión de tu cara y en otras ocasione levanto la sábana y mantas y me dedico a mirar entre los muslos y a acercarme y soplarte sobre la tela que te cubre tu coñito tan querido y del que tu me has dicho tantas veces que me pertenece. Si té giras, y estás como cuando te vi al entrar en la habitación, siento que mis dedos siguen el relieve de tu cintura y muslo y ascienden y se dedican a coronar el montecito de tus nalgas.
Me he aclarado de restos del amarillento jabón y mis manos me hablaban de todo lo que desean sentir y ofrendarte en un impulso contradictorio de suavidad y posesión profunda. Tu me esperas en la cama, y mientras dejo mi slip y la camiseta en el cesto de ropa sucia, noto como mi intimidad me acucia a ir a ti, para no aplazar acoplarnos y estar contigo.
Así me coloco el nuevo calzón, de micro-fibras y tan suavemente adaptado a mí.
Algo me recuerda y dice que deseas de todos los modos, pero que ahora necesitas
que vaya y te haga sentirte afanosamente como mi esclava de amor y mi putita
lujuriosa. Quieres que hagas cosas que sólo hayan sido pensadas para ti, no
importa lo fuertes e intensas que sean, deseas sentirte única y cuando te miro y
entro en la cama, lo notas y te me acercas porque solo estabas haciendo un
receso menor y que así te encuentras como una niña pequeña.
Como enamorada y gozosa, ahora desea sentirme junto a ti en calma, con una enorme necesidad de notarme contigo descansando y sabiendo que estás para tenerme y para mejor complacerme noto como me tomas la mano y la pones en tu cintura y me sonría cuando se baja a acariciarte la nalguita entrando dentro de tu área cubierta por el tanga.
Me voy situando, acercándome más y más hacia ti, pronto me coloco ajustándome a ti, así del lado que estás hasta tumbarme exactamente ahí detrás de ti y detrás de ti te voy contemplándote; primero son unos segundos y el tiempo se va prolongando así absorto en mirarte. No té despierto, pero te remueves un tanto y de algún modo tu cuerpo parece darse cuenta de mi presencia.
Al cabo de un rato, de duración indeterminada, siento que estás quieta, demasiado acomodada a sentirme ahí tan cerca, quizá paladeas nuestra intimidad reposadamente. Con mis pensamientos me surgen variadas inquietudes y mis brazos, las palmas de las manos y hasta mis dedos y las 10 yemas de mis dedos se trazan en inverosímiles perfiles sobre la arista de tu costado; mis acciones van yendo bajando y se hace presente mi apoyo reposado en tu cadera.
Ahí recupero aliento, tras ese refrigerio voy y te presiono y noto como es tu palpitar y me encamino hacia tu culo que ejerce una atracción magnética y me dispongo a encaminar sobre la tersa superficie de tus espléndidamente torneados muslos, siento entre el hueco de mis manos el contacto suave de tus perfectas rodillas...
Me disparo en mil sensaciones, en impaciencia y en deseos surgidos de la locura de amor que me consume y cobro nítidamente clara cuenta de que no quiero y será bastante angustio retenerme de obrar y decido no esperar viviendo este desespero, pues te necesito sentir bastante más. Eres mi deseo transformado en cuerpo de mujer, te siento como deseado objeto, tu ser está echo liquida sustancia es un codiciado instrumento de mis ansias de placer, y quería a ser franco mi ser me demanda indemorable tomarte así para follarte y sentir mi masculinidad penetrar en este mismo instante se me hace un grito hondo que toma posesión de mi...
Te hice poner como un ovillo, mas recogida hacia mí. Te plegabas y tu cuerpo se dejaba colocar; tus brazos como corcho y la fácil flexión de tus muslos y luego decidí acariciarte la saliente rótula y la entrante corva de tus rodillas. Proseguí acariciando tus muslos y las pantorrillas. Y todas tus extremidades mostraban su disposición a flexionarse un poco y luego un bastante, y otro poco más y tu cuerpo parecía adivinar lo siguiente y darse más allá aún de lo que le indicaban mis manos. Luego torné a estirar tus piernas, que automáticamente seguían mis indicaciones mansamente; cual si estuviesen guiadas por sensores de dirección asistida.
Coloco, separo tu tanga muy cuidadosamente, tu cuerpo por alguna razón lo espera, pues colaboras a que lo ladee y al poco ya notas a la sensible punta de mi polla, que se muestra curiosa, como si tuviera boca y ojos y percibes como mi capullo cabezón es un cojín de carne acolchada y embravecida bien rectamente entre los labios de ese coño que tienes y que se me muestra ya tan caliente y noto que lo tienes un tanto humedecido por tu almibarado flujo.
Lo que siento al rozarte así es indescriptible, pero es una blandura golosa y una sensación como de beso me lega desde tu grutita golosa. Lo muevo y siento que me llamas e incitas que te lo pase y restriegue, eso sale de ti en un ahogado gemido que surge de tu boquita. Bordeé por encima y entre ellos un par de veces, para hundir parte del capullo amoratado que es mi glande. Y mordí mis labios, al notar ese brotar de la humedad y me percato de lo caliente que estás en tu intimidad...
En esa área de tan poca superficie, avanzo centímetro a centímetro. Y nuestra anatomía se concentra y desde la superficie de esa nuestra piel y en él aguijoneo vibrante en que nuestras intimidades que se están tocando. Los dos nos reconocemos e irradiamos mil sensaciones hacia el cerebro y el corazón.
Pero, yo sin embargo desde dentro de ti noto que me envías algo que me confirma que puedo dejarte sentir mi total poder sobre ti. Sé que estás ensoñando cosas conmigo, que después no recordarás conscientemente, pero tu cuerpo sí mantendrás esa vivencia. Es mágico verte dormida y a la vez muy caliente y deseando recibir de mi todo tipo de atenciones.
Es este momento sé que puedo hacerte de todo y que tengo control sobre tu voluntad, sobre tu sensualidad y sobre tu vida; es una sensación sobrenatural y la palpo cual si tuviese entidad física; es más en ese momento, la vivencia es tremendamente física...
Tu reposas así quieta, vencida a una tremenda relajación y a un abandono que casi inquieta, haces un seguimiento de un guión predeterminado y es que tu misma te susurrabas que: debes de permanecer muy quieta "en ese momento" a cualquier precio. Para mí es claramente obvio que estas excesivamente quieta, tanto y tan bien dispuesta como no puede permanecerse de estar realmente dormida..
Has comprendido el valor de una actitud y del no hacer, de ser fiel a las intenciones de un amor que te desborda y va hacia tu querido Kharlo y en estos momentos, tras tantos obstáculos y esperas necesitas sentirme y notar mi manera de utilizar tu propia mente para rendir mejor la plaza del universo de tu cuerpo y mostrarle la disposición de recibirme en todos tus rincones.
Ahora, quieres ser mía casi sin contar con tu placer y ser simplemente un cuerpo que se entrega y que recibe una ternura incesante, todo sale de tu propia naturaleza y del fondo hondo de tu ser. Notas como las noches en desvelos, los abrazos sobre ti misma y todo eso finaliza al sentir a quien amas contigo. Kharlo esta para ti sola y nada tiene derecho a entrometerse en ésta pasión y ese desvivirse contigo, sin palabras, sin querer despertar a tu propia consciencia y relajada hasta el límite.
Estás libre, pero tu misma te atas a mí, con invisibles pero efectivos lazos; yo Kharlo ahora soy consciente de que estás despierta, lo he sabido desde hace rato, pero sigo el juego de los silencios y no necesito darte órdenes; te las das tu misma para mejor complacerme y para así, puesta en un segundo plano puedes darte más y sentirme más mansamente. Si, así te has mojado más que dándote caricias y notas mis manos moviéndose, aquí y allá sobre y mi "polla y dedos" por tiempos han ido penetrándote, las palmas se encargan de tomar las medidas de tus nalgas y te estremeces sintiéndote abandonada a un amasado de tu culito. Y te muerdes tu labio inferior sin compasión, necesitas aliviar el torrente de pasión y el dique de tu placer se abre y deja que se libere tu libido y te llegó un orgasmo hondo, que trae olas desde el fondo de ti y que mis manos y mi ser entiende...
Quieres sentirme en ti, notarme magrearte, con mi pasión y aliviarte de tanta espera y del enorme estrés acumulado y que mejor modo que apartar de ti el cansancio de tu viaje...
Necesitas sentirte como un bebe, dentro de la placenta de tu mamá; sin querer salir y enrollada en torno a ese huso de carne que es mi polla. Ahora eres libra de todo, incluso de los reparos de ti misma, has olvidado los dolores de cabeza y las molestias de tu zona lumbar; a ti que te disgustaba estar en la cama y que te mueves tan inquieta te has anillado a esposas y ganchos imaginarios y has logrado permanecer casi aletargada.
Con una mano recojo tus rodillas te hago una "z", y te coloco con fuerza mi mano té sujeta del interior de tus corvas y en los vértices de tus rodillas notas tu barbilla y frente; no puedes resistir mucho así, estás temblando de placer y muerdes esas rótulas para no gritar. Así, notas una penetración profunda y ansiada, es un goce animal de dos criaturas en celo y sientes que el cilindro carnoso perfora una y otra vez, bien duro, y quieres que siga más y más...
Y así resistes, casi hasta el final, cuando acelero el ritmo y sientes verterse "un continuo de leche en tus entrañas". En esos 2 o 3 primeros "grumos", que te salpican sientes la consumación de todo y gritas desgarradoramente de una vez. --Mass, duu..., du-ro, siiiiiiii ajjjjjjjjjjjj.
--Ahiiiiiii, Ahhh...., ahhhhaaiiiiiii.
--Ummm, uuummmmffffff, ummmmm.
--Siiii; ASSSSIIIIIIIIIIIIIIIII:
Notas que te llegas hasta el fondo, te gotea toda esa humedad u mojas la sabana. ya.. Quien sabe que hubieras dado por vivir todo esto, lo has esperado tan largo tiempo y por eso aunque llevas un buen rato despierta; has abandonado cualquier deseo de actuar y te entregaste a vivir este sueño y a hacerme feliz y disfrutar sintiéndome clavarte hasta el final mi arpón de polla, a la que llamo "kharlito" y llegar al fondo de tu c-o-n-c-h-i-t-a.
Luego te relajas y sientes que te abrazo y me miras,
compartiendo complicidad y viviendo tu sensualidad con quien amas... Por eso
eres mi sumisa, aunque para ello no necesito insultarte, no siempre porque
reconozco que a veces también lo habo; pero cuando no lo hago tú "ME DAS LAS
GRACIAS; DOBLEMENTE".
Kharlo