La sumisa, mi mujer, ya no esta sola.
Rola, tiene 36 años, el alta rubia, ojos verdosos, delgada y fotógrafa de profesión, nacida y educada en el extranjero,
Vive donde la lleva su profesión y tiene un compañero de vida, Aunque por su profesión se mueve constantemente de un país a otro, tanto que la sensación de soledad la acompaña, como otro elemento de viaje, como una amiga.
Le gusta pasear ante el Mar, igual que la vida todo está ahí solo hay que saber ver y mirar.
En el principio de este mismo año, surge algo nuevo en su vida, como consecuencia de una campaña en Barcelona, por un encargo en e-mail, de un producto ecológico.
Estar sola no es realmente un esta, entendido como una situación estática, es mas bien una sensación enorme que te abraza de una forma terrible; es algo que como algo que realmente no gusta, como no apetece comer en ciertas ocasiones.
Lo que ocurre que a veces se quiere estar en soledad, pero con la certeza que verdaderamente no lo estas, pues siempre hay alguien que te hace sentir que cuenta tu presencia y tu opinión.
En caso contrario, el creer que pueden pasar varios días sin ser percibida en tu ausencia y en tu presencia, como una sobra
Si llegas a creer eso, que puedes amanecer sin que nadie note que faltas, y que eso... no cambiara nada en el resto de tu entorno, es notar inmersa en unas oleadas de sentimientos que mecen el dolor en tu interior.
Son momentos de sentirte envuelta como por un ramillete de zarzas y que nadie respirar te echa de menos, la soledad late en tu interior como angustia... y palpas esa sensación de abandono y de temblor interno.
En los momentos de soledad él diálogo con tu interior, te plantea las decisiones de tu vida en que con la perspectiva del tiempo puedes decir que te has equivocado, que has sentido un exceso de control sobre ti.
Si en ese momento sientes que has aconsejado a amigos y amigas, y que en ese preciso momento, en que sientes palpar el vacío, no tienes nadie, ni a una sola persona para llamar... entonces la palabra S O L E D A D duele, lacera y te crucifica en ti.
La naturaleza, el Mar, las Montañas y el compartir momentos con alguien que muestre tus sentimientos pueden lograr que tus problemas se desenclaven de ti, y se alejen un tanto; lo suficiente para permitir que estás en condiciones de valorar tu vida, tu infancia adolescencia y tu vida adulta.
Lo terrible de la soledad es querer, querer no estar sin nadie, y querer que haya un alguien que te tienda la mano y que el control de tu vida es algo propio pero compartido.
En esos momentos, basta una llamada de una persona amiga que te haga relajarte de tu ensimismamiento y comparta y sientas que puedes hablarle y contarle lo que té pasa y que incluso sin hablar te entiende y sabe estar a tu lado, contigo, para ti y por ti.
Si ese alguien, en eso momentos te saca de ti misma, se comparte con tigo sacándote de tu vivencia del problema que te ocupa, incluso el problema puede ser sentir que existes y que con ese alguien té calmas.
El mal de la soledad se cura con medicina de la amistad y del amor, que como un guijarro lanzado en un estanque, produce unas ondas que se expanden e irradian, por ti y a todo tu entorno y lo transforman positivamente, y que transforman las imágenes, las palabras y lo que percibes.
El azul y el verde, del cielo o del mar, con su profundidad y su inmensidad traen la oportunidad de caminar y ver como han sido y son tus huellas; como tus pasos en la vida pueden orientarse... Y si ves reflejados los gestos de alguien, es que la soledad no es realmente tal, eso notorio; siendo la sinceridad contigo algo real.
No te mientas sé tu misma o tu mismo, pero con esa vivencia y sabiendo quien importa; si le importas el resto es nada, ponte a andar en dirección a ese alguien que té completa y te da sentido a la vida, y que te hace sentir serenidad y emoción. Pero lo principal es que te hace sentir parte de una unidad y la unión con esa persona te da fuerzas para amarla.
Esa persona no deja de estar presente en ti, en tu mirada y en las cosas de tu entorno, que te recuerdan algo de ella. Y que te dicen que eres parte de esa persona y ella va contigo, en ti y tú en ella.
Sus ojos no te dejan dormir, y miras y si nadie te hace sentir como esa persona, y recuerdas sus manos, su voz y lo que te hace sentir. Recuerdas como con su manera de ser, te sientes amarrada a él y acariciada en todo tu cuerpo...
Esa persona te hace sentir tu propia imagen, te aporta una sensación de calma, de libertad y te saca de ti misma alejándote de tus problemas y ser parte de "nosotros"... compartido.
Ese alguien, en como un controlador que mejora la calidad de tu vida, recuerdas su olor y no sabiendo como te atrae de forma creciente y te reconoces bastante sumida en esa persona...
Su manera de ser te atrae de una manera desmesurada, fuera de los parámetros que conoces y tu te das cuenta dejas que esa sensación crezca y vas deliberadamente entrando más y más...
Si te hace sentir que es caballeroso y muy hombre, normalmente sentirás lo rápido que es todo y que haces algo que normalmente no has hecho otras veces. Y que las palabras cobran otro sentido.
Todo tu ser, empieza a notar cambios que no creíste, y puedes reconocer que esa manera de quererte deseas que sea interminable y que esa manera es divertida y que en poco tiempo consigue que surjan tantas cosas que con otra persona
tardan meses.
Además notas que esa sensación de estar compartiendo una mezcla de fragancias, sensaciones y eso te purifica y te hace sentir en un escaparate vivo, y desear largo paseos y conversaciones en que te habla y escuchas.
El deseo és la antesala del placer y todo lo que hace referencia a esa persona te hace sentir y desear ser distinta. El encontrar a alguien así te cambia y te cambia lo que tu alma ha sentido toda la vida.
Los teóricos sueños cambian, y te sientes nerviosa, dudando y sientes como pecar y que entre todo lo posible la locura es algo que está con ambos. Y ese placer en su variedad cambiante, te hace sentir deseo de compartirte mas y abres las puertas más y más... y caminas a él...
Recuperas la libertad, si dejas de ser esclava de tus ideas, de unas ideas que realmente no son tuyas ni propias... son ideas que te han ido inculcando; forzándote a absorber y asumirlas. Pero que tu misma ves que no son sentidas, sino clavadas en ti, a contrafuero...
Rola, me acompañó a una fiesta de promoción; y en ella me di cuenta de que los dos bebimos mas de la cuenta, tanto que pasamos un límite que nos habíamos fijado mudamente, sin palabras y era el de no liarnos con un compañero de trabajo (aunque ella lo es a medias, pues viaja mucho más que yo).
Y en el regreso a casa la vi como me miraba, como se me había insinuado varias veces (a mí también me gusta ella) y recordaba sus bromas y la manera de presentarse vestida al trabajo (muy limpia, con clase, pero bien provocativamente y como ella era consciente de eso).
Ella, por algún motivo salía de una relación amorosa y se fijo en mí, por algo que la hacia sentirse atraída (mi manera de hablar, mi carácter, mi halo misterioso y lo natural que era comunicarnos incluso sin hablar).
Durante el camino ser remansa sobre el asiento, y el moverse el vestido se le subía; pues era un vestido largo y de una tela fina; de un negro aterciopelado y tacto de satén cuando lo tuve entre mis yemas.
Por algún designio del destino, ella se coloca dé tal modo que se le veía su tanga negro, y ella en un principio adormilada no era consciente, yo sí.
Hice esfuerzos por no mirar su intimidad, pero ella se removía y no pude sustraerme a sentir mis ojos en sus muslos y su pubis y en como se marcaban sus pechos, parcialmente descubiertos a ratos según se movía. Pero, su tanga y él verla separar los muslos acabaron por excitarme y hacerla desear, de un modo salvaje y fuera de los parámetros de lo que era habitual en mí...
En algún momento, ella sé desesperezó o resurgió de su letargo, cuando menos parcialmente; y así me sorprendió en una parada, poco antes de llegar a su casa, mirándola y con el deseo en mis ojos. NO quise ocultar mi sentir a su mirada, y ella tampoco se sustrajo a mi mirada; es mas sé recoloco un poco mas, y separo algo mas sus rodillas, piernas y se oriento para mí (es indudable que era una pose, algo que una fotógrafa sabe enmarcar y se enmarcó a sí misma para mí.
Es indudable que nos calentamos, pues al llegar a su casa me invito a subir, se metió en su cuarto y allí sin cerrar la puerta se desvistió consciente de que estaba siendo mirada. Se desvistió de un modo, que tal vez en otras circunstancias juzgaría normal. Pero esa vez, me pareció turbador, y de un tinte provocador mayúsculo.
Así, permanecimos un tiempo indefinible; ella desnudando su cuerpo y yo contemplándola. Sentí mi pulso acelerarse, noté mi corazón galopar y como mi intimidad pujaba fuerte dentro de mi slip, apretando la tela de mi pantalón. Y me sentí con unas poderosas ganas de tomarla, de hacerla mía y siendo como una marioneta, por responder como ella esperaba... Demasiado previsible...
Eso me impulso a acercarme, mirarla y sonreírle dulcemente, recoger su vestido y su tanga; y ante su sorpresa, sonreírle, y me oí comentarle.
--Yo- Kharlo: Eres muy guapa Rola, me gustas y somos dos seres solos entrañablemente unidos en "un impulso de amor".
--Rola: ...que...
Me acerqué y me apreté a ella, le junté las manos a la espalda y la bese con unas ganas, furia y deseos incontenibles. Era un beso mitad amor, mitad castigo (así lo sentí yo).
Y por algún motivo, ella se me ablando totalmente, tanto que le fallaron las piernas y si no la sostengo se desploma...; pero sin cerrar totalmente los ojos.
Al recobrarse, sentí su inquietud respirando y mudamente entregada; en su cara y en su cuerpo se anticipaba a darse, a sentirme. Y note como sus muslos estaban perlados de un reguerito de su placer...
El reguerito era mitad flujo y mitad pis; eso lo noté al notarlo entre mis dedos. Y olerlo; mitad impulso y mitad abandono ella se había aflojado a sus pasiones...
--Yo (Kharlo): ¿Y esto, Rola?
--Rola: ..... (silencio pero temblando todo su cuerpo-).
Durante unos segundos, nos miramos incapaces de hablar. Pero luego decidí seguir el camino...
--Yo (Kharlo): Eres un poco especial, y tú lo sabes. Y eso no ha de hacerte sentir mal... Es simplemente, como eres, sin disimulos.
Sentí que temblaba más, y que se le aflojaban sus puertas de la pasión; rompía barreras. Y yo también, las hacía añicos, eso de solo compañeros y nada más... Y mientras la llevé al baño, la puse encima de la taza del water, y sentí como ella se aflojaba y dejaba ir su vejiga. A la par se le tensaban los pechos y me miraba con cara de niña
--Yo (Kharlo): Es así como eres realmente, esto es tu manera de ser feliz... Y creo que no es del todo casual, esto que ha pasado Rola...
Unos segundos de silencio, y (ella) prosigue:
--Rola: Ya..., ya no aguantaba más mis ganas de estar contigo. Hace semanas que me insinuó y no me haces caso Kharlo... Bueno, no como yo quiero.
Sus manos se prolongaron a mis muñecas y me atrajo hacia sí. La sentí a toda ella como una enredadera dentada y como alguien necesitado de amor y desengañado de todo. Como una niña perdida.. Y yo estaba terriblemente excitado, tanto que ella no pudo apartar la mirada de mi bulto.
Me miro, suplicante y se puso arrodillada apretada a mí, y luego subiendo su cara se apretó a mi intimidad desnuda como estaba.. Y se acariciaba su cara con mis muslos y sexo.
Me aflojé el cinturón, y solté la hebilla, y desabotoné ese botón que corona el cierre de un pantalón de cremallera.
Ella alargó la mano y me bajo la hilera dentada, con un ruido y una timidez inusitadas en su comportamiento. Es mas su mirada pedía permiso, y temía ser desaprobada.
Toda ella temblaba y deseaba pasar inadvertida en lo que realizaba y así se abrió la cremallera y el pantalón con ayuda de sus manos se dejo descender por mis torneadas piernas.. Hasta las rodillas, que separé un tanto más.
Mire sus manos y sus uñas tan cuidadas y su cara. Y la recordé abierta en el coche, su tanga y su mirada. Todo eso se mezcló con el sentir ese hilo de placer y pipi, combinándose en el reguerito de sus piernas; todo con los momentos de soltarse a hacer pipi en el lavabo y ahora arrodillada y la note bajarme el slip y tomar mi pija.
Su mano acariciadoramente agitaba y apretaba mi cuerno, de músculo enfebrecido y erguido hacia su rostro. Y la sentí entregarse a lamer, mordisquear y chuparme con profusión y mimos de madre, amante y de caminante perdido que llega al oasis tras caminar por el desierto una semana...
Mi pasión se potenciaba, más y más por momento y mi manera más bronca de ser se catapultaron para una reacción inusitada.
Me deje ir y solté vejiga y le llene los labios, y luego por su reacción la cara (parcialmente) y el cuello y senos después... de mi orín...
Primero se pasmó, y se regaba como sujetando una manguera de jardinero, luego vi su satisfacción nacer y crecer y meterse una mano entre las piernas...
Si ella se estaba regando y disfrutando en sentirse así arrodillada y regada por mi orín... (mezclado con algunas gotas de líquido preseminal).
Si me relajé, olvidé todo prejuicio y tomando mi tallo, cual si fuera un dispensador de bautismo le llene la cara de pis, la fui dispersando por toda ella y ella empezó a frotar la otra mano por el liquido dorado que la rociaba en lluvia de placeres...
Sentí como mi orina, recorría el trayecto y manaba por la punta, pero consciente de su destino. Mi líquido le salpicaba sus párpados cerrados, sus dos mejillas y cuello.
Luego fui bajando, la línea de dispersión del líquido; y ella confiada abrió los ojos y se repartía el manto líquido con placer y disfrutaba la sensación cálidamente y sin reparos.
Tiro la cara para atrás y le di ráfagas de dorado acuoso en su cuello y hombros y en sus pechos, se acercó y abrió su boca para tomar una poco más y sorbió la punta y el glande, y más tarde toda superficie de mi tronco erecto.
Ella disfruto la sensación y se excitaba más, vi como se tocaba con desespero entre las piernas y las abría para que bajara el reguero de riachuelos de oro liquido que descendía por su vientre y convergía en su intimidas y untaba y batía en su sexo con desespero.
Me miro así mientras le vinieron dos series consecutivas de estremecimientos, son dos galopes de placer inusitados; distintos a los que había vivido y finalmente se quedo arrodillada esperando.
Yo me giré, abrí el grifo del teléfono de la ducha y me despoje de mi ropa. Y la empuje a la bañera y allí lavé su intimidad y mi intimidad.
Y las manos de ambos, febrilmente empezaron a recorrer el cuerpo del otro. Me acuerdo de cómo la tomé de espaldas... Por atrás y sujetándola de la cintura.
A ratos le estiraba del pelo, y le apretaba el vientre. A ratos ella levantaba una de sus piernas y apoyaba el pie en la bañera. Y sus manos se sujetaban a la pared, por delante o de lado.
Y le estiré el pelo y aferré a ella y dentro de ella me vine, sintiendo un nuevo estremecerse del interior de Rola.
Sentí que me decía:
--Rola: ¡Sabes, hace semanas que sé que te amo, mi amo!
Entonces entendí..., la acaricié y me sequé.... mirándola (aun medio ida), inmerso en el aroma del placer tan intenso.
Y sintiendo su mirada..., le dije también te amo...
Salimos durante tres semanas, y todo se encarriló. Y se hizo apasionado nuestro día a día inseparables y entregados al amor.
Luego la tomé como mi pareja, y nuestros días son felices; y nuestras noches también...
Te lo dedico a ti, mi amor....