CONSIENTES SER ATADA Y ESTAR A MI MERCED 1.
Estás entregada, te siento realmente bella. Me vienen ganas de besarte, pero te privo de esa sensualidad, para desesperarte más y despertarte tus ganas más animales. Quiero que desees ser tomada incluso que desees la penetración más brusca.
QUIERO QUE TUS LABIOS ME PIDAN, LO QUE TANTO TE CUESTA SOLICITAR.
Siempre has tenido amantes, y ahora dudas de ser deseada. Así son las cosas, tú la castigadora: HAS LLEGADO A CONSENTIR SER ATADA, Y ESTAR TOTALMENTE A MI MERCED.
Tu coño, tiene un pelo negro oscuro, de entre el sobresale tu raja abierta y con gotas de flujo entre esos labios. Pides que ponga algo ahí, pero aun no pronuncias las palabras necesarias. Solo es cuestión de tiempo. Te pongo un pepino, en la mano.
Este pepino lo he puesto un rato en el microondas, dentro de un recipiente con agua y lo he atravesado con un pincho de madera. Está caliente, este pepino y le he puesto un recubrimiento de profiláctico. Lo he llenado de vaselina (con generosidad). Tú lo notas, a ese cuerpo en tu mano y lo aprietas. Casi se te cae y te desesperas. Se que lo quieres dentro de tu "coño".
Me voy, me retiro. Siento que lloras. Me llamas:
--Ven por favor, Uri. Te necesito.
--Al menos mírame, (me dices). No me dejes sola.
--Acudo a verte, y veo como aprietas el pepino. (Balanceas tu cuerpo y noto que se te abre tu coño, de ganas y de necesidad).
--Acerco, uno de mis dedos, lo suficiente para rozarte tus pelos púbicos. Y te poner frenética. Intentas rozarte más y consigues que uno de tus labios se roce con mi dedo.
--Te sale un hilo de saliva, y esta baja por tu mejilla, y por cuello y cae sobre la sábana.
--Lloras otra vez, y quieres lo que tienes en la mano. Tu mirada eso me dice. Pero has de pedirlo. Si no, no te lo daré. Pero no te lo digo, has de adivinarlo y perder tu última porción de control. Quiero que seas un animal, hembra en celo. Estas deseosa de ser follada. Y estiras las cuerdas, haciéndote daño en las muñecas. Es un contacto
Que cuerpo y que tetas más bonitas tienes. Tu coño, me ha llamado desde hace meses, pero tú no me hacías caso. Hasta que finalmente te seduje, te he ido dando raciones de mi sustancia, de mi sudor y de mi saliva, de mi semen esas primeras dos gotas- y de mi orina.
Hasta te proporcioné partes de mis piel, mi pelo y mis uñas. Todo eso, mezclado con un preparado cremoso, que he dejado secar y que he elaborado yo mismo, siguiendo una receta de un libro antiguo (lo he traducido con mucho esfuerzo, desde su lengua original).
--Siento eso que me pides que:
-- ., Si, Uri, métemelo...
--Tócame.
--Por favor, FÓLLAME CON (Te refieres al PEPINO, o al miembro "apepinado de mi carne" ese aun no te lo daré-).
--Necesito masturbarme o que me folles, (me dices).
[Me digo a mi mismo, si eso quieres eso tendrás Pero, llegara a su tiempo, a mi manera] : - )