LAS COSAS NO SON LO MISMO
Las cosas no son lo mismo, que lo que parece a primera vista. Leo en tus ojos y en las expresiones de tu cara, oigo tus palabras, escuchando con atención los pensamientos que verbalizas. Estudio tu comportamiento, analizando las cosas que afirmas y voy de continuo recordando tus gustos.
Miro tus movimientos, cuando te acercas hacia mí, para saber tu ánimo y estar preparado para reconfortarte en tus penas y celebrar tus alegrías. Y cuando te despides, se que humor llevas, como te sientes y te acompaño visualmente, tras llegar caminando contigo hasta el umbral de tu domicilio.
Recuerdo tus acciones divertidas y tus momentos de dolor, son como escenas del guión de nuestras vidas; las cuales se van enlazando, como eslabones de una cadena. Mi corazón se ha transformado en una fiambrerita, en la que pongo tus notas de amistas, tu amor y tus sentimientos, aderezados con los míos: de ellos tomo energías y me alimento, con deleite.
Te quisiera esperar, en el vestíbulo del gimnasio, para notarte vivamente y respirarte cuando transpiras, tras realizar los ejercicios matinales; y así, poderte acompañar a tomar el cafecito matinal, acompañado de un zumo de naranja natural-. A la vez, te apretaría a mi te besaría, y sentiría tus labios con la tierna blandura, de un bizcochito de esa piel tan preciosa, que adorna a tu boca y esboza unas inigualables sonrisas. Mi trabajo no me permite eso, pero podemos hablar, aunque sea por teléfono, un rato mientras hacemos coincidir las horas, de nuestros desayunos.
Expreso mis sentimientos, tal como son para ti y en lo que afectan a nuestras vidas: unas veces te hacen ser más feliz, otras nos hacen dialogar, para encajar nuestras maneras de ser. Algunos desacuerdos surgen, pero no son inconvenientes, para preparar nuestras mentes y para cuidar la manera de expresar, con sinceridad lo que pensamos de las cosas que nos ocurren y hablar de las personas que nos rodean, y que completan las relaciones familiares, laborales y amigables.
Desde el día, en que de ti me enamore. En mi pecho surgió el sentimiento de albergar el tesoro de compartirme contigo. Siento, que cada día te estoy queriendo más y que contigo ha renacido la ilusión en mi corazón y la esperanza tiñe el azul de mis ojos, pensando en compartirnos próximamente.
La primera luz del día, me trae el deseo de sentir tu voz conmigo. Pienso, si por algún motivo habrá pasado algo que te haya hecho incomodarte un poquito o si tu sueño habrá sido reparador, largo y feliz. La aventura del amor, trae sabores a mieles gloriosas y pesares y sufrimientos.
De tu mano, tratamos de encajar nuestros espacios: escribimos y borramos cosas, pero el guión de nuestra vida, cada vez tiene un argumento más sólido. En realidad, todo queda impreso en nuestra alma: todo lo sentido y compartido, los momentos de felicidad y algunas notas de dolor.
Quiero quererte en lo mejor de ti, con lo mejor mío; pero compartir, lo no tan bueno también. Y en cualquier caso, cada día quiero volver a enamorarte, como la primera vez. Y adormezco el dolor, y la ligera angustia, que me nace de vivir sin poner de continua y a diario tenerte conmigo, a mi lado. Y saber, en cada momento como está tu estado y como te encuentras tu.
Miro las verdes ventanas, de tus ojos, para entrar en tu interior y ver que siente tu corazón para si sientes dolor, arrancar una para de él y dejar que puedas abrazarte a mí-. Me gusta saber, si antes de estar conmigo, pasaste un ratito de buen humor y tu corazón la alegría albergo, para compartir esa sensación junto a mí.
Siento, que en tu presencia, mi cuerpo se siente deseoso y me siento un gato mimoso, con ganas de refregarme a ti, de sentir tus caricias y de que me enlaces con tus brazos y te aprietes a mí.
De mí te has enamorado, para mi has reservado lo bueno y lo mejor. Lo malo te has quedado y te reservas el dolor, que me cuesta un montón que eso vengas a compartir, para alegrar tu latir y hacerte sonreír.
Tus pensamientos son flores, que se abren a mí. En ramilletes las tomo y las enlazo, como cuando te tomo a ti, con mis manos en tu cintura, y te beso con ternura y te con tu entregada hermosura te me das así, correspondiendo y alargan el momento, de esa frugal caricia, que haces sea una delia y un postre de amor.
Vivimos la vida, tal como las circunstancias determinan, pero la redirigimos a nuestra manera. Y tu eres la madera, a la que me aso, para flotar sobre la monotonía. Me alegras oírte por las mañanas, cada sí. Más imagino, el placer de sentirte despertar, a diario junto a mí, un día y otro más. Luego, celebraré la primera semana y el primer mes de vida en comunidad. Y el aniversario llegara, con la primera conmemoración de nuestra unión, tras un primer ciclo anual.
Te quiero a mi modo, tú me amas a tu manera. De esos sentimientos, se vienen a la luz los momentos de nuestra unión y amistad. También de nuestra comunicación, nade y se reitera la necesidad de estar juntos y compartirnos, durante unas horas de pasión.
El sentimiento si es tal y fuerte, sea amistad o amor. Es un residente que simultanea, su existencia viviendo en dos cuerpos, y dando energía a dos corazones. Le inserta la sabia de sus razones, y le alegra la mira. La salpicadura de amor, es una transfusión de agradable sabor. Es algo, el amor, que de alimentarse da vida a un dragón que lleva en sus lomos a dos personas; de las manos de las cuales y fruto de su entrega la otra recibe a su lado a lo mejor de un ser. Y se da, para alimentar el vivirse y crecerse en el corazón del ser amado.
Ambos miembros de la pareja, no se dejan: pues aunque por alguna circunstancia sus cuerpos se alejan, sus almas quedan enlazadas y viven al mismo son un existir compartido, que se ha de reencontrar a la mayor brevedad. Contigo quiero estar, y contigo quiero compactar mi existir y mi pensar.
De ti quiero recibir, todo lo que me quieras dar, para que dentro de mi algo venga a calmar, la ganas de ser de ti y sientas tu respirar, junto a mi nariz y dentro de mi corazón, como dos besos (uno corporal y el otro de viva emoción). Ambos besos, quiero sentir y que se prolonguen en mí, por toda la eternidad, teniendo la confirmación, con cada nueva entrega de tu cuerpo y de tu corazón.
Puente aéreo, con alas vuela desde mí hacia ti. De a ti a mí vienes, constantemente, con las cosas más variadas: con las noches y las madrugadas, con los mediodías claros. Con las impresas estocadas, de esas tiernas miradas, que lanzan tus verdes ojos. Me siento como una planta de hinojos, a la que tú riegas y cuidas. Tú unes nuestras vidas, para formar un compartirnos todo.
Y te deseo toda, compartidita con migo. Te quiero a mi pegadita, enganchadita conmigo. Quiero sentir tu mano, enlazada con la mía. Quiero sentir mi cara, entre tus manos y sentir como te pones de puntitas, para besarme una vez más.
Y siempre en mí conservaré, la presencia de ti, tu sabor y tus palabras, tus miradas y tus gestos. Me siento con mis pies puestos, en tu vida y en tu casa. Y siento que vivo, sobre cada instante compartido. Me siento partido, para darte la mitad de mí, tomaré tu mitad y la injertaré conmigo. Para así se renacido, a una vida de los dos. Yo no seremos uno y otro, ahora seremos nosotros.
Me lames, besas y muerdes y te vistes para mí. Conmigo quieres estar, porque libre eres y libremente te das. Te amo, gata de ojos verdes