Te hago ir con faldas cortas y tops escotados II
Me saco la gorra, esa azul que tú conoces. Te rozo, con ella en mis manos, el interior de tus muslos. Aprieto la rodilla, entre tus piernas, te masajeo "dominador". Tú te inquietas y sabes que si sigo, ni te sujetarás. Acabamos de tomar algo, si porque hace calor y la bebida de la consumición es fría; y si hace frío, el producto que solicitamos es caliente, con algo de alcohol. Varío contigo, vamos a tomar dulces y cosas saladas, agrias y de diversos sabores.
No te dejo ir al baño, y con mi mano tu espalda o tu vientre apaño. Siempre te toco por donde no te miran. Si te miran de frente, toco tu espalda; si te espían tu reverso, te preciso que ese te mira los costados, las lumbares y tu culo. Se que estás excitada, incluso te llegas a permitir un goce ligero, sin conseguir el clímax, ni el orgasmo.
Pagamos la consumición, tomamos tu coche o el mío, o subimos en un taxi. Vamos a una habitación, nuestra o de hotel (depende de si estamos en nuestra ciudad o de viaje). Yo llevo ropa deportiva o un traje. Nos levantamos, y miro lo duro de tus pezones y tu mirada que me lo dice todo.
Tras eso, entramos en el cuarto, te desvisto: estirando de tu top hacia arriba, con tus brazos izados, te los saco. Te hago juntar las piernas y te bajo el tanga, si lo llevas. Veo los pinchitos y los pezones saliéndose. Juego con tu tanga, o con el hilo dental o el cordón de cuero. Si te he querido hacer verte más indefensa y ponerte más fuera de ti, te hago ir sin nada.
Estás empapada, te apoyas en la silla o en una mesa, en el mueble del recibidor o en el marco de la puerta. Te hago sentir, la caricia y empuje de mi mano que te aprieta. Te hago correr así. Como el juego ha durado no menos de tres horas, la cosa ha ido a más i más. Cine o teatro, espectáculos y miradas de personas de varias edades, te poner encendida.
Tan caliente estás que antes de un cuarto de hora, te llega una fuerte y fulminante corrida, que casi te hace caer, si no estas bien sujeta. Me miras, de soslayo y luego con detenimiento.
Y tras eso, te dejo descansar lo justo, y saco mi pene y te lo empujo un rato, lo justo haciéndolo entrar lentamente, para calentarte de nuevo.
Y así te hago desearme más, y te tomo tumbada en la mesa o sobre la cama. Boca arriba o cabeza abajo, no dejo que transcurra ningún plazo, y empujo y me muevo dentro de ti. Te siento tiritar de deseo, abro tu sujetador y caen chinchetas, las cuales van a ponerse aleatoriamente. Y yo te tomo, te acometo con ganas. Te me aplanas y gozas, en diversas posturas, hasta casi llegarte el placer.
Enseguida, tras ser consciente de la venida de tu segundo "goce", me encaro contigo y te doy bien fuerte, toco tus tetas y tu cara. Te doy fuerte, hondo y te dejo abierta y ensartada. Y según se enturbia tu mirada, ves la sonrisa de cara y la proximidad de mi gozo: este llega un poco después, o un poco antes que el tuyo. Pero, siempre compartimos, ese entendimiento de gozarnos, haciéndote sentirte dentro.
Te toco fuerte, luego sentirás algo de doler y molestias . Pero ahora, disfrutas como una loca y disfruto contigo una vez más. Tomas con tu mano mi "cosa", te untas de mi emisión sexual: a veces lames la mano o la restriegas por ti, otras simplemente te la miras y la hueles, para secártela con algo. Y siento que dentro de ti, me he corrido y te ha gustado; eso es lo que me dicen tus ojos (satisfecha y contenta).
Te gusta exhibirte, pero sin tener tu el control. Es el rol, al que te acostumbraste en tu vida, desde jovencita. Y que, yo he sabido explotar en ti, tanto que ahora eres "amorosamente adicta a mí". En cualquier caso, tu "cosita", tu corazón y tu mente me necesitan.
Si hija, me quieres tener "solo para ti", y ello a como de lugar". Por mi, tú sacas tus uñas, con cualquiera otra mujer. No importa el lugar, tú siempre defiendes, aquello que consideras que es solo para ti Y yo, soy solo para tu placer; eso deseas y eso defiendes. Después de las refriega y te sientes feliz, tras cada nuevo combate de amor.
Tu ropa está tirada, casi de cualquier manera. La mía, se halla doblada y colocada sobre la silla o en el colgador, pues te agrada así.