Mi cuñada es mi amiga.
Lidia tiene elegancia, especialmente ahora que se cuida para mí. Su cabello, hasta los hombros, encuadra una cara atractiva. Su cuerpo está bien proporcionado y tiene unos labios y culo, carnosos y atractivos.
He venido a pasar unos días con ella. Su marido, ha tenido que salir de viaje y vive en una casona retirada del pueblo. Ella lleva una vida tranquila, está integrada en su papel de mujer de campo. Y su aliciente, son: las compras, algún programa de la televisión, una película de video o dvd y oír música. Y tiene unas noches, moviditas, de sensualidad con su marido. Esto último, lo he podido comprobar, por los crujidos de su cama y por algunas palabras y gemidos que se le escapan a ella.
Ahora, nos quedamos solos los dos. Ella no es una belleza, es una rubia pecosa se llama Lidia. Está un poco rellenita, pero es de buen ver y enteramente femenina. Me ha preparado el desayuno y siento como canta, tarareando melodías, mientras arregla la casa. Yo tras desayunar la acompaño y le traigo y le llevo los enseres según los necesita o los desecha- a medida que le hacen falta.
La sostengo, cuando se sube sobre la escalera, le doy lo que precisa, para que pueda limpiar los altos y le gasto bromas, amenizando sus labores. Las bromas empezaron surgiendo como tales y han pasado a seguirse en conversaciones, más personales y cada vez más íntimas.
Su sonrisa surgió azarosamente, le costó salir la primera vez; pero ahora, es más espontánea conmigo. Riendo y al moverse, se confía mostrándome su espalda, su torso y sus pechos se le cimbrean al ritmo de un ligero trote, que imprime a sus movimientos. Sus ojos me miran y me escrutan, tan dentro de mí como le es posible.
Lidia, ha entrado un par de veces en el cuarto de aseo. Tal vez, inconscientemente, pasa mientras me ducho. Del cesto, ha tomado la ropa usada (incluida la mía íntima) y me ha traído una muda nueva, una camisa y un pantalón corto. Se ha demorado un poco, y mirando hacia donde estoy, ha entrevisto parte de mi cuerpo, por entre la cortina.
No digo que lo buscase a posta, pero ha atisbado y se ha detenido a mirarme. Me ha sido notorio, que con eso sus pechos se le han levantado y sus pezones se le pusieron bien duros al mirarme -a mí, el hermano menor de Miguel-. Una vez sería casual, pero ocurrió otras veces.
Esta vez, la he visto sentarse sobre la taza del w.c. y bajarse las braguitas, he sentido su chorrillo, al hacer pipi. Ha mirado hacia donde estoy, y sus labios me pareció que le temblaban. Se ha demorado tanto, después de acabar y se ha limpiado con el papel dándome la espalda, levantando la mano y curvándose un poco. Y me ha preguntado, por algo de la ducha; con lo que ha fijado mi atención en ella, eso ha sido algo voluntario.
Creo que es notorio que se colocaba, se ponía como en pose, para ser vista por mí. Se me ha exhibido y posteriormente ha estado ante mí- con una camiseta larga de tirantes y sus braguitas, que según y como se veían bajo la camiseta larga.
Debe de tener algo en mente, pues pasa por las puertas y junto a la mesa rozándose conmigo; incluso, estando Miguel en casa. Una vez es posible que sea casualidad, incluso dos son coincidencia pero des pues de cuatro veces es algo pensado, con toda probabilidad.
Por eso, mientras como, he ido a por una botella de vino, y le he servido del mismo abundantemente. En sus momentos de simpatía, se vuelve hasta más guapa y se ha arreglado un poco -el maquillaje, es muy discreto, pero estamos en casa- y se ha soltado el pelo. Se ha vuelto a mí, y al pasearse, le he dicho un par de piropos.
Ella, me ha abrazado, al decirle que se la ve más guapa. Me ha dado un par de besitos aparentemente inocentes, como de hermana política. Bueno, empezaron siendo besos como de una hermana, y acabaron siendo de algo más. Y mi mano, por si misma, le ha entallado su cintura. Mientras, la otra mano, se ha mostrado más osada.
Se ha quedado quieta, y tal vez, con la soltura del vino ingerido por ambos-, sentí que mi mano le acariciaba sus muslos (desde las rodillas hacia medio muslo). Le he tocado la cara interna y he visto, que sus ojos, ponen un brillo de chica pilla y traviesa. Tal vez, ha pensado en cosas conmigo y empieza a considerar, el ponerle los cuernos a Miguel (mi hermano) conmigo.
Se da cuenta, como yo mismo, que de seguir así va a ocurrir algo más. Y quiere que pase, siente mi mano y me separa más las piernas. Es como una adolescente, que se deja guiar en una salida de amigos. Pero, ella ya ha anticipado que esto pasaría y veo que el que pase, la hace feliz. Le gusta, que todo vaya por un camino agradable y que sea tierno con ella.
Esto pasa en parte casualmente, y en parte porque le cansa que entre ella y miguel, sea siempre igual. Miguel, me contaba que le gustaban las situaciones subidas cuando eran novios-. Por que la tiene abandonada, si sabe que es ardiente. Esta cansada de tener siempre, más de lo mismo. Pero, a mí me apetecen cosas más osadas que a Miguelito.
No quiero, tener un simple polvo, para relajarme. Como por prescripción facultativa, pero "saber que es mi cuñada" me produce un subidón de la libido (¿normal no?). Y por lo visto, a Lidia mi cuñada, también. Estar conmigo, en su casa la excita y sus pezones presionan sobre la tela del jerseito de tirantes, y se le marcan claramente, osadamente.
No tengo remordimientos, por ser un "hermano malicioso". Miguel, en mi lugar seguro que haría lo mismo, vaya pájaro que es. Conmigo mismo, de compañero, lo he visto meter mano si le dejan. Y quien les pidió que empezasen a hacer el amor, sabiendo que estoy en la habitación de al lado.
Quien le dijo que fuese tan simpática y me tomase del brazo, y se pasease a medio vestir y me mirase en la ducha. Al sentarse a ver la tele, me deja entrever su intimidad, veo como se le pone la tela de sus bragas (sin molestarse, así se queda sin ocultar nada hasta que viene Migue-).
Estoy de vacaciones, y ella está de primera, se la ve excitada y a gusto conmigo. Por eso, mi mano sigue jugando y roza la tela de su prenda íntima, repaso sus muslos y el borde de su braga. La he visto, hacerlo repetidamente, con lo que deduzco que ello la hace excitarse. Busca algo más.
Y le ofrezco algo más de naranjada, y le vierto sobre su camisetita/jersey un poco de la misma y se lo seco, con palmoteos de mi mano. Mis dedos se cuelan dentro de su escote, y se tensa y se relaja, se me da ella misma. Su mano, se ha puesto sobre mi muslo y empieza a agitarla, con los dedos extendidos.
Dos dedos de mi mano, rozan una de sus tetitas, suavemente. Noto, sus pezones, sin protestas de su parte. Entra el resto de mi mano entra. Le bajo los tirantes, queda sin nada y le aprieto, ambos pechos.
Que buena que esta. Y su mano, acaricia el mi vientre, me toca el pantalón, justo sobre el paquete y me mira. Me baja la cremallera e introduce los deditos dentro. La dejo hacer, hasta que suelta mi cinturón y me baja el slip. Me está haciendo estremecer.
Siento, que se mueve, lo bastante, para que la camiseta, caiga al suelo. Levanta un pie y luego el otro, se muestra con solo su braguita. Y se siente cómoda, caliente pero a gusto conmigo, su cuñado.
Le ladeo la braga y juego a frotarle sus labios íntimos. Le rozo el clítoris, me moja mucho, está empapada. Tiene, parcheada de flujos a su braga. Se le empieza a salir el clítoris, de su capuchón. Le froto, la vulvita, suavemente separo los labios y rozo por encima, moviendo los labios menores, que tiene finos y gotosos. Se humedece rápidamente, y acelero el ritmo con que la froto. Me siento, un menesteroso de amor, con mis dedos esparciéndole su flujo.
Sus dedos toman, y palpan dentro de mi slip. Me lo bajan y me agitan mi "pene". Me aferra, y agita, mientras me separa sus piernas. Y le entro lentamente con dos dedos, muevo por dentro como midiendo, orientándome. Se los remuevo un poco y los hago vibrar ahí dentro.
Se queda en vilo, con el placer que viene. Se apoya sobre la mesa. Tomando, una referencia y luego se viene a apoyar en mi. Ella está sobre mi hombro y cuello, para no caerse, pero a la vez se mueve un poco, y sus dedos me mueven mi pene, apretando mi glande.
Le aprieto fuerte y con ganas. Le agito los dedos dentro, le froto los bordes y le entra "fácil" el tercer dedo. Ella se crispa con los dedos, haciéndole gancho hacia arriba y bien dentro-. Pero, sigue y me aprieta su mano, aferrándose a mi "polla". Siento que tiembla, vibra y se corre, durante aproximadamente unos tres minutos (continuaciones en su placer). Goza con intermitencias, y luego se relaja y me mira.
Nos besamos, y nos vamos a duchar, y luego entramos juntos a la cama. Ahí sencillamente, nos miramos desnudos, hablamos y bromeamos, como dos camaradas. Como dos adolescentes o dos niños que han hecho algo excitante y que ríen después. Sonreímos cómplices
Después de eso, los días fueron más amenos, y sus noches más calmadas. Nos hemos hecho MUY BUENOS AMIGOS. SOMOS AMANTES. Ya no necesito fingir, ella busca la ocasión y se viene conmigo, tenemos un par de buenos polvos. Luego, quedamos contentos y con ganas de vernos nuevamente.
Viene, a verme o yo bajo a verla. Total son solo 30 Km. No quiere quedarse sola en casa, cuando su marido (mi hermano), sale para una de sus convenciones, de representante -de artículos de jardinería-.
Varias veces, le he dado lengüetazos en los bordes de su coñito, y he empujado su flujo hasta, que llegue a su culito. Ahí le he dado latigazos de lengua a su esfínter, se lo he abierto con dos dedos he metido mi lengua. Mientras dos de sus dedos, los emplea en estimularse su clítoris y se penetra fuerte Tiembla y goza, y se siente más querida y valorada, como cualquier bella moza.
El otro día, estuvo pensando en mi, desvelada; esperaba la salida de Miguel, para venir a verme. Entro en mi cuarto, pues bajé cumplir un encargo y pasando, me quedé a cenar y me invitaron a dormir en casa como soy de la familia : -) -.
Y os digo que: entro el dormitorio, me estuvo mirando, se acarició, estimulándose y se dejó a puntito de llegar. Luego, miró entre mis piernas, libres de la sábana (debido a estos calores, de verano 38 grados). Y, se rozó con la puntita, escribiéndose en los bordes y dándose en su salido capuchón con la cabecita. Estuvo, buscando y eludiendo un potente orgasmo.
Estaba muy cansado, pero me desperté con sus movimientos y con los choques de su cuerpo con el mío. A punto estuve, para verla gozar. Y al punto, me sentí venir y vaciarme en ella, en su segundo goce, sintiendo ese dulce roce, tan íntimo y natural.
Luego salimos y dimos una vuelta, la sentí dichosa y me tomo del brazo, desde la puerta. La oí divertida, y me atendía solícita y agradecida del nuevo sentido emocional, de unir nuestras vidas
Conmigo es tan impúdica y desvergonzada, como antes de casarse, tal vez más. Le fascina, sentir mi cuerpo seis años más joven que ella. Me da tanto como le sugiero, y siento que me toma y sorbe mi semen de un modo fiero.
Me ha dado su móvil y me da más libertades que a su esposo. Me facilita todos sus accesos, y me llama en cualquier oportunidad, incluso en los morros de Miguel, me pone al tanto de todo y me dice que si vendré pronto o cuando. Me sugiere, que me desea, que quiere más de mí. La noto, tan entregada, se siente amada y deseada. Y me hace sentir bien :)