INICIAREMOS, UNA SESIÓN DE AMOR, HASTA NUESTRA PASIÓN SACIAR
Tus vestidos, tus faldas y tus pantalones tan pegados: se adhieren a ti, como una segunda piel, resaltan más que ocultan. Parejamente, me gusta que te pongas zapatos y sandalias que exhiban parte de tus pies, que lo muestres desvestido y libre para ser visto y para ser acariciado, tomado y apretado por una mano o por ambas-.
Me gusta, que tu tanga o tu braga, no se noten bajo la falda o el vestido, ni tampoco bajo el pantalón. Me gusta que me sientas más como tu amante, que como tu marido. Tu escote debe sugerir, y dejar ver un poco, sin llegar a ser descarado. Pueden verse, porciones de tus pechos, sin enseñar en exceso. Tus vestidos y los tejidos de tu ropa interior, deben permitir sentirte casi desnuda, sin llegar a apretar.
Tu intimidad, vestida con ropas finas, ligeras y suaves, deben permitir que de excitarte: tus pezones muestren sus subidas y sus empujes. Tus pantalones, deben permitir que un buen observador, sepa si tu sentir es solo intranquilidad o deseo de sentir el empuje de "un masculino estoque". Quiero que seas consciente, de que no debes ocultarme, los deseos de tu cuerpo y de tu mente.
Has de saber, poder dominar el lenguaje corporal, para separar tus piernas y rodillas. Muéstrame que me deseas sentir, que necesitas mi empuje varonil, entrar e insistir y hacer gemir, sin descanso y sin más. Quiero que muestres tus pechos, inflamados de deseos por mí. Sabes que yo entenderé, que en tus labios y en tus miradas leeré. Puede que demoré el momento, pero esté llegará y tu cuerpo gozara, cercanamente del placer de sentirte penetrar.
Tu cuerpo, ha de dejarse fluir, tu vagina ha de empezar a destilar, tu íntima lubricación, para recibir con suavidad la cercana penetración. Tu cintura y tu vientre, deben tener, la seguridad de que van a ser acariciados, apretados y mesurados; con la palma de mi mano, y con las yemas de mis dedos, por ellos transitaré. Y en un momento, mis dedos orientaré, para rozar el elástico de tu braguita, pasar sobre el tejido y notar tu "coño" roído por ganas de ser penetrado.
Debes dejar que mi mano, jueguen por encima de tus bragas y de tu tanguita. Debes concentrarte en sentir mi manita, y abandonarte a ella. Si lo deseas, puedes pedir la caricia más honda y verbalizar tus deseos. La vergüenza, debe abandonarte o ser vencida. Y debes disponerte a sentirme tomarte, un rato indeterminado. Pero estando a tu lado, no te abandonaré y a tu cuerpo daré el placer, hasta dejarte rendida. Surcarás el mar de los espasmos del goce. Me podrás succionar mi pene. Y luego te penetraré, con una acción combinada, te haré gozar no una vez, ni dos, ni tres.
Me esforzare, por llevar la llama del placer y del amor a combinarse en ti. Imaginaré e inventaré mil formas, de renacer para ti. Y quiero, que goces en una carrera de placeres. No quiero que te sienta, como algunas mujeres: que temen demostrar que necesitan volver a gozar, tras llegar a su placer una y otra vez. Y te haré escalar, cada placer anterior, con uno gozo aun mayor.
Te haré sentir flor, animal en celo y te haré sentir comprendida, atendida y cuidada. Te haré sentirte amada, por todo mi cuerpo. Y si quieres tocarme, desnudarme y lamerme. Tu me podrás desvestir, arrodillarte ante mí, hablarme de mil cosas, en el lenguaje corporal. El lenguaje, es corporal, gestual y placentero. Si por entero te das, por entero me tendrás. Y me gozaras una y otra vez. Me puedes lamer mi pecho, bajar a mi vientre. Tomar mi verga y mis testículos, lamerlos, apretarlos y olerlos, estirarlos y ensalivarlos.
Me gusta que quieras frotarte conmigo, desnudarte, dejarte ver y mirarme. Me gusta que te arrodilles frente a mi y a mi espalda. Me gusta que de abraces desde atrás, y te frotes conmigo. Me gusta que busques mi abrigo y me des tu calor. Me hagas sentir tu femenino fragor.
Quiero, que separes tus muslos, tomo a una de mis piernas y rozándote sobre ellas, me humedezcas con tus fluidos. Y quiero que tus palabras y tus gemidos, se haban sentir en mis oídos y llenen mi mente. Y quiero sentirnos, a los dos como dementes.
Si tienes deseos dilos, exprésalos y encuentra la manera para sorprenderme con ellos. Yo, te expresaré mis maneras y mis modos, mis antojos te diré y te llevaré a momentos que te dejaran huellas. Te haré sentir una estrella, me estrellaré sobre ti y me verteré en tu boca, en tus pechos, sobre tu vientre y en tus labios vaginales. Y me vertiré en tu interior, pero otras veces entre tus manos. No somos hermanos, somos un hombre y una mujer. Como adultos, todo es lícito, siendo querido por ambos.
Por eso, sugiero cosas que antes no imaginabas. Por ese tipo de confianza, dices lo que antes callabas y das lo que antes no otorgaste. Por eso, con tu sentir me llenaste y te vacías en mi, llegas a tu placer y lo vuelves a perseguir de mi mano. Me haces sentir deseado y natural. Y te siento, pasional y deseosa de ser mi amante esposa, y de ser tomada con fuerza y delicadeza.
Te esfuerzas siempre, para tener la entereza de complacerme y complacerte conmigo. Eres mi puerto de amor. Soy el buque, que en ti entro y recalo. Eres mi regalo, yo es tuyo. Y felizmente te amo, cada día un poco más
Por eso, ahora nos encaminamos al hotel. Hemos salido con cierta rapidez, deshaciéndonos educadamente de la compañía de tu familia. Y volvemos, con sonrisas de complicidad y llamamos al ascensor para entrar en nuestra habitación cual si fuera el templo del amor. Iniciaremos, una sesión de amor, hasta nuestra pasión saciar