El Alma me arde, cual zarza dolida y transgresora
El alma me arde, cuando me dispongo ante Tu Presencia, oh Sumo Hacedor, que eres Mi Señor y Mi Creador; Mi Mantenedor y Mi Guardián.
En todo momento, desde que nací, por ti he inquirido y ya de adulto he asimilado que Como Tú nadie más ha habido y nadie semejante a Ti queda por haber.
Postrado a tus pies, con toda Mi concentración ante Ti imploro, que Tú me orientes en mis quehaceres. Tengo mis dudas, mis fallos y debilidades y en las dificultades y en Mis tentaciones "Socórreme Magnánimo" para que pueda saber el correcto elegir y sea Firme en el recto proceder, que Tú me vas mostrando.
Hermosura Sin Par, quiero serte fiel e ir cumpliendo tu Voluntad en todos mis hechos. Aquellos Mandamientos, que nos has revelado por Tu Viva Palabra, de las 248 cosas que realizar y las 365 que apartar de mi ejercitar; todas ellas dan Luz, para mi alma y para obtener la orientación en toda ocasión.
"Que realizar el mío, con tropiezos y caídas, con ofensas y menoscabos a lo debido, me levanto arrepentido y sentidamente me propongo pedirte coraje y que con el esfuerzo y tu benevolencia, vaya analizando en mi corazón el impulso al bien y la tendencia al mal; y escoja oportunamente.
Ahora, como tantas veces se mis flaquezas, tan numerosas y lloro en silencio porque entre mi pecho se labran constantes mis deseos y ganas de amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.
Y estas palabras, repetidas y memorizadas llevo trazadas y deseo repetir diligentemente, sentado en casa a los hijos e hijas que Tu dispongas darme, las repito en mis caminos andando y en alguno de los diversos medios de transporte; las digo solo despertarme y previamente al irme a dormir.
A mi brazo y a mi mano y dedos, también en mi frente quiero fijar diariamente las retzuas que Tú has dispuesto y afianzar las cajas con tus disposiciones de amor y de obediencia. Sentirme así, en Tu Divina presencia y ante Tu Espíritu de Santidad poder volcar toda mi intención y con la mayor concentración, sentirme a Ti unido.
Y en los postes de Mi casa y en Mis puertas, fijar las disposiciones que estableciste; para tener presente reforzadamente que de Ti todos somos y a Ti todo debemos.
Ante esas palabras, recogiditas en su estuche protector, tener la reafirmación a todo vecino y amigo que entra y que sale, que viene a vernos.
Nosotros sabemos, que Tú estás presto a Protegernos y dispensarnos dones abundantemente y tus bendiciones.
Mis labios permite que se abran, para bendecirte, en toda ocasión: estando normal, alegre o triste.
Quiero que mis ojos, mi corazón, mis expresiones en alta voz o casi silentes, te loen, den gracias y expresen solicitudes por la familia próxima, por los amigos y por los justos dispersos por todo el orbe y por sus discípulos y familiares.
Recuérdate Señor de Tu Ciudad, de Tu Tierra y de Tu Pueblo; y acepta que nos volvamos nuevamente a Tus Amorosos brazos paternales y protectores.
Bendito Seas por Siempre Tu, Nuestro Padre y Dios, Tu que eres el verdadero Rey del Mundo y de Todo el Universo.
Llevo perenne mi alma vibrante, y mi pensamiento a Ti se dirige, muy humilde y concentradamente; junto con los que te alaban y adoran.
Bendito seas por Siempre, Señor de Señores.