NOTAS QUE CAMINAS DELANTE DE MÍ
Me agradeces dejarme contar con tu presencia. Caminas delante mío, no vuelves tu mirada y aprietas nerviosamente una de tus manos, la cual llevas cogida por la otra, desde hace largo rato. Me imaginas detrás tuyo, disfrutas esa situación, cuidando cada uno de tus movimiento, mueves tus largas piernas y en la cúspide de ellas se exhibe tu bello culo.
Adelantas un pie sobre el otro, notas que tu cintura quiere ser ceñida, con la presión de unas manos (las mías). Piedes, calladamente, pero con un tropel de pensamientos y nervios, que esas manos te entallen subiendo tus costados y acariciando tu vientre y tus senos. Tus brazos, notan un tacto que se empieza a materializar, por obra de tu deseo; y un escalofrío te recorre, haciendo un zigzag, con ello tus emociones relampaguean. Tu ansiedad es máxima, percibes un soledad que te afloja y te resuelves a hacerte presente ante mí. Y hacía mí te encaminas, vienes; primero piensas varias excusas. Pero, resuelves venir a encontrarme, para decirme que me necesitas.
Te arreglas, te pones tu mejor conjunto íntimo, sí precisamente ese que dices que te trae suerte. Eliges tu vestido rojo, ese que te resalta tus pechos y exhibé el generoso escote....
El paseo que vienes dando, mientras me llevas en tu pensamiento, y con mi nombre en tus labios, se te hace dulce y agradable. El fresco, te refriega el aire que entibia tus personales calores; esa sensación te viste enteramente, como una segunda piel y se te va encaminando como en un camino jubilar, que tiene el origen en tu mente, y toma posada en tu corazón, pero que empieza a acelerarse en tu vientre, aplanando los eventuales obstáculos de tu vestido y que trota, para descorrer las cortinas de tu misma entrepierna. Te vas humedeciendo, de una forma progresiva, como escanciando vivencias de una vendimia de amor
Y yo, desde donde estoy, por entre las lamas de la cortina, de la ventana de mi despacho, te veo venir. Y también, me noto con ganas de impulsarme y volar hacia tí. Reconozco que nuevamente y como siempre, se me acelera el ritmo de mis latidos y separo ligeramente mis labios, para percibir un algo de tí, que me hace sentir sabor a tí y besarte también desde la distancia. He de relajarme un poco, pues mi pantalón denota, que el deseo de tí aprieta y como esto sólo ha comenzado y siento la música de la melodías de empezar a compartirnos, una vez mas.
Mis dedos, se predisponen distendiéndo para comenzar a trazarte caminos en tí, tu persona cobra una creciente plasticidad y se mejora en recibir un tacto íntimo. Si, mis manos aumentan día a día la destreza para tratarte adecuadamente, para darte mimos y unas nuevas formas de caricias. Yo, con mis manos junto a tí me siento para interpretanodo cada vez las letras de nuevas partituras de amor; porque me siento como tómandote a tí, te siento como siendo un crecido violín de cuerpo y mente. Se perfectamente, que tu corazón da nuevas resonancias, nouvos tonos, que te hacen vibrar entre corches de amor.
Salgo de mí, y con mi pensamiento, corro veloz para poder llegar una vez y otra a tí, mi amada. Y seguidamente, mis ojos se me salen y te acarician, se te pasean por tu cuello, y gracias a ellos mis propias palmas se ahuecan para recibir el contenido de tus hombros entre ellas. Te miro, y dejo que mis dedos se alarguen y se vayan inmiscuyendo entre la blandura de tu espalda, por la que me dejo ir bajando, con una tranquila entrega.
Y tu, mi niña y amante, notas como bajo tu vestido, mi mano se ha ido encaminando, ha sido un paseo que llevo mis queaceres y notas como mis yemas se dejan sentir en tu cintura. Es viva la sención de abandonarte a mi, y tu cinturilla se quiere estrechar, un poco más y tu vientre siente como se torna una playa y como unas hondas de placer llegan una vez, otra y así esa sensación se convierte en parte de un encuentro entre tu y yo.
Y luego, se te gasta el aliento y por un corto tiempo no puedes evitar experimentar una asfixia; es una sensación que pide recibir aliento de amor, piensas en sentir mis labios en los tuyos y que con ellos te ponga cucharaditas de mi persona, para alimentarte de este amor, pero con cucharaditas pequeñas. Necesitas, que sea mesurada cada bocanada, desde mi boca; para que pase desde mi persona, muy cuidadamente y entre por el humbral de tus labios y sea tomada por tu lengüecita, hasta colarse y adentrarse más hondamente en tí.
Una vez, que recibes las prumeras bocanaditas de amor y deseo, te siente deseosa de tomar un alimento de amor más consistente. Sients que tus pechos se te han parado y te notas desfallecer y revitalizar, en una alternación de agonia y meditaciones íntimas. Y te creer vivir, pero transfigurada por el deseo de ser satisfecha, de sentirme se solista de unos momentos que esperas desde el mismo momento de despertarte y de encarar cada unos de tus días.
Al bajar mis manos, desde tu cintura, he envuelto las dos mitades de tu bello culo, y aplano y dejo resurgir tus gemelas nalgas, dejo las manos bajar, y tomarte, para hacerte sentir que ambas manos se convierten en la base de un columpio; el asiento de mis dos manos, al unirse te impulsan a subir y tu te dejas sentir columpiarte. Veo, como tus ojos se cierran y se abren, y como mis manos te han despojado de tus prendas de vestido. Pues, aunque llevas puesto el pantalón y tu braga, algo en tí ha hecho que se hayan hecho livianas y que mis manos se dejen notar ahí, y por toda tu persona.
Puedes dejarte ir, y eso es lo que hacer, notándote sujetada por la parte baja, para ser alzada y rápidamente mi mano te da un tirón con mis dos brazos, que se convierten en las cuerdas de un columpio. Asi te hago rozarte conmigo, con tus pechos te frotas con crecientes ganas y el placer otra veces fugaz, te asalta con creciente insistencia y tu mente solicita la continuación de mi caricia.
Sientes, una humedad, que entre las paredes de tu concha preciada, palpita y te hace tensar tus muslos. Al llegar una de mis manos a posarse sobre tu pubis, justo en esa parte de tu ser, sí sobre tu hendidura de placer te sientes gemir y me das una sucesión de besos. Te me abrazas más fuertemente, pues has recobrado el control sobre tus brazos, los cuales parecían haberse tornado corcho y me pides que no me detenga. Si, además con tu boca y lengua me vienes a abrir la boca, cual si fuera la puerta a un edén de felicidad y yo conscientemente cedo, notando la entrada de tu lengua y como me pasas porciones de salibita desde tu boca a la mía, y luego te la retorno.
Me siento ir adelantando desde mía hacía ti y noto como mi pene, se proyecta hacia ti y quiero sentirme cruzando el umbral de la entrada de tu vagina, la siento como una puerta, que desea abrirme el paso hacia el interior más íntimo, si hacia tu misma íntimidad y así presiono sobre tu pubis y me permito irme apretando, y sentirme presionando a tu acogedora vagina. Te siento necesitada de vivir una pulsión de deseo y pasión. Busco un momento, y entre las paredes de ésta habitación, de mi despacho (ahora que se han ido los demás), dejo que las notas de amor y sexo impregnen cada rincón y siento como el aroma de placer compartido, pinta estas paredes.
Y quiero, juntarte conmigo y me alegra sentirte bajo mi cuerpo, entrarte y clavarme en tí, y eso es lo que hago una y otra vez. Y noto, como la claridad se cuela por la cristalera que da a la calle y como te siento enredarte a mí; lo haces de modo similar, a como lo hace la enredadera, sobre el tutor y filamentos de alambre, sí me siento enredado por tu cuerpo, por tus brazos y tus piernas. Te siento convertirte en lianas y enredos desde ti misma. Si eso es lo que nace, desde hace meses, cuando florecieron las primeras semillas de nuestro amor, esas que sembramos en el mismo momento de conocernos.
Eso lo vivo, mietras me vació dentro de tí y noto como te haceleras para compartir, generosamente tu placer y el mío, y superponer, nuestros gemidos y tu cara frente a mí me dice que me amas cada día más... Así, llegamos a compartirnos del modo más completo y absoluto del que somos capaces. Y nuevamente, nos dejamos vernos, mientras somos felices y mientras luego y vemos como se recupera el tono de nuestra piel, y como nos bebemos a besos, cual si fuéramos cada uno una copa de vino tinto, si siento que somos un mosto de buena crianza, y me siento agradecido, contento, caliente y muy enamorado de tí.
Y te miro, y reconozco que lo nuestro, es amor y que nos necesitamos y nos damos. Tomamos amor, y amor nor regalamos. Y este amor es generoso y compartimos... todo eso y más cuando nos encontramos....
Kharlo