En jaulas separadas, deseo volar
Tú tenías 16 años y yo 21,
La posesión de la verdad de ambos,
La totalidad de ninguno,
La vida transcurría como un río,
Los remansos van seguidos de rápidos desbocados.
Tu alegría, tu naturalidad me impresionaron,
Nuestras circunstancias nos mantuvieron distantes,
Surgieron otras personas y fuiste madre,
El padre fue un accidente,
Más tú deseabas ser madre y pariste.
Una niña, en la aurora de tu juventud,
Ese puñal se me clavó y tu familia lo hundió más.
Donde estarás ahora que en mi cuarto pienso en ti,
Con probabilidad en otro país,
Mi envidia del que te hizo madre es mayúscula.
Piel blanca y sedosa espuma,
Tus besos imagino en otra piel y otros labios,
Tal vez piensas en mí, más no leerás esto.
Tu carácter me caló y te calé,
Espero reencarnarme y hacerte mujer y madre.
La esperanza de sentirte cerca es una alucinación,
Con todo sabemos mucho del otro (de cada uno);
Más nos ignoramos en tantos aspectos,
Tú con tu hija te limitaste y te engrandeciste,
Supremamente bella y radiante.
Tu sonrisa y un beso,
Columpio de mis deseo,
Noches de pasión y clases en que circulábamos pensándonos,
Carnes que se unieron menos de lo que deseábamos,
Corazones que trotaban y llegaban al galope.
Torpe me siento,
Pero que ansiedad de aquellos momentos en que te mentí,
Me mentiste y me diste de lo mejor,
Dos caras y dos cruces,
Ahora el canto de dos corazones, que ruisiñorean en jaulas separadas, deseo volar.