Sumisa amada, paloma acurrucada
Piel de nata con tu tacto endulzas mis sentidos,
blanquísima y no endulzada.
Persona amada que callas y hablas de diversos modos,
te desvistes de tus miedos interiores, para darte más.
Y en la profundidad de un suspiro de amor prolongado,
Eres mis horas de abrazos y piel,
te me trenzas y te destrenzas.
Estas por todo mí,
me tatúas cada cromosoma,
me revives con cada acto de pasión.
Tu mirada cristalina, tus manos mariposas;
te me dejas sentir, me transmites eternidad y fugacidad.
Me eres tan necesaria y tan esquiva,
Estás tan presente y tan ausente,
me hieres dejándote herir callada,
te ubicas tumbada junto a mí,
piel con piel.
Te huelo, tú eres perfume a rosas apriscas;
Cada vez tomo un poco más de tu sabor,
Me eres piel de nata.
Te siento como mi sumisa amada,
Y te siento donde quiera voy mi paloma,
Te deseo conmigo acurrucada,
y al poco de hacerlo
quedas
adormecida de felicidad
Kh.