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Diálogo del coño y el carajo

en Textos educativos

DIÁLOGO DEL COÑO Y EL CARAJO.

Desde que se inventó el alfabeto y el hombre aprendió a escribir, desde la época más remota de la Historia existen toda clase de relatos, cuentos, poesías e historias que tratan del erotismo y la pornografía. Define el diccionario al erotismo "Como una pasión fuerte de amor", y a la pornografía "Como obras literarias y artísticas de carácter obsceno".

Pero, me pregunto ¿Qué es obsceno" y vuelve a decirnos el Diccionario: Impúdico, torpe, ofensivo al pudor. Hombre, poeta obsceno. Canción, pintura obscena.

Según esta definición las Tres Gracias, Afrodita saliendo del baño, o la misma Maja Desnuda son pinturas obscenas. Estos chicos de la RAE son unos majaderos.

Lean ustedes este soneto nada menos que de Fray Damián Cornejo:

Yo no puedo vivir si no me capo,

Porque si tengo bolas y no emboco,

Y aunque te diga cabe, no te emboco,

Todo en gordo será vaina de trapo.

Si de ser inocente así me es escapo,

A lo menos de amante doy en loco;

Pues nevando camisas, poco a poco,

Si las mojo muchísimo, no empapo.

Quien te viera no grave y espetada

Cuando el amor se goza sin sospecha

Y a mi manera atenta y no a mi modo

Yo quedara contento y tu pagada

Pues supiera cual es mi pix derecha

Y me quisieras bien con vaina y todo.

No andaba descaminado Fray Damián, al escribir que su pija, derecha, la dejaría bien pagada. Y lógico que si no se castraba, no podía vivir porque las ganas de joder son muchas y más, si la jodienda es poca.

Y mucho antes, en la época del fundador del cristianismo, en el siglo primero de nuestra era, Pedro, el primer Papa, y los apóstoles escogidos por Jesús eran en su gran mayoría hombres casados. El Nuevo Testamento sugiere que las mujeres presidían la comida eucarística en la Iglesia primitiva.

En los siglos segundo y tercero, la edad del Gnosticismo: la luz y el espíritu son buenos, la oscuridad y las cosas materiales son malas. Una persona no puede estar casada y ser perfecta. No obstante ello, los sacerdotes eran hombres casados. Un célibe es más pecador que un casado, pero la iglesia paulina no lo entiende así, porque si lo hiciera, tendría que mantener, no sólo a la mujer, sino a los hijos que con ella hubiere. Todo es cuestión de economía y hay que ahorrar paras invertor los donativos de los creyentes en la Gescartera de turno.

Veamos lo que nos decía Pietro de Aretino en el siglo XVI:

Pero ¿qué mal hay en ver cómo monta un hombre a una mujer? ¿Pero es que las bestias deben ser más libres que nosotros?- se cuestionaba el hombre en el texto introductorio a estos sorprendentes sonetos, que compuso en 1524 y cuya publicación le obligaría a abandonar Roma. Inspirados en los dibujos eróticos de Giulio Romano, describen distintas posturas y picardías amorosas. Son un inusual canto al erotismo sensual, no necesariamente procreativo, en una cultura que siglo tras siglo se iría haciendo más y más sexófoba. Aquí tenéis doce de los dieciséis sonetos originales que dicen así:

- 1 -

-Follemos, alma mía, vamos a follar

que para follar todos nacemos.

Si tú adoras el carajo, yo amo la higa,

y un carajo sería el mundo sin todo esto.

Y si follar después de muerto fuese honesto,

yo diría: -Moriremos de tanto follar

para más allá follar a Adán y a Eva,

que encontraron un morir tan deshonroso.

-De veras digo que si esos bribones

no hubieran comido la fruta traicionera,

sé que hoy no retozarían los amantes.

Mas dejémonos ya de cháchara. Hasta el

corazón hinca el carajo, y haz que allí se parta

el alma, que en la verga nace y muere.

Y, si es posible, fuera de la higa no dejes

los cojones, del placer de follar siempre testigos.

 

- 2 -

-Méteme un dedo en el culo, viejote

e híncame la verga poco a poco.

Alzándome bien esta pierna haz buen juego.

Luego menéate sin remilgos.

Que a fe mía esto es mejor bocado

que comer pan tostado junto al fuego.

Y si no te place la higa, cambia el sitio

que no es uno hombre si no es bujarrón..

-Quiero hacerlo en el coño esta vez,

y esta otra en el culo: la verga en coño y

culo me hará a mi feliz, y a vos feliz y beata.

El que quiere ser un gran maestro está loco,

pues no es más que un pajarito pierde tiempo

que en todo menos en follar se solaza.

Que la palme en el palacio

el cortesano, esperando que su rival muera,

que yo en darme a la lujuria solo pienso.

- 3 -

-Esta verga quiero yo, y no un tesoro.

Ella es la que procura la dicha,

es una polla digna de una emperatriz;

esta gema vale más que un pozo de oro.

Ay de mí, socorro polla, que me muero.

Trata de enfundarte en la matriz,

más al fin, la verga pequeña se desdice

si en la crica quiere actuar con decoro.

-Señora mía, es verdad lo que bien decís:

que quien tiene poca verga y folla en coño,

merecería un enema de agua fría.

Si es corta, que folle por el culo noche y día,

pero si es despiadada y fiera, como la mía,

que se desahogue siempre con los coños.

-Cierto, pero tanto nos deleitamos

con la polla, y tan divertida nos parece,

que ese obelisco delante y atrás tendremos.

 

 

- 4 -

-Tienes un buen rabo, grande y bello.

Venga, déjamelo ver, si es que me amas.

-¿Quieres probar a mantenerte

con él en el coño y conmigo encima?

-¿Que si quiero probarlo? ¿que si puedo?

Mejor esto que comer o que beber.

-¿Y si así tumbados, luego os desgarro

y os hago daño?. -Piensas igual que el Rosso.

Vamos, ponte en la cama o en el suelo

sobre mí, que si fueses Marforio

o algún gigante, más aún disfrutaría.

Pero alcanza la médula y los huesos

con esta verga tuya tan venerable,

que hasta protege a los coños de la tos.

-Abríos bien de piernas.

Puede que se vean por ahí mujeres

mejor vestidas, mas no tan bien gozadas

 

- 5 -

-¿Por dónde os la vais a meter?, responded, ¿por delante o por detrás? Quiero saberlo. -¿Por qué? ¿es que os molestaría si en el culo me la clavo, por desgracia?

-No, señora. Es porque el coño sacia tanto a la polla que da poco placer. Mas así lo hago yo por no parecer un fraile Mariano, verbi gratia.

-Pues si la polla entera en el culo deseáis, como anhelan los grandes, estoy contenta de que con el mío hagáis lo que queráis.

-Agarradla con la mano y metedla dentro, que tanta utilidad para el cuerpo encontraréis como la asistencia a los enfermos.

Y yo tal gozo siento al sentir mi verga en la mano vuestra, que pronto moriré si ahora follamos.

- 6 -

-Menuda tontería ha sido, pudiendo elegir cómo follaros, la polla en el coño haber metido cuando no me negabais vuestro culo.

Que conmigo acabe mi genealogía, pero por detrás quiero meterla muchas veces, pues el ano y la raja son tan distintos como el vino aguado y el malvasía.

-Fóllame y haz conmigo lo que quieras por el coño y por el culo ¿qué importa por dónde tú hagas tus asuntos?;

Hay en mi higa y en mi culo tales fuegos que ni pollas de mulos, bueyes y asnos, pueden un poco calmar mis ardores.

Un calzonazos serías si lo haces a la usanza antigua; Si yo fuera hombre, coños nunca querría.

- 7 -

-Tienes la verga en el coño y ves mi culo, y yo veo tu culo cómo está hecho. -Mas podrías decir que no estoy cuerdo, porque las manos las tengo donde los pies.

-Pues si así crees que puedes follar, un bestia eres, y no lo lograrás porque al follar mejor me adapto cuando tu pecho sobre el mío está.

-Yo os quiero follar con maña, comadre, y acariciaros el culo mil veces con los dedos, la polla y la lengua, que vais a sentir un placer infinito,

un no sé qué más dulce que el rascar de la diosas, duquesas y reinas Al final me diréis que en estas ceremonias soy valiente, más tengo la polla pequeña y desespero.

- 8 -

-Me perdonarás, pero la quiero en el culo.

-Señora, no quiero cometer tal pecado,

porque esa es vianda de prelados

que han perdido el gusto para siempre.

-Vamos, métela aquí. -Que no. -Que sí.

-¿Por qué? , ¿no se usa ya el otro lado,

o sea, el coño? -Sí, pero es más grato

la verga por detrás que por delante.

-De vos dejarme quiero aconsejar.

Vuestro es el carajo, y si así os place,

como a carajo le debéis mandar.

-Aceptado, mi bien, métela de lado:

Por aquí, así, y no te corras todavía,

Oh verga, buena amiga, oh verga santa.

-Métetela toda entera

-Ya ha entrado toda dentro ¡qué placer!,

y así quisiera estar sentada un año.

- 9 -

-Ábrete bien de piernas para que yo tenga

tu culo hermoso y tu coño en la cara.

Culo que procura el paraíso,

coño que limpia el corazón por los riñones.

 

Mientras yo te contemplo, ahí me viene

de repente el capricho de besarte,

y me parece ser más bello que Narciso

en el espejo, que a mi polla alegra.

 

- ¡Corrompidos! En la tierra y en la cama.

Te estoy viendo, putona, y si te cojo

dos costillas del pecho he de romperte.

-Pues me cago en ti, vieja chismosa,

Que por este placer pluscuamperfecto

en un pozo entraría sin acetre.

No hay abeja tan golosa

de la flor como yo del noble carajo,

y aún sin catarlo, por mirarlo me empapo.

 

- 10 -

-Marte, haragán descontrolado,

no se yace así sobre una moza,

ni a Venus se la folla a ciegas,

con tanta furia y tan poca discreción.

-Yo no soy Marte, sino Ercol Rangone,

y a vos os follo, que sois Ángela Greca;

y si aquí conmigo el laúd tuviera,

mientras follo una canción os tañera,

y vos, señora mía, dulce consorte,

en el coño haríais bailar mi verga

meneando el culo y presionando fuerte.

- Sí, señor, al joder con vos me empapo,

pero temo que Amor me dé la muerte

con vuestras armas, pues es niño y loco.

-Cupido es mi muchacho

e hijo vuestro, y mis armas cuida para

a ti, diosa ociosa, consagrarlas.

- 11 -

-Dame la lengua y apoya el pie en el muro.

Aprieta con las piernas estrecho.

Ponte boca abajo sobre el lecho,

que nada sino follar me interesa.

-Ah, traidor, qué dura tienes la verga.

-Oh, que dulzura la de tu coño.

-Un día metérmela en el culo te prometo,

y que saldrá limpia te aseguro.

-Gracias te doy, querida Lorenzina

y me esforzaré en servirte, pero empuja

empuja como hace la zapatera.

-Ahora mismo ¿y tú cuándo lo harás?

-En seguida; tú dame la lengüecita,

que me muero. -Yo también, y tú eres la razón.

-Entonces, ¿cumplirás?

-Ahora mismo, ahora lo hago, señor mío,

ahora lo hago -Y yo. -Ay de mí. -Oh Dios.

- 12 -

-No tires, Cupido sinvergüenza,

de la carriola. Párate, borrico,

que quiero dar por coño, y no por culo,

a quien me toca la polla, y yo me río;

En los brazos y en las piernas confío,

mas tan incómodo estoy, no te engaño,

que así hasta un mulo, en una hora moriría.

Sin embargo, soplo y grito con el culo.

Si acaso te cansaras, Beatriz,

me habrás de perdonar, porque ya sabes

que follar en esta postura me destroza;

y si no tuviera tu culo por espejo,

sosteniéndome así, en ambos brazos,

Nunca concluiría nuestro asunto.

Oh culito blanco y rosado,

Si no me recreara mirándote,

no tendría la verga tiesa apenas.

Y si esto era en el siglo XVI, leamos a José de Espronceda en el XIX en el canto segundo de "LA MUJER", las siguientes estrofas que tampoco están mancas:

Más, ¡por vida de tal!, que es un trabajo

El que yo acometí, de mucha leche;

De pensarlo me suda hasta el carajo

Y se me hacen los huevos escabeche.

Luego, ¡cuán sucias son las puñeteras!,

Siempre les huele a bacalo el nido;

Desnudas te parecen unas fieras

Y, si están con la sangre ¡Dios querido!

De la camisa rojas las traseras

, pegado con las nalgas al vestido;

Y si la jodes hacen por remate

De tu carajo copa en chocolate.

 

Así que ya lo saben señoritas, lávense el coño por si aparecen algunos muchachos de este aula, compañeros de ustedes que se tirarían de buena gana, a quienes no le guste el bacalao. Y como se me está haciendo tarde y ustedes tienen que ir a follar a la salida, pásense por el lavabo de señoritas que tiene bidet.

Otro día les hablaré del DIALOGO DE COÑO Y EL CARAJO de otro de nuestros clásicos pues no es de ahora ni la jodienda ni la pornografía, literatura obscena, según los cernícalos de la RAE.

Recojan sus apuntes

La clase ha terminado.

Mas de Jotaene

La niña de mis ojos

Así somos los gallegos

El fondo del alma

Edad media y leyes medievales

¡Oh, las mujeres!

Hetairas. cortesanas y rameras (1)

La loba

Lo potencial y lo real

Una vida apasionante (3)

Una vida apasionante (5)

Una vida apasionante (4)

Arthur Shawcross

Bela kiss

Romasanta, el hombre lobro

Poemas de Jotaene

Anuncio por palabras

Una vida apasionante (2)

Una vida apasionante

La semana tráquea

Relatos breves y verídicos (1)

El parricida sonámbulo

Curvas Peligrosas

Un fallo lo tiene cualquiera

Mujer prevenida vale por dos

La prostituta y su enamorado

Tiberio Julio César, el crápula

Caracalla, el fratricida incestuoso

Despacito, cariño, muy despacito (8)

Cómodo, el incómodo

El matriarcado y el incesto (4)

El matriarcado y el incesto (1)

Incestos históricos (4)

El matriarcado y el incesto (3)

El matriarcado y el incesto (2A)

Viene de antiguo

Viene de antiguo 2

El gentleman

Margarito y la virgen de Rosario

La multivirgen

Un grave encoñamiento (7 - Final)

Un grave encoñamiento (6A)

Un grave encoñamiento (6)

Despacito, cariño, muy despacito (7)

Despacito, cariño, muy despacito (6)

Despacito, cariño, muy despacito (5)

Incesto por fatalidad (8)

Academia de bellas artes

Un grave encoñamiento (5A)

Orgasmos garantizados

Un grave encoñamiento (5)

Un grave encoñamiento (4)

El sexo a través de la historia (2)

El sexo a través de la historia (3)

Despacito, cariño, muy despacito (4)

Despacito, cariño, muy despacito (3)

Un grave encoñamiento (3C)

Un grave encoñamiento (3B)

Un grave encoñamiento (3A)

Un grave encoñamiento (1)

La leyenda negra hispanoamericana (3)

Un grave encoñamiento (2)

Incestos históricos (3)

Despacito, cariño, muy despacito (1)

La leyenda negra hispanoamericana (2)

Incestos históricos (2)

La leyenda negra hispanoamericana (1)

Incestos históricos (1)

Incesto por fatalidad (5)

Incesto por fatalidad (6)

El dandy

Incesto por fatalidad (2)

Incesto por fatalidad (1)

Incesto por fatalidad (3)

Incesto por fatalidad (4)

Hundimiento del acorazado españa

Un viaje inútil

Como acelerar el orgasmo femenino

La máquina de follar

Sola

Follaje entre la nieve

Placer de dioses (2)

Placer de dioses (1)

Navegar en Galeón, Galero o Nao

Impresiones de un hombre de buena fe (7)

El Naugragio de Braer

La Batalla del Bosque de Hürtgen

El naufragio del Torre Canyon (1)

El naufragio del Torre Canyon (2)

El naufragio del Torre Canyon (3)

La batalla de Renade

Impresiones de un hombre de buena fe (6)

Impresiones de un hombre de buena fe (4)

Impresiones de un hombre de buena fe (7-A)

Olfato de perro (4)

Hundimiento del Baleares

Olfato de perro (5)

No sirvió de nada, Mei

Cuando hierve la sangre (2)

Cuando hierve la sangre (1)

Paloduro

Impresiones de un hombre de buena fe (2)

Impresiones de un hombre de buena fe (1)

Olfato de perro (2)

Impresiones de un hombre de buena fe (3)

Olfato de perro (3)

Olfato de perro (1)

La hazaña del Comandante Prien

Una tragedia Marítima olvidada (5 Fin)

Una tragedia Marítima olvidada (4)

Una tragedia Marítima olvidada (3)

Una tragedia Marítima olvidada (2)

Una tragedia Marítima olvidada (1)

La Hazaña el Capitán Adolf Ahrens

Derecho de Pernada (4)

Derecho de Pernada (2)

Derecho de Pernada (3)

Derecho de Pernada (5)

Derecho de Pernada (1)

La maja medio desnuda

Oye ¿De dónde venimos?

Mal genio

Misterios sin resolver (2)

Misterios sin resolver (3)

Crónica de la ciudad sin ley (10)

Crónica de la ciudad sin ley (9)

El asesino del tren

Tanto monta, monta tanto

Crónica de la ciudad sin ley (8)

El timo (2 - 1)

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El canibalismo en familia

¿Son todos los penes iguales?

Código de amor del siglo XII

Ana

El canibal japones.

El canibal alemán

El canibal de Milwoke

El anticristo Charles Manson

Crónica de la ciudad sin ley (6)

Crónica de la ciudad sin ley (7)

El 2º en el ranking mundial

El timo (2)

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El bandido generoso

El carnicero de Hannover

El Arriopero anaspérmico

El vuelo 515 (2)

El vuelo 515 (1)

El carnicero de Plainfield

El petiso orejudo

La sociedad de los horrores

Don Juan Tenorio con Internet

Andrei chikatilo

El buey suelto

Gumersindo el Marinero

La confianza a la hora del sexo

El timo (1)

Los sicarios de satán

The night stalker

Barba azul

¿Serás sólo mía?

Hasta que la muerte os separe.

¿Quién pierde aceite?

Encuesta sobre el orgasmo femenino

Virtudes Teologales

El mundo del delito (8)

El sexólogo (4)

El barco fantasma

Captalesia

El sexólogo (3)

El mundo del delito (7)

The murderer

El sotano

El signo del zorro

Memorias de un orate (13)

Memorias de un orate (14 - Fin)

El orgasmómetro (9)

El orgasmómetro (10)

El sexólogo (1)

El sexólogo (2)

La sexóloga (4)

La sexóloga (5)

La sexóloga (3)

La sexóloga (2)

Memorias de un orate (12)

El mundo del delito (4)

El mundo del delito (5)

La sexóloga (1)

Memorias de un orate (9)

Memorias de un orate (11)

Memorias de un orate (10)

Memorias de un orate (9 - 1)

Qué... cariño ¿que tal he estado?

¿Que te chupe qué?

Memorias de un orate (7 - 1)

Memorias de un orate (7)

Memorias de un orate (6)

Memorias de un orate (8)

Memorias de un orate (5)

Memorias de un orate (4)

Enigmas históricos

Memorias de un orate (3)

Ensayo bibliográfico sobre el Gran Corso

El orgasmómetro (8)

El viejo bergantin

El mundo del delito (1)

El mundo del delito (3)

Tres Sainetes y el drama final (4 - fin)

El mundo del delito (2)

Amor eterno

Misterios sin resolver (1)

Falacias políticas

El vaquero

Memorias de un orate (2)

Marisa (11-2)

Tres Sainetes y el drama final (3)

Tres Sainetes y el drama final (2)

Marisa (12 - Epílogo)

Tres Sainetes y el drama final (1)

Marisa (11-1)

Leyendas, mitos y quimeras

El orgasmómetro (7)

Marisa (11)

El cipote de Archidona

Crónica de la ciudad sin ley (5-2)

Crónica de la ciudad sin ley (5-1)

La extraña familia (8 - Final)

Crónica de la ciudad sin ley (4)

La extraña familia (7)

Crónica de la ciudad sin ley (5)

Marisa (9)

Esposas y amantes de Napoleón I

Marisa (10-1)

Marisa (8)

Crónica de la ciudad sin ley (3)

El orgasmómetro (6)

El orgasmómetro (5)

Marisa (7)

Marisa (6)

Crónica de la ciudad sin ley

Marisa (5)

Marisa (4)

Marisa (3)

Marisa (1)

La extraña familia (6)

La extraña familia (5)

La novicia

El demonio, el mundo y la carne

La papisa folladora

Corridas místicas

Sharon

Una chica espabilada

¡Ya tenemos piso!

El pájaro de fuego (2)

El orgasmómetro (4)

El invento del siglo (2)

La inmaculada

Lina

El pájaro de fuego

El orgasmómetro (2)

El orgasmómetro (3)

El placerómetro

La madame de Paris (5)

La madame de Paris (4)

La madame de Paris (3)

La madame de Paris (2)

La bella aristócrata

La madame de Paris (1)

El naufrago

Sonetos del placer

La extraña familia (4)

La extraña familia (3)

La extraña familia (2)

La extraña familia (1)

Neurosis (2)

El invento del siglo

El anciano y la niña

Doña Elisa

Tres recuerdos

Memorias de un orate

Mal camino

Crímenes sin castigo

El atentado (LHG 1)

Los nuevos gudaris

El ingenuo amoral (4)

El ingenuo amoral (3)

El ingenuo amoral (2)

El ingenuo amoral

La virgen de la inocencia (2)

La virgen de la inocencia (1)

Un buen amigo

La cariátide (10)

Servando Callosa

Carla (3)

Carla (2)

Carla (1)

Meigas y brujas

La Pasajera

La Cariátide (0: Epílogo)

La cariátide (9)

La cariátide (8)

La cariátide (7)

La cariátide (6)

La cariátide (5)

La cariátide (4)

La cariátide (3)

La cariátide (2)

La cariátide (1)

La timidez

Adivinen la Verdad

El Superdotado (09)

El Superdotado (08)

El Superdotado (07)

El Superdotado (06)

El Superdotado (05)

El Superdotado (04)

Neurosis

Relato inmoral

El Superdotado (03 - II)

El Superdotado (03)

El Superdotado (02)

El Superdotado (01)