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El matriarcado y el incesto (3)

en Textos educativos

EL MATRIARCADO Y EL INCESTO

EL MATRIARCADO.

Durante el período matriarcal, en el que la mujer era considerada superior al varón, se conservaba un rito de Consagración ¿Asvameda? que consistía en la unión de un caballo con la reina gobernante, en una festividad que se llamaba "Sacrificio del Caballo". Se caracterizaba por la cópula de la reina con el semental elegido y entre los asistentes se observaban toda clase de obscenidades reproductivas, mientras la reina copulaba con el equino al que, finalmente, al derramarse dentro de la reina se le sacrificaba.

Y es hoy todavía común, en algunas tribus asiáticas Dravídicas, la descendencia matrilineal, entre ellas: los Bant, los Todas del sur de La India (tribu en peligro de extinción, ya que sólo quedan 1.600), los Bhoumyas (hijos de la Tierra) / Bysas / Baigas, los habitantes del valle de Hunza de Cachemira, entre quienes las mujeres gozan de derechos considerables y son las hijas las que reciben educación.

Entre los Gonds, tribu Drávida, las mujeres celebran el "Festival Gurturna" / "Rompimiento del Azúcar", en el que los varones desempeñan el papel inferior. Además son matrilineales los Bhils del sur de Malabar del norte de La India, los de la provincia del sur de la India Quilacare en Malabar, de los que Campbell afirma en 1991: "Una zona que hasta hoy mantiene una fuerte tradición matriarcal"

También los Nair / Nayar, población Sudra de Malabar, el parentesco sigue la línea materna. De ellos dice la Enciclopedia U., Tomo 37 (1988, 942 y 43): "En los clanes nairs, la familia sólo estaba integrada por la madre y los hijos y el hermano de aquélla, pues el marido era considerado como un huésped temporal que entra en la vagina en ciertos y determinados días, y hasta en tales casos no puede sentarse a la mesa con su esposa y sus descendientes."..." la madre goza de un respeto absoluto y representa la más alta dignidad moral..."

Y por distintas referencias (de la Enciclopedia U., Tomo 33,1988: 1004 y de Burguière, 1988: 49) se sabe que los Nair es un pueblo matrilineal, en el que la familia está integrada por la madre, hijos y el hermano, no por el esposo que nunca vive con la esposa, que además tiene relaciones sexuales libres, con gran cantidad de amantes temporales.

Según Lévi-Strauss en (1981,161): "El taravad de los nayares de Malabar es un linaje matrilineal y matrilocal, propietario de los bienes inmobiliarios y depositario de los derechos sobre las cosas y sobre las personas..." la mujer no tiene más que amantes".

Es decir que es la madre la que dirige la comunidad / el tavaräd / taravad (terreno donde se edifica la casa y la unidad que en ella reside). Ella es la propietaria de los bienes inmobiliarios, ganado, tierras... y depositaria de los derechos de las personas que trabajan en el seno de la comunidad. Además las princesas ocupan los lugares más distinguidos en todas las cosas y su opinión prevalece, excepto en los asuntos guerreros.

Y nos permitimos reproducir la larga cita de Ralph Linton (1942, 160) en la que afirma: "... los nayares, no conceden lugar alguno en su sistema social a los esposos o padres. Sus mujeres se casan, de acuerdo con la ley hindú, pero lo hacen con un extranjero y el matrimonio se da por terminado a los tres días, por medio de un divorcio formal. El marido no vuelve a aparecer en escena. La satisfacción de las necesidades sexuales y la perduración del grupo se lleva a cabo por medio de una serie de amoríos informales, que aunque socialmente reconocidos, no establecen lazos permanentes entre los amantes. La mujer tiene un control absoluto de la situación y puede despedir a su amante con el simple acto de devolverle su último regalo."..."la verdadera unidad de la familia está compuesta por la mujer y sus hijos..."..."los varones viven como mercenarios, por lo que es mejor no asumir deberes de la paternidad,... los varones están libres de esta responsabilidad".

Dice Harris: "La insignificancia de los maridos llegó al punto en que la residencia conjunta estaba limitada a las visitas nocturnas."

Igualmente siguen las reglas del matriarcado, los matrilineales y matrilocales Khasis / Kasis / Jasis, tribus indias de la provincia de Assam. De ellos dice Caro Baroja: "... uno de los más exageradamente matriarcales conocidos junto a los iroqueses y los cántabros."

Además en toda La India se practica la poliandria, costumbre de marcado carácter matriarcal. P. ej.: los Nair / Nayars de Malabar y los Todas de las colinas Niguiris del sur de La India, son considerados como arquetipos de sociedades poliándricas, en donde las mujeres se casan hasta con doce varones. Según referencia de la Enciclopedia U., Tomo 33 (1988, 1004): (Entre los Nair) "... la mujer tiene el derecho de casarse con varios hombres, que son considerados por ella como verdaderos esclavos." ... (y además similares conductas se encontraron:) "entre los buntar vecinos de los nairs, los cossyabas, los khasias, los kocchs, los garos, y entre los habitantes de las Maldivas y de la isla de Ceylán (Sri Lanka)."

En tribus de los Todas, si la mujer lo desea puede tomar varios esposos, que deben pagar una especie de tributo a los esposos legales. La poliandria se practica además, en tribus Topa, Köta, Kurumba, Badaga, entre los Jats del Punjab, en el pueblo Naga de Assam, entre los Koorgs / Coorgs de La India meridional, entre los habitantes de las provincias del norte, en los valles del bajo Himalaya como en Bhutan, en el Doon y en los cantones montañosos.

En el cantón de Junsar hindú, se practica una forma de poliandria, en la que la mujer del hermano mayor es esposa de sus hermanos. Y en familias de gran cantidad de hermanos, puede haber dos esposas de los hermanos agrupados en dos grupos de edad. Los Pahari y los Ladekis, indígenas del Ladak de Cachemira y otras tribus de Nepal, practican la poliandria fraternal o adélfica: una mujer con varios hermanos. Entre los Ning-Ba, al noreste del Nepal, una mujer se casa con varios hermanos y a la vez hereda la propiedad de la tierra (Soutif, Dray y Dibie, 1999: 38).

En diferentes regiones del Tíbet, existe una elevada condición de la mujer, tanto jurídica como social y se traslucen costumbres características de la época en que hubo predominio del matriarcado, como el establecimiento del matrimonio a cambio de prestaciones del novio y se practica la poliandria. Entre los indígenas Bhotias / Butias de Kumaon, cerca de la frontera indotibetana, se practica la poliandria, el matrimonio por rapto simulado, la indemnización a los padres de la novia y viven en una casa común llamada "rambany". En Bután / Bhután (Himalaya) las mujeres practicaban la poliandría y eran tan promiscuas que tenían hasta 12 esposos (oído en programa de Punset de TV-2, el 12 de noviembre de 2000, que le fue comunicado a Darwin por un amigo en carta, pero que la reina de Inglaterra ejercía sobre él tanta inhibición moral, que se lo autocensuró o la hija de la reina se lo censuró). También se da la poliandría entre los tre-ba del Tíbet, en palabras de Diamond (1999, 58): "Las razones de la poliandría de los tre-ba están relacionadas por el contrario con el sistema de propiedad de la tierra: los hermanos tre-ba se casan frecuentemente con la misma mujer para evitar subdividir una pequeña extensión de tierra."

Entre los jóvenes muria del estado de Madya Pradesh en La India, existía aún en los años 50, según contaba el etnólogo Verrier Elwin que los visitó, una costumbre que evidencia la libertad sexual que disfrutaban las mujeres, señal de que los intérpretes de las religiones patriarcales fuertemente sexistas, aún no habían ejercido su influencia represora a los fieles condenando el deleite terreno, sobre todo el femenino. En esa sociedad los adolescentes se reunían en la ghotul, una cabaña auténtica escuela del amor, en donde chicos y chicas eran iniciados sexualmente por otros adolescentes ya iniciados. Allí bailaban y se elegían unos a otros, para pasar la noche.

En Sri Lanka, ex-Ceylán, la mujer es valiosa porque es la cultivadora agrícola, por lo que se establece el matrimonio llamado "beena" o "ambiliano" Las mujeres Vedas practicaban la poliandria y tenían hasta nueve esposos; los Ingleses la abolieron en Kandy, en 1959!

Entre los Nicobares del archipiélago Nicobar de La India, variedad de la raza Malaya, se encuentran costumbres trazas del matriarcado, como ejemplo: las jóvenes son las que eligen a los esposos y los despiden al menor pretexto, para tomar otros.

 

INCESTOS HISTÓRICOS

 

Aunque las relaciones sexuales entre parientes muchas veces se catalogan entre risas como más ardientes, la realidad es que el incesto está entre los tabúes más arraigados en diversas sociedades. A través de la historia muchos personajes célebres cometieron incesto, ya fuera con la madre, el padre o el hermano.

En algunas civilizaciones antiguas, como en la de los persas o los egipcios de la época faraónica, era común matrimoniar al rey con su hermana. No existía estigma social en esto sino muy al contrario, el incesto se convirtió en uso frecuente de las altas esferas egipcias y más tarde entre el pueblo llano. Durante un tiempo se creyó que estas uniones entre hermanos eran debidas al deseo de que no se destruyeran en minifundios las herencias de las tierras, pero hoy, la antropología, ha venido a demostrar que en realidad, eran debidas al mayor placer que proporcionaban las relaciones sexuales entre parientes y, sobre todo, entre hermanos.

Cleopatra estuvo casada con su hermano Tolomeo compartiendo el trono de Egipto antes que llegara Julio César, pero el hecho de ser la esposa de su hermano no impidió que la bella adolescente que era Cleopatra se envolviera solamente en perfume y en una alfombra para ir a seducir al maduro conquistador. Así fue como Julio César se prendó de ella y la hizo su amante.

Entre los romanos, el incesto era común. Calígula, considerado uno de los emperadores más perversos, sostuvo relaciones sexuales no sólo con sus tres hermanas, sino también con su madre Agripina, mujer de belleza extraordinaria, pero de quien se prendó para siempre fue de la rubia Drusilla, su favorita. Lo que no le ijmpidió, en pleno delirio de locura impaciente, abrirle el vientre con una daga para sacarle al hijo del vientre y saber a quien se parecía. Naturalmente, pese a lo mucho que la amaba, la brutal cesárea, originó la muerte de Drusila que él lloró luego desconsoladamente convirtiéndola en Diosa a la que todos debían adorar.

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