EL CIPOTE DE ARCHIDONA 1
En Archidona, ciudad andaluza, malagueña para mayor concreción, ocurrió un hecho trascendental. Un hecho del que ustedes, jóvenes folladores y folladoras estudiantes, quizá no hayan oído hablar. Ocurrió hace más de treinta años, por lo tanto, todos vosotros estabais aún en los huevos de papá; si no os han explicado el suceso para eso estoy yo aquí.
En aquella época dictatorial e inquisitorial, donde la Iglesia paulina mandaba incluso más que Franco, follar era pecado y, por si fuera poco, además mortal, o sea que te ibas derecho al Infierno con la polla tiesa o con el coño húmedo; no como ahora que es pecado no follar habiendo tanto coño dispuesto a darle gusto al cipote masculino al tiempo que lo recibe. También era pecado ser maricón y considero que sigue siéndolo porque ya me dirán si no es un pecado meter la verga en la mierda cuando hay tanta rica chona donde meterla y disfrutarla.
El singular hecho ocurrió en la oscuridad de un cine de la ciudad entre una moza y un mozo de singulares aptitudes, como luego les explicará a ustedes, con mejor pluma que la mía, el recientemente fallecido premio Nóbel gallego, Don Camilo José Cela y su amigo Alfonso Canales. Pero hagamos, previamente, un poco de Historia.
Archidona está emplazada sobre la falda meridional de una elevada y áspera tierra. Para algunos su origen podría estar en la Escua fenicia; otros coinciden en su raíz romana, no así en cuanto al nombre que podría ser Estedeluna, derivado del ibero y vendría a significar "molino de aceite", Vesci o Faventia, sin profundos fundamentos y finalmente Arx-Domina. En tiempos de los árabes se le conocía como Medina-Arxiduna, de donde se deriva su nombre actual.
La Ciudad fue declarada Conjunto Histórico Artístico y entre sus monumentos destacan el castillo púnico-árabe, convertido en Santuario de la Santísima Virgen de Gracia, patrona de Archidona; la singular Plaza Ochavada del siglo XVIII, que toma su nombre por sus ocho lados irregulares de fachadas blancas con balcones y puertas en arcos de ladrillo rojo. Y puestos ya sobre tan singular Ciudad de La Costa del Sol, lean ustedes lo ocurrido:
Carta de Alfonso Canales a Camilo José Celas. (3/2/1972)
Querido Camilo José:
Con mucho gusto te relataré el incidente a que te refieres en tu carta.
La cosa ha acaecido en Archidona, muy cerca de donde se halla la célebre Peña de los Enamorados. Una pareja -no consta que fueran novios formales- se encontraba en el cine, deleitándose con la contemplación de un filme musical. La música o las imágenes debían ser un tanto excitantes, porque a ella, según tiene declarado, le dio -no sabe cómo- el volunto de asirle a él la parte más sensible de su físico. El cateto debía ser consentidor, pues nada opuso a los vehementes deseos de su prójima. Dejóla hacer complacido, sin previsión de las consecuencias que habría de tener su regalada conducta.
Según parece, el manipulado, hombre robusto por demás, era tan virgen como López Rodó (un ministro franquista padre del Primer Plan de Desarrollo español) o, al menos, llevaba mucho tiempo domeñando sus instintos. El caso es que, en arribando al trance de la meneanza, vomitó por aquel caño tal cantidad de su hombría, y con tanta fuerza que más parecía botella de champán, si no geiser de Islandia.
Los espectadores de la fila trasera, y aun de la más posterior, viéronse sorprendidos con una lluvia jupiterina, no precisamente de oro. Aquel maná caía en pautados chaparrones, sin que pareciera que fuese a escampar nunca. Alguien llamó airadamente, identificando el producto e increpando con soeces epítetos al que lo producía en cantidades tan industriales.
Se hizo la luz. El cateto pensó que la tierra, en eso de tragarse a los humanos, obra con una censurable falta de oportunidad. Doblemente "corrido", trataba en vano de retornar a su nido la implacable regadera. Su colaboradora ponía cara de santa Teresita de Lisieux, aunque con más arrebol en las mejillas. Ambos fueron detenidos y conducidos a la presencia judicial, lo que ocasionó que se incoara el oportuno sumario por escándalo público, a falta de otra tipificación más especificadora.
El juez hizo el ofrecimiento de acciones a los poluídos, quienes no sólo quedaron enterados, sino que presentaron justificantes de los daños y perjuicios. Un prestigioso industrial incorporó a los autos la factura del sastre que había confeccionado su terno, que devino inservible. Y una señora, de lo más granado de la sociedad archidonense, presentó la cuenta de la peluquería donde, al siguiente día, hubo de hacerse lavar el cabello (el Fiscal no acaba de explicarse cómo pudo pasar la noche sin un lavado casero de urgencia).
Como primera providencia, puesto que así lo imponen las reglas de la moral, los intérpretes del raro suceso han contraído honesto matrimonio. ¡Gran equivocación! Imagínate lo que hubieran podido prosperar, en cualquier parte del mundo, tanto el prepotente poseedor de la manguera como su eficaz partenaire.
La causa está ahora en trámite de calificación. Cuando se dicte la sentencia, te proporcionaré una copia. Será un documento acreditativo de las reservas, no meramente espirituales, de nuestra recia estirpe.
Un fuerte abrazo
Respuesta de Camilo José Cela a Alfonso Ccanales (7/2/1972)
Querido Alfonso:
¡Bendito sea Dios Todopoderoso, que nos permite la contemporaneidad con estos cipotes preconciliares y sus riadas y aun cataratas fluyentes! Amén. ¡Viva España! ¡Cuán grandes son los países en los que los carajos son procesados por causa de siniestro! El suceso muy bien podría originar la aparición de una frase adverbial aún no nacida -"como el cipote de Archidona"- señaladora de óptima calidad y desaforada cantidad. Te ruego que transmitas a la Excma. Diputación Provincial de Málaga mi propuesta de que le sea atribuído un homenaje de ámbito nacional al dueño de la herramienta, honra y prez de la patria y espejo de patriotas. Podría levantarse en su honor un monolito granítico con una farola en la punta del haba -el falofaro de Archidona- visible desde las costas de Africa; podrían editarse tarjetas postales y fabricarse cipotillos de solapa; podría incluirse la contemplación de tanta gloriosa prepotencia en el programa de los cursos de verano para extranjeros.
¿Os dais cuenta los malagueños, mi querido Alfonso, de lo didáctico que resultaría? ¡A qué lindes insospechadas de progreso nos ha llevado el III Plan de Desarrollo y la sabia política de nuestros beneméritos tecnócratas, a quienes Dios guarde para mejor lección de todos! Entre nuestro común amigo don Lupercio Leonardo de Argensola y yo hemos compuesto, en loor del pijo histórico, el poema que paso a copiarte:
SONETO
Claro cipote, cuya frente altiva
cubre de nubes tan tupido velo
que nos hace creer que en ella el cielo
y en sus cojones su razón estriba.
En ti mostró su boca vengativa
el gran león, forzado de su celo,
y en ti de voluntad empieza el vuelo
del goterón de leche en lavativa.
Hoy proclama la gloria de Archidona
que anegas con tus huevos a su gente
por tu fluidora pija perseguida.
Hoy el mundo en tu justo honor pregona
que salvo incordio, chancro o accidente,
no hay pija cual tu pija en esta vida.
Un abrazo de tu emocionado y viejo amigo
El Convento de Santo Domingo del siglo XVI y el de Jesús y María, también del siglo XVI, son algunos de los monumentos de interés en Archidona, pero les aconsejo, mis queridos alumnos y alumnas, que no vayan a follar por sus inmediaciones porque, si los descubren, irán a parar al juzgado por escándalo público; hay cosas que nunca cambian en este pícaro mundo, y una de ellas son las ganas de follar. Quedan advertidos.
Recojan sus apuntes.
La clase ha terminado..