VIENE DE ANTIGUO 2
En Pompeya, ciudad viva para los arqueólogos que todavía contiene mucha información por descubrir sobre la vida en la ciudad, se hallaron en 1987 unas explícitas pinturas en las Termas Suburbanas, situadas fuera de la muralla, cerca de la puerta Marina y conocidas como las "termas del placer", que hacen pensar que funcionaban como un gran burdel.
Una teoría sostiene que la parte superior funcionaba como prostíbulo y que las pinturas eróticas eran una catálogo de las especialidades de las prostitutas y prostitutos. Otra teoría, que se apoya en la concepción abierta de la sexualidad de los antiguos romanos, es que las pinturas eran decorativas y servían sólo para solaz y disfrute visual de los bañistas o para que recordaran de forma más placentera y eficaz el lugar donde habían dejado sus ropas.
En la habitación que sirve de entrada, el vestuario (apodyterium), que era mixto algo no habitual en este tipo de establecimientos aunque los baños mixtos sí eran comunes -, aparecieron ocho frescos de tema pornográfico, pintados sobre otras tantas cajas y numerados del I al VIII que ocupan la parte superior de una de las paredes y fueron realizados probablemente en época de Nerón (37-68). Había más pinturas, numeradas del IX al XVI, de las que sólo se conservan restos.
Representan escenas poco habituales en las pinturas romanas como sexo entre dos mujeres (V) y sexo en grupo: dos hombres y una mujer (VI) y dos hombres y dos mujeres (VII). En las dos primeras escenas, se muestran escenas de relaciones heterosexuales: la postura caballo de Héctor (I) y la de coito a tergo, en posición semisupina, donde el hombre toma a la mujer por detrás (II). Siguen escenas de sexo oral: una felación (III) y un cunnilingus (IV). El grupo finaliza con un desconcertante hombre sentado de enormes testículos que lee un libro con gesto despreocupado.
En la planta baja de las termas funcionaban las salas habituales en las termas: frigidarium (baño frío), consistente en una piscina a cielo abierto donde el agua caía en cascada; tepidarium (baño de agua tibia), laconium (sala caliente y seca), calidarium, una amplia habitación caldeada con ventanales que daban al mar, y, finalmente, una gran piscina de agua caliente.
Las termas fueron abiertas al público, una vez restauradas, en 2001 y se han convertido en uno de los máximos atractivos de Pompeya, que cada año recibe a más de dos millones de turistas.