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Incesto por fatalidad (2)

en Hetero: General

INCESTO POR FATALIDAD – 2 –

Segunda Parte.

Completamente desnuda encima de la cama, masajeándose el clítoris entre dos dedos porque necesitaba correrse antes de que la follara, oía claramente la conversación telefónica que su hermano, tan desnudo como ella, mantenía con la señorita Laura de General Videos S.A.

Si grabar películas porno caseras les solucionaba la dramática situación económica por la que atravesaban, en buena hora fueran bien venidas dichas películas porno. Que la follara su hermano para grabarlas le parecía ahora, una vez acallados sus escrúpulos de conciencia, mucho más discreto que tener que acudir a su novio Jesús para realizarlas. Sobre todo si podían grabarlas con caretas látex de las que se vendían en las tiendas de disfraces.

Además, se ahorraban cantidad de explicaciones que, posiblemente, originarían en el futuro malentendidos, críticas amargas y que en definitiva, siempre sería aquellas grabaciones porno como una espada de Damocles suspendida sobre su cabeza.

Ahora, existía otra razón mucho más importante para ella que todas las demás consideraciones. Meterse en su sexo el descomunal miembro de su hermano. La verga de su novio Jesús, era una broma comparada con la de su hermano. Algo así como comparar una piragua con un trasatlántico y ardía en deseo de tenerla dentro de ella. Estaba segura de que sería una experiencia inolvidable.

Estaba a punto de correrse cuando lo oyó caminar por el pasillo y entrar en la habitación muy sonriente con su descomunal polla tan tiesa como cuando salió. Él se acostó a su lado rozándole con la verga la cadera mientras con la yema de los dedos le rozaba arriba y abajo los labios de la vulva. También ella, acariciaba la gigantesca erección con suavidad, procurando rozarlo con la punta de las uñas allí donde ella sabía que más placer sentían los hombres: en el frenillo.

- ¿Por qué vienes tan sonriente?.- Preguntó ella girándose hacia él quedando uno frente al otro.

- Quiere que mañana vayamos los dos para realizar un casting.- Le respondió besándola en los labios y pasándole la lengua por ellos lentamente, mientras le rizaba un pezón duro y erecto a causa del contenido deseo de follar.

- Métemela ya, luego me explicas.- Comentó, estirando del prepucio hasta que este no cedió más.

- Métetela tú misma, yo peso mucho más que tú y puedo hacerte daño. Si te la metes tú sabrás lo que puedes meterte y como.- Le respondió mientras le abría la vulva para acariciarle el endurecido clítoris.

Ella no esperó más. Se arrodilló esparrancada encima de él, sosteniendo la verga con dos dedos y llevándola a la entrada vaginal ya tan húmeda como un pantano y se calzó el grueso glande hasta el reborde, mordiéndose los labios.

Dejó caer poco a poco el peso de su cuerpo sobre la erección dura como una piedra. Nunca en su vida la habían dilatado tanto y antes de llegar a mitad de la verga ya se había corrido abundantemente metiéndole la lengua en la boca. Se besaron ansiosos y como locos, mientras sus zumos lubricaban todavía más su vagina bañando el capullo tan dulcemente que él tuvo que hacer esfuerzos para poder contenerse.

- ¿Te gusta?.- Preguntó ella deslizándose hacia abajo hasta tener media verga dentro de su coño.

- Tanto como a ti, mi vida.- Le respondió, lamiendo las tetas y haciendo esfuerzos para mantenerse quieto.

- Yo ya me he corrido y tú no, y voy a volver a correrme dentro de un minuto. Tienes un pene divino, cariño.

- Ha sido una pena que, por tu culpa, no hayamos disfrutado antes de este grandioso placer.

- De no ser por la fatalidad, no hubiéramos cometido este incesto, Tony, mi amor, está buenísima tu polla. ¿Notas que me estoy corriendo otra vez?

- Si, cariño, lo noto. ¿Te has tomado la pastilla? Porque si no tendré que sacártela, estoy a punto de correrme.

- Pues córrete, quiero mezclar mis zumos con tu semen.

- Agggg – exclamó él al soltar el primer y violento borbotón de leche espesa y caliente.

Ella se corrió a su vez y en su ansia de gozarlo a tope empujó con fuerza sus nalgas hacia abajo. La verga entró hasta la cepa dilatándole la vulva de manera que sus labios mayores se distendieron al máximo formando una delgada circunferencia rodeando la gruesa base del miembro que rozaba su clítoris deliciosamente al tener la vulva tan dilatada por el extraordinario miembro viril.

El rígido y amoratado glande le rozaba el útero deliciosamente. Inmóviles y pegados como lapas el uno al otro, mamándole los pezones y las tetas furiosamente mientras eyaculaba violentamente borbotón tras borbotón, tuvo ella un prolongado orgasmo que duró tanto tiempo que aún se corría cuando él ya había dejado de expulsar su leche. No lo supo, pero fue su primer orgasmo múltiple.

Cuando el clímax cesó, los dos quedaron sofocados el uno sobre el otro respirando el aire a bocanadas. Volvieron a besarse suavemente, a chuparse la lengua con dulzura gratificante, agradecidos mutuamente por haberse proporcionado un placer tan intenso, prolongado y excitante.

- Ha sido fabuloso.- Dijo ella.- Nunca en mi vida creí que pudiera gozar tan intensa y prolongadamente.

- Porque no quisiste.- Contestó él, mientras sus manos acariciaban las respingonas y macizas cachas femeninas con delicadeza.

- Tú nunca me lo pediste.

- Sabías de sobra que te deseaba más que al primer premio de la Lotería.

- Sí, pero no iba a ser yo quien te lo pidiera ¿No te parece, mi niño?

- Quizá tienes razón. Yo no te lo pedí por temor a recibir una bofetada no se lo dijeras a los papás.

- Bueno, ya está hecho y ahora, grabando películas porno podremos.- Disfrutarnos todos los días por obligación.- Comentó ella riéndose.- Tienes que explicarme eso del casting.

- Es mañana a las cuatro. Me dijo que si tú eras tan guapa como yo decía y mi polla tan grande como aseguraba, quizá nos interesaría más a todos que firmáramos un primer contrato por dos años, como actores porno de la empresa ¿Qué te parece?

- ¡Ah, no, eso sí que no! Que me conozca todo el mundo como actriz porno no me apetece.

- Pero, mujer, es una oportunidad única que muchas chicas desearían tener.

- Pero yo no.

- ¿Sabes cuánto nos pagarían al mes?

- No, ¿Cuánto?

- Medio millón por películas de una hora, mínimo dos películas mensuales. Si hacemos cuatro sería el doble.

- ¡Caramba! Eso si es dinero.- Comentó ella contrayendo la vagina sobre el todavía rígido miembro.

- Pues claro que es dinero, y tú vuelves a tener ganas de correrte otra vez, ¿Verdad?

- Sí, pero quiero correrme sin que nos movamos.

- Eso durará casi una hora, nena.

- Mejor, así la tendré dentro más tiempo. ¿Es que no te gusta tenerla dentro de mi sexo?

- Salvo la Gloria cuando me muera, no creo que haya nada mejor que tenerla metida en tu coño.

- No digas palabrotas, cariño. Tú eres un chico educado.

- Bueno, pues metida en tu sexo. ¿Vale?

- Eso está mejor cielo.- Respondió, pasándole la lengua por los labios.- Mientras de nuevo contraía su vagina sobre el rígido miembro, comentando seguidamente.- Lo que me tiene mosca es cómo vas a aguantar tu miembro erecto durante una hora. Esta vez, escasamente ha durado quince minutos. Claro que teníamos mucha hambre, pero de todas formas mantenerla derecha y sin correrte durante una hora no creo que lo consigas todas las semana ¿Y luego qué?

- Cariño, primero tenemos que hacer el casting y ver de qué se trata. Seguramente tendremos que hacer el amor por lo menos delante del director y de algún cámara.

- ¡Oh, no sé si podré hacerlo!. Exclamó mordiéndole los labios ante el placer que le proporcionaba su verga tan fabulosamente grande.

- ¿Por qué no?

- Me pondré muy nerviosa, si me están mirando ¿Tú no?

- Estando dentro de ti nada me pone nervioso. Sólo siento el placer de follarte.

- Pero ¿por qué tienes que ser tan grosero hablando?

- Vale, sólo siento el placer que tu deliciosa vagina me proporciona.

- Eso está mejor.

- Tengo unas ganas locas de mamarte el coño y comértelo a pedazos, mi vida.- Comentó él para hacerla rabiar.

- ¡Y dale!.- Exclamó enojada.- Haz el favor de hablar correctamente o me enfado.

- Pero si estás harta de ver películas porno en el ordenador.

- ¿Y tú como sabes eso?

- Porque sé más informática que tú.

- Si, pero yo siempre cerraba la puerta con cerrojo cuando las miraba.

- Tratándose de ti y de verte masturbar, gemir y gozar para mi no había cerrojo que valiera.

- ¿Y cómo lo hacías?.- Preguntó curiosa sin poder ya dominar las contracciones de su vagina ante el placer que se le aproximaba.

- Te lo diré cuando acabes de gozar el orgasmo que se te avecina. Lo noto cercano, ya no puedes dominarlo.

- No, no puedo, creo que será aún más profundo que el anterior y las oleadas de placer son cada vez más fuertes. ¿Las notas?

- Si, ya lo creo. Esperaré a que empieces para correrme contigo.

- ¡Oh, sí, será delicioso! Ya vie…

No tuvo tiempo de acabar la frase, porque casi de inmediato se estremeció de pies a cabeza cuando, la potente fuerza demoledora de una Tsunami orgásmica, la alcanzó de lleno recorriéndole las piernas, los muslos, la vulva y reventando finalmente en su clítoris en una miríada de estrellas fugaces y en el momento que sentía el violento y algodonoso golpetazo del primer borbotón del semen del hermano, batiendo ferozmente contra su útero en el fondo de su trémula vagina.

Con las bocas unidas, comiéndose anhelantes mientras sus sexos estallaban de placer en un colosal orgasmo que los trasladó a las regiones siderales, la Tierra desapareció bajo sus pies. Fue largo, prolongado, ferozmente intenso e inmensamente gratificante pero que los dejó completamente exhaustos.

Sacudido aún su delicioso coñito por los estertores del frenético extravío, comentó sofocada sobre la no menos sofocada boca del hermano:

- Creí que me moría de gusto, mi vida.

- Y yo, mi cielo, no hay nada mejor que esto en todo el mundo.

- ¿Me harás gozar así todos los días, mi niño?

- Siempre, corazón, aunque esté delante todo el personal de General Vídeos S.A.

Tocó ella con los dedos la gruesa cepa de la verga incrustada en su sexo, le acarició los testículos con la punta de las uñas y comentó:

- Es tremenda, Tony, no sé cómo he podido metérmela.

- Porque la vagina es muy elástica, mi amor, sino cómo podrías tener niños.

- Claro, tienes razón. Pero tenerlos no será tan delicioso como lo que acabamos de experimentar.

- Tendrías que procurar mañana durante el casting, si nos piden que hagamos el amor, disfrutarlo como ahora.

- Será imposible, cariño, ellos querrán ver como entra y como sale e incluso te pedirán que te corras fuera. Eso será lo que más me molestará. Tengo que ir al servicio, mi vida, sácamela.

Despacio para no lastimarla, fue sacando la congestionada y húmeda verga. Al verla aún congestionada, comentó:

- Pero, aún tienes más ganas de hacerlo.

- Nena, ¿De qué te extrañas? He estado esperando por ti diecinueve años.

- ¡Bandido!.- Exclamó gozosa.- Y que zalamero eres.

 

Continuará…

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